Durante una semana nos mantuvimos concentrados en el estudio de toda la información, no queríamos dejar pasar por alto ningún aspecto, nos turnábamos para dormir, y consumíamos cantidades descomunales de café, yo de cuando en cuando me recostaba más que por cansancio o por deseos de dormir, por deseo de tener a Ana en mis brazos, disfrutaba abrazarle y observarle mientras dormía placida y tranquilamente, para mí era simplemente un placer, una razón por la cual valía la pena la mortalidad, el simple aroma de su piel y la textura suave y sedosa de la misma era en si, una sensación maravillosa, tal como jamás haber abandonado el cielo, cambiaría la eternidad por unos cuantos años a su lado y por miles de sus besos, era curioso como cada vez era más adicto a ellos el néctar de sus labios hermosos me resultaba simplemente irresistible.Una mañana me encontr
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