—¿por que la golpeaste?— pregunta el alfa a Clark muy molesto
—nos insultó y nos llamo mugrosos, además como le dije al beta, es mejor que no conozca el camino devuelta, pues si es una espía podrá escapar y regresar con ellos, además no es la primera vez que matamos a alguien que pisa nuestros alrededores— pero Alastor conoce muy bien lo ambicioso y mentiroso que es Clark —¿estás seguro que esas fueron tus intenciones? ¿O tenías otros planes para ella? Tú cabeza siempre está llena de ideas que sólo te perjudican, Clark. No quieras usar tu inteligencia m*****a conmigo, porque te conozco y se que me odias tanto como yo a ti, si te he dejado vivir es porque se el valor que tienes como guerrero y de otras cosas, de otra forma; ya te hubiese desgarrado el cuello, recuerda quien soy nunca lo olvides, si quiero matarla o dejarla vivir eso me concierne a mí, no a ti, no tomes autoridad de alfa, porque nunca lo serás— le da una mirada tan intensa que Clark baja la cabeza, imposible era resistir a un alfa y a su autoridad. —no te estoy mintiendo, de querer matarla lo hubiese hecho, no le miento en cuanto a eso, y tengo muy claro quien eres... Alastor, no tienes que recordármelo— era más que obvio que le mentía, pues su odio a Alastor era demasiado profundo y no veía el momento en el cual él acabara con su vida. —libérenlo— espeto. Se marchó de la apestosa celda donde estaba y con ira, Clark lo vio marcharse jurándose que un día le arrancaría la cabeza, así sea después de muerto. Pero aún así le dio curiosidad saber porque un alfa como él, que no pide opiniones ni tiene compasión de nadie, tiene compasión de ella. —así que te gusto la esclava jajaja, patético— Alastor vuelve a su castillo y sube las escaleras para ver que hacía Jade, pues hacia mas de una hora que la había dejado sola y quería saber que estaba haciendo, pero al abrir la puerta de su habitación se quedó paralizado al verla dentro de su bañera, su cabello mojado bajaba a su espalda y jugaba con el agua como un bebé. Cerró la puerta de golpe y ella volteo su cabeza al escuchar la puerta cerrarse, pero no le importó, terminó de bañarse y se colocó el mismo vestido que traía puesto, no tenía nada más que colocarse, mientras que Alastor suspiraba y trataba de entender que estaba pasando con él, no sabía que era ese sentimiento, esa adrenalina que nunca antes sintió, esas ganas de protegerla y cuidarla como a una pequeña flor y sobre todo esa corriente entre sus muslos, el corazón bombeando sangre apresuradamente y la fatiga de la emoción. Tocó la puerta suavemente y ella abrió con una sonrisa —me bañe en tu bañera, jajaja es como un pequeño lago ¿o yo soy muy pequeña? ¡Hmm! Da igual, fue divertido, además tenía días sin bañarme, pero no te quedes ahí viéndome, ven pasa después de todo este es tu habitación, por cierto es bien enorme, supongo que es porque ere del alfa— Su cabeza trata de ir a su ritmo, pues ella hablaba muy rápido y decía una palabra tras otra y no lograba ir a su ritmo, así que solo asintió —¿no te gusta hablar? A mi si, jajajaja, hablo mucho por eso tuve algunos problemas en mi manada, bueno antes de que la destruyeran— —si, se nota que te gusta conversar ¿a que manada pertenecías?— —era pequeña, ni siquiera tenía un nombre, no éramos tantos, ni fuertes como ellos, así que no pudimos con los lobos que fueron a destruir todo, eran lobos encapuchados, ni si quiera se cómo pude escapar y esconderme, desde entonces, pues vivo así en el bosque, no es tan malo cuando te acostumbras, pero hay muchas bestias peligrosas como osos y leones, sin olvidar las serpientes, esas me dan mucho miedo, jajajajaja mis padres la usaban para asustarme— El frunce el ceño escuchando la última parte "sus padres usaban serpientes para asustarla" no quiere imaginar que tipo de padres tenía ella. Sus ojos son tan hermosos y medida que ella habla, él está en un trance procesando todo lo que ella dice mirando cada una de sus cualidades —comprendo— él no habla mucho, sino lo suficiente aunque no le molesta en lo absoluto escucharla hablar, pues todo el que habla de más, termina diciendo lo que no debe y quería saber en que ella se iba a equivocar, pero a ella si le molesta su silencio y frunce un poco el ceño —siento que estas aburrido de oírme, ya se que hablo mucho, pues como tú no hablas, yo tampoco lo haré- Se cruza de brazos y hace un puchero, él no comprende —¿que haces?— le pregunta y eso causa risa en ella quien no sabe enojarse —eres raro alfa, ¿no sabes que es enojarse o que?— —creo que se mas que tú, siempre estoy enojado— pero ella alza las cejas y sonríe otra vez, ambos están sentados en el borde de la cama, sus piernas están un poco abiertas y comparando su estatura con la de ella, la cabeza de jade le llega su estómago. Ella es tan pequeñita y delgada, la ve demasiado frágil a un punto de causarle incomodidad —siempre estás enojado porque no sabe sonreír, espera que te enseño como— Ella se mete entre sus piernas e intenta alargar su boca para que sonría, pero al mover su cabello y tocarlo tan suave con sus manitas pequeñas él, a gran velocidad la toma acostándola sobre la cama y subiendo sobre su cuerpo estrujándose un poco sin hacer presión por un deseo impulsivo de repente como si algo dentro de él se lo exigiera en gran manera, colocando sus manos a cada lado de su cabeza sin hacer presión sobre ella y respirando con profundidad el aroma embriagador de su cuerpo. Sus ojos se vuelven azul más intenso y le gruñe mostrándole los dientes afilados. —¡grrrrrr!— ella se asusta y él mueve la cabeza entrando en razón y la libera saliendo rápido de la habitación. Cierra la puerta detrás de él y empieza a respirar profundamente cerrando sus ojos, sabía que seria un problema para él que ella lo vuelva a tocar así. Escucha la voz de arlo, habían llegado de la caza y baja rápidamente, en voz baja le susurra. —¿trajiste algo decente?— El asiente, pero la voz de jade resuena detrás de él, parece una muñequita y ya está limpia, así que los ojos de los lobos se agrandan al verla porque su belleza ahora es más notoria, pero el sentimiento de saber que otros tienen los ojos sobre ella, hace que el alfa les gruña con visible molestia sin poder evitarlo y ellos se agachan obedeciendo al alfa. La carne de ella es asada con hiervas, mientras que los demás no la dejan cocinar bien, pues el hambre es tanta que la desesperación los mata. Jade está frente a una fogata con arlo y los lobos. Todos comen juntos, pero Alastor no. —¿por qué Alastor no come con todos?— arlo sonríe se da cuenta de que ella es demasiado inocente, pero su energía es fuerte pese a que es una omega, una loba de clase baja —el alfa no come con nosotros, no recordamos la última vez que lo hizo, viene reparte la cena y se va si deja que estos lobos se sirvan ellos, es un caos- —entiendo, mejor así, él es un gruñón, un lobo gruñón, pero no es malo solo hay que darle amor, aunque creo que él no sabe que es el amor ¿nunca se ha enamorado? Bueno, que pregunta más tonta, los lobos solo se enamoran de sus mates y nadie más para siempre, perece que él no tiene porque es un gruñón y la diosa no le quiere dar una esposa por eso— ellos rieron, pues ella no paraba de hablar y decir cosas que no entendían, pero eran graciosas. Ni ellos ni ella sabían que él estaba detrás y un gruñido que salió de su garganta fue tan terrorífico que los lobos bajaron el rostro en sumisión inclusive, Arlo.La tomó con salvajismos por un brazo, dejando caer la comida y se la llevó arrastrada por el suelo, logrando así que una astilla de la madera dañada se le incruste en uno de sus pies descalzos. Arlo quiso ayudarla, pero las palabras de ella al parecer fueron malentendidas por él. La llevó a la habitación y la tiro al piso sin darse cuenta de su pie herido, jade gimió por el dolor de tirarla en el piso y volvió hacia abajo furioso. —QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LOS VEO RIENDO O TAN SIQUIERA CERCA DE ELLA, TODOS SE MANTIENEN A LA DISTANCIA, ¿ESTÁ CLARO?— Asintieron cabizbajos y se volvió a marchar, arlo camino detrás de él —Alastor no la castigues, aún es una niña, su voz y su forma de hablar lo dejan claro— —sé que es una niña, solo tiene diecisiete años, pero no dejaré que aun siendo una pequeña mocosa, quiera hacerme ver como un inútil delante de mis lobos, ¿está claro?— Él se asombra, lo que significa que sabe más cosas de ella y eso le alegra mucho —por favor, no la ahuyentes
—hoy estás más gruñón que de costumbre—pregunta arlo —no dormí nada— se estresa silenciosamente —a ver ¿ya tengo una idea de por qué?— levanta ambas cejas insinuando algo pervertido y Alastor le pega con el puño cerrado en la cabeza —¿por qué me pegas, que dije?— se acaricia la cabeza y lo mira de mala gana —no pienses tonterías ¿crees que soy tan bastardo para tocarla?— arlo se queda viéndolo y él abre la boca —okay, eso era antes... uff, ya no soy así, soy...— —TENGO HAMBRE— Alastor se espanta y mira a jade quien lo hizo dar un respingo, arlo sonríe y le agita la mano y corre a limpiar una silla para que ella se siente. Cuando intenta bajar se queja porque aún finge que le duele su pie y el alfa niega y camina a buscarla, la carga como a una novia y la sienta en la silla que arlo limpio con su ropa —¿que le pasó señorita jade?— se baja para tocarle el pie, pero él gruñe celoso, arlo se aleja —solo iba a revisarla— —ya la cure, así que no tienes que tocarle el pie— pero
Estoy encerrada en una habitación, al parecer nadie dormía aquí todo se ve intacto, pero hay mucho polvo. Trato de caminar hacia las ventanas y corro las cortinas que se caen cuando hago el simple intento de tocarlas haciendo que eche hacia atrás asustada. Las ventanas están cerradas y gruño incómoda, al menos los rayos del sol entran e iluminan, suspiró y me siento en una vieja silla de hierro polvorienta.Hay una cama sin sábanas con un colchón lleno de polvo y escombros, un marco de lo que un día fue un espejo, en cierta forma todos los espejos están destrozados al parecer, Alastor odia los espejos.Había escuchado su historia, pero jamás creí verlo ni tocarlo, mi padre hablaba de él con tanto odio y asco como si fuera la peor escoria en el mundo, como todos lo ven, incluso lo usan para asustar a las personas y a los niños.—mis padres deben estar volviéndose locos porque no estoy, no porque me amen, mas bien no me pueden usar a su antojo...infelices, bastardos, infelices— se desli
Es la última noche en la que ambos están en la misma habitación, él le preparó una cama en el piso porque tener contacto con ella le afectaba en gran manera, pero esa noche la luna estaba llena y el aroma de ella fue tan fuerte que su contra parte fue quien tomó el control y soltó un gruñido inhalando el aroma de jade con desesperación. —GRRRRRRRRRRRRRRRR—ella se voltea dándole acceso a su cuello en su lado izquierdo y el gran lobo con los ojos inyectados en sangre mirando a su presa frente a él se coloca a su altura y la baba cae sobre ella la cual sin darse cuenta se rasca el cuello y gime acomodándose, la mano del alfa destroza la tela donde estaban sus pechos redondos y de su aureola rosa con el pezon hecho bolita por el frío que hacía. Sus ojos veían perfectamente en la oscuridad y se deleitaba viéndola semi desnuda, tanta fue su excitación que chupó de forma dura uno de sus pechos despertándola de forma dolorosa y nerviosa, iba a gritar, pero le tapó la boca y su cuerpo empezó
Pasó una semana desde su noche apasionada con el alfa y él le preparó una habitación a ella, después de lo ocurrido evitaba verla a toda costa, porque temía a volver a dañarla y esta vez no poder contenerse.Ella se había familiarizado un poco más con la manada maldita y en lo que fue una vez un jardín intento entretenerse cultivando flores, arlo le había había regalado unas plantitas secas y le daba un poco de agua no mucha pues no la podían desperdiciar.Pero pese a toda la situación, ella no tenía ni idea que Alastor la asechaba desde lejos observando y preguntando a arlo por ella, incluso le pareció gracioso cuando arlo le comentó que estaba plantando rosas, pero aparte de él había otra persona que también la miraba desde lejos como un pez gordo con el que podía sacar beneficios, Clark, un lobo envidioso, celoso y lleno de toda maldad que alguien se podía imaginar y un poco más. Mientras ella cultivaba las rosas él se acerca a ella y dobla el cuello —vaya, si es la favorita del a
La noche cayó y arlo cabeceaba en una silla tratando de no dormirse, pues estaba cuidando de ella. Arlo se espanta al ver la figura de Alastor parado frente a ella —vete a dormir, la curare— él se va y la toma en sus brazos, la lleva a su cama y le quita la ropa, pues no iba a lamerla sucia como estaba por todas las hierbas de curación, ya que son muy amargas. Sus ojos admiran su físico, esta vez la tuvo que ver completa y simplemente cerró los ojos sintiendo como su miembro se ponía duro y tiembla tratando de controlarse. La lleva a la bañera y la baña suavemente tocando su cuerpo parte por parte y al llegar a su intimidad detiene su mano, es una zona prohibida, pero respira muy profundo y lo hace rápido, siente sus pliegues y lo pequeño de su clitoris y al tocar su pequeño orificio se da cuenta de lo pequeño que es sabiendo que si su pene entre ahí la desgarraría. La lleva nuevamente a la cama y empieza a lamer las plantas de sus pies todas esas cicatrices que hay en ellos son
Pero en medio de su confusión cierra la puerta en la cara de arlo y quince minutos después baja y sale, jade está apretando las ramas sin importarle el dolor de las espinas y arlo le suplica que abra las manos porque se está haciendo mucho daño. Ella también pensaba que era Alastor, el sol ya pegaba fuerte y en esa manada no llovía, por eso los suelos se volvieron malditos y solo cardos y espinas crecían, pero esas fueron las primeras plantas en mucho tiempo. Cuando el alfa vio como todo estaba destrozado se quedó en silencio y veía la tristeza y el odio en la mirada perdida junto a las lágrimas que no cesaban de jade, ella volteó hacia él su mano derramaba sangre y él le habló —suelta esas espinas, solo te están lastimando las manos— su tono fue tan frío, ella caminó hacia él y estalló —si tanto me odias mátame, acaba con mi vida, pero no tenías que ser tan maldito y destruirlas no tenías que ser tan bastardo, si tú vida es tan miserable deja de querer que la vida de todos sea i
—¿crees que es bueno abusar de una mujer débil?-—no lo sé, dímelo tú, de cuantas abusaste y por qué estamos como estamos por tu culpa, eres el ejemplo alfa, no te hagas el inocente ahora— y ese dolor de cabeza de saber que siempre le echarían en cara su pasado le hacia doler la cabeza. En un momento de su vida Clark y Alastor fueron muy cercanos y llevaban una gran amistad, tanto así que él pensó que sería su mano derecha y no fue así, el elegido fue a arlo por sus grandes conocimientos y su forma tan peculiar de cuidarlo. Clark era muy vanidoso y era algo que Alastor había notado, por eso lo rechazó como mano derecha en su trono dejándolo como él que comandaba sus tropas de lobos de los cuales ya no quedan muchos, pues poco a poco se han ido enfermando y muriendo.—¿por que arruinaste sus rosas?——¿yo? Jajajajajajaj, no soy un bastardo como lo eres tú, quieres echarme la culpa para quedar bien tú?——Tú eres peor que yo, aparte de imbécil, también eres descarado— —cálmate alfa, a m