Cómo cada día los lobos de Luna blanca fueron en busca de agua y a cazar. Ya habían pasado cinco días desde la última caza y el hambre los atacaba.
Mientras caminaban y discutían entre ellos, Arlo bufaba, pues eran tan infantiles para su gusto y hablaban tantas estupideces, que lo abrumaba su falta de inteligencia y sus pocas capacidades para pensar. —¡Agh! estoy cansado de esta m*****a vida, soy un lobo de guerra, no un esclavo que tiene que buscar agua para que Alastor se lave el culo todos los días— Los demás se ríen y Arlo quien se veía como un lobo débil le gruñe enfadado. —si mantienes la boca cerrada posiblemente no le diga al señor alfa que te arranque la lengua, Clark— El abucheo de los lobos lo hizo enfurecer y soltar el cántaro para el agua, pues Clark era agresivo y uno de los que quería la cabeza de Alastor en secreto. —¿crees que porque eres la marioneta de él, te tengo miedo?— un gruñido salió desde lo más profundo de él anunciándole que quería pelea y Arlo espetó en tranquilidad —guarda tus ganas de pelea Clark, porque no te conviene que me muera, de hecho a ninguno de ustedes les conviene que...— Pero agudizó su oído cuando escuchó unas pisadas o más bien alguien corría hacia ellos —¡ESCÓNDANSE!— Así que todos se escondieron para atrapar lo que sea que fuera aquello y para su gran sorpresa, mientras esperaban lo que corría con desesperación escucharon un oso gruñir, pues venía persiguiendo a algo o a alguien y al ver quien era todos atacaron el oso dejándolo muerto y la mujer quien era la que corría fue atrapada antes de que pueda escapar y amarrada por las manos. —suéltenme bastardos, no saben con quien se están metiendo— Gritaba tratando de alejarse de ellos, pues eran demasiados y se veían sucios y mugrosos, le causaban miedo, pero ellos la sostuvieron mirándola con asombro evitando que escape —¿e-eres una mujer?— Ella los mira con extrañes, pues eran demasiados extraños y la miraban como si nunca habían visto una mujer en su vida. —¡por la diosa! ya no recordaba cómo se veían— dice uno —¡es hermosa!— espeta otro asombrado viendo su belleza —vamos a...— Clark intento tocarle el cabello y ella alejó un poco su cabeza evitándolo y Arlo le gruñó molesto —ni se te ocurra tocarla, esta es para el alfa, cuando la vea se que sabrá que hacer con ella, así que ninguno la toque si quiere vivir— Pero ella sigue viéndolos con asco e incomodidad no sentía miedo, pues venía escapando del oso y de otros problemas mayores, así que les vuelve a preguntar desesperada. —momento ¿quienes son ustedes? ¿y quien les dijo que me iré con alguno? Así que me hacen el favor de soltarme vagabundos apesto...— No hablo más pues Clark le golpeó la cara y la hizo desmayar haciendo que arlo se moleste y le diga que lo acusara con Alastor por su agresividad contra la dama, pero él se excusó alegando que ella los insultó y que no quería que se aprendiera el camino de regreso para que no escapara del alfa. El beta aún así se molestó bastante no importaba si se aprendía el camino de regreso, sabe muy bien que Alastor no la dejaría escapar a menos que quisiera. *** Llegaron a la manada y sobre él lomo de unos de los lobos estaba la chica que habían encontrado en el bosque y también el oso. Alastor estaba dormido, pero un aroma agradable a su olfato llegó y lo sacó de su sueño profundo, se tapó la cara y se vistió como de costumbre y colocó la capucha en la cabeza dejando solo sus ojos visibles como siempre y cuando abrió la puerta justamente arlo iba a tocar —alfa, tengo un regalo para usted— sonríe feliz —¿que tienes para mí?—no quería dejarse ver desesperado, pero el aroma se hacía más intenso a medida que hablaba con él provocándole un dolor de cabeza agudo. —es una sorpresa señor, por favor, acompáñeme— lo mira incómodo y espeta —no me gustan los rodeos y lo sabes arlo, mas te vale que lo que sea que hayas encontrado sea muy importante, sino te arrepentirás— —confié en mí— Ambos bajaron las escaleras y en un círculo de lobos se encontraba la chica, pues hacia tantos años que no veían a una mujer que les causaba sorpresa. Al ver al alfa todos abrieron paso, la mujer tenía la cara tapada por su largo y abundante cabello, tenía las manos amarradas y los ojos de él se agradaron un poco, sintió su corazón latir después de tanto años, pues no sentía ninguna emoción más que el enojo y la rabia de haberlo perdido todo. Arlo se acercó y quitó el cabello de su rostro para que él pueda verla y era hermosa parecía una diosa hecha mujer, no se acercó mucho, pues la sorpresa era demasiado ¿donde la habían encontrado? arlo le colocó unas hojas de menta en la nariz y ella gimió y despertó lentamente, volteo varias veces su cabeza y al abrir sus ojos su mirada chocó justamente con la de Alastor, desde el suelo se veía demasiado grande así que el beta la ayudo a ponerse de pie, su cara estaba sucia, pero no importaba, pues sobre aquella piel mugrosa su belleza era tanta que resaltaba. Ella no dejaba de mirarlo y él la miraba fijamente queriendo saber porque no podía dejar de hacerlo, no sabía que era esa sensación tan extraña, su corazón latía fuertemente, pero trataba de regular sus emociones para que ningún lobo vea alguna vulnerabilidad en él. Así que con dureza y frunciendo el ceño le habló —¿QUIEN ERES TÚ? ¿Y COMO LLEGASTE TAN CERCA DE MIS TIERRAS? ¿ERES UNA ESPÍA?— Ella agranda los ojos, aquel tono de voz fue tan áspero y varonil como nunca antes lo había escuchado, pero a la misma vez la invadió el terror, al parecer ese era el alfa y si que daba miedo. —¿no le dijeron que me perseguía un oso? por eso llegué tan cerca de tus tierras, ni siquiera se lo que es un espía, pero no estuviera aquí a no ser por culpa de ellos— los mira con las cejas cruzadas y escucha las amenazas del alfa nuevamente —NO TE ATREVAS A MENTIRME PORQUE NO TIENES IDEA DE QUE PUEDO HACERTE PARA QUE HABLES ¿ME ENTIENDES?— —señor, ya le dije que no lo sé, ese estupido de ahí me pegó cuando le dije que no quería venir— pero a él no le gustó saber eso, porque en su corazón habían miles de sentimientos encontrados que no sabía cómo manejar y se llenó de ira al escuchar que él le había pegado. —SILENCIO, CLARK, SAL DE AQUI— —pero señor...— —SÁQUENLO Y ENCIÉRRENLO— —señor, por favor, no seño...- Ella no entendía mucho, ni siquiera sabía donde estaba, miró el alrededor era un gran castillo, todos los cuadros estaban tapados con mantas y la mayoría de las ventanas por igual solo entraba luz por algunas las cuales estaban rotas, en su ira Alastor había destruido casi todo. Las escaleras eran largas y todas las alfombras estaban sucias, habían sillas, mesas y muchas lámparas, pero todo se veía abandonado. Trago grueso, pues empezaba a sentir miedo, estaba rodeada por muchos lobos las cuales eran hombres salvajes ¿será que le harán cosas horribles? ¿o la sacrificaran? no lo sabía, salió de sus pensamientos cuando escuchó la voz de Alastor nuevamente. —¿YA TE CANSASTE DE OBSERVAR PARA IR A CONTARLES A QUIENES TE CONTRATARON PARA LLEGAR AQUÍ?— —YA TE DIJE QUE NO SOY UNA ESPIA ¿QUIEN TE CREES QUE ERES PARA ACUSARME SIN SABER QUIEN SOY? ¿ASÍ TRATAS A LAS MUJERES? CON RAZÓN SE VE QUE ESTAS SOLO, DEJA DE GRITARME PORQUE TE ESTOY ESCUCHANDO— Su respiración se volvió agitada y todos se quedaron en shock al escucharla gritarle así, pues nadie se atrevía, incluso arlo se sorprendió y se puso delante de ella —SALGAN DE AQUÍ— grito y los lobos obedecieron rápidamente dejando solo a arlo con ellos. —mi señor, no se enoje con la dama dele otra oportunidad, tal vez ella no sabe quiénes somos realmente y...— pero él empujó a arlo hasta hacerlo caer y se bajo la capucha y lo que le cubría la boca y nariz —¿AHORA SABES QUIEN SOY? ¿Y DONDE ESTÁS?— Pero ella cayó al piso con los ojos muy abiertos y él se colocó a su altura hablándole de una forma imponente para causar miedo en ella. —¿TIENES MIEDO? ¿TE ASUSTA VERME? ¿DIME QUE TIENES MIEDO?— Ella cerró los ojos por inercia, mientras volteaba la cara sintiendo su aliento tan cerca y su calor, provocándole estragos que ni ella misma entendía, pero en su desesperación le gritó no tan alto —NO, no tengo miedo solo me pones nerviosa si me hablas así tan cerca, además tu respiración me golpea y tú...— Pero él se alejó de golpe había escuchado como su corazón latía y no de miedo más bien; tum tum tum un ritmo diferente como había latido el de él.Se levanta, la mira unos segundos y se va a su habitación, arlo le pregunta: —¿qué hago con ella?— pero él solo lo ignora y sube las escaleras, llega a su cuarto cierra la puerta y siente como sus rodillas flaquean, frota su mano y después de tantos siglos sonríe con calidez humana, era bueno volver a sentirse vivo después de tantos siglos, pero cierra su boca y cierra los ojos —no me vas a jugar una mala pasada diosa, no se que quieres lograr con esto pero no, ella no huele como una mujer fuerte es pequeña y débil como si su cuerpo se fuera a romper— Rechina sus dientes, pues estaba molesto, de igual forma no habían condiciones para tener una mujer en el castillo, pero su corazón no para de latir, ese aroma estaba metido entre sus fosas nasales y no sabe que hacer, jamás pensó que sería posible que una mujer llegara a su vida. Volvió a bajar las escaleras después de unas horas, la chica estaba siendo alimentada, aún con las manos atadas —¿QUIEN LOS MANDÓ ALIMENTARLA? USTEDES N
—¿por que la golpeaste?— pregunta el alfa a Clark muy molesto—nos insultó y nos llamo mugrosos, además como le dije al beta, es mejor que no conozca el camino devuelta, pues si es una espía podrá escapar y regresar con ellos, además no es la primera vez que matamos a alguien que pisa nuestros alrededores— pero Alastor conoce muy bien lo ambicioso y mentiroso que es Clark —¿estás seguro que esas fueron tus intenciones? ¿O tenías otros planes para ella? Tú cabeza siempre está llena de ideas que sólo te perjudican, Clark. No quieras usar tu inteligencia maldita conmigo, porque te conozco y se que me odias tanto como yo a ti, si te he dejado vivir es porque se el valor que tienes como guerrero y de otras cosas, de otra forma; ya te hubiese desgarrado el cuello, recuerda quien soy nunca lo olvides, si quiero matarla o dejarla vivir eso me concierne a mí, no a ti, no tomes autoridad de alfa, porque nunca lo serás— le da una mirada tan intensa que Clark baja la cabeza, imposible era resist
La tomó con salvajismos por un brazo, dejando caer la comida y se la llevó arrastrada por el suelo, logrando así que una astilla de la madera dañada se le incruste en uno de sus pies descalzos. Arlo quiso ayudarla, pero las palabras de ella al parecer fueron malentendidas por él. La llevó a la habitación y la tiro al piso sin darse cuenta de su pie herido, jade gimió por el dolor de tirarla en el piso y volvió hacia abajo furioso. —QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LOS VEO RIENDO O TAN SIQUIERA CERCA DE ELLA, TODOS SE MANTIENEN A LA DISTANCIA, ¿ESTÁ CLARO?— Asintieron cabizbajos y se volvió a marchar, arlo camino detrás de él —Alastor no la castigues, aún es una niña, su voz y su forma de hablar lo dejan claro— —sé que es una niña, solo tiene diecisiete años, pero no dejaré que aun siendo una pequeña mocosa, quiera hacerme ver como un inútil delante de mis lobos, ¿está claro?— Él se asombra, lo que significa que sabe más cosas de ella y eso le alegra mucho —por favor, no la ahuyentes
—hoy estás más gruñón que de costumbre—pregunta arlo —no dormí nada— se estresa silenciosamente —a ver ¿ya tengo una idea de por qué?— levanta ambas cejas insinuando algo pervertido y Alastor le pega con el puño cerrado en la cabeza —¿por qué me pegas, que dije?— se acaricia la cabeza y lo mira de mala gana —no pienses tonterías ¿crees que soy tan bastardo para tocarla?— arlo se queda viéndolo y él abre la boca —okay, eso era antes... uff, ya no soy así, soy...— —TENGO HAMBRE— Alastor se espanta y mira a jade quien lo hizo dar un respingo, arlo sonríe y le agita la mano y corre a limpiar una silla para que ella se siente. Cuando intenta bajar se queja porque aún finge que le duele su pie y el alfa niega y camina a buscarla, la carga como a una novia y la sienta en la silla que arlo limpio con su ropa —¿que le pasó señorita jade?— se baja para tocarle el pie, pero él gruñe celoso, arlo se aleja —solo iba a revisarla— —ya la cure, así que no tienes que tocarle el pie— pero
Estoy encerrada en una habitación, al parecer nadie dormía aquí todo se ve intacto, pero hay mucho polvo. Trato de caminar hacia las ventanas y corro las cortinas que se caen cuando hago el simple intento de tocarlas haciendo que eche hacia atrás asustada. Las ventanas están cerradas y gruño incómoda, al menos los rayos del sol entran e iluminan, suspiró y me siento en una vieja silla de hierro polvorienta.Hay una cama sin sábanas con un colchón lleno de polvo y escombros, un marco de lo que un día fue un espejo, en cierta forma todos los espejos están destrozados al parecer, Alastor odia los espejos.Había escuchado su historia, pero jamás creí verlo ni tocarlo, mi padre hablaba de él con tanto odio y asco como si fuera la peor escoria en el mundo, como todos lo ven, incluso lo usan para asustar a las personas y a los niños.—mis padres deben estar volviéndose locos porque no estoy, no porque me amen, mas bien no me pueden usar a su antojo...infelices, bastardos, infelices— se desli
Es la última noche en la que ambos están en la misma habitación, él le preparó una cama en el piso porque tener contacto con ella le afectaba en gran manera, pero esa noche la luna estaba llena y el aroma de ella fue tan fuerte que su contra parte fue quien tomó el control y soltó un gruñido inhalando el aroma de jade con desesperación. —GRRRRRRRRRRRRRRRR—ella se voltea dándole acceso a su cuello en su lado izquierdo y el gran lobo con los ojos inyectados en sangre mirando a su presa frente a él se coloca a su altura y la baba cae sobre ella la cual sin darse cuenta se rasca el cuello y gime acomodándose, la mano del alfa destroza la tela donde estaban sus pechos redondos y de su aureola rosa con el pezon hecho bolita por el frío que hacía. Sus ojos veían perfectamente en la oscuridad y se deleitaba viéndola semi desnuda, tanta fue su excitación que chupó de forma dura uno de sus pechos despertándola de forma dolorosa y nerviosa, iba a gritar, pero le tapó la boca y su cuerpo empezó
Pasó una semana desde su noche apasionada con el alfa y él le preparó una habitación a ella, después de lo ocurrido evitaba verla a toda costa, porque temía a volver a dañarla y esta vez no poder contenerse.Ella se había familiarizado un poco más con la manada maldita y en lo que fue una vez un jardín intento entretenerse cultivando flores, arlo le había había regalado unas plantitas secas y le daba un poco de agua no mucha pues no la podían desperdiciar.Pero pese a toda la situación, ella no tenía ni idea que Alastor la asechaba desde lejos observando y preguntando a arlo por ella, incluso le pareció gracioso cuando arlo le comentó que estaba plantando rosas, pero aparte de él había otra persona que también la miraba desde lejos como un pez gordo con el que podía sacar beneficios, Clark, un lobo envidioso, celoso y lleno de toda maldad que alguien se podía imaginar y un poco más. Mientras ella cultivaba las rosas él se acerca a ella y dobla el cuello —vaya, si es la favorita del a
La noche cayó y arlo cabeceaba en una silla tratando de no dormirse, pues estaba cuidando de ella. Arlo se espanta al ver la figura de Alastor parado frente a ella —vete a dormir, la curare— él se va y la toma en sus brazos, la lleva a su cama y le quita la ropa, pues no iba a lamerla sucia como estaba por todas las hierbas de curación, ya que son muy amargas. Sus ojos admiran su físico, esta vez la tuvo que ver completa y simplemente cerró los ojos sintiendo como su miembro se ponía duro y tiembla tratando de controlarse. La lleva a la bañera y la baña suavemente tocando su cuerpo parte por parte y al llegar a su intimidad detiene su mano, es una zona prohibida, pero respira muy profundo y lo hace rápido, siente sus pliegues y lo pequeño de su clitoris y al tocar su pequeño orificio se da cuenta de lo pequeño que es sabiendo que si su pene entre ahí la desgarraría. La lleva nuevamente a la cama y empieza a lamer las plantas de sus pies todas esas cicatrices que hay en ellos son