Cuando Steve Lonergan le pasó la ubicación a Bridgette se dijo que ella llegaría después de mediodía y consideró si debería invitarla a almorzar, en todo caso la invitaría, aunque estaba bastante atareado con el trabajo que estaban haciendo.Unas horas más tarde Ronald le mostró una especie de huevo decorado con esmalte y de buena hechura, por lo que centraron su interés en él, Lonergan no era excesivamente ambicioso, pero si era uno de los huevos perdidos de Fabergé, el joyero francés, la pieza podría valer varios millones de dólares.La pieza estaba bastante llena de sarro, como si hubiera estado enterrada por muchísimos años, tenía restos de tierra y otro material orgánico. Ronald se dedicó a tomarle fotos con la cámara de su móvil para investigar mientras Steve lo limpiaba debajo del microscopio de trabajo, no quería dañar la pieza, porque aunque no fuera uno de los preciosos huevos que el joyero francés había fabricado para lo zares de Rusia, se notaba que era de buena fabricació
Bridgette subió a su auto con una enorme sonrisa en los labios, había logrado la primera parte de su objetivo, sabía que había dejado impresionado a Steve. Nada más de recordar el verle el rostro, y la grata sorpresa en sus ojos era toda una satisfacción.También le había encantado que él hubiera tomado la iniciativa de besarla, aunque hubiera preferido que la besara sobre los labios, no importa que fuera con los labios cerrados, pero sentir esos fuertes y bien delineados labios varoniles la ponía encendida.Por supuesto que ese juego de seducción tenía su precio, a ella le encantaba ponerlo en aprietos, como cuando lo besó sobre los labios, o como ahora que se había despedido con un beso en la mejilla pero muy cerca de su boca para que sintiera su aliento, porque ella había sentido el aliento de él, y tenía algo que la excitaba, no podía evitarlo.Se preguntó si no estaría a punto de convertirse en una ninfómana, porque cuando pensaba en Steve, o cuando estaba cerca de él, cuando lo
A Steve el corazón le dio un vuelco quitándole el aliento como si lo hubieran golpeado con un mazo en la cabeza.Bridgette caminaba hacia la mesa donde él estaba como si estuviera modelando en una pasarela de alta moda en Milán, de verdad parecía una diosa escapada del olimpo, sus hermosos ojos azules brillaban con las luces del local y su sonrisa de dientes blanquísimos deslumbraba a todos los que la veían.El contoneo de su cuerpo mantuvo a los hombres embobados hasta que se sentó, tenía un porte y una gracia natural que le conferían la elegancia de una princesa. había gastado bastante tiempo en arreglarse y en la peluquería, pero no pudo quejarse del efecto que causó en el público en general, y especialmente en el hombre que se levantaba de su asiento en la mesa y la miraba como si fuera una aparición.Y no era para menos, su cabello rubio oscuro estaba simplemente perfecto, a juego con el esmerado maquillaje que le habían hecho. El vestido tenía una abertura un poco más arriba de
La noche continuó más o menos con la misma tónica, de vez en cuando parecía que saltaban chispas en las miradas de ambos y cualquier observador imparcial, con algo de inteligencia, se hubiera dado cuenta de que ambos se atraían inevitablemente, como las polillas son atraídas por la luz.Disfrutaron de los platillos que les sirvieron y ella halagó la comida y el buen gusto de Steve al invitarla al sitio. Ella le dijo que era una de las mejores comidas italianas que había probado en su vida, porque su abuelo materno era italiano y ella había aprendido desde niña a disfrutar de la comida italiana.Entonces ella le dijo que felicitara al chef, porque imaginaba que él lo conocía. Y Steve lo conocía aunque no había socializado mucho con él, pero habló con el camarero y este se retiró. A los pocos minutos regresó acompañado de un hombre alto con un fino bigote y vestido de cocinero, era el chef del restaurante.Ambos hablaron con él y lo felicitaron por los magníficos platos, el sujeto se no
Steve luchó por serenarse, pero no era sencillo teniendo en sus brazos a una mujer tan hermosa, sensual y dispuesta a seducirlo, porque eso era ya evidente.La forma en que ella llegó hasta la tienda de antigüedades con ese atuendo. Y ahora había llegado vestida de una manera que era técnicamente imposible ignorarla, a menos que fueras un poste de alumbrado. Pero Steve era un hombre y uno muy completo, que sólo se había mantenido alejado del sexo femenino porque nadie, es decir ninguna, había encontrado la manera de llegar a sus sentimientos como Bridgette Reynolds.La música terminó en esos momentos y Steve aflojó sus brazos y lo mismo hizo ella. Él la tomó de la mano para llevarla hasta donde estaban sentados antes, ella iba detrás de él, pero él esperó a que ella se sentara. Esta vez ella no cruzó sus hermosas piernas, pero como la abertura del vestido era tan alta, casi dejaba ver el minúsculo bikini íntimo que ella usaba esa noche. Este era el mismo con el que su madre se había es
Al posar sus labios sobre los de Bridgette, Steve Lonergan estaba prácticamente claudicando en el único terreno donde siempre se había sentido vencedor, sus labios eran suaves y firmes al mismo tiempo y la calidez de su boca enloquecía aún más los sentidos de un Steve casi completamente rendido ante esos atributos de esta hermosa y sensual chica.Movía suavemente los labios sobre los femeninos en una danza sensual que hacía que ambos sintieran que el piso se hundía brevemente debajo de ellos, al mismo tiempo sus lenguas se unían y se exploraban mutuamente sintiendo la suavidad la boca de cada uno de ellos, el beso, que al principio era lento y explorador, se estaba volviendo más fuerte, profundo e impetuoso. Ya no era un suave recorrido dentro de sus bocas sino más bien una lucha titánica por conquistar el espacio del otro y acariciar y sentir en una vorágine de sensaciones que le estaban nublando los sentidos a ambos, tanto así que sus caderas se movían una contra la otra en una danz
La habitación de Bridgette era hermosa y elegante, muy de lujo. al cerrar la puerta tras de sí Steve la abrazó por la espalda depositando suaves besos en su cabellera mientras sus brazos la rodeaban por completo. Los besos fueron bajando, al igual que sus manos, las cuales se apoyaron suavemente en sus motivados pechos.Al sentir sus manos en esa zona tan sensible el cuerpo de Bridgette tuvo una reacción tan fuerte como intensa, hasta ahora no le había tocado los pechos y la sensación que sentía era intensa, su intimidad se vio inundada de nuevo por abundantes jugos íntimos, ella ya estaba más que lista para ser poseída, sus manos se posaron sobre las masculinas aumentando la presión sobre sus pechos mientras su cabeza se recostaba en el pecho de Steve, lo que él aprovechó para besar un poco más abajo de la línea del cabello en su esbelto cuello, sus labios besaban la suave y cálida piel con dulzura y deseo entremezclados en una sola sensación que se estaba volviendo, poco a poco, cad
Así mientras gemía, gritaba y suplicaba, sus manos torturaban también el enhiesto miembro masculino que parecía apunto de reventar, las venas se marcaban en toda su extensión, provocando que el hombre se arqueara de placer también aunque se contenía para proporcionar placer al cuerpo femenino, le importaba más ella que él mismo, quería hacerla gozar, disfrutar al máximo, pero todo tenía un límite, sentía que se hundía en el placer, pero no quería acabar en las manos de ella, por ahora al menos, tenía unos planes más divinos para entregarse por completo al placer.Ella se recostó de nuevo y con el brazo extendido le hizo un gesto de que se acercara moviendo su dedo índice con coquetería y la mirada llena de deseo. Steve no se hizo rogar mucho, después de terminar de deshacerse de su pantalón, medias y zapatos se fue acercando como un tigre a su presa, con la seductora sonrisa marcada en sus labios y la mirada de deseo que clavó en los ojos femeninos.Se acercó hasta que estuvo por comp