Empiezo a hacer planes con Tania y con Lilly, como ellas trabajan todas las mañanas hasta por la tarde, suelo ir a cenar a su apartamento para cotillear de cosas hasta que nos podemos al día.
—¿Y no habéis vuelto a hablar? —me pregunta Lilly.
—Me cambié el número el año pasado y ya no hablaba con él. Da gracias que hablaba contigo.
—¿Y no tienes pensado volver a retomar aunque sea una amistad?
—Bueno, tiene novia y...
—¿Y eso que tiene que ver? —me corta Tina mientras zappea con el mando—. Solo una amistad, no tenéis que acostaros.
—Y hablando de estos temas... —dice Lilly—. Nunca me volviste a hablar de aquel chico con el que salías. Era súper guapo.
—Y super mala persona —admito. Muy poca gente lo sabe, él me alejó de mucho—. Le puse una orden de alejamiento.
De repente la cena y la televisión dan igual. Las dos chicas se me echan encima bien atentas, preocupadas. Ya no es algo que me importe tanto contar, lo tengo como agua pasada y más ahora que he me alejado tanto.
Recuerdo que cuando mi madre se enteró fue porque apareció de sorpresa en el apartamento que compartíamos y se encontró con platos rotos por todas partes y me sangraban las plantas de los pies por haberme cortado. Quizás pude hacer pasar aquello por un accidente pero no los moretones que siempre me dajaba en los brazos. Si bien nunca pegó como tal, Danny era bastante posesivo y solía zarandearme a su gusto dejándome sus huellas en la piel. Se puso como loca y yo la entendía mejor que nadie, estaba deseando dejar a Danny y marcharme, pero... Pero me daba miedo. Me daba tanto miedo que mi madre y un par de amigas tuvieron que arrastrarme a comisaría para poner la denuncia.
De todas formas un papel que decía que no se podía acercar a mi no servía de mucho. Le conté a mi madre que me dejó en paz, que se había ido lejos, pero estoy aquí (en parte) por todo lo contrario. Danny, el dinero, trabajar como una esclava para unos borrachos...
—Joder, Gina. ¿Por qué nunca me lo contaste?
—No hablábamos tanto como para contarte mis follones sentimentales con ese troglodita.
Ahora soy súper valiente para hablar de él así, insultarlo y quejarme, pero hasta hacía cosa de un año ni me atrevía a discutir mucho con él. Lo hice al principio, le devolvía los gritos hasta que empezó a doler.
Cambiar de tema sirve para aligerar el ambiente aunque algo se queda turbio. Me quedo con ellas hasta poco antes de las doce y cojo mi coche de vuelta a casa de mi madre.
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Durante el fin de semana asistimos a una fiesta en la casa más grande de la salida a la ciudad. Está atiborrada de gente universitaria y algunos más mayores. Con una lata de cerveza en la mano y a medio camino de llegar a alguna parte estable, me cruzo de lleno con una chica. La novia de Blake.
—Perdón —musita, casi ni la oigo.
Algo de su bebida me ha salpicado.
—No pasa nada —le aseguro.
Lilly me aprieta la mano y yo sigo de largo. Cuando por fin llegamos a un hueco junto a las escaleras, Tina lo suelta.
—Es la novia de Blake —dice.
—Yo creo que empezó con ella porque es incapaz de superarte —dice Lilly.
Ya, y quizás yo empecé con Danny porque quería encontrar a alguien que se asemejara a Blake.
—Han pasado seis años, no os montéis películas.
Con el paso de las horas, de la noche y de las cervezas, esquivo a un par de personas para llegar al baño de la planta de arriba. Me apoyo contra la pared para descansar y esperar la fila, cierro los ojos.
—Hola.
Los abro y miro a mi derecha.
—Hola —saludo.
—Soy Akira.
—La novia de Blake —completo yo.
Ella asiente lentamente y algunos mechones de pelo castaño y liso le ocultan el rostro avergonzado. Es una chica buena, puede que demasiado.
—Sí... Ummm... Y sé que tú eres Gina, su exnovia.
—Han pasado seis años de lo nuestro, soy su ex ex ex exnovia —bromeo—. ¿Va todo bien?
—Oh, sí, es que... —duda y se le traba la lengua. Al final intenta darse media vuelta pero se frena—. Es que...
—Solo estábamos hablando la semana pasada. No pasó nada más —le aclaro.
Se vuelve roja, soy capaz de verlo pese a la mala iluminación.
—No es eso es que... Llevamos casi tres años juntos y ahora está... raro desde que te vio.
¿Tres años? Wow. Me sorprende para alguien que decía que no era de relaciones y solo le interesaba el sexo. Supongo que descubrió lo buen novio que era.
—¿Lo has hablado con él? Yo no te puedo ayudar mucho en eso.
—No me dice mucho.
Me da algo de pena porque la entiendo. Si Blake se hubiera comportado así conmigo me hubiera vuelto loca. Blake te atrapa.
La fila avanza y antes de entrar en el baño vuelvo a mirarla. No encaja en una fiesta, de echo creo que se está muriendo de sueño.
—Mira, Blake no estaría tanto tiempo con alguien a quién no quiere —le digo porque es lo único que se me ocurre para animarla—. No te preocupes por mi, tengo demasiados lios como para pensar en otras cosas.
Entro al baño y al salir ella sigue ahí, apoyada en la pared con los ojos cerrados. Le toco el hombro y pega un salto que casi se tropieza con un borracho del suelo.
—¿Estás bien? ¿Y Blake? —le pregunto.
—No he venido con él, estoy con unas amigas pero... están a otras cosas y yo...
Me pone un poco nerviosa su forma de hablar, se le nota algo de acento y seguramente sepa hablar su otro idioma natal. Yo a duras penas aprendí un par de palabras filipinas antes de rendirme. Sin duda ella es un mejor partido que yo.
—¿Quieres que te lleve a casa?
Suficiente tengo con que me coja tirria por pensar que quiero quitarle a Blake, y me da pena que esté aquí tan sola medio dormida en un pasillo. Además, es tarde y necesito ser productiva cuando llegue el día.
De camino a mi coche me encuentro a Tina y a Lilly, ambas se quedan y yo llevo a Akira a la dirección de su casa. Al parecer vive con sus padres en una casa bastante bonita a un par de calles de la fiesta.
De todos los currículums que mando a empresas solo recibo una llamada y me pongo mi mejor traje de dos piezas para la entrevista. Me tiro horas para arreglarme y verme decente, más madura y seria de lo que soy. Le mando una foto a mi madre y dice que la enmarcará con la frase: "La primera entrevista de mi hija".Estoy saliendo dos horas antes de la entrevista solo para ser previsiva y afrontar cualquier imprevisto. Todo tiene que salir bien. Cuando me adentro en la autopista para ir al centro de la ciudad la radio de mi coche empieza a tintinear, lo hace mucho y de un golpe se repara, sin embargo no hay golpe que arregle la chatarra que es.—No no no no.Pongo el intermitente y el coche me deja tirada en el arcén. Durante unos minutos en los que entro en pánico no tengo ninguna idea de lo que hacer. Quiero echarme a llorar pero eso me arruinará el maquillaje. ¿Es que tan mala persona he sido en otra vida? Cojo aire y llamo a la grúa que tarda una eternidad en llegar y otra más en llev
Para cuando llega el viernes por la noche y aún no me han llamado, no me quiero desanimar, me dieron una semana de plazo para recibir algún tipo de respuesta. A modo de darme ánimos y de celebrar que ya es viernes, me veo de nuevo en el bar del polígono con una cerveza en la mano. —Venga, ¡anímate! —me dice Tina—. Sino es en esa empresa será en otra. —Ya... —No es solo eso. Está así por lo de Blake —se entromete Lilly y me mira tan de cerca que le veo hasta las pecas con esta mala luz. Ni yo sé qué de todo es lo que me tiene así. —¿Y qué es lo de Blake? Según tú —digo, igual así me ilumina. Abre los ojos y los brazos, casi le tira su cerveza a un tío que nos mira mal. —¡Por favor, Gina! Blake y tú estáis echos para estar juntos. Él sale con una tía que hasta tú sabes que es tu reemplazo y tú saliste con un hijo de puta que se asemejara a él. ¡Tina! Dame la razón —le exige—. Gina, nunca has dejado de estar enamorada de Blake. Jamás he visto una relación como la vuestra, eráis pe
Dejo mi ropa bien doblada en el baño y cojeo hasta sentarme de nuevo en su sofá. Escaneo un poco su apartamento, todo con colores neutros, más grande de lo que esperaba y con muy poca decoración.Escucho como cruje la tarima cuando Blake se acerca y se deja caer a mi lado en el sofá. Deja un vaso de agua en la mesa de centro de cristal, cuando lo cojo, lo hago con el brazo que no me duele.—¿Me vas a decir quién era ese? Porque te conoce.—Mi exnovio —respondo.Se revuelve a mi lado y por fin lo miro. Solo lleva unos pantalones del pijama, solo eso. Se ha tatuado un ágila en el pecho y todos sus tatuajes desde los brazos hasta el cuello, hasta el pecho, están conectados con más tinta negra. Le quedan bien. Le hacen tener una apariencia intimidante pero Blake no es malo.Las yemas de los dedos me cosquillean por tocarlo pero no lo hago, le doy un trago al agua.—Es un puto gilipollas.—Es un agresivo de mierda —le corrijo—. Le puse una orden de alejamiento que venció hace cosa de un me
Lilly se queda conmigo hasta que se hace de noche y el cotilleo se nos ha cansado. Mi madre le invita a cenar pero ella, tapándose el chupetón, le da un abrazo y le dice que mejor a la próxima. Durante la cena mi madre no deja de preguntarme si estaré bien quedándome sola por las mañanas y yo no dejo de asentir. —Esta semana me tienen que llamar de la entrevista que hice, de todas formas voy a estar ocupada viendo más ofertas de trabajo. Estaré bien. Aun así, por la mañana cuando le toca irse a trabajar me lo repite un par de veces y yo pongo mi mejor sonrisa para que se marche tranquila. Yo me quedo sentada en el sofá de casa navegando por páginas web que ofertan trabajos. No quiero tener que volver a trabajar en un bar. Mi búsqueda se ve interrumpida por el timbre de casa. Dejo el ordenador en el sofá y cojeo hasta la puerta. Antes abrir ojeo por la mirilla y casi me caigo de culo. ¡¿Pero qué hace aquí?! > Vuelve a llamar y me paso los dedos por el pelo antes d
Cuando me quedo sola, vuelvo a lo mismo del trabajo hasta que me llaman del ayuntamiento de la ciudad y me entretengo con otros cientos de trámites. Tengo que cambiar mi domicilio y renovar un montón de papeles.Estoy liada hasta que se hace tarde y llamo a Lilly. Necesito contárselo a alguien.—Creo que hemos vuelto —le digo.Chilla a través de la línea.—¡Te lo dije! ¿Cuándo habéis hablado?—Ha estado aquí ésta mañana y hemos hablado de algunas cosas... Akira lo ha dejado.—¿Ella a él? Pobre chica.—Ya...—Pero bueno, era obvio que pasaría. ¿Estás feliz?No lo tengo que pensar mucho, si hablamos solo de Blake, sí, claro que estoy feliz.—Sí. Supongo que tenías razón.—¿Supones? Sois almas gemelas y todas esas cursiladas, sabes que tenía razón. ¡Jo! Ahora tengo ganas de veros juntos y que me déis envidia.Me hace reír.—¿Y qué hay de Josh? —curioseo.La escucho gruñir y me quedo pegada al teléfono casi veinte minutos escuchándola quejarse de lo mucho que odia que la llame "pelirroja"
Me quedo con él hasta que se hace tan tarde que lo mejor es dormir aquí, con él, esta vez los dos en la cama. Nos hundimos bajo las sábanas tan pegados que su piel se mezcla con la mía y si no fuera por toda esa tinta que tiene no distinguiría el inicio de uno del otro. Dibujo las formas de sus tatuajes, de cada trazo negro que parece hecho con furia. Siento como su piel se eriza bajo mis dedos, a mi me pasa lo mismo cuando su mano el camino de colarse bajo su camiseta para acariciarme la espalda desnuda. Me quita todo el sueño. Solo tengo que elevarme un poco para alcanzar su cuello con mis labios, lo oigo suspirar y saber lo que provoco en él me da más ganas de hacer cualquier cosa. Le lleno de besos hasta que alcanzo su boca y el clima entero en la habitación se vuelve más caluroso. Siento como la sábana deja de envolverme, me molesta, sobretodo cuando su mano se apoya en mi culo y empuja sobre él. Solo tengo que rozarlo para darme cuenta de lo duro que está. Hace tanto que no es
A la mañana siguiente me llama la policía: han detenido a Danny porque se ha metido en otra pelea en el bar del polígono. Saber que no está rondando me deja mucho más tranquila, y a mi madre que ya no revisa hasta las ventanas antes de dejarme sola en casa por las mañanas.El sábado tenemos una noche de chicas y me paso toda la tarde arreglándome porque no tengo otra cosa mejor que hacer. Mientras me maquillo, Blake me llama y lo pongo en altavoz para seguir intentando hacerme un buen delineado.—Hola, guapa —me saluda.Me hace reír.—Como te conozco demasiado bien deja que te diga que hoy tengo noche de chicas con Tina y con Lilly.—Ah, ¿hoy no eres mía? —se burla—. ¿Dónde váis?—No lo sé, por ahí pero no sé donde. ¿Tú no harás nada?Me acerco al espejo y abro la boca como un pez para concentrarme con el trazo.—No lo sé. Te diré algo con lo que sea.Hablamos hasta que el coche de Lilly frena en la calle, lo veo por la ventana. Me enfundo mis zapatillas cómodas y una chaqueta de cuer
El lunes hago lo de siempre: enviar currículums, escribo cartas de presentación personalizadas para cada empresa pero no da resultados. Es un asco y por si fuera poco, creo que mi coche no tiene arreglo.Una de esas mañanas de la semana accedo a ir con Blake a pasar la mañana en taller. Josh me saluda en cuanto me ve pero yo estoy más pendiente a mi coche medio desmontado en la parte trasera del taller junto a un montón de chatarra.—He probado mil piezas nuevas pero joder, es que es una chatarra de coche —me dice.Quiero lloriquear. No tengo dinero para comprarme otro coche por ahora, aunque no lo necesite porque no es que haga mucho y si lo necesito en algún momento podré usar el de mi madre si ella no lo necesita.—No pasa nada, Josh.Él, descamisado, vuelve a encorvarse por el motor de un coche.—¡Gina! —me grita Blake desde lo lejos.Levanto la mano para que se adelante, ya lo buscaré, quiero hablar un rato con Josh. Desde la distancia lo veo resoplar y eso me saca una sonrisa.—