Eduardo
¡Santo cielo! Mamá se ve radiante con su vestido color perla, tan simple, con un toque tan elegante, inspirado en el ambiente playero que lo hacen único. Sin perder un segundo más me acerco para captar su recorrido hacia el altar, camina despacio, sonriente, tan divina. En este día especial verla del brazo del señor, Francisco, tan esplendorosa y llena de vida me emociona hasta las lágrimas. La música sencillamente me toca el corazón y no soy el único. Al llegar al altar me coloco a un lado para hacer las tomas de frente ¡Hermoso! Los novios tomaron asiento y antes de empezar, Paola la mejor amiga de mamá, dio un breve discurso introductorio.
—Apreciados invitados, así como ustedes yo también me siento muy emocionada por ser parte de esta solemne unión que se realizará en unos momentos. Y más que nada estoy muy comEduardoLlegamos a la celebración para vivir unas fuertes emociones; como el lanzamiento del ramo de Novia. Las chicas solteras corren a ponerse en posición, entre ellas Priscila e Isa. Mientras filmo veo la emoción en el rostro de las damiselas y aunque deseo que Isabela tenga la dicha de tomarlo, vamos a ver que propone el destino para hacer más perfecto el momento que planeo.La novia se prepara “tres, dos, uno” lanza al vacío entre las risas de todas, dos intentos más y el ramoparece ir directo a las manos de Priscila.—No pienso casarme tan joven —susurra Bruno bebiendo de su copa de vino, observando el espectáculo.Enseguida llega el baile de los novios.—¿La piel se me pone chinita—me susurra Isabela? Que ya estaba a mi lado, filmando a su padre. —mi corazón se acelera tanto que parece que soy yo la novia.
Isabela Después de una boda de ensueño, con una fiesta hermosa que duró hasta la madrugada, nos quedamos dormidos, despertamos casi al medio día.Papá y Yolanda se preparan para su viaje de luna de miel a Brasil por un par de semanas.—Buen día, Isa —Dice Yolanda al verme.—Buen día, princesa—Sonríe papá colocando losomelettesobre los platos.—Buenos días —me acerco a la mesa y aspiro ese aroma único de la preparación de papá—¡Uhm! Amanecieron muy animados, se nota que tuvieron una noche muy satisfecha. —sonrío.—La mejor—Agrega Yolanda con una sonrisa pícara.—¡Oh! Ya estoy imaginándome de aquí a dos semanas. Creo que puedo ir pensando en pedirte mi auto personal aprovechando ese buen humor.—Quizás
Isabela - meses despuésLos recién casados volvieron de Brasil y nuestra casa en España los recibía con amor. No fue extraño tenerla en casa ocupando el lugar de mi madre, quizás porque ahora la veo con otros ojos y no como la impostora. Hemos empezado a llevarnos mucho mejor, digamos que podemos convivir bajo el mismo techo sin querer envenenarnos.Desde el primer día en el país papá inició los trámites de su residencia y en unas semanas dejó de ser un problema. Por otra parte, Eduardo no ha dejado de llamarme un solo día, la diferencia de horario no ha impedido que nos comuniquemos a menudo. Se desvela y todo, pero siempre está para darme el beso de buenas noches y los buenos días muy a su estilo.Sabe que me acalambra su quechua ¡Es tan lindo!No estamos pegados en la computadora o el teléfono celular, cada quien tiene
Desde mucho, la familiaMarsha hecho de las vacaciones de verano una tradición, a la que luego incluyeron alos Aldanay posteriormente a la hermosa Isabela. A pesar de su posición social, la familiaMars; una de las más importantes de España con su cadena de supermercadosMars´centerha sabido mantener la humildad y bondad de sus inicios. Es lo que la diferencia de todos los multimillonarios del mundo. Aman ayudar sin esperar reconocimiento alguno, de manera anónima han ayudado a muchas organizaciones benéficas y ellos mismos han participado en las construcciones de comedores, casa de reposo y albergues, en sus viajes de verano; donde son unos turistas más que disfrutan de las maravillas que ofrece las regiones que visitan. Se pierden entre el montón de risueños viajeros que se ba
Después de casi dieciocho horas de vuelo desde Madrid, al fin Isabela y su padre lleganalAeropuerto de Piura – CapitánFAPGuillermo Concha Ibérico. A esa hora de la mañana la ciudad se muestra muy calurosa, con un imponente sol a cielo despejado como la mayor parte del año. Lo que puede notar Isabela, es la emoción que su padre transmite, se nota que ha investigado mucho del lugar, está platicando con algunos lugareños, muydivertidomientras esperan el equipaje. Luego como si conociera el lugar se dirige a la salida donde hay una fila de taxis, Toma uno y pide ir aMáncora, saca una pequeña tarjeta del bolsillo de su polo rojo y le dice que siga la dirección. El amable taxista la observa y sonriendo dice que llegarán en lo que canta un gallo.El camino de más de dos horas y media se hizo sofocante, el auto no contaba con aire acondicionado y el calor se sentía fuerte por ratos, aunque luego el viento empieza a sentirse más fresco, sobre
Isabela Cuando Eduardo abandona la casa, lo primero que hago es correr a mi habitación a ponerse algo seco para dormir, ya son las nueve de la noche y el trajín del viaje me tiene molida. Aunque en este instante la emoción de tomar clases de natación con mi nuevo maestro me emociona tanto que no puedo parar de sonreír, el imaginar esta osada aventura me llena de dicha y puede notarlo frente al espejo, mis ojos sonríen y por más que lo intento, no puedo ponerle seriedad a mi rostro, sin contar que mi corazón está latiendo descontrolado. Sigo vistiéndome en el baño, cuando escucho a mi padre, desde hace mucho nuestra relación de padre e hija se ha debilitado, pero siento que ha llegado el momento para empezar a fortalecer esos lazos. Salgo con prontitud y lo veo sentado en mi cama, sonriéndome con ese brillo especial en su mirada, supongo que el ver a su pequeña sonreír después de un traumático suceso le agrada. Sé que ha quedado con algunas in
EDUARDO Después de llegar al departamento y enfrentar la histeria de mi madre al verme llegar tarde, le conté lo sucedido con aquella linda extraña. En seguida pasé al baño a ponerme el pijama. Cuando salgo, mamá estaba durmiendo con la televisión encendida, la apago el televisor y salgo al balcón a contemplar a lo lejos la casa de Isabela, que se veía completa a esa distancia. Sonrío como estúpido al pensarla, suspiro y reconstruyo el momento de cómo es que Isa entró al mar sin darse cuenta. Estaba mirándome a lo lejos, ya la había observado caminar por la orilla, pero desde que se percató de mi presencia, se acercó demasiado al mar. ¿Curiosidad o destino? ¿Tendrá novio? Por qué pienso eso si yo tengo novia, y ¡vaya novia! Una escultural morena que al lado de Isabela es un mujerón, pero, no puedo evitar sentir esta extraña felicidad y pensarla a cada segundo, bueno, quizás sea porque le salvé la vida y le di RCP, probé sus la
Isabela Apenas escucho esa frase, salgo sin decir más, sin mirar atrás. ¿A dónde ir? Lejos de mi realidad un momento. Solo puedo oír unos pasos tras de mí mientras me dirijo a la playa. Pienso que es papá, no lo era, para variar mi desgracia Eduardo me sigue. — ¡Isabela! ¡Espera! Lo escucho gritar, sigo caminando sin escucharlo, con la mirada hacia la arena, trataba de que el brillo del sol reflejado en sus fragmentos desviara mi tensión. — ¡Espera! —Corre y me alcanza, se pone frente a mí caminando hacia atrás. — ¿Qué quieres? — respondo fastidiada. —Por lo que veo esto te afectó más que a mí, pero ya no podemos hacer nada. —Ay —grité haciendo mi pataleta. — ¿Te pasa algo? —Deteniéndose un poco. —Tengo coraje, me molesta que no me haya dicho nada. Si quería convertir estas vacaciones en una pesadilla, lo está log