Suter inspiró hondo llenándose el cuerpo, la mente y el espíritu de un solo pensamiento: Emma Henderson, quien por ahora, por un breve tiempo estaría a su lado. No es que se conformara, prueba de ello era todo de lo que echaba mano para tenerla y no tener que recriminarse no haberlo intentado. Su corazón la reclamaba.Suter Capital Tenía menos de tres semanas para lograr hacerse con la propiedad que le interesaba en Long Island. Hayley se aseguraría que Bradley fuese el comprador elegido, pero él debía junto con Emma armar un proyecto que fuera sostenible y les redituara ganancias.Bradley se acercó a la sala de juntas donde se reuniría con Emma para compartir ideas y elegir el enfoque que implementarían para conseguir sus objetivos. El sonido de una acalorada discusión traspasó la puerta a pesar de estar cerrada.—Mi trabajo es importante para mí —. Emma se plantaba—. Necesito el desafío, o me vuelvo loca de aburrimiento.Bradley sonrió, esas palabras también le sonaban mucho a
Power Over Me By Dermot Kennedy se reproducía desde el BT en su Maserati, Emma coreaba alegre la letra mientras rodaba por el puente de Brooklyn hacia su departamento. Le había entregado una copia de sus llaves a Bradley y el código de acceso del portero electrónico. Iría a cenar con Paul y sería sincera con él, no se verían más. El aprecio que ella le prodigaba no era una buena razón para continuar, y además no era suficiente. Emma había decidido dejar de engañarse, lo que sentía con Bradley no lo sentía con nadie más. Y no era solo fuego, era un deseo cargado de sentimientos.Al salir del ascensor en su piso, una vecina suya estaba en el corredor y tenía problemas para meter la llave en la cerradura de su puerta.—Señora Bouvier —la llamó antes de llegar a ella para evitar sobresaltarla. La ancianita giró despacio y cuando la reconoció, le sonrió—. Permítame ayudarla.—Gracias, querida —aceptó, entregándole con su mano temblorosa las llaves.Emma se inclinó hacia el suelo para r
Una semana después…Atravesaron la calle principal del centro de Boston cercanos a la hora del té. De ahí subieron por empinadas calles bordeadas de casas de ladrillo de estilo victoriano con rumbo a Beacon Hil, el encantador suburbio que alojaba la casa de los padres de Emma. El magnífico Aston Martin en que viajaban se detuvo frente a una casa adornada con hermosas macetas de flores y una cerca de hierro forjado. Bradley rodeó el frente del auto y ayudó a Emma a bajar del vehículo.—Que se asiente en la bitácora que fuiste tú quien insistió en conocerlos —murmuró Emma al subir los escalones de piedra del pórtico principal.—Es lo correcto. —Entonces Bradley hizo una mueca—. Aunque dudo que ningún hombre en sus cabales me eligiera para su hija veinteañera.—Papá es encantador debajo de su apariencia gruñona. Se adorarán uno al otro.Traspasaron la puerta de cristal y colgaron sus abrigos en los percheros del cálido recibidor.—¿Eleanor? —llamó Emma al pie de la alfombrada esc
Emma despertó en medio de la noche y después de parpadear por reflejo, observó los brillantes ojos verdes de Suter sobre ella. Aún en la penumbra de la noche era capaz de percibir que había algo extraño en su expresión, una cierta medida de misterio.Como si estuviera reservándose alguna cosa que no quería que la joven notara o descubriera.Él no le había compartido una sola palabra de la cita que lo había sacado de Suter Capital por la tarde, limitándose a adoptar una postura sombría y casi peligrosa.—Te lo iba a decir en el desayuno, pero ya que despertaste. —Bradley arqueó los labios burlonamente—. Mañana estaremos presentes en una reunión de directorio de Clipper Connection.Emma alargó la mano para encender la lámpara de lectura y miró a Bradley en silencio, sin pestañear, absorbiendo lo que acababa de decir. —Interesante. —Inspiró lento y profundo—. ¿Y qué puedo esperar de esa asamblea?—¿Te importa lo que debes esperar? —Inclinó la cabeza hacia un lado mientras sus lar
La hermosa propiedad que Suter había adquirido en Long Island, fue restaurada y convertida en el casino-resort de mayor esplendor que se hubiera visto nunca en aquella zona. Emma y Bradley agasajaron a una multitudinaria audiencia con una recepción a todo lujo.Al compás de The Way You Look Tonight Emma era sostenida por los fuertes brazos de Bradley en el salón de baile, mientras la guiaba con la firme presión de su mano en la cintura. El cuerpo de la muchacha parecía fundirse con el ritmo que marcaba aquella dulce melodía, la cual penetraba por todos los poros de su piel, provocándole un irrefrenable placer. Esa noche significaba un triunfo. No solo por haber conseguido que el mayor proyecto en que habían trabajado juntos fuera tangible. Ellos mismos eran una victoria importante. Habían debido sortear diferentes dificultades y admitir sus sentimientos. Los dos habían dado un salto de fe respecto al otro para consolidar su relación. Y al terminar ese baile, Bradley seguiría siend
Capítulo 1. Minutos antes Bradley Suter había atravesado el edificio que albergaba la nueva compañía que recién había adquirido en New York. Mientras se paseaba entre la multitud de empleados lo observaba todo, con los sentidos completamente alertas bajo su fachada fría y ausente. Nadie ahí tenía idea de todo lo que su mente albergaba: balances, comparaciones, decisiones… Ser Bradley Suter era mantener mucho en tu mente, siempre. Y lo único que conseguía evitar que su cerebro estallara era su férrea disciplina. La disciplina que conscientemente había roto la noche anterior.Ella había llamado su atención al atravesar la multitud con regio garbo, y entonces, el cuerpo de Bradley había respondido al grácil cimbreo de sus caderas. Power Over Me By Dermot Kennedy sonaba por los altavoces del local y el pulso de Suter adoptó un ritmo primario y profundo cuando la sonrisa de esa chica lo acarició. Tenía el cabello oscuro, la piel rosácea y los ojos más azules que hubiera visto nunca. Su
Emma podía sentir su corazón desbocado, haciendo que su respiración se entrecortara mientras caminaba con prisa hacia las puertas de cristal y, por fin, lograba salir a la calle. Entre el ruido del tráfico de Manhattan y la multitud de personas metidas cada uno en sus asuntos; la joven se esforzaba por recuperar un poco de serenidad.El sonido de la voz de Bradley se había metido por debajo de su piel y continuaba raspando en sus sentidos. Lo había rechazado. ¡Dios bendito, cómo se había atrevido!Pero era lo correcto. Establecer límites les ahorraba tiempo a los dos y, le evitaba un corazón roto a ella. El problema era que nada de lo que se decía a sí misma era suficiente para disminuir su interés. Ni el deseo que él le provocaba.—¡Oh, mi Dios! —la voz de Bonnie Sacker llegó desde su espalda y Emma intentó no rodar los ojos—. Vamos por un café, porque quiero todos los detalles. Emma se encogió de hombros cuando Bonnie la tomó del codo y haciendo aspavientos, con el murmullo de la
Era primera hora de la mañana cuando Bradley recibió en su oficina a los principales corredores de la firma. Todos estaban de pie, pues Suter no tenía intención de alargar aquella reunión más de lo necesario. Uno a uno fueron tomando la palabra, decepcionándolo un tanto cada vez.—Basta, ya —exclamó con la sangre efervesciendo de indignación y les señaló la puerta—. Quiero que vayan a sus puestos y regresen con ideas en verdad innovadoras, cada palabra que ha salido de sus bocas carece de inspiración.El grupo se miraron unos a otros y luego con los rostros rojos de vergüenza se apresuraron en abandonar el lugar.—Caine, tú quédate. El joven esbelto de cabello oscuro se detuvo justo antes de atravesar la puerta. Era un poco introvertido, pero siempre conseguía ganancias significativas para sus clientes y la compañía.—Leí lo que le dejaste a Krakov —le compartió Bradley al tiempo que recargaba la cadera en una esquina de la mesa—, háblame de eso.Caine, apoyó una mano sobre el respal