—¿Es cierto que usted se metió en la relación de Lady Bellavel y el señor Dankworth? —Engla permaneció congelada toda la distancia tratando de procesar esas preguntas. —¿Acaso es usted una masoquista que permite ver a su prometido con otras mujeres? —Leviatán con un gesto de mano dio la orden para que los retiraran del lugar y los dejaran en paz. —No se muevan de aquí. —Nancy abrazó a Engla y miró a Leviatán internándose en el sitio. —¿Quién ha dejado entrar a la prensa? —Preguntó en cuanto cruzó la puerta que separa la cocina con el local. —Disculpe señor, usted no puede estar aquí. —Una mujer rubia se paró frente a él. —Soy la supervisora a cargo, ya sabemos cómo es la prensa en estos días, invaden todos los lugares sin importar que sean privados. —Leviatán la miró a los ojos y supo que ella tenía mucho que ver. —Ellos no rompen las reglas si el sitio es uno tan exclusivo como este, claro, al menos de que le hayan dado el permiso. —Ladeó la sonrisa por el gesto de la mujer. —Grac
—No, no hagas esto. —Nancy lo detuvo por el brazo. —No puedes irte, no ahora que podemos hablar las cosas. —Roy la miró colérico, prefiere irse antes de explotar y lastimarla con sus palabras o su tono de voz. —Déjame ir, Nancy, por favor. —Tiró de su brazo para soltarse, pero Nancy no desistió. Si lo deja ir sabe que puede hacer una locura y no puede permitir aquello. —Lain estaba molestando nuevamente. —Inició a contarle lo sucedido. —Ya se estaba poniendo violento y entonces Leviatán llegó y lo puso en su lugar. —Nancy se paró frente a él, necesita mirar sus ojos para tratar de calmarlo. —Sabes como es Engla y la verdad es que yo también quería agradecerle. El hombre nos escoltó, Roy... si él no hubiera estado los paparazzi no nos hubieran dejado en paz. —Roy tensó su cuerpo por completo. Está odiand0 llevar su relación en secreto. —Mis hombres podían ayudarlas. —Solo eran seis. —Le recordó. —Los paparazzi los superaban en número. Los hombres de Leviatán los sacaron a la fuerza
—Ufff, ni que lo digas. —Jadebeth sonrió. —Nosotras también estamos escapadas. —Les guiñó. —¿Qué dicen de iniciar la noche? —Con un gesto de mano pidió una ronda de vodka. —Oh... yo no bebo alcohol, jamás lo he probado en mi vida. —Las chicas miraron a Engla con asombro. —Sep, yo lo he intentado y no lo pasa. —Nancy se encogió de hombros. —Oh, no te preocupes, cariño. —Elske se levantó. —Iré a buscarte una bebida sin alcohol. —Agrandando su sonrisa caminó hasta llegar a la barra. —Eh guapo. —Llamó a un barman. —Dame una mimosa con alcohol por favor. —Giró y saludó a las chicas. Todas comprendieron lo que estaba haciendo menos Engla. —No puedo creer que ustedes hagan esto siempre. —La emoción en la voz de Engla las hizo reír. —¿Es primera vez que vienen a un bar? —Nancy con un poco de vergüenza asintió. —A Einar no le gusta que salgamos de casa. —Sonrió levemente. —¿Qué hacen estas preciosas chicas tan solas? —Un chico vestido de traje se acercó a ellas. Todas voltearon a verlo,
“—Hoy quiero devorarte. —Su mirada depravada y su voz erótica lo sedujo al instante. —Te he dicho que no me gusta cuando te comportas así. —Trató de ser fuerte y resistir esa tentación. —No por qué me digas ángel, significa que lo sea. —La sonrisa de Engla se ladeó dándole un toque superior. —Te deseo Einar, te deseo tanto que no puedo ocultar tu creación. Tú me hiciste desearte, tú me volviste adicta a ti, al sexo contigo. Tú hiciste de mí esto que soy. —La oscuridad en sus ojos por alguna razón lo erizó. Ella no debería ser tan descarada, le gusta eso, pero debería ser así porque él finalmente ha vuelto sumiso ese carácter tan fuerte que tiene y no porque haya creado a un monstruo. —Joder... —Gruñó cuando sintió su erección atrapada en su boca recibiendo una leve mordida. —¿Te gusta? —Lo volvió a mirar a los ojos. —Espero que sí, ahora experimentaré con otros hombres. —El ambiente cambió repentinamente. Einar quiso sentarse al escucharla decirle eso, pero las ataduras en sus man
—Sí Engla, a trabajar en mis autos. —La miró con dureza. —¿Qué? ¿Crees que solo sé llevar una empresa y sembrar miedo en las personas? Sé hacer muchas cosas Engla, muchas cosas que ni en tus sueños pensarías. —Engla lo vio caminar más rápido, su cuerpo se congeló al instante. Ella sabe que él puede hacer muchas cosas, pero esta vez, solo esta vez desea que no sepa hacer algo. —Einar irá al garaje a trabajar en sus autos. —Entró corriendo al baño de Nancy. —¿Por qué tan asustada? Einar sabe hacer muchas cosas aunque no lo demuestre. —Nancy no le tomó importancia a la preocupación de su amiga. —Nancy, ¡Estropeamos un auto y por lo que tú me has dicho es su favorito! —Nancy abrió la puerta de la ducha y asomó la cabeza. —¿Por qué no lo evitaste? ¡Nos va a matar! —Nancy salió enjabonada de la ducha para ponerse algo de ropa y huir lo más lejos posible. —Cámbiate de ropa, le diré a Roy que nos saque de aquí, ¡Ve Engla! —Gritó nerviosa. Mientras las chicas se cambian de ropa lo más ráp
Se dice que en los días más oscuros es cuando en realidad nos damos cuenta de las cosas. Einar al parecer solo se está dando cuenta de que no puede lidiar con Engla.Dos semanas de interminables discusiones, dos semanas en la que el demonio es su única versión, dos semanas en la que la habitación de Engla está custodiada todo el tiempo para evitar que se vaya de casa.Einar está enloqueciendo lentamente y su actitud déspota está volviendo a todo el mundo en su víctima.Nancy claramente defiende a Engla sin importar la actitud de Einar y sus castigos. Ella se ha mantenido en pie y le hace ver a su hermano lo fatal que está.Roy se encarga de mantener a Engla en la mansión, se niega con rotundidad a ayudarla a escapar y no por hacerle un favor a su amigo. Einar tiene enemigos y se pueden aprovechar de la situación, si la ayuda será únicamente su culpa y su trabajo es cuidar de todos ellos.Engla, por otro lado, extraña más a casa, extraña su libertad y extraña al Einar demostrativo y ca
—No eres dueño de mi vida, ya me cansé de dejarte manipularme. —Siguió peinando su cabello. —Eres mi mujer, tú te vas a casar conmigo. —Le recordó, Engla se levantó y lo encaró. —Me iba a casar contigo y tú lo estropeaste todo, tú eres el culpable de lo que está pasando y ya no lo voy a tolerar más. Ya basta, Einar, ya detén esto. —Contuvo las lágrimas. Einar miró su vestimenta y su respiración se volvió caótica, el miedo y la desesperación por ver qué ella realmente se marchará lo impulsó a actuar inconsciente. —Einar... no, ¿Qué haces? ¡Suéltame! —Las manos de Einar arrancan el vestido con violencia. —¡Déjame! —Engla lo pateó con todas sus fuerzas así haciéndolo retroceder. —No puedes irte. —Einar volvió en sí y tiró con fuerza de su cabello. —No puedes dejarme, tú no puedes hacerlo. —La miró como un loco. —No puedes abandonarme, tú me amas, me amas. —Gritó más desesperado que al inicio. Engla lo miró atónita por su comportamiento, ha visto a Einar pasar por casi todas sus emocio
Frente a ellos una rubia de gesto angelical y con vestimenta sensualmente sofisticada dirige la mirada a un solo hombre en la sala. Todos los hombres la miran absortos, esa manera de vestir tan elegante y sensual a la vez es única. Ahora todos tienen claro que es la prometida de Dankworth, no es para menos, ella realmente está a la altura. Einar al ser consciente de cómo todos los hombres miran a su ángel, sintió como su corazón inició a palpitar sin control y su pulso se alteró a niveles peligrosos. —La junta ha finalizado. —Saltó de su puesto. —Reagendáremos para después. —En dos zancadas quedó frente a su mujer así tapando la vista de los hombres. Engla lo miró a los ojos con seriedad, ni siquiera tuvo que obligarlo a cancelar la junta. Su corazón se alteró por su reacción, se alteró por su manera tan severa de mirarla, pero a la vez tan cálida y llena de esperanzas. ¿Es posible que él finalmente le está permitiendo ver lo que siente a través de sus ojos? ¿O es únicamente que a