Hola preciosuras... Por aquí les dejo este capítulo un poco más largo de lo usual esperano que lo disfruten. Este fin de semana no podré publicar como todos los días ya que el trabajo me lo impide, razón por la cual ofrezco mil disculpas. Ya saben: lean, comenten y denle me gusta a la historia para saber que les está gustando. Un abrazo para tod@s.
Amelia respira profundo mientras camina hacia la puerta de la Mansión más escandalosamente elegante que haya visto en su vida, piensa que Bastián tiene toda la razón en decir que su familia es algo así como de la realeza de Grecia ya que solo tiene que fijarse en la vestimenta del personal asistente para darse perfecta cuenta de ello ya que su madre fue mucama por mucho tiempo y ni cerca le llegan a la elegancia de los uniformes de las personas que tiene enfrente y que le hacen reverencias tal como si fuesen celebridades de alguna alfombra roja. — ¡El Sr. Bastián Christopoulos junto a la Srta. Blackstone! – anuncian los recién llegados en el rellano llamando totalmente la atención de todos. , piensa Amelia con todas las alarmas encendidas. — ¡Querido hijo, al fin llegas bienvenido! – saluda Selene Christopoulos ignorando completamente la presencia de Amelia. La sonrisa de la madre de Bastián casi le parte la cara en dos, estira la mano derecha h
La cachetada que recibe Segda - la mayor de las gemelas hermanas de Bastián - cortesía de Amelia la hace dar un paso atrás buscando equilibrio dado que el factor sorpresa la deja sin aliento. — ¡Maldita! – responde como la fiera que es una ofendida Segda — ¿Quién demonio te crees estúpida? — ¿Yo? – forcejea entre los brazos de Bastián quien no sale del asombro — ah pues, nadie – intenta zafarse sin éxito — solo alguien que no reacciona bien a los insultos querida cuñada – la aludida la mira con odio. — ¡Vas a pagarlo caro! – expresa con los dientes apretados. — Si bueno, ya había escuchado eso – informa con una sonrisa falsa — sin embargo creo que una mordida pido haber sido más efectiva ¿Cierto? — ¡Está bien fieras! Se acabó el espectáculo por ahora, no necesito más esto – se escucha la voz de Bastián con un dejo de molestia. — ¡Pero ella me golpeó! – grita enfadada — ¿Acaso estás ciego? – chilla mirándolo mal. — ¡No lo estoy, Vi lo que pasó y no me mires de ese
En el momento que llega al rellano que se encuentra justo enfrente de la puerta de entrada de la casa tropieza con un cuerpo duro y de no ser porque unos brazos fuertes la sostienen habría caído sentada en el piso, levanta la cabeza y el dueño de dicho cuerpo le sonríe cortés. Amelia arruga el entrecejo al percatarse de que la cara le es muy familiar, sus rasgos son similares a las de Bastián de hecho; si no le hubiese dicho que de su primer matrimonio no tuvo hijos creería que este joven lo es a excepción del color de sus ojos que son verdes. Puede que sea algún primo cercano o alguien más allegado, el joven debe tener algunos dieciocho años, pero ella no lo puede deducir ya que se ve muy joven. — ¡Eh, lo siento mucho señorita! – se disculpa por el tropiezo de lo que es ella culpable. Siendo él la segunda persona en esa misma noche que la trata con respeto. — No te preocupes el error fue mío, debí mantener la vista en el frente y no mirar atrás como una tonta – Amelia le sonrí
La mirada de arrepentimiento de Bastián hace que las piernas de Amelia se vuelvan gelatina y se derrita por él un poco más, sin embargo sabe perfectamente que debe tener esa conversación para evitar malos entendidos y de ese modo ella se sienta segura de lo que está ofreciéndole aunque no vea por ninguna parte amor de su parte. Su madre siempre le ha dicho que existen relaciones las cuales comienzan con una buena amistad y terminan en amor profundo, ahora difiere de ello considerando la mala experiencia que tuvo hace cuatro años. A causa del engaño del cual fue objeto en aquel momento en el cual se enamoró perdidamente de un compañero de clases en la Universidad donde estudiaba, el chico presentó un falso interés en ella hasta que un día Ana descubrió su engaño y lo enfrentó haciendo que le dijera la verdad. Amelia quedó en shock al momento de enterarse que era solo un juego, una apuesta hecha por sus compañeros de curso para jugarle una broma de mal gusto, la cual desencadenó en ell
El rostro de todas las personas alrededor de ellos era todo un poema, Amelia se ha vuelto de piedra ante el atrevimiento de Bastián al besarla delante de todos. Su cara roja por la vergüenza sentida la obliga a separarse un poco de él y al percatarse de que es el centro de atención la entierra en su pecho evitando las miradas.— Levanta la cara Amelia – exige y la abraza tiernamente sintiendo paz por primera vez en años —, a partir de ahora no te voy a esconder – levanta su rostro y seca una lagrima solitaria que escapa de su ojo derecho con el pulgar.— Realmente enloqueciste Bastián – reprocha Amelia sin evitar la sonrisa tonta.— Si nena lo hice, pero por ti – le sonríe como para que caiga desmayada y la aparta tomándola nuevamente de la mano para seguir su camino hacia el aula donde se dará inicio al taller.Al entrar tomados de la mano todos se asombran menos Ana que sonríe complacida porque sabe desde el principio que Bastián Christopoulos muere por los huesos de su amiga y t
El restaurante es toda una belleza, al principio Amelia se sintió obligada a acompañarlo, pero una vez en el sitio ha cambiado de parecer ya que sin dejar de ser elegante y ostentoso – mucho a su parecer – es hermoso y acogedor aun cuando se trate de un establecimiento al aire libre. En el momento que entraron, fueron atendidos amablemente y de manera exclusiva.— ¡Esto es una belleza Bastián! – exclama Amelia con una sonrisa que lo conmueve por completo.— Gracias cariño – expresa con ternura él — me alegra que te guste a pesar de que te traje casi obligada – el rostro de ella se colorea de vergüenza y Bastián sonríe triunfante.— No me has traído obligada Bastián, no seas exagerado por favor – lo mira mal —, es solo que no me agrada que decidan por mí y menos cuando ya he hecho planes – aclara.— ¿Entonces ya tenías planes, eh? – asiente presuntuosa — ¿y se puede saber cuáles eran esos planes? – ella arruga los labios.— Eso es cosa mía – le hace malos ojos.— ¡Ah, con que t
Bastián siente que su cuerpo se estremece ante la escena, los recuerdos llegan como flashes a su cabeza destrozando por completo sus nervios al ver a Amelia en el piso tan quieta. — ¡Amelia, Amelia! – cae arrodillado a su lado tomándola en brazos —. Despierta por favor, no me hagas esto – gira mirando a su alrededor — ¡traigan un médico, ahora! – el hombre que trajo las llaves corre en busca de ayuda. En su desesperación la ciñe a su pecho meciéndola en busca de su propia tranquilidad, cierra los ojos al sentir el calor de su piel en los labios al pegarlos a su frente. La chica de nombre Era llora en silencio la escena ya que se siente responsable no de la situación de la chica – circunstancia que ella provocó –, lo que la lastima es ver que el objeto de su anhelo este enamorado perdidamente de la chica que tiene entre sus brazos. — Lo… lo siento mucho – gime con remordimiento. Bastián la ignora deliberadamente guardando su rabia ante la preocupación que siente por su novia ya q
Bastián se encuentra sentado al lado de la cama donde yace Amelia profundamente dormida ya que el sedante que le administró Arístides es bastante fuerte y aun a las cuatro con treinta de la tarde se encuentra sumida en un sueño tranquilo y sosegado. — Synchóresé me mikré mou (perdóname mi pequeña) – expresa en tono lastimero ante el desenlace de todo lo ocurrido el día de hoy. Está completamente seguro de que es su madre quien se halla detrás de todo y si bien no puede sacarla del camino sin que se vea como una agresión, hará lo que deba para mantenerla a salvo. Su teléfono vibra entre sus manos y aparece el nombre de Ana – la mejor amiga de Amelia – quien ha llamado cerca de diez veces a su teléfono. Decide responder para evitar que ella misma cometa imprudencias respecto a lo ocurrido. — ¡Hasta que responde alguien! – la voz chillona de la mujer hace que despegue el aparato de su oído — ¿te molestaría decirle a Amelia que responda el teléfono? – piensa bien la respuesta tomand