Mientras se desplazaban a toda velocidad por el estacionamiento hacia la salida, varios disparos hicieron blanco en auto, por supuesto que sin otro daño que los rayones en la carrocería y un par de abolladuras, pero la dura superficie de endurecido acero reforzado de la parte externa no tuvo ningún problema para rechazar los disparos.Y si estos hubieran logrado pasar la dura coraza del auto blindado, se hubieran estrellado contra la formidable protección de decenas de capas del resistente material a prueba de balas, el kevlar. Y detrás de este había nuevas placas de un material reforzado de acero y con otras aleaciones, que podían absorber los impactos que el kevlar no hubiera oído resolver.Luc disminuyó la velocidad del auto cuando llegó a la rampa de salida, luego salió a la avenida y se dirigió derecho a la casa de Bridgette.—¿Está bien, señorita Reynolds? —le dijo cuando tomaron ya la avenida.—Sí, estoy bien —le dijo un poco agitada pero con acento tranquilo— ¿Tú estás bien?—
—¿Malas noticias? —le preguntó el comisario al ver su rostro tenso y lleno de preocupación.—No tan malas, pero no me gusta para nada —le respondió Steve— Atacaron de nuevo a Bridgette, y esta vez hubo disparos.—Hmmm, eso no suena nada bien —dijo el comisario Arnold— Deberías llamarla, quizás esté un poco asustada o preocupada.—Creo que solo un poco de preocupación —le respondió Steve— Bridgette es una mujer sumamente fuerte, eso no la afectará mucho, quizás lo que puede es estar muy molesta, pero voy a seguir su consejo, voy a llamarla.—Tómate tu tiempo, igual ya casi terminamos de comer —dijo el comisarioSteve se levantó y salió hacia una terraza que tenía el mismo restaurante, a los dos repiques Bri respondió a la llamada.—Hola, amor —le dijo ella.—Hola, cariño. Te encuentras bien.—Sí, ya te lo dije —se apresuró a responderle ella— Mejor te cuento como pasó todo.Bridgette le contó a Steve lo que había pasado, con lujo de detalles. Ella se sintió bastante sorprendida, de hec
Steve se levantó temprano esa mañana, como acostumbraba, ya se sentía un poco más descansado, los últimos días habían sido de bastante trabajo en la trastienda limpiando y clasificando un sin fín de artículos, la mitad de los cuales no tenían ningún valor para la tienda de antigüedades, pero que se podían vender a un sector interesado.Aparte de eso, la carrera por dejar el huevo lo suficientemente listo para la evaluación había sido también extenuante, era un trabajo bastante delicado y laborioso, donde no se podían cometer errores de ningún tipo, sino, se podría dañar la invaluable joya.Decidió pasar un par de horas en el gimnasio para tonificar sus músculos, y estaba decidido a intensificar las prácticas de tiro y de combate, tenía la impresión que iba a necesitar de todo su potencial en un tiempo no muy lejano.Steve Lonergan no estaba dispuesto a que le pasara algo a Bridgette y en ninguna manera iba a dejar que le pasara lo mismo que a su difunta esposa. Esta vez estaría al lad
Sin sospechar que su más acérrimo enemigo lo había visto en la televisión, Steve Lonergan terminó su improvisado discurso y se dirigió a su asiento de nuevo, Ronald lo felicitó y luego todos se pusieron de pie para disfrutar de un brindis por la pieza encontrada y por el dueño.Luego de ello el Gerente de la casa Sotheby 's se dirigió de nuevo a la audiencia desde el pequeño podio para suplicarles que pasaran a la sala de subastas para comenzar la subasta donde habrían algunas piezas interesantes, incluyendo el huevo que había descubierto Lonergan.Todos se dirigieron a la sala y a Steve y a Ronald le tenían reservados unos puestos en primera fila en calidad de invitados y ofertantes de una de las piezas objeto de la subasta.Al poco rato dio inicio la subasta, comenzando con un cuadro del pintor español Diego Velázquez, la puja terminó en unos quince millones de dólares. Así continuó la subasta hasta que finalmente el presentador anunció, con bombos y platillos al huevo de Fabergé co
—Entonces eso quiere decir que te van a aliviar el trabajo, ¿no Luc? —le dijo Steve.—Así es, jefe —le dijo con cara de preocupación— Ya las ojeras me van a llegar a la quijada, pero no puedo dejar de vigilar tanto a la señorita como a la casa, no sabemos qué esperar de esos sujetos. Parece que tienen la idea fija de secuestrar a la señorita Bridgette.—Pero eso es absurdo, Luc —dijo Bridgette quien no estaba convencida de que eso fuera lo que querían hacer— No soy nadie importante como para que eso ocurra.—Sí que lo es, señorita, y perdone que la contradiga, pero usted es muy importante para su padre y eso es lo que está averiguando —dijo Luc— Para saber de quién viene ese ataque, porque nadie lo ha amenazado. Su padre es un hombre importante que maneja varios negocios y hay muchos envidiosos que quieren ocupar su lugar.A Steve esas palabras de Luc lo inquietaron bastantes, porque sonaba extraño que a un empresario común y corriente, independientemente de la cantidad de dinero que
Cuando Bridgette salió de la casa lista para ir a su nuevo local, ya Steve Lonergan y Luc habían trazado un plan de acción. Ella los miró con los ojos un poco ensombrecidos porque sabía que ellos querían evitar que participara en su propia protección.Luc abrió la puerta del super carro blindado de Bridgette, pero esta se dirigió al carro de Steve.—Se supone que hemos estado practicando las últimas semanas en el polígono de tiro para ponerme al tanto de cómo defenderme en el caso de que se hiciera necesario, entonces no veo por qué no puedo tomar parte en mi propia defensa —dijo con el rostro arrebolado por lo molesta que se sentía, los ojos le brillaban y sus labios se mantenían tensos y apretados aún después de haber dejado de hablar.—No es que no puedas defenderte, cariño —le dijo Steve en tono conciliador— Por supuesto que tienes todo el derecho de defenderte por tí misma, para eso andas armada, ¿no es así?—Así es, y les quiero decir a ambos que me defenderé aunque ustedes esté
Los dos sujetos se miraron entre ellos y pusieron cara de circunstancias.—A nosotros nos contrataron para tener a la señorita vigilada —dijo el que venía conduciendo— Esas eran nuestras órdenes.—¿Y qué más tenían que hacer? —les preguntó Luc.—Mas nada, señor —respondió el sujeto rápidamente— Solo teníamos que seguirla para ver si había alguien siguiéndola.—¿Y quién los contrató? —les preguntó Steve.—Nosotros tenemos una agencia de detectives privados, señor —dijo el mismo sujeto— A nosotros nos contactaron por nuestra cuenta de correos y el pago nos lo enviaron por transferencia bancaria.—¿Y como pasaban sus informes? —le preguntó Steve, aunque sospechaba la respuesta —Cada día pasamos un informe por correo electrónico —dijo el hombre— Nada más.—¿Así que no saben para quién trabajan?—No exactamente, señor —dijo el acompañante— Solo sabemos que se llama Stuart, pero nada más.—Voy a comprobar todo eso y si no es cierto los llevaré detenidos —les dijo Steve.—Podemos mostrarle
Steve esperó hasta que Bridgette salió de sus compras para acompañarlos un poco antes de salir para Los Ángeles. Ella lo miró desde que bajó la rampa del estacionamiento y le sonrió aunque todavía tenía en el fondo esa mirada de desconfianza.—¿Me vas a seguir por toda la ciudad, amor? —le dijo con acento irónico.—Tendré que hacerlo —le dijo él, sonriendo— Usted está muy solicitada señorita Bridgette.—Pues prefiero que nadie me solicitara —le dijo un tanto disgustada— ¿Me puedes decir de donde salieron esos fulanos y quién los mandó?—Sí, te lo puedo decir —le dijo él sin perder la sonrisa— Aparentemente alguien desea vigilar tus movimientos sin que nosotros sepamos quien es. Esos sujetos trabajan en su propia agencia de investigaciones privadas, son legales, los contrataron por internet y por allí mismo rendían los informes, le pagaban una buena suma de dinero y solo debían dar informe de las rutas que seguías, etc.—¿En serio? —Bri arrugó el entrecejo, como señal de preocupación—