#41:
Sin él, el estudio era una habitación amplia y despejada, con mucho espacio vacío. Había gotas y manchas de pintura seca por el suelo, que podían llevar allí una semana o un año, y un pequeño fregadero en una de las esquinas, con una toalla dejada de forma descuidada en el borde.

También había unas estanterías y una mesa de trabajo, sobre las que había esparcido todo tipo de material de pintura: jarros llenos de pinceles, espátulas, carboncillos, trapos… igual que en Colorado, Kevin había amontonado un montón de lienzos contra las paredes, pero no había colgado ninguno.

De repente, supo que no se le había ocurrido preguntarle si tenía algo que pudieran colgar en el cuarto de Michael. Los pósteres que ella había elegido eran muy alegres y coloridos, pero uno de los cuadros tendría mucho más significado.

Sin pensárselo dos veces, se arrodilló y empezó a mirar los lienzos.

Era increíble la forma en que él podía despertar las emociones de los demás a través de sus cuadros. Encontró un
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP