—¡No doctor! ¡Yo no podría…! ¡Yo le debo mucho respeto y también creo que no hay razón por la que usted deba tratarme tan bien… —respondí nerviosa
—Finalmente, ya no somos unos desconocidos ¿no…? —comentó Christopher , haciéndome sentir intimidada, ya qué mi doctor Christopher , tenía mi mano en la suya y la apretaba cada que tenía algo que decir para darme ánimos…—Por favor, Rachel… No me tengas miedo… El respeto, lo tenemos con todos ¿no crees…? No vamos a perdernos el respeto por solo tratarnos como amigos, porque yo ya me considero tu amigo y me gustaría que pudieras confiar más en mí, pero la verdad no sé cómo ganarme tu confianza quisiera demostrarte que no tuve la intención de hacerte daño en la carretera… Ni nunca… Y mucho menos ahora que te conozco en persona y veo que eres muy dulce… En verdad quisiera pagarte el daño que te hice sin querer… —aseguró Christopher .—Está bien, lo intentaré… Entonces, Christopher , dígame… este… Dime, ¿en verdad quieres ayudarme porque te nace o por que quisieras evitar problemas con la justicia? Y te agradecería que fueras sincero conmigo, porque para mí un amigo significaría lo más importante en el mundo… Y no quiero ilusionarme en vano… Estoy dispuesta a afrontar la verdad por dura que sea, así que, si eres honesto, probablemente te doy lo que me pidas… —dije con certeza y con seguridad en mí misma, porque lo que más me dolería sería que mis ilusiones puestas en él se fueran a la basura rápidamente.—¿Bromeas? ¿En verdad piensas eso de mí? ¡Uff! Creí que ya te había demostrado que solo quiero ayudarte… Escucha, ya sabes que yo estoy dispuesto a enfrentarme a los cargos, ¡es mi responsabilidad! ¡No tengo nada qué temer! ¡No soy un cobarde! Y aunque no lo creas, me duele que no confíes en mí, ni un poco… ¡Claro que no Rachel! Tienes razón en dudar de mí, porque para empezar fui yo quien te provocó todo esto y sí me siento culpable, culpable como no tienes idea… Porque lo que menos quiero en el mundo es dañar a alguien tan inocente como tú. No te lo mereces, ni de mí ni de nadie… Me gustaría asegurarme de que siempre estés bien, aunque yo tenga que ir a la cárcel… No quiero que nadie te pueda hacer más daño del que ya has sufrido… Quisiera que tuvieras la oportunidad de comenzar una nueva vida, sin temor, sin tristeza y sin que alguien te lastime… —expresó Christopher , suspirando.Christopher me hizo estremecer en ese momento con sus palabras. Mi alma y mi corazón vibraban al mismo tiempo. Quizás Christopher había llegado a mi vida para ayudarme a comenzar esa nueva etapa, pero todavía no lo sabía. Sin embargo, mi corazón sentía que entre él y yo había una conexión extranormal… Algo más allá, que nos unía… Pero que era difícil de explicar en ese momento.Christopher y yo nos mirábamos el uno al otro y no decíamos nada. Ni siquiera parpadeábamos. Solamente sentíamos nuestra presencia, pero su amigo Ricardo interrumpió nuestro mágico momento.—Ejem… Parece que interrumpo, ¿no es así? Si escuché bien, Christopher , estás insinuando que quieres ayudar a esta chica a comenzar una nueva vida… ¿No? Pero… ¿Exactamente cómo planeas hacer el milagrito? ¿No crees que debas preguntarle primero a “ciertas personas”, antes de aventurarte de misionero? —aseveró Ricardo, lanzándole una mirada amenazante a Christopher .—¡Oh! ¡Ricardo! ¿Pero, estabas escuchando? ¿Desde cuándo? Ni siquiera te escuche entrar… A veces eres demasiado silencioso, que pareces una fiera al acecho… Está bien… Te explicaré todo, saldré contigo a hablar. Espera un segundo, por favor Rachel, ya después conocerás a este chico gruñón… Me disculpo por él, no lo tomes personal… —señaló Christopher a su amigo y luego fue con él afuera de la habitación.—¿Qué te sucede Christopher ? ¿Has perdido la cabeza? ¿Por qué estabas dándole falsas esperanzas a esa chica? ¡Tan solo es una paciente más! No le hagas creer que estarás con ella para siempre… ¿No te diste cuenta de cómo te miraba? ¿Qué es eso de ver que ella esté bien, que nadie le haga daño…? ¡Eso no te corresponde a ti…! ¡Tú no puedes controlar esas cosas! —regañó Ricardo a Christopher .—¡Por favor amigo, no pienses mal de mí o de ella! Yo solamente quiero ser amable con ella y ofrecerle mi amistad, porque me parece que ha sufrido mucho y no se merece la vida que está teniendo… Me gustaría ayudarla a comenzar una nueva vida porque creo que merece una nueva oportunidad. Eso es todo…—Lo creo de ti, porque te conozco y sé que te la pasas ayudando a todo el mundo: mientras más ayudas, más feliz eres… Pero, esta situación se podría malinterpretar y salir de control, sobre todo porque ella es una mujer muy inestable… Tú eres un hombre y ella es una chica vulnerable… ¿Entiendes…? —reflexionó Ricardo.—No te preocupes por favor… No hay nada raro entre nosotros ni nada que temer… Aunque ella sea una chica, mi intención con ella es la más pura e inocente… No veo que haya nada de malo por cuidarla como su amigo… Además, yo jamás trataría de sacar provecho de esto y me conoces bien… Me ofende que dudes de mis principios… —reconoció Christopher .—¡Ok! ¡Ya había olvidado que eres el intachable doctor Christopher King, estrella dorada del hospital y de los jefes! —dijo Ricardo con sarcasmo… —¡Sí, sí! Pero no lo digo por eso, ni dudo de tu integridad… ¡Sino por la chica! ¡Tú no la conoces, ni sabes sobre sus sentimientos! ¡Ni tampoco sabes cómo va a reaccionar al tenerte cerca de ella protegiéndola y cuidándola! ¡No podemos imaginar lo que es capaz de hacer si llega a ilusionarse contigo…! ¡Sabes cómo son las mujeres cuando se encaprichan con uno! —advirtió Ricardo Jaime.Christopher King reflexionó al respecto, tomando en cuenta las palabras de su amigo. Christopher pensaba que quizás en cierta forma él tenía razón, ya que en sí, él mismo se sentía vulnerable ante mi presencia y había surgido en él una rara necesidad de permanecer a mi lado… Pero Christopher creyó que podría manejarlo.—Te prometo que tendré cuidado y que trataré de que nada de eso suceda, porque lo menos que quiero es herirla aún más… Pero, en el caso de que sucediera, sé qué haría lo posible para no dañarla… Protegeré sus sentimientos de mí o de cualquiera, porque después de lo que le he hecho, lo menos que puedo hacer es asegurarme de que sea feliz —respondió Christopher , confiando en que el destino lograría ponerlo en el camino correcto.—Ten mucho cuidado amigo… ¡Allá tú! Yo cumplí con advertirte… Si quieres ayudarla, házlo… Pero, por favor, no te involucres con ella… Sobre todo por Rosa… ¡Ya sabes cómo es ella! Es tan celosa y posesiva que te mataría si tu amistad con esta chica se malinterpreta… Y mi padrino no estaría tan feliz de tener que lidiar con una hija desquiciada en su vida, ¿entiendes…? —comentó Ricardo, finalmente, teniendo en cuenta que Rosa Goldsmith estaba muy encaprichada con Christopher King, y que su padre ya había dado la autorización para su relación.—Sí amigo, lo entiendo. Estoy consciente de todo eso y créeme que no voy a causarle ninguna decepción al director… Además, por el momento ellos no tienen que saber nada de lo que voy a estar haciendo para ayudar a la pobre Rachel… En el futuro no creo que ellos vean que ayudar a alguien sea algo malo, al demostrarles que pueden confiar en mí y que no se trata de una conquista… Te prometo que tendré cuidado sobre todo con las cosas que se pueden malinterpretar… La chica me da una sensación muy agradable, ¿sabes?... Sé que ella no es de las que se prestan para causar problemas y también sé que va a entender que yo tengo un compromiso con tu Rosa. Así que ambos tendremos mucho cuidado en mantener nuestra relación solamente de amistad, no te preocupes…—concluyó Christopher King y ambos regresaron como buenos amigos a mi habitación.A pesar de las buenas intenciones de Christopher King por ser mi amigo y ayudarme a tener una segunda oportunidad en la vida, él no sé imaginaba que ya se había grabado en mi corazón y que no sería tan fácil para mí sacármelo de ahí.El par de atractivos doctores entraron para platicar conmigo sobre mi lamentable situación, mis límites y qué es lo que podíamos hacer para ayudarme. Ambos se sentaron en un par de sillas de plástico blanco que acercaron junto a mi cama. Christopher me miraba con ternura, mientras que Ricardo me observaba con desconfianza.—Así que… Rachel, ya hablé con mi amigo, y ambos estamos dispuestos a ayudarte a comenzar una segunda vida… ¡Será increíble, te lo garantizo! —me decía Christopher con entusiasmo, pero Ricardo reaccionó e intervino…—¿Los dos? ¡Oye! ¿Cuándo dijimos que los dos? Yo no recuerdo haber dicho eso… —reclamó Ricardo Jaime.—¡Sí, los dos…! —guiñó Christopher a Ricardo… —¿Qué te parece si nos ayudas consiguiendo una cita con dos de tus ex…? —sugirió Christopher .—¡¿Qué?! ¿Por qué? ¿Insinúas que me rebaje a volver a hablarles a mis ex, para ayudar a esta…? ¿No te das cuenta que ella no tiene remedio? —se molestó Ricardo y fue despectivo conmigo. Yo entendí perfect
Christopher trajo un plato con fruta bañada en yogurt y Ricardo una jarra con agua y un vaso. Cuando Ricardo me servía el agua, Christopher se acercó a darme la fruta en la boca. No pude resistirme y acepté el bocado. Me daba mucha vergüenza, y sentí mis mejillas hirviendo. Él me miró satisfecho y se dispuso a escucharme mientras me hacía comer y beber, con el objetivo de llegar al punto que buscaban.—Así que… Has sufrido mucho últimamente… ¡Ya me imagino! —exclamó Christopher King, dándome otra cucharada. —¿Cómo te sientes con todo esto?—Así es… La verdad, ¿no sé porqué simplemente no me muero? —confesé, bajando la mirada. Christopher volteó a mirar a Ricardo, como diciendo “ya lo ves”...—¡No digas eso Rachel! Hay muchas personas que te quieren y les dolería mucho perderte… —afirmó, sosteniendo mi barbilla con su mano, para levantar mi cara.—¡No Christopher ! ¡Te equivocas! ¡Nadie! ¡ Ya sabes que no tengo a nadie en el mundo! ¡No hay nadie que se preocupe por mí! ¡Nadie a qu
Me quedé mirando a los dulces y tiernos ojos de Christopher , y sentí un alivió y agradecimiento al escuchar sus palabras. Pagué su dulzura sonriendo para él. Él me sonrío también, sabiendo que ya nos estábamos entendiendo. Luego, Christopher King quiso cambiar de tema.—Quizás deberíamos tratar de buscar a tu madre y decirle que estás aquí… —sugirió, sin entender que no tenía sentido.—¡Imposible! Si yo misma no tengo idea de quién es, lo único que tengo es una fotografía muy vieja de ella… ¡Nadie en el mundo lo puede saber! ¡Es imposible encontrarla! —exclamé. —¡Lo lamento mucho! —dije con el corazón roto, conservando mi silencio por un momento. Quería satisfacer la duda de Christopher , pero en verdad parecía que ya estaba sola por todo el tiempo que tuve que hacerme cargo de mi padre, y esa era mi realidad. Christopher se quedó pensando en una solución, ya que él mismo estaba preocupado por encontrarme a algún familiar o conocido, pero yo estaba segura de que eso era i
Estaba contando a Christopher King mi teoría de cómo mi foto fue la que arruinó todo entre el hombre sin foto y yo, y la forma en la que le mostré la foto de mi madre también, ocasionando que inevitablemente nos comparara, pues se dio cuenta de lo evidentemente guapa que era ella y yo no, cuando Ricardo Jaime se acercó silenciosamente como un fantasma y me dio el vaso de agua. No nos habíamos dado cuenta de su presencia hasta que él dijo un comentario insulso en voz alta, que llamó nuestra atención.—Eso te pasó por confirmarle que te consideras fea. Si dices que tu madre era más guapa que tú, ¡obviamente que iba a confirmarlo sin dudar! A los hombres nos seduce más la actitud y la seguridad propia que cualquier otra cosa. Si actúas como tonta y fea, así te tomarán —comentó Ricardo, haciéndome brincar del susto.Las palabras de Ricardo Jaime eran muy duras, pero tenía razón. No importaba cuántas veces Christopher King me dijera que yo no era fea, si yo no comenzaba a creer eso
—Querido Christopher … ¡Tienes un corazón de pollo! Eres demasiado débil para este trabajo, siempre pensando en las emociones de los pacientes. ¡Trae para acá ese expediente! ¡Esta vez lo haré por ti! Pero solo, porque espero que al fin me aceptes ese café que tenemos pendiente, ¡eh! —advirtió su jefa, la Dra. Clarisse, cuando Christopher King no logró darme aquella noticia.Sin embargo, Christopher King se alegraba de que ese café nunca llegaría. Siempre que la Dra. Clarisse lo invitaba o decía algo al respecto, Christopher King respondía que tenía cosas que hacer con Rosa, hija del director del hospital, por lo que Clarisse no podía poner objeción. —¡Sé que Rosa no es mi novia en sí, tampoco es que ella sea todo un encanto, pero el hecho de que ella esté enamorada de mí, me ha ayudado bastante a controlar a las mujeres que me acosan como a la Dra. Clarisse y a otras! —pensaba Christopher , mientras esperaba en la sala de espera. Mientras Christopher King estaba perdido en
Ricardo Jaime me miró fijamente a los ojos. Su mirada era fría e intimidante. Sus cristalinos ojos grises apenas dejaban ver las dimensiones de sus pupilas, lo que me causaba calosfríos. Ricardo no bromeaba sobre su amenaza de evitar que se presentara algún malentendido entre Christopher King y mi presencia en su casa. Entonces, comprendí que mi papel en la vida de Christopher King solo sería de amistad, y una amistad muy distante. Con las mejillas ruborizadas, y con el corazón roto, tuve que asentir tímidamente, pasando saliva.—No te preocupes, Ricardo Jaime … No me interpondré entre ellos y cuidaré mi distancia para evitar cualquier malentendido. De todas maneras, yo estaba segura de que un chico tan atractivo como él, jamás se fijaría en mí. De eso ya no me cabe duda. Lo que hace Christopher , solo lo hace por ayudarme… Ya me quedó claro… —confirmé, mostrando que había entendido perfectamente las palabras de Ricardo Jaime .—Buena chica… Pero no abuses de su generosidad. Promet
—¡Dr. Richard Goldsmith! ¡Lo siento! ¡No me había dado cuenta de que usted estaba aquí! ¿Vino a visitar a Rachel también?... ¿Acaso la conoce? —se disculpó Christopher , pero sospechó del director, y él de Christopher …—Yo te lo preguntaré de nuevo hijo… ¿Cómo está eso de que la chica es tu alumna…? Tú y yo sabemos que eso no es verdad… —reflexionó el director. —Habla muchacho… —¡A usted no puedo engañarlo! Pero, por favor, no le diga nada a nadie en el hospital y ayúdeme. Verán, ella es una chica buena, y no tiene a nadie más en el mundo... Acaba de perder a su papá, el señor Pedro Baker, quien fue mi fiel empleado, y no merece pasar por esto ella sola… Y yo no puedo hacerme el desentendido después de lo que le hice… Creo que a estas alturas usted ya se enteró de que falté un par de días porque fui yo mismo quien la arrolló… ¿Pueden fingir que no saben la verdad, por favor, para evitar el escándalo y hacerla pasar por mi alumna? Quiero cuidar de ella mientras se pone estable emoci
—De acuerdo, solo tomo unas cosas y me iré… Por cierto, ¿dónde está tu “héroe”? ¿Ya no te llevará a su casa?... ¿Lograste convencerlo? ¿Estabas llorando, verdad?... Tienes todos los ojos hinchados… ¿Fue por eso? ¿Y ese vestido? —cuestionó Ricardo, dándome la espalda.La verdad, me molestó que preguntara tanto y no se fuera. Para no tener que soportarlo más tiempo, tuve que contestarle rápidamente.—Está con el director… Vino a visitarme porque conoció a mi padre y él me obsequió este vestido… Christopher fue a tomar un café con él… Creo que ahí me esperarán… Y sí, antes de que tu entraras sin tocar, estaba llorando porque hoy será el día en que dejaré mi pasado atrás… ¿Algo más, señor? —respondí de mala gana.—¡No me contestes así, chica berrinchuda! ¿Crees que a mí me importa tu vida? ¡Ja, ja! ¡Qué risa! —dijo con sarcasmo. —Solo te pregunto porque me preocupa el futuro de mi amigo, y más ahora, que al parecer mi padrino está al tanto de tu situación. ¿Qué no te pones a ver lo que