Contradicciones y actitud muy cambiante, esa sería la definición de Engla para su relación con Einar. Ese hombre es tan amoroso como frío, tan detallista como poco importa, tan dulce como aterrador y tan sutil como bestia. Lo único que no cambia en él son sus celos. Engla ha tenido mucha paciencia con él y Nancy se desespera al ver la manera de actuar de su hermano. Muchas veces se siente culpable por no ayudar a Engla o decirle que posiblemente Einar solo quiera casarse con ella porque es la única que lo hace sentir distinto. Sin embargo, cuando lo ve comportándose de manera pacífica la convence de que realmente él se está enamorando de ella. Roy al igual que Nancy no sabe que hacer con su amigo, es como si se arrepintiera cuando hace algo bueno y lo olvida cuando quiere. Jamás quiere hablar del tema y siempre se muestra confundido y evasivo. No es que lo hayan visto siendo el pan de Dios que Engla dice, pero sí han notado que no es el mismo gilip0llas de vez en cuando. Mientras t
Engla enterró sus uñas en los hombros de Einar y cerró los ojos con fuerza, ¿Cómo es posible perder el control de esa manera? ¿Cómo es que ella quiere más aún cuando duele? ¿Cómo es que el dolor la excita más? ¿Por qué siente la necesidad de ser azotada a la par que penetrada? ¿Cómo es que ella desea que Einar la abra de piernas y la escupa para después que le lama el coñ0 como un hambriento? —Engla, no. —Ordenó Einar al sentir la bofetada seguida por la mordida. —No me hagas esto. —Gruñó intentando controlarse, a ella no quiere tratarla así, con ella no quiere jugar de esa manera. —Quiero que hagas conmigo lo... aaahhh, lo que quieras... —Habló como pudo. —Ahora hazme lo que quiero, azótame y fóllame duro. —Lo miró a los ojos con los suyos cristalizados por el inmenso placer. —Maldit4 sea. —Einar la tomó con fuerza del cuello y al ver su gesto de satisfacción apretó un poco más y la besó sin detener sus abruptos movimientos de caderas. Sabe que la puede lastimar, sabe que quizá p
Einar bajó del ascensor tan imponente como siempre, sin prestar atención o siquiera asombrarse por la habilidad de su nueva secretaria para mantener en raya a Bellavel, siguió dando sus pasos decididos. La secretaria de manera profesional soporta cada grito y cada amenaza que Bellavel dice contra ella. Einar furioso, pero sin demostrarlo se paró a un lado de las dos mujeres y miró con severidad a la más ofensiva. Bellavel se tensó al sentir esa mirada tan severa contra ella, inmediatamente calló y giró para mirarlo ahora con una sonrisa inocente. —Te he dicho que no le grites a mis empleados ni que te metas a mi empresa sin antes informarme. —Einar recorrió el lugar con la mirada y todos temblaron del miedo. —Tú, tú y tú. —Señaló a tres hombres, dos de ellos seguridades del piso. —Están despedidos. —Miró a la secretaria quien se puso pálida al instante. —Comunícate con recursos humanos y dales la información de los seis hombres que pasarán por la carta de despido. —La secretaria as
—¿Te lo ha estropeado? —Engla negó. —No dejes que te sienta eso, Engla. Si Einar se entera de que tienes ese dispositivo se volverá loco porque no le hemos dicho nada. —Él me preguntó si tú me habías hablado de los anticonceptivos y yo le dije que sí. Él me dio el permiso para utilizarlos, me dijo que 0diaba a los bebés. —Se encogió de hombros. —Por eso me enseñó a hacer bebés sin tener resultados. —Nancy soltó la carcajada de su vida, ¿Cómo es que puede seguir siendo tan inocente? —Escandalosa y atrayente. —Ambas giraron con tanta rapidez que seguramente se marearon. Esa voz gruesa y oscura las estremeció. —Hola, florecilla. —La sangre a Nancy le hirvió, ¿Por qué tiene que encontrarse con cada animal? —No tengo tiempo para ti, Leviatán. —Los guardaespaldas al reconocerlo como amigo de Einar, no pusieron resistencia en la interacción. Nancy 0dió eso, son unos estúpid0s. —Vamos florecita, sabes que para mí siempre hay tiempo. —La miró a los ojos e indagó en esos abismos oscuros y b
Días de confusión son los que pasa Einar al no saber que es lo que está pasando con su comportamiento. Antes creía que sus amigos y su ángel solo lo querían volver loco, pero esa bañera con pétalos de rosas, la botella de champán y los restos de fresas con chocolate le dicen otras casas. ¿Será posible que él sea tan amoroso como todos dicen? ¿Es posible que realmente esté olvidando todo lo bueno que hace con Engla? ¿Acaso está tan enamorado como Nancy y Roy se lo dicen? Pero ¿Es acaso posible olvidar cosas incluso segundos después de hacerlas? Sacudiendo la cabeza intentó despejar su mente. Tanto pensar lo está volviendo loco. Engla, por otro lado, es la mujer más feliz del mundo. Su demonio la trata como a una reina, es más amoroso que antes, es detallista y Dios, está más brutal en la cama. Si bien Einar es bastante complicado, ella sabe perfectamente cómo dominar a esa bestia fría y cruel como todos dicen. —Oye. —Engla entró al despacho de apariencia tenebrosa por los colores o
—Pero él estará en casa muy temprano, y sabes que lo está haciendo para asegurarse de que no nos vayamos. —Y justo por eso vamos a dormirlo. —Nancy abrió los ojos con asombro. —Cuando recién llegué él me daba una píldora y con eso me dormía. Con el tiempo pude ver el envase y el nombre, así que compraremos eso. —Nancy no da crédito a lo que estaba escuchando, sin duda es una locura total, pero, por otro lado, significa una noche libre. —¿Cómo se supone que vamos a comprar eso? Estoy completamente segura de que se vende bajo receta. —Engla que ya sabía tendría ayuda, solo se encogió de hombros. —Ya veremos cómo haremos, por ahora vamos por un helado. —Antes de poder dar un paso, Lain McLeod se atravesó en el camino de las chicas. Los guardas espaldas rápidamente lo mantuvieron al margen. —No estamos para tus estupideces, Lain. —Ladró Nancy. —No olvides lo que Einar te dijo en la gala, apártate de su mujer o no soportarás la ira de ese hombre. —Lain ladeó su sonrisa. —Al igual que
Einar los miró a cada uno dejando su confusión de manera interna, los chicos también le miraron y todos supieron cómo se sentía. Su gesto indescriptible a ellos no los engaña. —Sabes que te está pasando algo y eso se vuelve cada vez más confuso para ti. —Roy suspiró. —Tienes que escucharnos, por tu bien y el de Engla. —Einar se puso más serio. —¿De qué están hablando? —Miró a su amigo a los ojos con seriedad. —Ustedes lo han dicho, no me gusta que se metan en mis asuntos. A mí no me pasa nada, ¿Qué les hace pensar eso? —Tony sonrió por su cinismo. —Colega, has actuado frente a nosotros como un hombre distinto con tu prometida y después actúas como si nada hubiera pasado. Si me lo preguntas a mí, diría que tienes múltiples personalidades. —Einar frunció el ceño, ¿También ellos? —Yo he estado en tu lugar. —Anderson tomó la palabra. —Hacemos cosas de manera inconsciente y cuando volvemos a la realidad es como si no hubieran pasado. —Le sostuvo la mirada. —Por resistirme a escuchar lo
—¿Es cierto que usted se metió en la relación de Lady Bellavel y el señor Dankworth? —Engla permaneció congelada toda la distancia tratando de procesar esas preguntas. —¿Acaso es usted una masoquista que permite ver a su prometido con otras mujeres? —Leviatán con un gesto de mano dio la orden para que los retiraran del lugar y los dejaran en paz. —No se muevan de aquí. —Nancy abrazó a Engla y miró a Leviatán internándose en el sitio. —¿Quién ha dejado entrar a la prensa? —Preguntó en cuanto cruzó la puerta que separa la cocina con el local. —Disculpe señor, usted no puede estar aquí. —Una mujer rubia se paró frente a él. —Soy la supervisora a cargo, ya sabemos cómo es la prensa en estos días, invaden todos los lugares sin importar que sean privados. —Leviatán la miró a los ojos y supo que ella tenía mucho que ver. —Ellos no rompen las reglas si el sitio es uno tan exclusivo como este, claro, al menos de que le hayan dado el permiso. —Ladeó la sonrisa por el gesto de la mujer. —Grac