— Deberías sentirte avergonzada por haberlo golpeado – expresa Amelia a su amiga Ana con tono de reproche. — ¿Quién yo? – asiente — ¿enloqueciste? – Amelia entrecierra los ojos en una advertencia clara — no me mires así el psicótico es él no yo – niega. — Pero nunca quiso hacerme daño, solo… se le salió de las manos porque yo desobedecí una orden – la morena resopla enfadada con su amiga. — No entiendo como lo defiendes si casi te ahorca – dice Ana con mala cara. — Porque lo perdoné cuando me lo pidió Ana Bechman y nunca más lo ha hecho, contrario a eso me ha tratado con mucha delicadeza hasta cuando… - se queda callada y Ana rueda los ojos. — Hasta cuando te folla Amelia, dilo sin reservas – le reprocha su amiga — no creas que soy tan idiota de no imaginarlo siquiera – respira profundo. — Él… él me dijo que esta enamorad de mí – Ana voltea a ver a Amelia que restriega sus mano en el regazo con la vista clavada en ellas —. Al principio no me lo creí e ignoré
— Sé quien es Amelia, créeme que ya lo investigué a fondo, el problema es ¿sabes tú quién es? – indaga dando un paso adelante — ¿tienes idea de que hace? ¿Quién es su familia? – ella asiente y niega. — ¿Por… por qué me preguntas eso? – su cuerpo se estremece al hacer la pregunta —. Yo… no quiero hablar de eso – no resiste y gira dándole la espalda. Bastián se siente frustrado. Se reprocha el haber sacado el tema ya que había acordado con César que no lo harían, su intención es protegerla de ese hombre sin embargo se ha dejado envolver por los celos que siente al haberle ocultado la verdad. — Ese hombre es peligroso Amelia y te está buscando – informa y el color escapa de su hermoso rostro — ¿por qué no me lo dijiste? – ella camina hacia atrás negando. Su cuerpo la traiciona, se dobla hacia adelante y Bastián la toma en brazos a lo que ella se resiste, manotea su pecho descontrolada y unas fuertes arcadas la atraviesan. — ¡Suelta, suéltame! – busca una papelera para poder dev
Amelia llora desconsolada en los brazos de Ana Blechman su desgracia mientras le cuenta que su novio ya descubierto a su ex y no solo eso sino que el cretino la está buscando. — ¡Que maldito! – expresa la morena con rabia ante la noticia.— Yo… no sé qué hacer Ana quiero irme de aquí – solloza entrecortada mente — no puedo saber si ha sido Bastián quien ha desenterrado mi pasado y ahora… Sarid quiere dañarme por haberlo expuesto o es que lo ha descubierto por alguien más – Ana arruga el ceño sin comprender.— No lo entiendo ¿Cuándo lo expusiste Amelia? – ella suspira.— Su padre, él me había visto salir de su habitación en algunas ocasiones y… - cierra los ojos casi con vergüenza — platicamos un poco de todo, me invitaba a desayunar algunas veces y cuando sucedió ¡Ya sabes! Él… me protegió o al menos lo intentó – Ana abre los ojos comprendiendo.— ¡Su padre estaba al tanto de la situación! – afirma Ana y Amelia lo confirma.— Si, por las redes supongo – suspira de nuevo trat
El fresco de la tarde de los últimos días de noviembre choca con el rostro de Amelia que espera el aterrizaje del avión donde viaja su madre con la esperanza de ver la mejoría de la cual habla su futuro esposo Bastián. El aparato aterriza y ella aprieta cada vez más el brazo de él ansiosa de ver a la mujer que lo ha dado todo por su bienestar a pesar del de ella misma.— Espero que al abrazarla seas un poco más sutil porque de otro modo la vas a lastimar – Amelia gira de súbito para perderse en el azul profundo de los ojos de su novio que la miran con diversión.— ¡Qué malo eres! – golpea el brazo masculino con poca fuerza — no es gracioso – frunce los labios al terminar de hablarle ya que voltea para hacerle entender que no desea escucharlo.— Claro que no lo es Amelia – le susurra al oído —, estoy pensando que ni siquiera es una muy buena idea haber traído a Angela aquí porque no me dejará dormir contigo – al terminar de hablar saca el labio inferior en un puchero y ella se derr
— ¿Y de ese modo trata a todo el mundo Sr. Christopoulos? – reprocha de nuevo la mujer que ya le parece exasperante.— No a todo el mundo, pero si a quien lo merece Sra. Blackstone – sonríe encantador y Amelia pone los ojos en blanco por la impresión que le está dando a su madre.Tampoco es que no reconozca que su novio es un tipo duro, pero esto le parece ridículo ya que se van a enfrascar en una tonta lucha por el liderazgo porque si Bastián es un ser dominante e imperioso Angela Blackston le sigue muy de cerca. Acostumbrada a decidir por si sola todo lo que se refiere a su hija siendo la figura de máxima autoridad en su vida va a querer pasar por encima de él y quien sabe si lo logre.— Pues me parece de muy mal gusto el hecho de que maltrate al personal porque les paga muy bien – protesta haciendo que Bastián se cuestione haberla traído., piensa mirando al cielo pidiendo ayuda.— Mami, mamita – Amelia trata de llamar la atención de s
73.- — ¡¿Qué?! – Bastián cierra los ojos ante el grito de su amada novia que es testaruda como su madre — ¿a qué coño te refieres con eso? – la mira con una ceja levantada. Aun la retiene sujetándola por las nalgas y ella continua con las piernas cruzadas en su cadera.— A nada y a todo Amelia, que no me toque las… - la chica estrecha la mirada y él sonríe como para que se le pare el corazón — que no me toque el lado malo porque como a tu amiguita Ana…— ¡Ajá! – se remueve entre sus brazos para que la deposite en el suelo —. Ahí está el reproche hacia mi amiga, ya sabía yo que tu sinceridad pendía de un hilo – Bastián se carcajea sin humor.— Pero si ella fue quien me agredió, insultó y hasta quiso mal ponerme ante mi propio hombre de confianza – ella abre la boca y la cierra… dos veces — ¿Ah, sorprendida? – asiente sin estar totalmente convencida —. Lo hizo Amelia, le habló mal de mí a César aunque no lo creas ¡a César! Mi jefe de seguridad, mi amigo casi hermano – esta vez r
Amelia llora sin consuelo alguno en los brazos de su futuro esposo – si es que su propia madre lo permite – no puede hablar debido a los sollozos tan fuertes que emite dada su tristeza e impotencia. Él la consuela meciéndola en sus brazos como si fuese una pequeña a la que han arrebatado algo muy significativo.— Ella… ella se lo dijo a mi madre – Bastián arruga el entrecejo sin comprender — Ana, le dijo a mamá que tú me agrediste en el cuello y ahora ella no querrá que me case contigo – llora de nuevo en el hueco de su cuello aspirando su aroma a hombre que en algún momento le ha proporcionado paz.Pero que ahora lo siente como parte de su dolor al querer estar con él para siempre y no poder hacerlo – al menos es lo que ella piensa -.— Amelia, mi amor cálmate, no llores de ese modo porque no sé de qué manera consolarte. Ayúdame por favor – le pide en un tono tan bajo que es casi un susurro —. Dime lo que dijo exactamente – ella toma una fuerte bocanada de aire para hablar.— Lo
— ¡Pues no lo voy a hacer mamá! – Bastián gira tan rápido a verla que casi pierde el equilibrio —. Contrario a ti, no te obligaré a entenderlo sin embargo espero que respetes mi decisión de quedarme con Bastián ¡estoy enamorada de él! – la boca de su madre se abre igual que la de Bastián. La de él se curva en una sonrisa al reconocer el tono contundente e sus palabras, ya sabía de su amor por él y aun así estaba esperando que lo dijera en voz alta. Y ya lo había hecho. No en las mejores circunstancias ni en las más románticas, pero se siente orgulloso de ella porque al enfrentar a su madre que puede ser tan o más testaruda que la suya – casi se le sale una carcajada ante ese pensamiento – tiene la plena seguridad de que está desafiando también a sus demonios. — ¿Cómo dices? – da un paso adelante y Amelia no se mueve —. No quiero repetirlo Amelia, bajua de esa cama y vámonos – Bastián pone los ojos en blanco. — Ya le dijo que no ¿por qué simplemente no lo acepta y se va a dormir? – e