Volvió al piso, dispuesta a conversar, a retroceder y dar otra respuesta. Burhan se lo merecía. Cuando encontró a Lili en el living, quien estaba mirando su teléfono, lo dejó en el sofá y se regocijó al verla. Había regresado sana y salva, lo cual la hizo sentir aliviada. —Estoy bien. —Burhan ha salido —le informó. —¿No te ha dicho a dónde? —No, no me dio explicaciones. Deberías esperarlo y permitirle hablar. —Es lo que haré, abue. Siento haber sido grosera e irme así. —Lo sé, pero dile a él eso, Mabel. Pasarán cosas o sabrás que pueden volver a poner en riesgo su relación, pero debes aprender a perdonar. Él es bueno, él te ama y eso debes valorarlo. —Ahora me siento fatal. —hizo una mueca—No te lo digo para que te sientas así, pero toma en cuenta mi consejo, mi niña. —Creo que les hace falta despejar la mente a los dos, no sé, tal vez irse de vacaciones. ¿No lo crees? —No ocurrirá un milagro visitando algún lugar del mundo, abuela. —Cambiar de ambiente puede ayudar. Piénsa
¿De verdad le hacía tan mal, en serio deseaba abandonarlo así de repente? No podía creerlo. Antes estaba dispuesta a seguir con él, ¿por qué de pronto quería alejarse? No entendía la necesidad de irse. No podía aceptar una vida sin ella. Estaba decidido a luchar por hacerla cambiar de opinión, pero no la iba a retener a la fuerza. La decisión era de ella.Golpeó el volante con fuerza. No quería perderla. Tan solo imaginar una vida sin ella le causaba un dolor inmenso. En poco tiempo, ella había logrado mucho en él, y no podía soltarla tan fácilmente. Se había visualizado con ella, incluso con hijos, y el sueño se había desvanecido, pero estaba decidido a hacerlo realidad en el futuro. Nada estaba claro, todo parecía complicado. Las circunstancias se complicaban, parecía un embrollo sin final.Quería buscar ayuda, estar mejor junto a ella, ayudarla a recuperarse, pero si ella no ponía de su parte, no lo lograrían juntos.Conducía a toda velocidad en la carretera, sin importarle las con
—Se lo prometo, Mabel —aseguró—. Ya se está preparando el quirófano, yo debo ir allá, puede seguir esperando en la sala de espera, en cuanto terminemos podrá tener noticias de Burhan.—De acuerdo —se levantó de la silla y se secó el rostro—. G-gracias...Así que salió del consultorio y regresó con su abuela y Abdel, este se veía bastante inquieto y lleno de frustración. Mabel decidió hablarle.—¿Burhan estaba contigo?—Sí, nos vimos en un club, le dije que era mala idea manejar, pero se fue pronto del club, lo busqué y no logré encontrarlo —explicó exasperado—. ¿Qué te dijo el doctor?—Sí, mi niña, ¿qué te dijo el doctor?—Entiendo —se dejó caer al lado de su abuela y se tapó el rostro—. Todo esto es mi culpa... Burhan debe ser operado, sufrió una lesión cerebral traumática, nada está bien, no lo está...Los dos no lo podían creer. Apareció Valentina y la abrazó, allí se rompió en llanto. Amanda miraba la escena con tristeza, estaba acostumbrada a ello, pero esta vez todo era diferent
Dos horas después, el doctor Jones apareció con un rostro indescifrable. Mabel no sabía qué noticias traería, así que se puso de pie y se acercó con urgencia. El resto también estaba a la expectativa de lo que diría el especialista. Su corazón latía con fuerza, sus nervios a flor de piel. Tragó duro, esperando escuchar la verdad en los ojos del doctor.—¿Cómo está él, doctor? —preguntó ansiosa.—Burhan está recuperándose, la cirugía fue exitosa pero sigue delicado. Ahora está en cuidados intensivos para facilitar su recuperación.—¿Puedo verlo? —preguntó Mabel con ansias.—Tendrá que esperar hasta mañana para visitarlo en la unidad de cuidados intensivos —respondió el doctor.—Está bien, vendremos mañana —confirmó su abuela.Después de eso, se dirigieron a casa. Abdel se ofreció a llevar a Valentina, quien aceptó agradecida. Durante el viaje, reinó un incómodo silencio, Valentina se sentía nerviosa y su cercanía le provocaba una extraña sensación. —Espero que la prensa no se entere d
También tenía una máscara de oxígeno en la cara y la cabeza vendada. Nunca pasó por su mente ver a Burhan de esa manera, por lo que resultó ser un momento bastante doloroso. Apenas se inclinó y dejó un beso en su frente. Luego le habló, pero solo fue un balbuceo, no podía hilar siquiera una sola palabra. No creyó nunca avistar a un hombre tan lleno de vida, derrotado sobre esa cama. Tomó sus dedos, estaban fríos, los nudillos tenían raspones tornándose de un color violáceo ya. Acarició el dorso y se quedó mirando el vendaje mientras el lloriqueo salía, pretendiendo ser un llanto convulso pero silencioso, le hacía mal verlo así, y apenas a dos minutos que estaba ahí, ya sentía que fue una eternidad.—¿Qué nos pasó? ¿Por qué tuvimos que llegar a este punto? No era necesario, y cuánto lo siento, Burhan... Yo... me siento fatal y necesito que vuelvas a mí para poder sentirme viva, si no, no sé qué será de mí, voy a morir si no estás a mi lado —confesó sin soltarle la mano —. Quiero verte
Al rato, el doctor Jones salió y habló con ellas. Les explicó algunos puntos y les indicó que podían volver a casa, ya que Burhan estaba siendo bien vigilado y podrían regresar al día siguiente. A regañadientes, obedecieron. Tina intentó convencer a Mabel para que la acompañara a caminar un rato por la ciudad, pero ella se negó rotundamente, solo quería estar en el piso.—Bien, nos vemos pronto —dijo el doctor Jones en despedida, y Mabel asintió.Tomaron un taxi junto a su abuela y pronto llegaron al edificio. Se sorprendieron al ver la cantidad de reporteros en la entrada. Al darse cuenta de que serían bombardeadas de preguntas, decidieron cambiar el destino del taxi y recorrer un poco el exterior de la ciudad, esperando encontrar una solución para entrar al edificio. Mabel recordó que había un estacionamiento subterráneo, pero el acceso solo era para el propietario, que en este caso era Burhan. Necesitaban hablar con el portero, pero con todo el revuelo, no se atrevían a hacerlo.Un
—Oh no, tranquila. Es parte de mi pasado, no me hace daño, pero no me enorgullece esa parte de mí, ninguna mujer debería regalar su cuerpo de esa manera, solo traerá problemas y me pasó. Siempre tuve la sensación de que era un conocido hombre de negocios, saqué mis cuentas, además de que Giselle se le parece mucho. Pero nunca lo contacté, no pude hacerlo, y sinceramente, de tener la posibilidad de hacerlo, tal vez no me habría animado a llamarlo. Era un hombre muy importante, poderoso, además de casado, y siempre es peligroso relacionarse con personas así. Con tanto poder, imaginé que me obligaría a hacer algo como abortar o incluso matarme, no lo sé, en ese momento estaba un poco paranoica y decidí asumir a solas la responsabilidad.—Te admiro, fue un acto de valentía de tu parte, abuela.—Pero no sé si fue lo correcto. A veces pienso que con una figura paterna a su lado, Giselle habría sido una persona distinta. No le di una crianza adecuada, y creo que fui demasiado permisiva con e
Salió de la cama y su madre entró en ese instante con varias sábanas dobladas.—Buen día, hasta que por fin se levanta la dormilona. Debo ir a trabajar en un rato. ¿Vendrás conmigo? —le preguntó.Se tomó la cabeza, le dolía un poco y le costó responder. ¿Qué hora era ya? Al voltear la cabeza, notó que eran casi las diez de la mañana. ¡Dios! Sabía que eso pasaría. Miró apenada a su madre.—Lo siento mamá, es súper tarde.—Te he dicho que no te quedes hasta tarde con el teléfono, porque eso es lo que ha pasado, ¿no es así? Has estado hasta tarde viendo el móvil, tan entretenida que no has descansado lo suficiente. ¿Te duele la cabeza?—Sí, mamá —para qué negarlo, de todos modos siempre sabía lo que le ocurría.Suerte que no podía leerle la mente. Suficiente con que fuera enfermera. Quiso reírse de lo que pasaba por su cabeza, pero hacerlo solo aumentaría la molestia en su cabeza. Así que asintió y se puso en pie. Su madre negó con la cabeza. Era realmente un grave problema el uso de los