Capítulo 5

La tomó con salvajismos por un brazo, dejando caer la comida y se la llevó arrastrada por el suelo, logrando así que una astilla de la madera dañada se le incruste en uno de sus pies descalzos. Arlo quiso ayudarla, pero las palabras de ella al parecer fueron malentendidas por él. La llevó a la habitación y la tiro al piso sin darse cuenta de su pie herido, jade gimió por el dolor de tirarla en el piso y volvió hacia abajo furioso.

—QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LOS VEO RIENDO O TAN SIQUIERA CERCA DE ELLA, TODOS SE MANTIENEN A LA DISTANCIA, ¿ESTÁ CLARO?—

Asintieron cabizbajos y se volvió a marchar, arlo camino detrás de él

—Alastor no la castigues, aún es una niña, su voz y su forma de hablar lo dejan claro—

—sé que es una niña, solo tiene diecisiete años, pero no dejaré que aun siendo una pequeña mocosa, quiera hacerme ver como un inútil delante de mis lobos, ¿está claro?—

Él se asombra, lo que significa que sabe más cosas de ella y eso le alegra mucho

—por favor, no la ahuyentes, ella puede ser nuestra salvación—

Antes de entrar al cuarto, él se detiene mirando a arlo

—es demasiado frágil para ser la salvación de alguien o de algo, pasa buenas noches—

Entro a la habitación dejando a arlo algo confundido, pues no lo entendía del todo, alzó sus hombros resignado y se marchó.

Jade se encontraba en una esquina de la habitación con su cabeza acomodada sobre sus rodillas, mientras se abrazaba con sus brazos, tenía la mirada perdida y su semblante mostraba su enojo, más su ceño fruncido.

Él la mira de reojo y se quita las botas y los guantes, al igual que la capucha y el cubrebocas y deja su dorso desnudo solo con pantalones. Ya más calmado suspira y le habla

—jade— ella lo ignora y no lo mira, esta muy molesta con él, vuelve y suspira y la llama

—jade— pero aun así lo ignora y se voltea un poco más para que sepa que no le quiere hablar. El sonríe tiernamente sin darse cuenta y de pronto se vuelve serio. Aun sabiendo que es un lobo agresivo y asesino que lastimó y humilló muchas lobas y lobos con ella no puede ser así. Se queda viéndola y la ve tan frágil ante sus ojos que no puede evitar las ganas de querer cuidarla.

Con calma se levanta y camina despacio, se coloca a su altura y ella esconde su rostro para no mirarlo, él se sienta a su lado y no tiene idea de que hacer para que le hable, ya que nunca en su vida había pedido perdón o se había disculpado por algo

—jade, te seré sincero, no soy un buen tipo. No sé qué es lo que la gente hace o dice cuando le hace algo malo a otra persona—

Ella levanta la cabeza y lo observa con mala gana, pero para él esa carita es tan tierna y siente ese sentimiento de incomodidad por haberla tratado mal y ella espeta;

—lo siento; se usa para disculparse cuando uno o una, actúa mal y sabe que esa persona merece una disculpa, si eres un alfa se supone que debes tener modales y creo que los modales también incluyen las disculpas—

—creo que sabes más de esas cosas que yo, para ser una persona sin familia criada en un bosque donde no existen las costumbres, generalmente son personas violentas y tímidas, en cambio tú no-

Ella se encoge de hombros y él se levanta y le da su mano para que se levante, cuando ella eleva su vista no se había percatado de su dorso desnudo y sus pupilas se dilataron. Alastor lo pudo notar y el hormigueo en su cuerpo no tardó, ambos se avergonzaron, pues sintieron lo mismo al mismo tiempo y, en cambio, ella se sonrojó mucho.

Tomó su mano, pero el pinchazo de la astilla la hizo caer y él se preocupó

—¡auch!— gimió

Él tomó su pie en sus manos para ver qué pasó. Sus pies eran tan pequeños y frágiles y al mirar las plantas de sus pies tenía en ellos cicatrices, incluso en uno de sus tobillos tenía una cicatriz como si la hubiesen amarrado con cadenas, ella bajo el rostro y volvió sus labios una línea al ver cómo él fruncía la cara.

—solían castigarme por escaparme al bosque, bueno a los peligros, según ellos y me pegaban en las plantas de los pies para que no pueda caminar y me quede en casa, también me amarraron con cadenas por una semana y no me alimentaron porque no quise aceptar algo, no quiero hablar de eso—

pero era una mentira más, si la castigaban cuando se escapaba, pero también cuando no podía mantener la espalda recta en las clases de etiqueta, o cuando comía y se ensuciaba, cuando se portaba mal. Su madre la castigaba de cruel forma.

Él asiente y una duda se clava en su cabeza ¿si su casa era en bosque de igual forma peligroso, por que se lo habían prohibido? Pero no dijo nada más.

Lavó sus pies y saco una pequeña astilla de madera y la cargó otra vez como a una novia llevándola a su cama

—vas a dormir aquí, porque no puedo dejarte dormir en el piso, ni lejos de mí, que no esté gritándote no significa que ya confío en ti, pero tampoco soy tan caballero para darte la cama a ti sola, así que vamos a dormir ambos juntos—

Ella traga grueso y frunce el ceño nerviosa, él lo nota y le vuelve hablar

—no tienes que poner esa cara, prometo no hacerte daño, así que descansa tranquilamente— ella asiente y se queda viéndolo

—¿dormirás con el cubre bocas?— y él asiente

—te ves mejor sin eso, pero si insistes—

Se acomodó y se durmió rápidamente al parecer estaba demasiado cansada.

Después de varios días, comer y dormir en una cama para ella era un lujo, pero para Alastor esas palabras le llegaron a lo profundo quebrantando poco a poco esa pared de rocas que había en su corazón.

~te ves mejor sin eso~

La noche fue horrible para él, su aroma era tan fuerte cuando caía la noche que no lo dejaba dormir, se removía cada segundo tratando de conciliar el sueño, pero no podía y para terminar de destruir la poca estabilidad que tenía, ella subió sus piernas sobre él y uno de sus brazos

—¿por qué me pasa esto a mí?—

A la mañana siguiente ella despierta y está sola en la habitación. Se sienta en la cama y ve que su pie tiene una venda con hojas, cosa que no tenia anoche. Sonrió porque aunque sabía perfectamente quién era Alastor y porque fue su maldición, aún prefería que él siguiera creyendo que ella era una niña pequeña que su familia había perecido en un saqueo por lobos. No podía decirle que era la hija de un alfa y que se había escapado porque la iban a desposar con un alfa que no quería.

No quería irse de su lado porque ella sabía que ese alfa que una vez fue malo, era su salvación. no sabía que el destino los juntaría, no tenía idea de nada de eso, pero la diosa así lo quiso y en el momento que lo vio su corazón latió muy fuerte. Aún no tenía la edad suficiente para saber si eran alma gemelas, pero si anhelaba que si lo fuesen, porque detrás de esa pared había un corazón que latía y ella lo quería para ella.

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