Dante miraba con ansiedad a su primo Ezra mientras era trasladado en ambulancia. No había perecido, sin embargo, la pérdida de sangre había sido grave, y se debatía entre la vida y la muerte. Zeus, con algunos golpes, llamaba a su hermano para solicitar su ayuda, y la policía de Santorini acordonaba el área mientras el forense hacía el levantamiento de los cuerpos de algunos sirvientes del lugar que habían perecido, además de algunos hombres que custodiaban el lugar. Apretando los puños, se sintió aun mas frustrado al mirar el violín de Ezio ensangrentado, a él tambien lo habían secuestrado junto a Emma.—¡Maldita sea! —Dante golpeo con el puño la pared, haciéndose daño. Zeus se acerco hasta el, y coloco su mano en el hombro de aquel pobre infeliz que estaba sufriendo demasiado, ya se había disculpado con Dante por su ineptitud al proteger a su esposa.—La encontraremos a tiempo…la amenaza de Figlio se ha soltado en el aire, quien quiera que la tenga, la devolverá, de lo contrario, t
El teléfono había sonado hacía mas de una hora. Dante, caminaba decidido, hecho una furia por aquel corredor. Mil pensamientos cruzaban por su mente, la muerte, era el primero de ellos. Deseaba matarlo, deseaba matarlo lentamente, acabar con ese miserable que había tocado lo que para el era mas sagrado no una, si no dos veces. Aquella puerta de hierro había sido abierta, revelando la miserable figura de Ciacco frente a él. Aquel hombre, el asesino de sus padres, la causa de que por tanto tiempo fuese un paralitico condenado al sufrimiento, y la razón por la cual su amada Emma se debatía entre la vida y la muerte, estaba frente a él, mirándolo con burla, con aquel mismo odio que le había demostrado siempre.—Veo que finalmente me encontraste sobrino, y veo que ya puedes caminar, eso es una sorpresa, ¿Quién lo diría? Esa día creí que tu también morirías, así estaba planeado, pero bien, eres como una cucaracha, muy persistente, y yo, estoy aquí, acinado como una rata miserable y sabiendo
El viaje a Santorini, Grecia, no era placentero bajo ninguna circunstancia. Gemma aún seguía derramando lágrimas de angustia por su adorada Emma. Conocía ya la historia que su amada hija le oculto. Emma había sacrificado mucho por ella, para pagar el precio que su salud le estaba exigiendo. Helena, su hija gemela de quien cruelmente la habían separado, yacía dormida a su lado en aquel vuelo de avión que le había pagado en primera clase, había rastros de lagrimas en sus mejillas, pues encarecidamente le había pedido perdón por lo que le había ocurrido a su hermana gemela, asumiendo toda la culpa de aquellos terribles acontecimientos debido a que, en primer lugar, ella se había negado a casarse con Dante Morgan, aquel hombre quien le había avisado de lo ocurrido a su Emma y a quien no conocía personalmente. Helena, además, le había asegurado que ese hombre amaba a su hija, y que ella lo amaba a él.Después de aterrizar, Gemma y Helena se habían encontrado en el aeropuerto con Everard Ll
—Y en otras noticias, Ciacco Morgan, hijo del fallecido magnate multimillonario Alighiero Morgan, ha sido arrestado en Santorini, Grecia, con graves acusaciones sobre él. De manera extraoficial, se ha corrido el rumor de que estas acusaciones son de homicidio en grado de tentativa contra la esposa de Dante Morgan, Emma Brown, así como tambien lo involucran directamente con el homicidio en calidad de autor intelectual de su hermano Virgilio Morgan y su esposa, quienes fallecieron en un supuesto accidente…Emma miraba el rostro de Ciacco en la pantalla de aquel televisor en su cuarto de hospital. Aquel cruel hombre que casi logra acabar con ella y sus hijos, había sido entregado a las autoridades por Elijah y Zeus, mientras Dante se quedaba a su lado acompañándola.—Esta mañana, Dante Morgan finalmente apareció ante las cámaras para asegurar que si tío será debidamente llevado ante la ley para que responda por los crimines que ha perpetrado, así como tambien se habla de proceso judicial
Oscuridad, quizás, era aquello lo único que había tenido en su vida miserable y completamente mezquina. La luz de la luna se colaba solo un poco entre los barrotes de la celda en la que se hallaba preso, condenado a pagar por todo lo que había hecho en su búsqueda de hacerse con lo que siempre debió de ser suyo.Acinado en aquella cama sucia, incomoda y fría, Ciacco no escuchaba nada mas que el silencio, y algún grito ocasional de algún preso que peleaba con otro. Estaba asustado, aterrado de lo que sea que le deparaba el destino en ese punto sin retorno en el que ya se encontraba…quizás, lo mejor…—¿Morir? ¿Es esa tu opción? No lograste que Dante te acabara, es una lástima, te tocara hacerlo por tu cuenta —Ciacco miro hacia aquella esquina oscura de su celda, y logro dibujar en medio de la penumbra, la silueta de Virgilio, su odiado hermano, que parecía estar burlándose y disfrutar mucho de su miedo y su dolor.—Lárgate, no quiero verte, todo esto es culpa tuya hermano, si no hubier
—Con esta mano yo sostendré sus anhelos, tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino. Con esta vela alumbraré tu camino en la oscuridad y con este anillo te pido que seas mi esposa—Los ojos de Emma resplandecieron, y pronto, sus labios y los de su amado Dante, se habían sellado para siempre en un beso y fundido en una promesa que sus almas cantaron para la eternidad.—¡Felicidades! —Todos gritaban felicitando a los novios.6 meses habían pasado desde aquellos trágicos eventos que culminaron para siempre en aquel juicio que condeno a Ciacco.Emma miraba a sus amados rodeándola. Aquella era una boda sencilla, o mas bien, una fiesta de boda sencilla que Dante y ella estaban celebrando solo con sus seres más queridos aun y cuando ya estaban legalmente casados. Los rostros de todos aquellos que, bien o mal, los habían acompañado en el camino, estaban presentes llenándola de amor.—Esto es precioso Dante, todos los que nos importan están aquí, acompañándonos en este día tan especia
El tiempo, a veces, el mejor amigo, otras, el peor enemigo. Quizás, todo depende de quienes somos, de las cosas que amamos, las que odiamos, y, principalmente, de las cosas que hicimos. Para algunos, el paso de los años es una bendición, en la que ven sus dichas aumentando día con día, para otros, es solo un suplicio al que no le encuentran fin y que les vuelve mas pesada la vida.Eran ya 10 años los que habían transcurrido desde que un matrimonio se había firmado por contrato y un amor había nacido de manera francamente inesperada. Eran ya 8 años, en que Dante y Emma se seguían amando como aquel primer día en que descubrieron y admitieron lo que sentían por el otro.Dante, besaba a Emma esa mañana con la misma pasión que lo había hecho siempre, y Emma, le correspondía con el mismo fuego que había nacido dentro de ella desde ese momento en que por primera vez se entrego a él. Nuevamente, hacían el amor disfrutando el uno del otro. Dante besaba cada parte del cuerpo, a sus ojos perfect
El cielo nublado le hacia sentir aun mas miseria de la que sentía. Las gotas de lluvia comenzaron a caer una a una hasta cubrir en su totalidad la calzada por la que sus pasos cansados se apresuraban a llegar a aquellas oficinas en donde, una vez más, tendría una entrevista de trabajo. Las nubes grises presagiaban una tormenta, una de la que, quizás, Emma Brown no podría escapar. Llegando al lugar, se sentó en uno de aquellos incomodos sofás mientras miraba la cantidad de mujeres que aspiraban al mismo puesto. Intentado no desanimarse, con ilusión, esperaba junto al resto de las chicas en aquella pequeña habitación esperando su turno para su nueva entrevista laboral, mientras oraba por esta vez conseguir el empleo que necesitaba con premura. Era un pueblo pequeño, no demasiado urbanizado, y, por supuesto, sin demasiadas oportunidades, alejado de la gran ciudad en donde algún día pretendía vivir. Esperanzada, miraba como las chicas iban pasando una a una mientras se acariciaba las mano