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Capítulo 5— La guerra se avecina

Capítulo 5— La guerra se avecina

Narrador

Descendiendo del vehículo justo al pie del enorme edificio Green, Seth observó este en completo silencio; apenas regresaba de su luna de miel justo como lo planeó, por lo que venía dispuesto a tomar lo que por derecho le pertenecía

—Tu abuelo te está esperando, la junta ha iniciado.

Colocándose de pie a su lado, Martín agregó, sabiendo que esto era difícil para su amigo, quien solo cerró la puerta a sus espaldas sin decir nada; y empezó a caminar al interior de la empresa familiar.

—Al finalizar la reunión con los accionistas, tu madre te espera en casa para una cena de bienvenida. ¿Asistirás? Por supuesto, no olvides que Nebra debe acompañarte

Iniciando con el itinerario del día, su asistente lo seguía muy de cerca mientras le indicaba los pendientes, y deteniendo sus pasos. Al llegar a la puerta del elevador en el enorme lobby del edificio, él le pidió guardar silencio antes de seguir.

—¡Martín, por favor! No sigas. Sabes muy bien que al salir de aquí mi padre no estará muy contento, así que queda descartada la cena enseguida de mi agenda.

El chico de gafas, asintió sabiendo que lo más difícil estaba por venir, e ingresando al pequeño cubículo de metal, una vez sus puertas abrieron, los dos se mantuvieron en silencio hasta llegar al piso superior del edificio en donde eran esperados.

—Apenas salga de la junta, ten el auto preparado. No quiero estar en este lugar por mucho tiempo.

Saliendo una vez que llegó a su destino, Seth caminó a la extensa sala de juntas, y sumergiéndose en un enorme silencio, una vez los presentes lo vieron entrar, su abuelo se colocó de pie para tomar la palabra.

—Como ustedes saben, desde hace un par de días he propuesto cambiar de directiva… No pienses que es personal, Federico, porque no es así; es solo que creo que mi empresa estará en mejores manos con alguien que lleve mi sangre. Seth no solo es mi nieto mayor, sino también un hombre lo suficientemente preparado para asumir ese cargo

Señalando a Federico, el esposo de su hija; Flavio agregó, dándole la bienvenida a su nieto Seth que apenas regresaba de su luna de miel, y dibujando una sonrisa burlona en su rostro, siguió

—Es por esto que lo propongo a él, Seth Arias Green. No sé ustedes, pero estoy seguro de que hará un excelente trabajo en este lugar. ¿Quién piensa lo mismo que yo?

Elevando su mano el anciano voto a favor de su nieto para tomar la dirección de la empresa, e iniciando una guerra padre e hijo, ya que Federico no permitiría que se le fuera arrebatado su puesto así nada más, y menos por Seth, quien para él no era más que un mocoso consentido por su abuelo, y su madre.

— Te apoyo completamente, Flavio. Como mi hijo mayor, conozco sus capacidades, por lo que estoy de acuerdo contigo

Sabiendo que no tenía sentido oponerse, ya que el viejo no descansaría hasta quitarle ese lugar, Federico fingió estar de acuerdo con el padre de su esposa, cuando en realidad, era detestable que fuera su hijo quien lo reemplazara.

Siguiendo los demás accionistas, la votación finalizó, y quedando elegido Seth como el nuevo director ejecutivo, dieron la junta por terminada.

—De esta forma, queda finalizada la junta; se pueden retirar. Esperemos que la siguiente semana, mi hijo asuma mi lugar como es debido.

Despidiendo a los accionistas de la gran empresa, estos empezaron a salir de la sala de juntas sin parar de murmurar entre ellos, por lo que se avecinaba, y haciendo lo mismo, ya que no deseaba ver a Federico, Seth salió lo más rápido que pudo.

No porque le tuviese miedo, o algo parecido, porque no era así; Seth ya no era el mismo hombre del pasado, quien no sabía nada del negocio, y que se dejaba menospreciar por su padre; él ahora era todo un hombre, que sabía pelear por lo que deseaba, por lo que se preparó para este momento

—¡Seth! Pero, ¿qué sorpresa? ¿No piensas saludar a tu padre? Pensé que tardarías más en regresar de tu luna de miel

Extendiendo sus brazos, saliendo detrás de él, Federico pretendía abrazarlo como si nada, y deteniendo su andar, su hijo solo elevó su mentón, permaneciendo imperturbable ante él.

—¿Qué es lo que quieres, padre? No tienes por qué seguir fingiendo, todos los accionistas se han marchado

Tensando su mandíbula, Federico entendió que el hombre ante él no caería en sus trucos de nuevo. Del Seth de antes no quedaba nada, a lo que solo sonrió de lado, y dijo.

—Por lo que veo, hemos aprendido, el tiempo fuera de las faldas de tu madre, y de Flavio te han enseñado. Cierto, como ahora eres un hombre casado

Imitando su postura, Federico no permitió que la juventud de su hijo lo intimidara, todo lo opuesto, esto para él significaba un nuevo reto, uno que deseaba vencer a toda costa.

—Digamos que un poco, no solo me preparé para este momento, sino que encontré al amor de mi vida. Una mujer con quien casarme

Fingiendo una sonrisa, Seth pretendió parecer feliz por su boda cuando esta no era más que una farsa, y negando, Federico estrechó el puente de su nariz antes de empezar a reír

—Merba ¿no?

Empuñando su mano, Seth supo que venía con una estupidez de las suyas, y conteniéndose para no golpearlo, solo dijo enarcando una ceja

—Nebra, Federico… Se llama Nebra.

Metiendo las manos en su bolsillo, Federico negó, fingiendo estar avergonzado por su error, y exhalando el aire, dijo

—Nebra, ya recordé, pero qué despistado soy, hijo… Por cierto, Seth ¿dónde la compraste? ¿Te salió muy cara?

Conteniéndose para no cometer una locura en ese lugar, por lo que acababa de insinuar, Seth lo observó detenidamente mientras Federico sonreía de lado.

—Señor Arias, debemos irnos… El auto espera.

Siendo interrumpido por su asistente, este supo que no valía la pena perder el tiempo discutiendo con alguien como su padre, por lo que girándose en sus talones pretendía marcharse, hasta que él lo llamó de nuevo.

—Por lo que veo, vienes en serio con lo de la dirección de la empresa. ¿No te parece un descaro de tu parte? Te marchas tantos años, y ahora pretendes regresar y fingir que te importa. Después de que te has casado con una oportunista

A sus espaldas su padre dijo, lo cual despertó cierto interés en él por responderle

— ¿La verdad, Federico?

Regresando sobre sus pies, Seth preguntó introduciendo las manos en sus bolsillos, transmitiendo tal seguridad que hizo que su padre dudará unos segundos, y fingiendo pensar, dijo

—Sí. Creo que esta empresa necesita innovar, salir de los cimientos arcaicos, y una directiva joven refrescaría las cosas aquí.

Federico apretó sus dientes, algo asombrado por lo que acababa de escuchar. El Seth de antes jamás desafiaría a su padre, quien siempre tenía la razón, algo que este nuevo hombre, ni en sus sueños más locos, haría.

—Ahora, si me disculpas. Tengo que marcharme. Mi esposa me espera; nuestra luna de miel quedó inconclusa, por lo que tengo que compensarla

Saliendo del lugar sin mirar atrás, Seth, mantenía su semblante endurecido. Si Federico pensaba que lo humillaría de nuevo, estaba muy equivocado. Él le demostraría que su mayor error, fue despreciar a quien lo admiraba de verdad en el pasado, lo cual pagaría verdaderamente caro.

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