Einar bajó del ascensor tan imponente como siempre, sin prestar atención o siquiera asombrarse por la habilidad de su nueva secretaria para mantener en raya a Bellavel, siguió dando sus pasos decididos. La secretaria de manera profesional soporta cada grito y cada amenaza que Bellavel dice contra ella. Einar furioso, pero sin demostrarlo se paró a un lado de las dos mujeres y miró con severidad a la más ofensiva. Bellavel se tensó al sentir esa mirada tan severa contra ella, inmediatamente calló y giró para mirarlo ahora con una sonrisa inocente. —Te he dicho que no le grites a mis empleados ni que te metas a mi empresa sin antes informarme. —Einar recorrió el lugar con la mirada y todos temblaron del miedo. —Tú, tú y tú. —Señaló a tres hombres, dos de ellos seguridades del piso. —Están despedidos. —Miró a la secretaria quien se puso pálida al instante. —Comunícate con recursos humanos y dales la información de los seis hombres que pasarán por la carta de despido. —La secretaria as
—¿Te lo ha estropeado? —Engla negó. —No dejes que te sienta eso, Engla. Si Einar se entera de que tienes ese dispositivo se volverá loco porque no le hemos dicho nada. —Él me preguntó si tú me habías hablado de los anticonceptivos y yo le dije que sí. Él me dio el permiso para utilizarlos, me dijo que 0diaba a los bebés. —Se encogió de hombros. —Por eso me enseñó a hacer bebés sin tener resultados. —Nancy soltó la carcajada de su vida, ¿Cómo es que puede seguir siendo tan inocente? —Escandalosa y atrayente. —Ambas giraron con tanta rapidez que seguramente se marearon. Esa voz gruesa y oscura las estremeció. —Hola, florecilla. —La sangre a Nancy le hirvió, ¿Por qué tiene que encontrarse con cada animal? —No tengo tiempo para ti, Leviatán. —Los guardaespaldas al reconocerlo como amigo de Einar, no pusieron resistencia en la interacción. Nancy 0dió eso, son unos estúpid0s. —Vamos florecita, sabes que para mí siempre hay tiempo. —La miró a los ojos e indagó en esos abismos oscuros y b
Días de confusión son los que pasa Einar al no saber que es lo que está pasando con su comportamiento. Antes creía que sus amigos y su ángel solo lo querían volver loco, pero esa bañera con pétalos de rosas, la botella de champán y los restos de fresas con chocolate le dicen otras casas. ¿Será posible que él sea tan amoroso como todos dicen? ¿Es posible que realmente esté olvidando todo lo bueno que hace con Engla? ¿Acaso está tan enamorado como Nancy y Roy se lo dicen? Pero ¿Es acaso posible olvidar cosas incluso segundos después de hacerlas? Sacudiendo la cabeza intentó despejar su mente. Tanto pensar lo está volviendo loco. Engla, por otro lado, es la mujer más feliz del mundo. Su demonio la trata como a una reina, es más amoroso que antes, es detallista y Dios, está más brutal en la cama. Si bien Einar es bastante complicado, ella sabe perfectamente cómo dominar a esa bestia fría y cruel como todos dicen. —Oye. —Engla entró al despacho de apariencia tenebrosa por los colores o
—Pero él estará en casa muy temprano, y sabes que lo está haciendo para asegurarse de que no nos vayamos. —Y justo por eso vamos a dormirlo. —Nancy abrió los ojos con asombro. —Cuando recién llegué él me daba una píldora y con eso me dormía. Con el tiempo pude ver el envase y el nombre, así que compraremos eso. —Nancy no da crédito a lo que estaba escuchando, sin duda es una locura total, pero, por otro lado, significa una noche libre. —¿Cómo se supone que vamos a comprar eso? Estoy completamente segura de que se vende bajo receta. —Engla que ya sabía tendría ayuda, solo se encogió de hombros. —Ya veremos cómo haremos, por ahora vamos por un helado. —Antes de poder dar un paso, Lain McLeod se atravesó en el camino de las chicas. Los guardas espaldas rápidamente lo mantuvieron al margen. —No estamos para tus estupideces, Lain. —Ladró Nancy. —No olvides lo que Einar te dijo en la gala, apártate de su mujer o no soportarás la ira de ese hombre. —Lain ladeó su sonrisa. —Al igual que
Einar los miró a cada uno dejando su confusión de manera interna, los chicos también le miraron y todos supieron cómo se sentía. Su gesto indescriptible a ellos no los engaña. —Sabes que te está pasando algo y eso se vuelve cada vez más confuso para ti. —Roy suspiró. —Tienes que escucharnos, por tu bien y el de Engla. —Einar se puso más serio. —¿De qué están hablando? —Miró a su amigo a los ojos con seriedad. —Ustedes lo han dicho, no me gusta que se metan en mis asuntos. A mí no me pasa nada, ¿Qué les hace pensar eso? —Tony sonrió por su cinismo. —Colega, has actuado frente a nosotros como un hombre distinto con tu prometida y después actúas como si nada hubiera pasado. Si me lo preguntas a mí, diría que tienes múltiples personalidades. —Einar frunció el ceño, ¿También ellos? —Yo he estado en tu lugar. —Anderson tomó la palabra. —Hacemos cosas de manera inconsciente y cuando volvemos a la realidad es como si no hubieran pasado. —Le sostuvo la mirada. —Por resistirme a escuchar lo
—¿Es cierto que usted se metió en la relación de Lady Bellavel y el señor Dankworth? —Engla permaneció congelada toda la distancia tratando de procesar esas preguntas. —¿Acaso es usted una masoquista que permite ver a su prometido con otras mujeres? —Leviatán con un gesto de mano dio la orden para que los retiraran del lugar y los dejaran en paz. —No se muevan de aquí. —Nancy abrazó a Engla y miró a Leviatán internándose en el sitio. —¿Quién ha dejado entrar a la prensa? —Preguntó en cuanto cruzó la puerta que separa la cocina con el local. —Disculpe señor, usted no puede estar aquí. —Una mujer rubia se paró frente a él. —Soy la supervisora a cargo, ya sabemos cómo es la prensa en estos días, invaden todos los lugares sin importar que sean privados. —Leviatán la miró a los ojos y supo que ella tenía mucho que ver. —Ellos no rompen las reglas si el sitio es uno tan exclusivo como este, claro, al menos de que le hayan dado el permiso. —Ladeó la sonrisa por el gesto de la mujer. —Grac
—No, no hagas esto. —Nancy lo detuvo por el brazo. —No puedes irte, no ahora que podemos hablar las cosas. —Roy la miró colérico, prefiere irse antes de explotar y lastimarla con sus palabras o su tono de voz. —Déjame ir, Nancy, por favor. —Tiró de su brazo para soltarse, pero Nancy no desistió. Si lo deja ir sabe que puede hacer una locura y no puede permitir aquello. —Lain estaba molestando nuevamente. —Inició a contarle lo sucedido. —Ya se estaba poniendo violento y entonces Leviatán llegó y lo puso en su lugar. —Nancy se paró frente a él, necesita mirar sus ojos para tratar de calmarlo. —Sabes como es Engla y la verdad es que yo también quería agradecerle. El hombre nos escoltó, Roy... si él no hubiera estado los paparazzi no nos hubieran dejado en paz. —Roy tensó su cuerpo por completo. Está odiand0 llevar su relación en secreto. —Mis hombres podían ayudarlas. —Solo eran seis. —Le recordó. —Los paparazzi los superaban en número. Los hombres de Leviatán los sacaron a la fuerza
—Ufff, ni que lo digas. —Jadebeth sonrió. —Nosotras también estamos escapadas. —Les guiñó. —¿Qué dicen de iniciar la noche? —Con un gesto de mano pidió una ronda de vodka. —Oh... yo no bebo alcohol, jamás lo he probado en mi vida. —Las chicas miraron a Engla con asombro. —Sep, yo lo he intentado y no lo pasa. —Nancy se encogió de hombros. —Oh, no te preocupes, cariño. —Elske se levantó. —Iré a buscarte una bebida sin alcohol. —Agrandando su sonrisa caminó hasta llegar a la barra. —Eh guapo. —Llamó a un barman. —Dame una mimosa con alcohol por favor. —Giró y saludó a las chicas. Todas comprendieron lo que estaba haciendo menos Engla. —No puedo creer que ustedes hagan esto siempre. —La emoción en la voz de Engla las hizo reír. —¿Es primera vez que vienen a un bar? —Nancy con un poco de vergüenza asintió. —A Einar no le gusta que salgamos de casa. —Sonrió levemente. —¿Qué hacen estas preciosas chicas tan solas? —Un chico vestido de traje se acercó a ellas. Todas voltearon a verlo,