#34:

Nadie tuvo la culpa de que Michael eligiera precisamente aquella tarde para exigir todo el tiempo y la atención que se le podían dar a un niño. Kevin lo paseó, lo meció, le cambió los pañales, jugó con él, lo arrulló… sólo le faltó darle el pecho. Por suparte, Michael gorjeó, lo miró con sus ojos enormes… y se desgañitó llorando cada vez que se veía de nuevo en la cuna. Hizo de todo, menos dormir.

Al final, Kevin abandonó la idea de trabajar y se llevó al niño de un lado a otro.Se comió un sándwich pollo y empezó a leer el periódico con él acurrucado en el brazo, y como no había nadie que pudiera reírse de él abiertamente, discutió con el bebé sobre asuntos de política internacional y sobre los resultados de la liga de fútbol mientras el niño se dedicaba a sacudir un sonajero y a hacer pompitas con la boca.

Cuando finalmente consiguió encontrar uno de los sombreritos de punto que Laurent había comprado para proteger al niño de la brisa primaveral,salieron a dar un paseo por el jardín,
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