Mientras Ricardo miraba con rencor a Rachel y viceversa, el celular de Christopher comenzó a sonar en su habitación y tuvo que ir a contestar. Una vez que Christopher entró a su habitación, Ricardo aprovechó para coquetear con Rachel. Se levantó de su lugar, con el pretexto de ir por unas servilletas, y se paró justo detrás del asiento de Rachel. Luego se acercó hasta su oído y le susurró:
―Mira, Rachel… ¿Sabes qué es esto?―¿Ricardo? ¿Qué haces? ¿Una hoja?―Es un muérdago… Significa que debes besarme…―Eso no es un muer…Antes de que terminara la frase, Ricardo ya la estaba besando en la boca. A Rachel casi se le para el corazón… Todo fue tan rápido que ni siquiera ledio tiempo de cerrar los ojos. Cuando menos sedio cuenta, Ricardo ya la estaba mirando con sus sexies ojos, después de haberla besado.―¿Ricardo?... Pe… pero…―¡Ajá! ¡Ya te habías olvidado de mis besos! Pero no te podías quedar sin tu beso de navidad…El desayuno se tornó bastante silencioso, ya que los celos entre Rachel y Ricardo estaban al rojo vivo. Pero pronto llegaría la hora en la que todos necesitaban ir a sus respectivas actividades. —Bueno, Rachel… Trae ropa abrigadora… y Ricardo, ¿Ya no necesitas nada de la habitación?Algunos minutos más tarde, ya estaban todos listos y se reunieron en la sala para partir. De nuevo, Christopher fue el piloto, Rachel se sentó a su lado y Ricardo en la parte trasera. Para Ricardo, las cosas que había dicho Rachel en el desayuno denotaban mucha molestia con él, también la forma en la que no quiso ir a su lado en el auto, por esa razón sabía que las cosas no iban bien, pero no sabía qué pasaba. Quizás pudo ser algo de lo que se habló con la familia de Christopher , o el beso del muérdago… o que no lo había perdonado en realidad o algo más…—Ya estamos en el estacionamiento del hospital… ¡No puedo creer que vayas a trabajar hoy! No hay nadie, mira, tu auto está
―¡Christopher ! ¿Eres tú? ¡Bienvenido! ¡Oigan todos! ¡Christopher ha llegado! ¿Y esta bella signorina que te acompaña? ¿Es la afortunada que te ha robado el corazón? ¿Eh? ¡Ya veo! ¡Ya veo! ¡Yo sé de estás cosas! Lo veo en las ventanas del alma… ¡Pasen, pasen! ¡Per favore!El amable aldeano los guió hasta una casa de huéspedes de la que él era el dueño. Le pidió a su esposa que les ofreciera un chocolate caliente y algo de pan artesanal…―Deben de tener hambre… Fue un viaje muy largo… Tenemos delicioso pan artesanal y mantequilla, y por supuesto, nuestro tradicional chocolate caliente… Mi esposa lo traerá ahora mismo… ¡Christopher ! ¡Michelangelo! Los bambini piccoli te extrañan mucho demasiado… ¿Qué te digo? Todo el día de ayer estuvieron pidiendo a Santa Claus verte el día de hoy… —¡Yo también los extraño mucho! ¿Siguen estando todos?―No… no… Desafortunadamente, la bella Rosalina está ahora con gli angeli… Una neumonía terrible… ¡Ya sabes cómo
Las cosas no marchaban bien en mi vida, y ya no era de extrañarse. Desde años atrás, ya me había acostumbrado a las malas noticias en mi casa y a depender únicamente de mi padre. Él era un empleado de la servidumbre de un lujoso apartamento al que nunca tuve la oportunidad de ir, situado en una de las mejores zonas residenciales de la ciudad. Por esa razón, papá nunca tuvo la posibilidad de darme una buena vida ni estudios, desde que mi madre nos abandonó cuando yo era solo una bebé yo tuve que apoyar a mi papá en todo. Nosotros vivíamos en un poblado rural muy alejado de la ciudad, y la escuela se encontraba bastante lejos, por lo que decidimos que mejor yo aprendería a leer y escribir en casa. Con la ayuda de papá y de algunos libros, aprendí a leer y escribir muy bien, y aprendí algunos conocimientos básicos sobre la vida, como hacer cuentas, entre otras necesidades. Sin embargo, podría decirse que crecí con los ojos cerrados al mundo. Cuando yo comencé a crecer, come
No estuve consciente por algunas horas. Después del procedimiento, me quedé dormida porque ya era de noche, y desperté hasta la mañana siguiente. Cuando abrí los ojos me decepcioné de aún continuar con vida. Quería cerrar mis ojos y volver a dormir, pero mi cuerpo ya no podía hacerlo, ya había dormido por varias horas. Opté por permanecer absorta mirando al techo blanco. Traté de no pensar en nada, pero pronto, las malas noticias comenzaron a llegar hasta mí. Primero una enfermera intentó hacerme comer algo. Yo no tenía el más mínimo apetito, pero como yo no deseaba comer, ella fue a buscar al doctor arrogante, que aparentemente, me estaba atendiendo. Mientras la enfermera regresaba con el doctor, fingí que me quedaba dormida de nuevo para que no me molestaran. Pero, se dieron cuenta.—Muy bien señorita… Veamos, ¿por qué no quiere comer? ¡Debe hacerlo para tener fuerzas y atender la situación de su padre! ¡Eso no se va a resolver solo! —gritó el doctor, mientras yo tenía
Una intensa luz alumbraba mis pupilas, y poco a poco fui recobrando la conciencia. Al parecer se trataba de una lámpara médica, misma que hizo que mis ojos reaccionaran ante aquél brillo que casi me cegaba. Yo tenía unos tubos insertados en mis narices que llegaban hasta mis pulmones, y no podía respirar con ellos. Tuve que abrir la boca y comenzar a respirar con ella, pero no sentía que el oxígeno llegara a mis pulmones. Con desesperación, me agité mucho y abrí mis ojos muy grandes, tratando de enfocar algo y exclamar mi angustia. Mientras mis pupilas se estabilizaron para centrar el foco visual, escuché una voz que ya me era familiar. —Bienvenida… ¿Cómo te sientes? —dijo suavemente, muy cerca de mí.—¡No puedo respirar! —exclamé con urgencia. Entonces, él se acercó a mí, apareciendo primero como una silueta a contraluz, misma que se fue iluminando poco a poco hasta poderla enfocar con claridad. Lo primero que percibí, fueron un par de ojos celestes divinos. Eran los
Lo vi alejarse lentamente y no sabía qué pensar de todo eso. Él se sentía culpable, tal vez, pero no podía saber si también me apreciaba o solamente quería saldar cuentas conmigo… Sin embargo, mi corazón no me dejaba tranquila. Mi corazón me hacía reflexionar qué es lo que estaba pasando con él y conmigo, porque el simple hecho de haberlo visto por primera vez me hizo sentir una sensación inexplicable.Sinceramente yo quería creer, que tal vez, algún día y por alguna razón, él podría descubrir algún tipo de amor o cariño hacia mí… Esa era mi máxima ilusión en esos momentos… Pero era demasiado pedir, para ser verdad… Además, era imposible que un hombre como él pudiera enamorarse alguna vez de una chica pobre y común como yo. Él era muy importante y estaba segura de que muchas mujeres estarían detrás de él… Sin embargo, mi corazón había decidido creer…Mis esperanzas eran en vano. No había ninguna posibilidad para mí, estaba segura de que un doctor, hijo de grandes empresarios, jamás
—¡No doctor! ¡Yo no podría…! ¡Yo le debo mucho respeto y también creo que no hay razón por la que usted deba tratarme tan bien… —respondí nerviosa—Finalmente, ya no somos unos desconocidos ¿no…? —comentó Christopher , haciéndome sentir intimidada, ya qué mi doctor Christopher , tenía mi mano en la suya y la apretaba cada que tenía algo que decir para darme ánimos…—Por favor, Rachel… No me tengas miedo… El respeto, lo tenemos con todos ¿no crees…? No vamos a perdernos el respeto por solo tratarnos como amigos, porque yo ya me considero tu amigo y me gustaría que pudieras confiar más en mí, pero la verdad no sé cómo ganarme tu confianza quisiera demostrarte que no tuve la intención de hacerte daño en la carretera… Ni nunca… Y mucho menos ahora que te conozco en persona y veo que eres muy dulce… En verdad quisiera pagarte el daño que te hice sin querer… —aseguró Christopher .—Está bien, lo intentaré… Entonces, Christopher , dígame… este… Dime, ¿en verdad quieres ayudarme porque te na
El par de atractivos doctores entraron para platicar conmigo sobre mi lamentable situación, mis límites y qué es lo que podíamos hacer para ayudarme. Ambos se sentaron en un par de sillas de plástico blanco que acercaron junto a mi cama. Christopher me miraba con ternura, mientras que Ricardo me observaba con desconfianza.—Así que… Rachel, ya hablé con mi amigo, y ambos estamos dispuestos a ayudarte a comenzar una segunda vida… ¡Será increíble, te lo garantizo! —me decía Christopher con entusiasmo, pero Ricardo reaccionó e intervino…—¿Los dos? ¡Oye! ¿Cuándo dijimos que los dos? Yo no recuerdo haber dicho eso… —reclamó Ricardo Jaime.—¡Sí, los dos…! —guiñó Christopher a Ricardo… —¿Qué te parece si nos ayudas consiguiendo una cita con dos de tus ex…? —sugirió Christopher .—¡¿Qué?! ¿Por qué? ¿Insinúas que me rebaje a volver a hablarles a mis ex, para ayudar a esta…? ¿No te das cuenta que ella no tiene remedio? —se molestó Ricardo y fue despectivo conmigo. Yo entendí perfect