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Capítulo 8: Una distracción

Kassio se dio cuenta de lo ridículo que se veía, apoyado contra el coche, bloqueándole el paso a Sienna. Pero, a pesar de sus intentos por mantenerse distante, se encontraba incapaz de hacerlo. Durante toda la noche, había estado pendiente de ella, incluso cuando fingía prestar atención a las palabras de Domenico.

—¿Es ahora cuando debería llamar a la policía? —preguntó Sienna y se dio la vuelta.

Estaba demasiado cerca de ella. Ya le era difícil mantener el control como para seguir poniendo a prueba su resistencia. Debería haber dado un paso atrás, pero no se movió.

—Esto se está poniéndose raro.

Kassio sostuvo la mirada de Sienna, aun con la poca iluminación, pudo darse cuenta de que sus ojos brillaban con desafío. Bajó la mirada hasta sus labios y lo consumió una necesidad irrefrenable de besarla.

Esta vez, no hubo sentido común que lo detuviera. Se inclinó y la besó. Sus labios eran suaves y tenían un ligero sabor a fresas. Sacó la lengua para pedir permiso y habría sonreído de s
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