Los paisajes de aquellos caminos desconocidos para ella, lucían tristes y nublados, últimamente, sus días eran así de grises, sombríos, y el sol no parecía tener la intención de salir a coronar el cielo. Emma meditaba en el lujoso auto que se hallaba en movimiento, mientras su mirada cargada de desolación y tristeza, permanecía perdida en la nada, y los recuerdos de la noche anterior atiborraban sus pensamientos.
Hacia apenas unas horas atrás, el padre al que creyó muerto durante toda su vida, había aparecido de la nada con un trato para ofrecerle. Él, pagaría el costoso tratamiento para la enfermedad de su madre, siempre y cuando ella accediera a casarse con un hombre completamente desconocido.
—Tienes que tomar una decisión ahora mismo, la boda es el día de mañana y yo no tengo tiempo para esperar por tu respuesta —
Aquella frialdad era palpable, Everard Lloyd no estaba allí para ayudarles de buena voluntad, lo que pedía a cambio era un precio demasiado alto para ella.
—¿Por qué yo sería perfecta para ese hombre? — cuestionó con la voz quebrada.
Everard tan solo la miraba con un aire de indiferencia que se sentía demasiado gélido.
—Tu hermana no quiere casarse con este hombre, ella es la prometida original, pero, mi niña se ha negado, y no la culpo, nadie sabe a ciencia cierta como es ese sujeto, nadie jamás lo ha visto y los rumores sobre el no son alentadores, tan solo es como una sombra que tiene el poder suficiente para manejarlo todo, así que, como podrás imaginar, te busqué a ti y a tu madre por todos lados hasta que finalmente las encontré. Tu eres idéntica a tu hermana gemela, ese hombre no notara la diferencia entre ustedes. No someteré a mi amada hija a ser la esposa de un desconocido, para eso, estas tu pequeña Emma — dijo con frialdad.
Emma se sintió mal por aquellas palabras, y lograba comprender el por qué su madre jamás le dijo la verdad. El hombre frente a ella era un verdadero monstruo que la miraba tan solo como un reemplazo para la hermana gemela que no sabía que tenía.
—Veo que tiene sus prioridades muy en claro Lloyd — respondió Emma con decepción.
—Un hombre de negocios debe de tenerlas, ahora dime pequeña Emma, ¿Aceptaras? — Everard quiso saber de inmediato.
Emma miro a su padre biológico directamente a los ojos.
—Antes de darte mi respuesta, quiero saber porque razón es que nos abandonaste a mi y a mi madre — dijo tajante.
El hombre solo sonrió con cinismo. — Tu madre y tu solo eran un muy pesado y molesto lastre en mi vida, nunca las quise realmente, ahora, soy un hombre que goza de privilegio y posición social altas, nadie debe de enterarse de mi pasado y nadie se enterara de mi pasado, así que, Emma, esa es la verdad, ¿Qué es lo que harás ahora que lo sabes? — respondió.
Emma apretó los puños y abrió la puerta de la habitación en la que su madre estaba descansando. La mujer yacía durmiendo, sin terminar de enterarse de lo que estaba pasando.
—¿Es por eso que no entraste a verla y me esperaste afuera como un cobarde? — cuestionó la joven.
—No me interesa ver a una mujer acabada y enferma, lo único que quiero es tu respuesta pequeña Emma, ¿Qué eliges? — nuevamente cuestionó Everard.
Emma miro a su madre respirando tranquilamente, parecía que, después de mucho tiempo, finalmente estaba disfrutando de un sueño agradable sin que el dolor la despertase. Suspirando profundamente, cerro los ojos, nada ni nadie le importaba mas que la amada mujer que le dio la vida, así que, volviendo la vista hacia su despreciable progenitor, asintió.
—Acepto, me casare con ese hombre, y pagaras el tratamiento de mi madre a cambio Lloyd — respondió Emma finalmente, luchando porque no se le quebrara la voz.
Everard sonrió. —Tomas una buena decisión Emma, tomas una buena decisión — dijo el hombre.
—Solo una cosa Lloyd, mi madre no debe enterarse de esto, será un secreto entre tú y yo — pido Emma con firmeza.
Everard Lloyd asintió. — Muy bien, tenemos un trato, tienes que firmar aquí para que quede hecho — dijo el hombre sacando un papel que ella no quiso leer, luego de ello, miro a Lloyd que solo sonrió y quien camino para pasarla de largo y bajar al primer piso del hospital.
Sintiendo que se derrumbaba, Emma entro a duras penas en la habitación de su madre para tomarla de la mano. Era capaz de cualquier cosa por ella, aun así, tuviese que casarse con un hombre desconocido, si su madre podría vivir mas tiempo, ella estaba dispuesta a sacrificarlo todo. La mujer, abrió con lentitud los parpados para mirar a su hija.
—Emma, ¿dónde?
—Tranquila mamá, estas en el hospital, tuviste otro colapso — la joven interrumpió a su madre que le sonrió a cambio con ternura.
—Esta habitación no es la misma de siempre, parece costosa — dijo la mujer.
Emma sonrió. —Estas en el área VIP, tengo una maravillosa noticia que darte, conseguí empleo, y ellos tienen un buen seguro médico, por eso es que estas aquí, pero, mamá, tengo que irme a la ciudad esta noche, mi cargo es muy importante, y no puedo fallarles, esto finalmente nos podrá permitir pagar tus cuentas médicas sin mayor problema — dijo la joven al borde las lágrimas. Tenia que mentirle a su madre. La mujer le volvió a sonreír.
—Gracias Emma, eres sin duda, la mejor hija que cualquier madre pudiese tener, me hace muy feliz saber que has encontrado una oportunidad tan grande para ti, finalmente estarás en la gran ciudad, como siempre quisiste — dijo la madre con amor. Emma, sintió que moriría en ese instante del dolor que estaba sintiendo en su corazón.
Volviendo a la realidad desde sus pensamientos, Emma aun sentía aquel dolor a flor de piel, después de aquello, el hospital le había informado que el tratamiento completo había sido pagado, y ahora ella, vislumbraba la iglesia en donde uniría su vida con un hombre al que no le conocía ni el rostro. El coche finalmente detenía su marcha y los hermosos campos quedaron muy atrás.
Saliendo de el elegante auto, Emma lucia un hermoso vestido de novia que a simple vista de vislumbraba demasiado costoso, sin embargo, este le quedaba un tanto más corto de lo esperado, era mas que obvio que aquella hermana gemela que tenía, era un poco mas baja que ella. Aun así, la hermosa rubia lucia su porte elegante y orgulloso, y caminando fuera del auto, su padre biológico la recibía para guiarla al interior de la iglesia…para guiarla a su cruel destino.
Caminaba con elegancia mientras miraba las hermosas guirnaldas de flores blancas que decoraban la entrada al recinto. Su padre biológico, el monstruo que repentinamente había aparecido en su vida, le extendía la mano para que ella la tomase y fingieran ante el mundo que eran padre e hija.Entrando por aquellas enormes puertas de fina madera, Emma sentía que el mundo se hacía cada vez más pequeño y asfixiante con cada paso que daba. La decoración era exquisita, fina y elegante, algo digno de un rey y una reina. Tambien, eran muchos los invitados al evento, algunos de ellos, eran famosos artistas y políticos que tan solo había visto por televisión, y muchos mas le eran completamente desconocidos, suponía, eran familiares y amistades de la familia de su padre biológico y del novio. Todas las miradas se habían concentrado en ella desde el momento en que entró, todos la miraban con un deje de lastima, como si estuviera a punto de unir su vida a la de un terrible monstruo. La verdad, es que
La gala había sido todo lo que se esperaba que fuera, una celebración de alta alcurnia, donde el lujo y la distinción se hicieron presentes. Aquellas miradas de las mujeres que en primera instancia la habían visto con lastima, ahora miraban a la hermosa novia con una envidia atroz que era tan palpable que se podía cortar cual rebanada de pastel. Emma permaneció todo el tiempo en silencio, regalando falsas sonrisas a todo aquel que se acercaba a saludarlos. Lo mismo hacia el hermético Dante, quien tan solo miraba con cierto recelo a la mujer que ahora era su esposa y no la perdía de vista. Aquella era la primera vez que el importante hombre aparecía en público, nunca antes había mostrado su rostro, ni siquiera, había aparecido jamás en fotografías, siempre se hallaba oculto en el más estricto de los hermetismos, y por ella era que habían comenzado los rumores sobre que, en realidad, era un hombre nada agraciado y demasiado feo para aparecer públicamente. Dante Morgan era el hombre a ca
Una nueva mañana daba comienzo y Helena Lloyd hojeaba una de sus revistas de la alta sociedad. Siempre era gratificante leer sobre la ultima moda, la nueva meditación de yoga y las novedades que pudiera haber sobre famosos o gente de alcurnia demasiado importante. Durante toda su vida, todo había sido lujo, no había una sola cosa que ella no haya deseado y haya tenido, pues su padre siempre se lo dio todo a manos llenas. Agitando su campanilla, avisaba a su servidumbre que era hora de que le trajesen el desayuno, alguna magdalena dulce, café y un poco de fruta, a ella le gustaba mucho cuidar su figura y permanecer tan hermosa como siempre había sido.El desayuno fue colocado sobre la mesita de jardín en su rincón favorito del exterior para desayunar. Su padre aun no se levantaba, y ella tomaba la fruta con la misma delicadeza que haría una princesa. Sin embargo, su semblante cambiaba poco a poco yendo de la arrogancia a la rabia mas ardiente conforme avanzaba en su lectura. Allí, en u
La mañana comenzaba tranquila, su apuesto y flamante esposo, había recibido una visita inesperada la noche anterior y por ello habían dejado “pendiente” aquel acto vergonzoso que estuvieron a punto de hacer. Sentándose al borde de la cama, Emma se percató que Dante parecía no haber dormido junto a ella o se había levantado demasiado temprano y no supo como sentirse al respecto. Si se era sincera, comenzaba a acostumbrarse a despertar y que el hombre estuviera a su lado.Estirando un poco sus músculos para despabilarse y terminar de despertar, tomo luego un agradable baño. Mirándose desnuda en el espejo, se sonrojo un poco al pensar en aquellas caricias salvajes y atrevidas que Dante le había dado la noche anterior y por un momento pudo imaginarse desnuda frente a él…para tener relaciones. Negando en silencio, se negó a pensar más allá, ella jamás había estado íntimamente con nadie, no porque no hubiese querido alguna vez, hubo muchos chicos que le habían gustado durante su temprana ju
Everard comenzó a mostrarle la enorme mansión a Dante y alardear de ello, así como tambien, se aseguraba de mostrar a Emma donde estaba cada cosa en la enorme casa para que Dante no sospechara nada, Emma sabía que, con aquella intención hacia aquello, pues si no sabía lo que había “en su hogar” seria raro, evitando lo más que podía cruzar palabra alguna con su hija. Helena, escondida entre habitaciones, no desaprovechaba la oportunidad para mirar secretamente a Dante y admirar lo hermoso que era el hombre en silla de ruedas, de haberlo sabido, no habría puesto pero alguno para casarse con él, y ardía de rabia cada vez que notaba como Dante tomaba de la mano a su gemela. Después de un rato, la pareja y Everard pasaron al elegante comedor principal de la mansión.—Cariño, dime, ¿Te has sentido cómoda? — cuestiono Everard a Emma mientras la miraba con un aire de altivez. No olvidaba que su querida Helena quería tomar el lugar que le correspondía.Emma sabia que su padre preguntaba aquell
Aquella mañana, Dante sabia, no era como las otras. Había despertado cálidamente abrazado de Emma, sin embargo, era momento de dejar aquel cálido confort y enfrentar a la realidad que le ofrecía esa fecha en especial. Levantándose apoyado de sus apoyos instalados en la cama, igual que todos los días desde hacia ya muchos años, batallaba para acomodarse en su silla de ruedas. Poco a poco con el paso del tiempo, se había medianamente acoplado a esas necesidades mientras se esforzaba por hacer la mayor cantidad de cosas posibles por el mismo. Odiaba depender de otros, odiaba que todo el mundo lo misare con lastima.“Nunca volverá a caminar, es una verdadera lástima, teniendo tan grande futuro por delante”“Ninguna mujer querrá batallarlo así, a nadie le gusta cargar con un bulto que ni siquiera puede ir al baño el solo”“¿Lo supiste? El pobre se quedó huérfano, pobrecito”Cada frase mal intencionada o cargada de lástima que había escuchado hacia su persona, lo había hecho aislarse despué
Dante miraba los nombres en aquellas tumbas, y recordaba aquellos hermosos momentos de su vida que compartió con ellos. Beatrice y Virgilio fueron personas respetables, honorables hasta el final y muy queridos por muchas personas. Podía ver las flores que seguramente sus viejos amigos les habían dejado el día anterior. Ese día, nadie mas que el los visitaba y charlaba con aquella lapida bajo la cual sus restos descansaban, aunque, ese día, no quería contarles nada a pesar de que se había casado hace poco. Recordó a su madre presionándolo con gracia para que contrajera matrimonio y le diese nietos, recordó a su padre hablándole sobre amar a una única mujer y darlo todo por ella…los recordó a ambos rodeándolo de amor y consejos para ser el gran hombre que ellos soñaban que fuera…se sintió hundido en la miseria por ello.El sonido de un par de tacones que cochaban con el pavimento humedecido, los distrajo de sus pensamientos. Alguien se acercaba, quizás, otra persona herida que visitaba
Aquella mañana se sintió diferente a otras. Había despertado nuevamente entre los brazos de su esposo, pero, esta vez, sentía algo en su pecho que la hacia sentirse intranquila. Aun no olvidaba aquellas palabras dichas por Dante, y su insistencia de que ella estaba con él por dinero.Levantándose, camino hacia la habitación matrimonial para buscar su celular. Ya había resuelto solicitar que la cambiaran al campus universitario que se encontraba en la ciudad, por suerte, allí podría continuar sus estudios. Llamando, había tenido que explicar a la secretaria del rector las razones que tuvo para su ausencia, y aunque omitió la parte en que ella se había casado con un perfecto desconocido, si menciono el creciente deterioro de salud de su madre, por lo cual, se le permitió retomar el semestre siempre y cuando se pusiera al corriente de lo que se había perdido.Siempre había querido ser médica, apasionada quizás por el deseo de salvar a su madre. Durante demasiados años, años en los que el