Steve esperó hasta que Bridgette salió de sus compras para acompañarlos un poco antes de salir para Los Ángeles. Ella lo miró desde que bajó la rampa del estacionamiento y le sonrió aunque todavía tenía en el fondo esa mirada de desconfianza.—¿Me vas a seguir por toda la ciudad, amor? —le dijo con acento irónico.—Tendré que hacerlo —le dijo él, sonriendo— Usted está muy solicitada señorita Bridgette.—Pues prefiero que nadie me solicitara —le dijo un tanto disgustada— ¿Me puedes decir de donde salieron esos fulanos y quién los mandó?—Sí, te lo puedo decir —le dijo él sin perder la sonrisa— Aparentemente alguien desea vigilar tus movimientos sin que nosotros sepamos quien es. Esos sujetos trabajan en su propia agencia de investigaciones privadas, son legales, los contrataron por internet y por allí mismo rendían los informes, le pagaban una buena suma de dinero y solo debían dar informe de las rutas que seguías, etc.—¿En serio? —Bri arrugó el entrecejo, como señal de preocupación—
Lo tomó con ambas manos y lo acarició con ambas manos con cierto desespero porque quería que la penetrara con ese pene tan rico como se sentía, duro, caliente y palpitante. Del glande masculino comenzaba a manar líquido preseminal que ella sintió en sus manos. La sensación de ese líquido caliente y suavemente viscoso entre sus dedos era maravillosa.Steve dejó escapar un angustiosos gemido cuando las manos femeninas se apoderaron de su masculinidad, una especie de corriente eléctrica recorrió toda su espalda haciendo que profundizara las caricias en los pechos femeninos. Casi se los comía por completo, tanto que Bridgette estaba al borde del orgasmo al sentir las poderosas chupadas que Steve le prodigaba a cada uno de sus pechos y la rodilla rozando con fuerza su íntima cavidad.La mano libre de Steve descendió impetuosa para enterrarse en el entrepierna femenino, los dedos palparon los contornos de las delicadas caderas, acercándose al centro de placer de Bridgette, ella no sintió su
Steve finalmente colocó su duro virilidad en la entrada de la íntima cavidad femenina y haciendo una leve presión, el miembro fue abriéndose paso a través de la suave calidez femenina. Estaban tan excitados que no tardaron mucho tiempo en alcanzar las cumbres del placer, demostrándose el amor que sentían el uno por el otro y el placer que derivaba de compartir su intimidad.Se quedaron acostados un buen rato hasta que el teléfono de Steve comenzó a sonar, era Luc que les avisaba que le iban a llevar la comida por delivery, porque él había salido a comer en un restaurante cercano. Steve le dijo que estaba bien, así que esperaron la comida mientras entraban al baño a darse una nueva ducha, pero esta vez más tranquila y cálida, más llena de ternura que de pasión.Cuando llegó la comida la degustaron con placer, y luego estuvieron viendo televisión hasta que se quedaron dormidos por completo hasta el día siguiente.Los rayos del sol entraban suavemente a través de las cortinas de la habit
Steve espero a que los del otro auto se descuidaran también, eran solo matones sin mucho cerebro, y al parecer no los comandaba alguien más inteligente. Aceleró de nuevo su auto, aprovechando que la autopista se hacía más recta en esa parte aunque después llegarían a una zona de curvas nuevamente, eso hizo que los facinerosos que iban en el otro auto aceleraran también para evitar que se les escapara.Steve siguió firme en el volante, había logrado ver que en los autos viajaban solo dos ocupantes, el chofer y el copiloto. Tendría que hacer una maniobra arriesgada aunque fríamente calculada. Cuando menos se lo esperaban los sujetos que venían alcanzando a Steve, este pisó el freno lo bastante como para que el otro auto se estrellara contra su parachoques trasero, que amortiguó el impacto sin mucho problema.Pero al copiloto si que le fue mal, salió disparado del auto cayendo en la maletera del auto de Steve quedando bastante mareado y golpeado, Steve terminó de presionar el pedal del f
—Espero no necesitarlo —le dijo sonriendo, luego subió al auto y partió de inmediato.El auto respondía bien y ninguna de las luces del panel, al menos las de emergencia o fallas, estaban encendidas, al parecer el auto estaba perfectamente bien. Aceleró al máximo y a los pocos minutos se cruzó con las patrullas que iban en sentido contrario.Iba pensando en el asunto, realmente se veía algo sospechoso, hasta el mismo Luc parecía haber tenido la misma impresión, y eso era algo que no le gustaba para nada, pensó si habría alguno de los mafiosos de Nueva York que se hubiera escapado de la cárcel, que pudiera haberlo identificado, pero eso no parecía tan fácil, le habían cambiado bastante las facciones así que no era fácil que alguien lo hubiera reconocido como Robert Landon.Sin embargo no podía descartar nada, por experiencia Steve sabía que uno no se puede descuidar ni siquiera un poco en ese mundo de la policía, del lugar menos pensado podría surgir un ataque, y él se había mantenido
Steve estuvo verificando algunas cosas en línea en la página del FBI. El sargento aún no le enviaba ninguna información, pero decidió darle chance hasta el día siguiente, al fin y al cabo, el sargento debía haber estado bastante ocupado mientras se resolvía el papeleo básico en el sitio del atentado.Luego se fue a descansar, había sido un día sumamente intenso, y con lo fuerte que había sido la noche con Bridgette, estaba al borde del colapso. Después de todo, pasar de cincuenta años no era nada sencillo, recordó lo que siempre le decía su padre:«Después de los cincuenta años en realidad nadie está completamente sano»Steve se dijo que tenía que retomar sus ejercicios y el entrenamiento, en especial el de pesas, se prometió a sí mismo que comenzaría desde mañana mismo. Pensando en todas estas cosas se quedó dormido, su sueño fue ligero aunque hubo algunos sobresaltos, quizás un grupo de imágenes inconexas, producto de sus recuerdos o de su subconsciente.En una ocasión se despertó d
Los muchachos lo tomaron todo medio en broma y decían que ahora estaban protegidos por si los talibanes decidían atacarlos. Steve los dejó que bromearan sobre el asunto, pero los instruyó bien para que procedieran de acuerdo a unas reglas. Incluso no abrir la puerta hasta verificar la identidad de las personas y colocó un detector de metales para que cuando las personas llegaran la entrada fueran escaneados por si portaban armas.Con ello minimizaría el riesgo de sufrir un ataque con bombas o algo parecido, también los proveyó con relojes con localizadores por si acaso y otras cosas. Steve se sintió satisfecho por lo logrado ese día. Él les había enseñado cómo había quedado su auto por el ataque que había sufrido en la autopista, por ello sabían que Steve no estaba bromeando. También disfrutaron de un paseo en el nuevo coche mientras Steve los llevaba a sus casas, ellos pudieron ver que Steve no mentía cuando les dijo que se estaba preparando para otro ataque. Ellos se preocuparon un
Steve arrancó el auto pensando en que debería llamar al comisario Arnold, ya era bastante raro, de por sí, que también a él lo estuvieran siguiendo un sujeto que trabajaba cómo agente secreto en su propia empresa. Eso le dio que pensar, porque no más probable entonces es que estuviera sufriendo ataques desde dos frentes diferentes porque los sujetos que lo habían perseguido en la autopista estaban procurando matarlos sencillamente mientras que en otros sujetos solamente parecía perseguirlo para ver e investigar sus movimientos.Claramente se notaba que eran dos acciones diferentes por lo tanto tenía que pensar que uno era el ataque que provenía de las personas que querían secuestrar a Bridgette mientras que los otros sujetos provenían de una fuente diferente y esta fue te quería era sencillamente eliminarlo de esta tierra.Steve aceleró el auto lo más que pudo, en este día se sentía bastante inquieto porque no era normal que estuviera sufriendo tal persecución.El comisario Arnold aú