La tomó con salvajismos por un brazo, dejando caer la comida y se la llevó arrastrada por el suelo, logrando así que una astilla de la madera dañada se le incruste en uno de sus pies descalzos. Arlo quiso ayudarla, pero las palabras de ella al parecer fueron malentendidas por él. La llevó a la habitación y la tiro al piso sin darse cuenta de su pie herido, jade gimió por el dolor de tirarla en el piso y volvió hacia abajo furioso.
—QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LOS VEO RIENDO O TAN SIQUIERA CERCA DE ELLA, TODOS SE MANTIENEN A LA DISTANCIA, ¿ESTÁ CLARO?— Asintieron cabizbajos y se volvió a marchar, arlo camino detrás de él —Alastor no la castigues, aún es una niña, su voz y su forma de hablar lo dejan claro— —sé que es una niña, solo tiene diecisiete años, pero no dejaré que aun siendo una pequeña mocosa, quiera hacerme ver como un inútil delante de mis lobos, ¿está claro?— Él se asombra, lo que significa que sabe más cosas de ella y eso le alegra mucho —por favor, no la ahuyentes, ella puede ser nuestra salvación— Antes de entrar al cuarto, él se detiene mirando a arlo —es demasiado frágil para ser la salvación de alguien o de algo, pasa buenas noches— Entro a la habitación dejando a arlo algo confundido, pues no lo entendía del todo, alzó sus hombros resignado y se marchó. Jade se encontraba en una esquina de la habitación con su cabeza acomodada sobre sus rodillas, mientras se abrazaba con sus brazos, tenía la mirada perdida y su semblante mostraba su enojo, más su ceño fruncido. Él la mira de reojo y se quita las botas y los guantes, al igual que la capucha y el cubrebocas y deja su dorso desnudo solo con pantalones. Ya más calmado suspira y le habla —jade— ella lo ignora y no lo mira, esta muy molesta con él, vuelve y suspira y la llama —jade— pero aun así lo ignora y se voltea un poco más para que sepa que no le quiere hablar. El sonríe tiernamente sin darse cuenta y de pronto se vuelve serio. Aun sabiendo que es un lobo agresivo y asesino que lastimó y humilló muchas lobas y lobos con ella no puede ser así. Se queda viéndola y la ve tan frágil ante sus ojos que no puede evitar las ganas de querer cuidarla. Con calma se levanta y camina despacio, se coloca a su altura y ella esconde su rostro para no mirarlo, él se sienta a su lado y no tiene idea de que hacer para que le hable, ya que nunca en su vida había pedido perdón o se había disculpado por algo —jade, te seré sincero, no soy un buen tipo. No sé qué es lo que la gente hace o dice cuando le hace algo malo a otra persona— Ella levanta la cabeza y lo observa con mala gana, pero para él esa carita es tan tierna y siente ese sentimiento de incomodidad por haberla tratado mal y ella espeta; —lo siento; se usa para disculparse cuando uno o una, actúa mal y sabe que esa persona merece una disculpa, si eres un alfa se supone que debes tener modales y creo que los modales también incluyen las disculpas— —creo que sabes más de esas cosas que yo, para ser una persona sin familia criada en un bosque donde no existen las costumbres, generalmente son personas violentas y tímidas, en cambio tú no- Ella se encoge de hombros y él se levanta y le da su mano para que se levante, cuando ella eleva su vista no se había percatado de su dorso desnudo y sus pupilas se dilataron. Alastor lo pudo notar y el hormigueo en su cuerpo no tardó, ambos se avergonzaron, pues sintieron lo mismo al mismo tiempo y, en cambio, ella se sonrojó mucho. Tomó su mano, pero el pinchazo de la astilla la hizo caer y él se preocupó —¡auch!— gimió Él tomó su pie en sus manos para ver qué pasó. Sus pies eran tan pequeños y frágiles y al mirar las plantas de sus pies tenía en ellos cicatrices, incluso en uno de sus tobillos tenía una cicatriz como si la hubiesen amarrado con cadenas, ella bajo el rostro y volvió sus labios una línea al ver cómo él fruncía la cara. —solían castigarme por escaparme al bosque, bueno a los peligros, según ellos y me pegaban en las plantas de los pies para que no pueda caminar y me quede en casa, también me amarraron con cadenas por una semana y no me alimentaron porque no quise aceptar algo, no quiero hablar de eso— pero era una mentira más, si la castigaban cuando se escapaba, pero también cuando no podía mantener la espalda recta en las clases de etiqueta, o cuando comía y se ensuciaba, cuando se portaba mal. Su madre la castigaba de cruel forma. Él asiente y una duda se clava en su cabeza ¿si su casa era en bosque de igual forma peligroso, por que se lo habían prohibido? Pero no dijo nada más. Lavó sus pies y saco una pequeña astilla de madera y la cargó otra vez como a una novia llevándola a su cama —vas a dormir aquí, porque no puedo dejarte dormir en el piso, ni lejos de mí, que no esté gritándote no significa que ya confío en ti, pero tampoco soy tan caballero para darte la cama a ti sola, así que vamos a dormir ambos juntos— Ella traga grueso y frunce el ceño nerviosa, él lo nota y le vuelve hablar —no tienes que poner esa cara, prometo no hacerte daño, así que descansa tranquilamente— ella asiente y se queda viéndolo —¿dormirás con el cubre bocas?— y él asiente —te ves mejor sin eso, pero si insistes— Se acomodó y se durmió rápidamente al parecer estaba demasiado cansada. Después de varios días, comer y dormir en una cama para ella era un lujo, pero para Alastor esas palabras le llegaron a lo profundo quebrantando poco a poco esa pared de rocas que había en su corazón. ~te ves mejor sin eso~ La noche fue horrible para él, su aroma era tan fuerte cuando caía la noche que no lo dejaba dormir, se removía cada segundo tratando de conciliar el sueño, pero no podía y para terminar de destruir la poca estabilidad que tenía, ella subió sus piernas sobre él y uno de sus brazos —¿por qué me pasa esto a mí?— A la mañana siguiente ella despierta y está sola en la habitación. Se sienta en la cama y ve que su pie tiene una venda con hojas, cosa que no tenia anoche. Sonrió porque aunque sabía perfectamente quién era Alastor y porque fue su maldición, aún prefería que él siguiera creyendo que ella era una niña pequeña que su familia había perecido en un saqueo por lobos. No podía decirle que era la hija de un alfa y que se había escapado porque la iban a desposar con un alfa que no quería. No quería irse de su lado porque ella sabía que ese alfa que una vez fue malo, era su salvación. no sabía que el destino los juntaría, no tenía idea de nada de eso, pero la diosa así lo quiso y en el momento que lo vio su corazón latió muy fuerte. Aún no tenía la edad suficiente para saber si eran alma gemelas, pero si anhelaba que si lo fuesen, porque detrás de esa pared había un corazón que latía y ella lo quería para ella.—hoy estás más gruñón que de costumbre—pregunta arlo —no dormí nada— se estresa silenciosamente —a ver ¿ya tengo una idea de por qué?— levanta ambas cejas insinuando algo pervertido y Alastor le pega con el puño cerrado en la cabeza —¿por qué me pegas, que dije?— se acaricia la cabeza y lo mira de mala gana —no pienses tonterías ¿crees que soy tan bastardo para tocarla?— arlo se queda viéndolo y él abre la boca —okay, eso era antes... uff, ya no soy así, soy...— —TENGO HAMBRE— Alastor se espanta y mira a jade quien lo hizo dar un respingo, arlo sonríe y le agita la mano y corre a limpiar una silla para que ella se siente. Cuando intenta bajar se queja porque aún finge que le duele su pie y el alfa niega y camina a buscarla, la carga como a una novia y la sienta en la silla que arlo limpio con su ropa —¿que le pasó señorita jade?— se baja para tocarle el pie, pero él gruñe celoso, arlo se aleja —solo iba a revisarla— —ya la cure, así que no tienes que tocarle el pie— pero
Estoy encerrada en una habitación, al parecer nadie dormía aquí todo se ve intacto, pero hay mucho polvo. Trato de caminar hacia las ventanas y corro las cortinas que se caen cuando hago el simple intento de tocarlas haciendo que eche hacia atrás asustada. Las ventanas están cerradas y gruño incómoda, al menos los rayos del sol entran e iluminan, suspiró y me siento en una vieja silla de hierro polvorienta.Hay una cama sin sábanas con un colchón lleno de polvo y escombros, un marco de lo que un día fue un espejo, en cierta forma todos los espejos están destrozados al parecer, Alastor odia los espejos.Había escuchado su historia, pero jamás creí verlo ni tocarlo, mi padre hablaba de él con tanto odio y asco como si fuera la peor escoria en el mundo, como todos lo ven, incluso lo usan para asustar a las personas y a los niños.—mis padres deben estar volviéndose locos porque no estoy, no porque me amen, mas bien no me pueden usar a su antojo...infelices, bastardos, infelices— se desli
Es la última noche en la que ambos están en la misma habitación, él le preparó una cama en el piso porque tener contacto con ella le afectaba en gran manera, pero esa noche la luna estaba llena y el aroma de ella fue tan fuerte que su contra parte fue quien tomó el control y soltó un gruñido inhalando el aroma de jade con desesperación. —GRRRRRRRRRRRRRRRR—ella se voltea dándole acceso a su cuello en su lado izquierdo y el gran lobo con los ojos inyectados en sangre mirando a su presa frente a él se coloca a su altura y la baba cae sobre ella la cual sin darse cuenta se rasca el cuello y gime acomodándose, la mano del alfa destroza la tela donde estaban sus pechos redondos y de su aureola rosa con el pezon hecho bolita por el frío que hacía. Sus ojos veían perfectamente en la oscuridad y se deleitaba viéndola semi desnuda, tanta fue su excitación que chupó de forma dura uno de sus pechos despertándola de forma dolorosa y nerviosa, iba a gritar, pero le tapó la boca y su cuerpo empezó
Pasó una semana desde su noche apasionada con el alfa y él le preparó una habitación a ella, después de lo ocurrido evitaba verla a toda costa, porque temía a volver a dañarla y esta vez no poder contenerse.Ella se había familiarizado un poco más con la manada maldita y en lo que fue una vez un jardín intento entretenerse cultivando flores, arlo le había había regalado unas plantitas secas y le daba un poco de agua no mucha pues no la podían desperdiciar.Pero pese a toda la situación, ella no tenía ni idea que Alastor la asechaba desde lejos observando y preguntando a arlo por ella, incluso le pareció gracioso cuando arlo le comentó que estaba plantando rosas, pero aparte de él había otra persona que también la miraba desde lejos como un pez gordo con el que podía sacar beneficios, Clark, un lobo envidioso, celoso y lleno de toda maldad que alguien se podía imaginar y un poco más. Mientras ella cultivaba las rosas él se acerca a ella y dobla el cuello —vaya, si es la favorita del a
La noche cayó y arlo cabeceaba en una silla tratando de no dormirse, pues estaba cuidando de ella. Arlo se espanta al ver la figura de Alastor parado frente a ella —vete a dormir, la curare— él se va y la toma en sus brazos, la lleva a su cama y le quita la ropa, pues no iba a lamerla sucia como estaba por todas las hierbas de curación, ya que son muy amargas. Sus ojos admiran su físico, esta vez la tuvo que ver completa y simplemente cerró los ojos sintiendo como su miembro se ponía duro y tiembla tratando de controlarse. La lleva a la bañera y la baña suavemente tocando su cuerpo parte por parte y al llegar a su intimidad detiene su mano, es una zona prohibida, pero respira muy profundo y lo hace rápido, siente sus pliegues y lo pequeño de su clitoris y al tocar su pequeño orificio se da cuenta de lo pequeño que es sabiendo que si su pene entre ahí la desgarraría. La lleva nuevamente a la cama y empieza a lamer las plantas de sus pies todas esas cicatrices que hay en ellos son
Pero en medio de su confusión cierra la puerta en la cara de arlo y quince minutos después baja y sale, jade está apretando las ramas sin importarle el dolor de las espinas y arlo le suplica que abra las manos porque se está haciendo mucho daño. Ella también pensaba que era Alastor, el sol ya pegaba fuerte y en esa manada no llovía, por eso los suelos se volvieron malditos y solo cardos y espinas crecían, pero esas fueron las primeras plantas en mucho tiempo. Cuando el alfa vio como todo estaba destrozado se quedó en silencio y veía la tristeza y el odio en la mirada perdida junto a las lágrimas que no cesaban de jade, ella volteó hacia él su mano derramaba sangre y él le habló —suelta esas espinas, solo te están lastimando las manos— su tono fue tan frío, ella caminó hacia él y estalló —si tanto me odias mátame, acaba con mi vida, pero no tenías que ser tan maldito y destruirlas no tenías que ser tan bastardo, si tú vida es tan miserable deja de querer que la vida de todos sea i
—¿crees que es bueno abusar de una mujer débil?-—no lo sé, dímelo tú, de cuantas abusaste y por qué estamos como estamos por tu culpa, eres el ejemplo alfa, no te hagas el inocente ahora— y ese dolor de cabeza de saber que siempre le echarían en cara su pasado le hacia doler la cabeza. En un momento de su vida Clark y Alastor fueron muy cercanos y llevaban una gran amistad, tanto así que él pensó que sería su mano derecha y no fue así, el elegido fue a arlo por sus grandes conocimientos y su forma tan peculiar de cuidarlo. Clark era muy vanidoso y era algo que Alastor había notado, por eso lo rechazó como mano derecha en su trono dejándolo como él que comandaba sus tropas de lobos de los cuales ya no quedan muchos, pues poco a poco se han ido enfermando y muriendo.—¿por que arruinaste sus rosas?——¿yo? Jajajajajajaj, no soy un bastardo como lo eres tú, quieres echarme la culpa para quedar bien tú?——Tú eres peor que yo, aparte de imbécil, también eres descarado— —cálmate alfa, a m
Gimotea adolorida y abre sus ojos, mientras aprieta la mano izquierda de Alastor para soportar el dolor. El no sabe que palabras de consuelo decirle, más que,—¿te duele mucho?— arlo entra rápidamente y le indica que hacer —tienes que dormirla, va a morir de dolor— sus gemidos eran agudos y tristes.—como haría algo así, ni siquiera puede hablar, no creo que pueda dormir en ese estado— de pronto la lluvia empieza a caer y truenos y relámpagos iluminan el cielo, emocionando a arlo el cual abre las puertas del balcón —Alastor, es lluvia, mira lluvia después de cincuenta años al fin…——si es lluvia, pero hay algo más importante aquí arlo, en este momento la lluvia no es tan importante-Otro punto que arlo noto muy importante y que el mismo alfa no se percataba, empezaba a dejar de ser egoísta y se preocupaba por otros en vez de sus propias necesidades, en otra ocasión deja que ella muera de dolor porque entiende que no puede hacer nada, pero ni siquiera cincuenta años en sequía y de re