Me he quedado en la manada para proteger y defender a los más débiles. Michael fue a cazar junto con los más fuertes para atrapar a ese desgraciado y a esos brujos traidores. Los omegas han sido de ayuda gracias a sus conocimientos. Se pudo detectar desde qué lugar se pudo conectar y acceder al link de la manada y lograr alterar a Michael.- ¿Estás bien, Alejandra? - me pregunta Alice, una de las omegas que se ha quedado conmigo en la casa del alpha. Es una chica dulce y tímida, con el pelo castaño y los ojos verdes. Tiene el don de la sanación, pero también es muy inteligente y hábil con la tecnología.- Sí, estoy bien. Solo un poco preocupada por Michael. No sé qué, pero algo está pasando, siento la furia, un enojo e impotencia, creo que, son emociones de Michael, supongo. - le respondo con una sonrisa forzada. Intento ocultar mi angustia, pero sé que ella puede percibir mi dolor. Somos lobas, y tenemos un vínculo especial con nuestros mates. Cuando ellos sufren, nosotras también.-
Hemos limpiado los alrededores de la mansión, quitando la sangre de los enemigos. Los omegas han demostrado ser leales, aunque sean débiles son valientes. Los juzgué mal. Alice y Luna fueron de mucha ayuda. Mis pensamientos salen- Michael, regresa rápido, no me gusta sentir esta angustia. Lo más probable es que no encuentren a nadie, él debe haberse teletransportado con magia al bosque oscuro, y Michael salió por el lado contrario, así que iba a una trampa. De igual manera, él es fuerte y tenía buena compañía, tal vez cree una matanza como la que he presenciado y salga victorioso. Sí, debe ser eso. Le daré unas horas más, estamos pronto a casarnos, él debe regresar.—Llegaron, llegó el Alpha, señorita Alejandra, llegó el Alpha —dice Alice, un poco ahogada por tanto correr.—¿Están bien? ¿El Alpha está bien? —pregunto angustiada.—Solo unos cuantos rasguños, nada grave, solo superficiales —dice la omega Luna.Salgo rumbo a la entrada de la mansión para recibir a mi amado, a mi mate. Te
Hoy es un día importante para mí, ya que dentro de poco recibiré la visita de unos inversionistas de Alaska, que podrían ser la clave para expandir mi negocio a nivel mundial. Estoy en Houston, Texas, donde trabajo como ejecutiva de una empresa de cosméticos desde hace dos años y ocho meses. Estoy nerviosa y emocionada, pero también ansiosa por volver a casa y ver a mis padres y a mis amigos Katy y James. Los extraño mucho. Ellos viven en otro país, muy diferente al mío, donde tengo una vida que nadie conoce.Me llamo Alejandra Loughty Bacab, y tengo un secreto. Soy una mujer lobo, hija de dos razas diferentes. Mi padre se llama Logan loughty él es un hombre lobo inglés, rubio y de ojos azules, que ocupa el puesto de beta en su manada. Mi madre Ariche bacab ella es una mujer lobo mexicana, morena y de ojos azules, que era la tercera hija de un alfa en su tribu de origen latino para ser precisos de Mexico, casi no me cuentan mucho de mi familia materna, sus razones tendran y yo respet
La reunión sigue según lo planeado, ambas partes quedamos en buenos términos. Presentamos nuestras propuestas y discutimos el presupuesto, así como el porcentaje que le daré como socio inversionista. Estamos en una sala amplia y elegante, con una mesa de madera y unas sillas de cuero. Las paredes están decoradas con cuadros y diplomas, y las ventanas dan a una vista impresionante de la ciudad. El ambiente es profesional y cordial, pero también tenso y eléctrico. Sobre todo entre Michael y yo.Él, por su lado, me mira con cara de cachorro, con cara de amor. Sus ojos son increíbles, de dos colores distintos: uno verde y otro café. Su cabello es negro y corto, y su barba está bien recortada. Su cuerpo es musculoso y alto, y su ropa es formal y elegante. Lleva un traje gris, una camisa blanca y una corbata roja. Parece un hombre de negocios exitoso y seguro de sí mismo, pero también un lobo salvaje y dominante, que quiere reclamar lo que es suyo.Yo, por mi parte, aunque mi loba me diga q
Después de cerrar la puerta de su oficina con un suspiro, Alejandra no podía creer lo que acababa de pasar. El hombre que había venido a negociar con ella era su mate, el compañero que la Diosa Luna le había asignado. Lo había sentido en cuanto lo vio, una atracción irresistible que le hizo temblar el cuerpo y el alma. Pero él parecía haberse dado cuenta, o al menos eso creía ella por cómo lo había mirado. Se había comportado con profesionalismo y frialdad, sin darle ninguna señal de que ella lo reconociera como suyo. ¿Cómo era posible? ¿Acaso no sentía lo mismo que ella? ¿O tenía algún motivo para ocultarlo?, es que pensando en como el hizo para aceptar el hecho de ella no querer será que el en lo más profundo también sentía lo mismo, y tampoco quera conseguir a su mate y todo lo que dijo en la sala de conferencia solo era para evaluarme, me alegro de saber manejar las emocionesEstaba tan sumida en sus pensamientos que no oyó el golpe en la puerta. La voz de su subgerente la sacó de
Entré en la sala de conferencias con paso firme y seguro. Era el heredero de una de las manadas más grandes y fuertes de todo el continente americano. Era un hombre lobo puro, alto, fuerte, de aspecto imponente. Tenía unos ojos increíbles, de dos colores distintos: uno verde y otro café.Su mirada era penetrante y dominante.Venía acompañado de dos de mis hombres de confianza: Chris, mi beta, y Ryan, mi primer guerrero. Los tres éramos socios en una empresa de inversiones, que nos servía de fachada para nuestros negocios reales. Habíamos viajado desde Alaska hasta Texas, para reunirnos con una ejecutiva de una empresa de cosméticos, que nos había llamado la atención por su éxito y su innovación. Queríamos hacer una propuesta de colaboración, que en realidad era una estrategia para expandir nuestro territorio y nuestra influencia.Pero todo cambió cuando la vi. Era ella. Mi mate. Mi luz. Mi razón de ser.Era una mujer lobo mestiza, que se había alejado de su manada y de su naturaleza, bu
Apenas llegamos al estacionamiento, vi a mis hombres esperándonos con los motores encendidos. Sin perder tiempo, les hice una seña para que me siguieran y me dirigí al coche más potente. Abriendo la puerta del conductor, les dije con voz firme:- Yo manejo.Ellos me miraron con sorpresa, pero no se atrevieron a cuestionarme. Sabían que yo era el jefe, y que tenía un plan. Me subí al coche, y arranqué a toda velocidad. Los demás me siguieron en fila, como una manada de lobos.Tomamos la autopista hacia el hotel donde nos alojábamos. Por el camino, llamé a la recepción y les ordené que reservaran nuestras habitaciones por una semana más. Una semana sería suficiente para preparar todo lo que haríamos para conseguir a mi luna.Mi luna... La mujer que me robó el corazón desde el primer momento que la vi. La mujer que se resistía a mis encantos, pero que pronto caería rendida a mis pies. La mujer que haría cualquier cosa por proteger a su familia, incluso casarse conmigo.Sí, esa era mi luna
Pasando un rato agradable con mi acompañante y futuro socio, llega un olor a mis fosas nasales, un aroma que reconozco desde lejos. Cuando alzo mi mirada, puedo observar cómo mi llamado mate se acerca con pasos firmes y lleno de ira. No voy a negar que ese hombre, así como estaba, me prendía. Ella alzó la mirada y lo vio. No pudo evitar sentir una oleada de deseo al verlo. Se veía tan sexy, tan majestuoso, esa camisa a medio abrochar, ese cabello desordenado le quedaba muy bien. Se sorprendió, pero trató de estar en calma. Sabía que él era su mate, pero también sabía que él era peligroso. No quería perder su libertad, su poder, su empresa. No quería ser una más de sus conquistas, una de sus sumisas. Quería ser su igual, su compañera, su reina.Pasados unos segundos, este me saluda con un -Hola, cariño-, con su sonrisita de sorpresa. Mi acompañante, quien le responde queriendo enfrentarlo, menciona mi cicatriz. Solo un imbécil creería eso, cuando viendo de cerca se ve que es una quemad