La noche cayó y arlo cabeceaba en una silla tratando de no dormirse, pues estaba cuidando de ella. Arlo se espanta al ver la figura de Alastor parado frente a ella —vete a dormir, la curare— él se va y la toma en sus brazos, la lleva a su cama y le quita la ropa, pues no iba a lamerla sucia como estaba por todas las hierbas de curación, ya que son muy amargas. Sus ojos admiran su físico, esta vez la tuvo que ver completa y simplemente cerró los ojos sintiendo como su miembro se ponía duro y tiembla tratando de controlarse. La lleva a la bañera y la baña suavemente tocando su cuerpo parte por parte y al llegar a su intimidad detiene su mano, es una zona prohibida, pero respira muy profundo y lo hace rápido, siente sus pliegues y lo pequeño de su clitoris y al tocar su pequeño orificio se da cuenta de lo pequeño que es sabiendo que si su pene entre ahí la desgarraría. La lleva nuevamente a la cama y empieza a lamer las plantas de sus pies todas esas cicatrices que hay en ellos son
Pero en medio de su confusión cierra la puerta en la cara de arlo y quince minutos después baja y sale, jade está apretando las ramas sin importarle el dolor de las espinas y arlo le suplica que abra las manos porque se está haciendo mucho daño. Ella también pensaba que era Alastor, el sol ya pegaba fuerte y en esa manada no llovía, por eso los suelos se volvieron malditos y solo cardos y espinas crecían, pero esas fueron las primeras plantas en mucho tiempo. Cuando el alfa vio como todo estaba destrozado se quedó en silencio y veía la tristeza y el odio en la mirada perdida junto a las lágrimas que no cesaban de jade, ella volteó hacia él su mano derramaba sangre y él le habló —suelta esas espinas, solo te están lastimando las manos— su tono fue tan frío, ella caminó hacia él y estalló —si tanto me odias mátame, acaba con mi vida, pero no tenías que ser tan maldito y destruirlas no tenías que ser tan bastardo, si tú vida es tan miserable deja de querer que la vida de todos sea i
—¿crees que es bueno abusar de una mujer débil?-—no lo sé, dímelo tú, de cuantas abusaste y por qué estamos como estamos por tu culpa, eres el ejemplo alfa, no te hagas el inocente ahora— y ese dolor de cabeza de saber que siempre le echarían en cara su pasado le hacia doler la cabeza. En un momento de su vida Clark y Alastor fueron muy cercanos y llevaban una gran amistad, tanto así que él pensó que sería su mano derecha y no fue así, el elegido fue a arlo por sus grandes conocimientos y su forma tan peculiar de cuidarlo. Clark era muy vanidoso y era algo que Alastor había notado, por eso lo rechazó como mano derecha en su trono dejándolo como él que comandaba sus tropas de lobos de los cuales ya no quedan muchos, pues poco a poco se han ido enfermando y muriendo.—¿por que arruinaste sus rosas?——¿yo? Jajajajajajaj, no soy un bastardo como lo eres tú, quieres echarme la culpa para quedar bien tú?——Tú eres peor que yo, aparte de imbécil, también eres descarado— —cálmate alfa, a m
Gimotea adolorida y abre sus ojos, mientras aprieta la mano izquierda de Alastor para soportar el dolor. El no sabe que palabras de consuelo decirle, más que,—¿te duele mucho?— arlo entra rápidamente y le indica que hacer —tienes que dormirla, va a morir de dolor— sus gemidos eran agudos y tristes.—como haría algo así, ni siquiera puede hablar, no creo que pueda dormir en ese estado— de pronto la lluvia empieza a caer y truenos y relámpagos iluminan el cielo, emocionando a arlo el cual abre las puertas del balcón —Alastor, es lluvia, mira lluvia después de cincuenta años al fin…——si es lluvia, pero hay algo más importante aquí arlo, en este momento la lluvia no es tan importante-Otro punto que arlo noto muy importante y que el mismo alfa no se percataba, empezaba a dejar de ser egoísta y se preocupaba por otros en vez de sus propias necesidades, en otra ocasión deja que ella muera de dolor porque entiende que no puede hacer nada, pero ni siquiera cincuenta años en sequía y de re
La noche vuelve y como siempre preparan la cena para todos. jade se calienta acercando sus manos al fuego y se abraza, Alastor lo nota, y cuando prepara su carne se la entrega —come para que te vayas a dormir más temprano, no sea que te quemes— hablo fríamente no queriendo dejarse ver vulnerable delante de los lobos o de clark quien no perdió la oportunidad para dar su opinión —jade, así como hiciste llover ¿por que no le pides a la diosa que nos quite este castigo, digo como vemos que eres especial ante ella— todo lo que sale de su boca es con entendible sarcasmo, Alastor iba mandarlo a cerrar la boca, pero ella sonrió —¿y como sabes que aún están malditos?— todos se miraron unos con otros y rieron dejando salir comida de sus bocas, menos Alastor y arlo, y uno de los lobos respondió —¿te burlas de nosotros? A caso no ves esta miseria? La comida, las mujeres y los niños, el pasto, el vino, la Plata, todo era en abundancia, mira como estamos de a pocas porciones para sobrev
A la mañana siguiente muy temprano el alfa despierta, su miembro está erecto y lo acaricia suavemente volviéndose a acomodar en la cama, pero abre sus ojos de golpe y se sienta, los recuerdos de un sueño extraño llegan a su cabeza, había soñado con jade, la perseguía porque quería hacerle el amor, el sueño se sentía tan real, pasó la mano por su cara y la puerta fue abierta entrando su beta por ella —válgame la diosa, tápate ese animal salvaje— voltea el rostro y él se pone de pies sin ninguna vergüenza, su cuerpo aún seguía en buen estado, la V de su cintura estaba muy marcada y su abdomen, pecho y espalda estaban marcados y todo su cuerpo tonificado, la maldición yacía en su rostro, pero en su cuerpo no había un rasguño.De pronto jade entro a la habitación para ver cómo estaba el alfa y sus ojos se detuvieron justamente en su intimidad, ya que era imposible que no llamara la atención, Alastor se tapó rápidamente y ella salió corriendo fuera de la habitación avergonzada, él se vis
—sal de ahí arlo, crees que no se que estabas husmeando— —fue inevitable no querer escuchar, pero ella tiene razón, lo que quieres hacer lo haces para no sentirte culpable— —¿que clase de ser humano crees que soy?— —¿en serio quieres que te de una respuesta a esa pregunta?— el alfa niega —no necesito que me digan que hacer, yo soy el alfa de esta manada yo soy quien ordena, si yo digo si es si y si digo no es no y punto— —y nadie está en desacuerdo con usted alfa, de eso puede estar seguro, pero...— un grito desgarrador se escuchó desde la habitación de jade, ambos corrieron rápidamente hacia allá para ver que sucedió y al abrir la puerta no había nadie en la habitación solo la ventana abierta, Alastor corrió hacia ella y miró hacia abajo y lo que sus ojos vieron le helaron la sangre; jade se había lanzado por la ventana y su cuerpo yacía sobre las espinas —¡QUE HICISTE!— grito con desesperación y se iba a lanzar a buscarla, pero arlo lo detuvo —no lo hagas terminarás herido
Pasó una semana en la cual jade evitaba verlo y él se daba cuenta. No se presentaba en la cena con todos como solía hacerlo, la cena era llevada a su habitación por arlo quien se molestaba al verlos a ambos en ese estado tan frío, pero jade no estaba tan sola a medida que pasaban los días más mariposas iban a su habitación logrando entretenerla y no pensar tanto en él, se repetía a sí misma que cualquier cosa era mejor que volver a colmillo negro. En esa misma mañana un pajarito se posa en su ventana y ella se asombra y corre fuera de la habitación y es tanta su emoción que abre la puerta de la habitación de Alastor el cual dormía. Se acercó a él en puntillas y movió su mano para ver si estaba despierto, su cara estaba cubierta por su capucha dejando solo sus ojos cerrados visibles y al ver que este no despertó decidió marcharse, pero su mano la sostuvo con dureza de su brazo y abrió sus ojos de golpe —¿que pretendías hacerme?— —no no, sólo vine a...— la jalo hacia él subiéndola so