GINAMe desperté aún desnuda en su cama, sola y con su espacio en la cama ya frío. Pero el pequeño piso olía a café. Iba a levantarme cuando escuché la puerta abrirse y me quedé tumbada con la cabeza aplastada en la almohada.En silencio se acercó y el colchón se hundió con el peso de su cuerpo. Me bajó la sábana por la espalda hasta que casi descubrió mi culo y me hizo temblar el sentir sus dedos pasearse por mi espalda desnuda. Me acarició con cuidado y a los sengundos sentí la humedad de su boca ascendiendo por mi cuerpo.—Gina —me susurró. Musité contra la almohada—. Levántate y vamos a desauyunar. Tengo que llevarte a casa.Me dolía un poco la entrepierna pero lo camuflé bien aunque Blake no dejó de mirarme ni un minuto mientras desayunábamos. Me volvió a preguntar mil veces si me sentía bien y yo mil veces le aseguré que estaba mejor que nunca.—Deberías ducharte antes de irnos. Hueles a mi. Y a mucho sexo.Le di una miradita y me sonrió con inocencia fingina. Sin embargo me met
GINA La vuelta a las clases ya no era como siempre. Entre clases siempre buscaba a Blake y había descubierto que se escondía tras las gradas a fumar en los ratos libres, a veces yo lo acompañaba para charlar y besuquearnos. —Puedo hacerte las tareas de matemáticas —le dije—. No me importa. —Prefiero que me sigas enseñando. En mi casa. Nunca le enseñaba mucho, cuando Blake me empezaba a toquetear y a mirarme tan de cerca, yo ya no sabía ni de lo que hablaba. Terminábamos en su cama. Pasábamos muchísimo tiempo juntos y eso nunca nos resintió, nos veíamos en el instituto y algunas tardes tras las clases; y nos veíamos los fines de semana cuando íbamos al bar del polígono. Aunque también haciámos otros planes Para mi, estar con Blake era lo mejor de mis días. Estaba tan enamorada de él que a veces no quería irme. Cuando empezó a acercarse el fin del instituto una nube de extrañeza nos envolvió. Una parte de mi quería quedarse en casa, cerca de él y de lo que conocía; pero otra parte
Supongo que vivir por mi cuenta no es tan guay, sobre todo si cada fin de mes le tengo que estar pidiendo dinero a mi madre. Pensaba que la vida después de la universidad sería trabajar de lo mío: Economía, y que podría independizarme con más facilidad y mantener mi vida adulta con todo lo que eso conlleva. Pero no. He recogido todas mis cosas y las he metido a presión en mi chatarra de coche para conducir siete horas hasta casa de mi madre. Mi coche es tan malo que tengo que hacer un descanso de por lo menos veinte minutos cada hora y media de viaje.Son las dos de la madrugada cuando aparco en la entrada del garaje y ahí está mi madre, esperándome en pijama sentada en la silla de plástico del porche. Se contiene para gritar cuando me ve y me da un abrazo tan fuerte que me deja sin aire. Lleva mucho tiempo deseando que vuelva con ella y yo me he esforzado por demostrarle que puedo salir adelante por mi cuenta. Spoiler: no se me ha dado bien.—¡Pero mira qué grande estás! Verás que to
Cuando conocí a Blake era un "chico malo" bastante en su línea. Era alto, no tenía muchos músculos, fumaba y se metía en problemas. Sin embargo ahora que lo veo tras tantos años me vuelve a causar el sentimiento de que yo jamás he visto a un hombre tan atractivo.Sigue igual de alto pero le han salido tantos músculos que las mangas de su camiseta parecen de licra pegada a la piel. Ya no lleva ese corte de pelo estandar como el resto de chicos. Ahora tiene una hilera de tatuajes en ambos brazos que le recoren desde los dedos hasta sobresalirle por el cuello... Pero sigue fumando y sigue dando miedo como primera impresión. Ya no es un chico de instituto, es un hombre.—¿Pero qué te trae por aquí? ¡Cuanto tiempo! —me anima Josh, que suelta su taco de billar y abre los brazos para mi.Lo miro a él, que también ha dejado de ser un chico para convertirse en un hombre más grande, con el mismo pelo rapado y el piercing de la ceja.—Hola —me río y dejo que me estreche con fuerza. Antes éramos
Empiezo a hacer planes con Tania y con Lilly, como ellas trabajan todas las mañanas hasta por la tarde, suelo ir a cenar a su apartamento para cotillear de cosas hasta que nos podemos al día.—¿Y no habéis vuelto a hablar? —me pregunta Lilly.—Me cambié el número el año pasado y ya no hablaba con él. Da gracias que hablaba contigo.—¿Y no tienes pensado volver a retomar aunque sea una amistad?—Bueno, tiene novia y...—¿Y eso que tiene que ver? —me corta Tina mientras zappea con el mando—. Solo una amistad, no tenéis que acostaros.—Y hablando de estos temas... —dice Lilly—. Nunca me volviste a hablar de aquel chico con el que salías. Era súper guapo.—Y super mala persona —admito. Muy poca gente lo sabe, él me alejó de mucho—. Le puse una orden de alejamiento.De repente la cena y la televisión dan igual. Las dos chicas se me echan encima bien atentas, preocupadas. Ya no es algo que me importe tanto contar, lo tengo como agua pasada y más ahora que he me alejado tanto.Recuerdo que c
De todos los currículums que mando a empresas solo recibo una llamada y me pongo mi mejor traje de dos piezas para la entrevista. Me tiro horas para arreglarme y verme decente, más madura y seria de lo que soy. Le mando una foto a mi madre y dice que la enmarcará con la frase: "La primera entrevista de mi hija".Estoy saliendo dos horas antes de la entrevista solo para ser previsiva y afrontar cualquier imprevisto. Todo tiene que salir bien. Cuando me adentro en la autopista para ir al centro de la ciudad la radio de mi coche empieza a tintinear, lo hace mucho y de un golpe se repara, sin embargo no hay golpe que arregle la chatarra que es.—No no no no.Pongo el intermitente y el coche me deja tirada en el arcén. Durante unos minutos en los que entro en pánico no tengo ninguna idea de lo que hacer. Quiero echarme a llorar pero eso me arruinará el maquillaje. ¿Es que tan mala persona he sido en otra vida? Cojo aire y llamo a la grúa que tarda una eternidad en llegar y otra más en llev
Para cuando llega el viernes por la noche y aún no me han llamado, no me quiero desanimar, me dieron una semana de plazo para recibir algún tipo de respuesta. A modo de darme ánimos y de celebrar que ya es viernes, me veo de nuevo en el bar del polígono con una cerveza en la mano. —Venga, ¡anímate! —me dice Tina—. Sino es en esa empresa será en otra. —Ya... —No es solo eso. Está así por lo de Blake —se entromete Lilly y me mira tan de cerca que le veo hasta las pecas con esta mala luz. Ni yo sé qué de todo es lo que me tiene así. —¿Y qué es lo de Blake? Según tú —digo, igual así me ilumina. Abre los ojos y los brazos, casi le tira su cerveza a un tío que nos mira mal. —¡Por favor, Gina! Blake y tú estáis echos para estar juntos. Él sale con una tía que hasta tú sabes que es tu reemplazo y tú saliste con un hijo de puta que se asemejara a él. ¡Tina! Dame la razón —le exige—. Gina, nunca has dejado de estar enamorada de Blake. Jamás he visto una relación como la vuestra, eráis pe
Dejo mi ropa bien doblada en el baño y cojeo hasta sentarme de nuevo en su sofá. Escaneo un poco su apartamento, todo con colores neutros, más grande de lo que esperaba y con muy poca decoración.Escucho como cruje la tarima cuando Blake se acerca y se deja caer a mi lado en el sofá. Deja un vaso de agua en la mesa de centro de cristal, cuando lo cojo, lo hago con el brazo que no me duele.—¿Me vas a decir quién era ese? Porque te conoce.—Mi exnovio —respondo.Se revuelve a mi lado y por fin lo miro. Solo lleva unos pantalones del pijama, solo eso. Se ha tatuado un ágila en el pecho y todos sus tatuajes desde los brazos hasta el cuello, hasta el pecho, están conectados con más tinta negra. Le quedan bien. Le hacen tener una apariencia intimidante pero Blake no es malo.Las yemas de los dedos me cosquillean por tocarlo pero no lo hago, le doy un trago al agua.—Es un puto gilipollas.—Es un agresivo de mierda —le corrijo—. Le puse una orden de alejamiento que venció hace cosa de un me