Dos horas después, el doctor Jones apareció con un rostro indescifrable. Mabel no sabía qué noticias traería, así que se puso de pie y se acercó con urgencia. El resto también estaba a la expectativa de lo que diría el especialista. Su corazón latía con fuerza, sus nervios a flor de piel. Tragó duro, esperando escuchar la verdad en los ojos del doctor.—¿Cómo está él, doctor? —preguntó ansiosa.—Burhan está recuperándose, la cirugía fue exitosa pero sigue delicado. Ahora está en cuidados intensivos para facilitar su recuperación.—¿Puedo verlo? —preguntó Mabel con ansias.—Tendrá que esperar hasta mañana para visitarlo en la unidad de cuidados intensivos —respondió el doctor.—Está bien, vendremos mañana —confirmó su abuela.Después de eso, se dirigieron a casa. Abdel se ofreció a llevar a Valentina, quien aceptó agradecida. Durante el viaje, reinó un incómodo silencio, Valentina se sentía nerviosa y su cercanía le provocaba una extraña sensación. —Espero que la prensa no se entere d
También tenía una máscara de oxígeno en la cara y la cabeza vendada. Nunca pasó por su mente ver a Burhan de esa manera, por lo que resultó ser un momento bastante doloroso. Apenas se inclinó y dejó un beso en su frente. Luego le habló, pero solo fue un balbuceo, no podía hilar siquiera una sola palabra. No creyó nunca avistar a un hombre tan lleno de vida, derrotado sobre esa cama. Tomó sus dedos, estaban fríos, los nudillos tenían raspones tornándose de un color violáceo ya. Acarició el dorso y se quedó mirando el vendaje mientras el lloriqueo salía, pretendiendo ser un llanto convulso pero silencioso, le hacía mal verlo así, y apenas a dos minutos que estaba ahí, ya sentía que fue una eternidad.—¿Qué nos pasó? ¿Por qué tuvimos que llegar a este punto? No era necesario, y cuánto lo siento, Burhan... Yo... me siento fatal y necesito que vuelvas a mí para poder sentirme viva, si no, no sé qué será de mí, voy a morir si no estás a mi lado —confesó sin soltarle la mano —. Quiero verte
Al rato, el doctor Jones salió y habló con ellas. Les explicó algunos puntos y les indicó que podían volver a casa, ya que Burhan estaba siendo bien vigilado y podrían regresar al día siguiente. A regañadientes, obedecieron. Tina intentó convencer a Mabel para que la acompañara a caminar un rato por la ciudad, pero ella se negó rotundamente, solo quería estar en el piso.—Bien, nos vemos pronto —dijo el doctor Jones en despedida, y Mabel asintió.Tomaron un taxi junto a su abuela y pronto llegaron al edificio. Se sorprendieron al ver la cantidad de reporteros en la entrada. Al darse cuenta de que serían bombardeadas de preguntas, decidieron cambiar el destino del taxi y recorrer un poco el exterior de la ciudad, esperando encontrar una solución para entrar al edificio. Mabel recordó que había un estacionamiento subterráneo, pero el acceso solo era para el propietario, que en este caso era Burhan. Necesitaban hablar con el portero, pero con todo el revuelo, no se atrevían a hacerlo.Un
—Oh no, tranquila. Es parte de mi pasado, no me hace daño, pero no me enorgullece esa parte de mí, ninguna mujer debería regalar su cuerpo de esa manera, solo traerá problemas y me pasó. Siempre tuve la sensación de que era un conocido hombre de negocios, saqué mis cuentas, además de que Giselle se le parece mucho. Pero nunca lo contacté, no pude hacerlo, y sinceramente, de tener la posibilidad de hacerlo, tal vez no me habría animado a llamarlo. Era un hombre muy importante, poderoso, además de casado, y siempre es peligroso relacionarse con personas así. Con tanto poder, imaginé que me obligaría a hacer algo como abortar o incluso matarme, no lo sé, en ese momento estaba un poco paranoica y decidí asumir a solas la responsabilidad.—Te admiro, fue un acto de valentía de tu parte, abuela.—Pero no sé si fue lo correcto. A veces pienso que con una figura paterna a su lado, Giselle habría sido una persona distinta. No le di una crianza adecuada, y creo que fui demasiado permisiva con e
Salió de la cama y su madre entró en ese instante con varias sábanas dobladas.—Buen día, hasta que por fin se levanta la dormilona. Debo ir a trabajar en un rato. ¿Vendrás conmigo? —le preguntó.Se tomó la cabeza, le dolía un poco y le costó responder. ¿Qué hora era ya? Al voltear la cabeza, notó que eran casi las diez de la mañana. ¡Dios! Sabía que eso pasaría. Miró apenada a su madre.—Lo siento mamá, es súper tarde.—Te he dicho que no te quedes hasta tarde con el teléfono, porque eso es lo que ha pasado, ¿no es así? Has estado hasta tarde viendo el móvil, tan entretenida que no has descansado lo suficiente. ¿Te duele la cabeza?—Sí, mamá —para qué negarlo, de todos modos siempre sabía lo que le ocurría.Suerte que no podía leerle la mente. Suficiente con que fuera enfermera. Quiso reírse de lo que pasaba por su cabeza, pero hacerlo solo aumentaría la molestia en su cabeza. Así que asintió y se puso en pie. Su madre negó con la cabeza. Era realmente un grave problema el uso de los
Una semana después. La joven empezó a llorar al verlo de nuevo, detectando el progreso que había logrado desde el momento más hermoso. Solo con mirarlo allí, y sentir sus dedos moverse sobre los de ella, Mabel se emocionó y le costó salir del shock para llamar al médico. Pero no lo hizo todavía. —Burhan, amor... —susurró, ansiando que abriera los ojos. Y así fue. Se vio impulsada a quitarle la mascarilla por un momento. —Mabel... —su voz sonó más ronca de lo habitual, lo cual era normal considerando todo lo que había pasado. —Sí, aquí estoy, Burhan. —¿Qué ha pasado? —preguntó confundido. Ella volvió a ponerle la mascarilla.—No te esfuerces en hablar, por favor... ¿no recuerdas nada de lo sucedido? Él asintió con la cabeza, pronunciando un sí apenas audible. Mabel acarició su cabeza y sonrió. Él la miraba con admiración. Le apretó la mano con dulzura. Ella lo miró a los ojos con cariño. Él intentó quitarse la mascarilla por su cuenta, y ella le ayudó. —Creí que nunca desper
Con el paso del tiempo, Burhan ya había sido dado de alta y pudo volver al piso junto a Mabel. Lilian había regresado a casa de Nolan porque este le pidió que volviera; la necesitaba ahí, ya que pronto tomaría un viaje de negocios. Así que necesitaba que alguien se quedara en su casa. Por esto, se vio obligada a irse y no acompañar a su nieta otros días, para poder ayudarle con Burhan. Pero le prometió que en cuanto pudiera se echaría una escapadita para ir y darle una mano.En el piso también estaba Abdel, quien le ayudó a llevar unas cosas. Mabel estaba sumamente agradecida con él por tomarse el tiempo de ir y darle su ayuda; eso era una muestra de apoyo que valoraba mucho. El muchacho ahora estaba en la habitación. Aunque Burhan ya se sentía bien, debía tomarse las cosas con calma, lo que significaba estar quieto en una cama. Esas habían sido las instrucciones que dio el doctor y ella iba a acatarlas, ya que sabía que sería fundamental para su recuperación por completo. Suspiró por
Resultó que Amanda estuvo dispuesta a ayudarlos unas semanas. No fue fácil. Hubo días en los que Burhan no quería vivir, parecía estar sombrío, desanimado, y muchas veces lo vio llorar. Entonces, la joven terminaba a su lado, derramando lágrimas, sin poder contener todo lo que sentía dentro de ella. Si él se desmoronaba, ella también lo hacía, pero de alguna forma encontraba la manera de ser un soporte. Lilian, Abdel y demás allegados fueron piezas fundamentales para que ella pudiera sobrellevar la situación; le brindaron un hombro donde apoyarse y compañía.Así fueron los siguientes meses, donde Burhan aprendió a ser ese hombre de nuevo, más fuerte que antes, donde hubo un reinicio de vida, de ganas por vivir, y lo mejor es que estaba con ella, sustentando esa fortaleza que sentía de forma aguerrida.Seis meses habían pasado ya desde lo ocurrido. Un septiembre que aguardaba grandes cosas. Entre lo nuevo que ocurrió todas esas semanas, Mabel estaba a punto de iniciar el último curso e