Había pasado una semana desde que Ava llegó a la mansión Licciardi, Mateo no había vuelto a hablar con ella, era un hombre demasiado ocupado, a sus 30 años había logrado llegar muy alto, pero sacrificando gran parte de su libertad a cambio.
Continuamente viajaba por negocios, se dio cuenta de que no podía sacar de su cabeza lo que le había ocurrido al estar frente a esa chica, tenía que saber qué era lo que en realidad pasaba con ella.
Por la noche había regresado de Venecia, una reunión de inversionistas se había llevado a cabo y no tuvo otra opción más que acudir.
A la mañana siguiente, decidió que era tiempo de hablar con Ava, el médico le comunicó que ya se encontraba mejor, necesitaba saber porque huía.
No entendía cómo alguien sería capaz de intentar dañar a un ángel como ella, sin saber porque, sentía la imperiosa necesidad de protegerla, la chica le hacía sentir una extraña calidez cuando estaba junto a ella.
Desde el primer día que la vio, se quedó grabada en él su mirada, estaba confundido, intentaba encontrar una explicación lógica para lo qué le pasaba con esa chica, quizás era que la veía desprotegida, él no era del tipo de hombres que se enamoraban.
Nunca lo había sido, el amor no era para él, al menos eso creía hasta ese momento, el amor volvía a los hombres débiles, dependientes, y él no pensaba ser uno de ellos.
Ava se sentía asustada, nerviosa, era un lugar completamente desconocido, los primeros días necesitó ayuda para ubicar las cosas, pronto logró aprenderse la distribución de la habitación, no sin antes darse unos cuantos golpes con las esquinas de los muebles, para ella hacer lo simple, lo cotidiano en un lugar desconocido era todo un reto.
Esa mañana, salió a la pequeña terraza fuera de su habitación, se sentó en un cómodo sillón, dedujo que la mansión debía tener un hermoso jardín, pudo distinguir el aroma de las de las flores, entre todas, pudo reconocer la fragancia de las rosas y el de las peonías que eran sus flores favoritas, así que podía distinguir su aroma sobre cualquier otro.
Estaba por levantarse para entrar de nuevo en la habitación, cuando sintió esa suave fragancia, la misma que había sentido cuando despertó después del accidente, así que de inmediato se dio cuenta de que Mateo se acercaba.
—Hola —preguntó mientras la observaba, esa mañana se veía especialmente hermosa, parecía casi un ángel
—¿Cómo te sientes?
—Hola, estoy mucho mejor, gracias. —Contestó tímidamente.
— Me gustaría hablar contigo.
—Claro, adelante.
Ava imaginaba lo que Mateo quería decirle, sentía pena de pedirle ayuda, no contaba con nadie más a quien recurrir.
— Necesito que me digas lo que ocurrió esa noche, me pareció que huías de alguien, no quiero que en ningún momento pienses que no quiero que estés aquí, por el contrario, necesito saberlo para poder ayudarte.
— Es una larga historia, solo le puedo decir que mi tío, Teodoro Miller, quiere obligarme a casarme con él, mi nana me ayudó a escapar, estoy muy preocupada, necesito saber como está.
—Mateo se quedó pensando por un rato, conocía muy bien la fama que tenía Teodoro, pues se movían en el mismo círculo.
—No entiendo porque tu tío quiere obligarte algo así, si es tu familiar no debería hacerlo, puedes quedarte aquí el tiempo que gustes, desde ahora estás bajo mi protección y la de mi madre y mi abuelo, los conocerás está noche durante la cena, ellos también viven aquí, están por llegar de su viaje.
—Muchas gracias, me apena ser una molestia, pero en este momento no se que hacer, no tengo a donde ir, la única persona en quién confío es mi nana.
Ava no sabía porque aquel desconocido le inspiraba tanta confianza, le contó toda su historia, la muerte de sus padres, como su tío se había adueñado de su herencia de la cual ella no sabía hasta la noche que lo escuchó hablar con el abogado, también le contó la razón por la cuál perdió la vista, lo acababa de conocer, pero había algo en su voz que la tranquilizaba.
—Siento mucho que a tu corta edad hayas pasado por tanto, intentaré investigar cómo se encuentra tu nana, el próximo fin de semana asistiré a un evento en el que estará presente tu tío, nos han invitado a varios posibles inversionistas, desea ampliar su empresa, estará ahí uno de mis mejores amigos, le pediré me ayude a distraerlos, así podré escaparme para entrar en la mansión, y buscar a tu nana, estoy seguro que no se negara, le encanta la adrenalina.
— Mi nana se llama Lola, su habitación es la última a la derecha subiendo las escaleras.
— El rostro de la chica se iluminó al pensar que quizá pronto estaría su nana con ella.
—¿Necesitas que tome algo de la mansión para traerte?
—Sería mucho riesgo, la mansión está vigilada por varios guardaespaldas, a las dos de la mañana hacen cambio de turno, en realidad sí hay algo que me gustaría recuperar, mi habitación es justo antes de la de mi nana, en el vestidor, en la parte de abajo, hay una pequeña caja fuerte color oscuro, dentro está una caja color rosa con incrustaciones de brillantes, es muy importante para mí su contenido.
Mateo no sabía porque no podía dejar de verla, era preciosa, hacía ciertos gestos cuando hablaba que la hacían ver adorable, se daba cuenta de que estaba muy mal lo que sentía, junto a ella se sentía muy viejo.
Doce años eran una gran diferencia, sin embargo no podía evitarlo, tampoco quería parecer un aprovechado, intentó ordenar y calmar sus pensamientos, Ava le dio la combinación de la caja fuerte, notó que en su muñeca traía puesta una hermosa pulsera de la que colgaba una pequeña llave.
Ella le explicó que por cada número que marcará, tenía que regresar dos números, una vez a la derecha, la siguiente a la izquierda, así hasta terminar de marcarlos todos, y al escuchar el clic de la cerradura, tenía que oprimir dos veces el botón que se encontraba a un lado para que no se activará la alarma.
Mateo pensó que tenía que ser muy importante el contenido de esa caja para que la protegiera de esa manera, y la chica debía de estar muy desesperada para confiar en un hombre que era casi un desconocido para ella.
Ava por su parte, sentía que quizás él no debería tomar ese riesgo por una mujer a la que apenas conocía, si lo hacía por lástima sería algo que ella no soportaría, no le agradaba que la vieran de esa manera.
—He contratado a una persona que será la encargada de apoyarte hasta que te adaptes a la casa, puedes pedirle con confianza lo que necesites, me he tomado la libertad de mandar a traer algunas cosas para ti, como ropa y cosas de uso personal, si algo te hace falta no tienes más que pedirlo.
—Muchas gracias, me apena ocasionar tantas molestias, espero pronto poder pagarle.
—No es molestia alguna, lo hago con gusto —si al menos Ava hubiera podido ver la manera en la que la miraba Mateo, o si él hubiera podido verse al espejo, estaba totalmente embobado observándola
—Dime, ¿Qué es lo que acostumbras hacer para distraerte?
—Me gusta hacer todo aquello que pueda despertar mi imaginación, leer, escuchar la radio o la televisión.
—La mente de Mateo se desvió hacia otros pensamientos, a él también le gustaba hacer cosas que despertarán su imaginación, se reprendió mentalmente por pensar en eso en aquel momento.
— ¡Genial! Hay una televisión en tu habitación, he comprado algunos libros en braille, Loren ya debe haberlos colocado en el mueble junto a la cama, espero te guste mi elección, si no es así, dime cuales te gustaría leer.
— No debe preocuparse por eso, ya demasiadas molestias he ocasionado.
— Como te he dicho, no es molestia alguna. —De hecho pensaba que nada que viniera de esa chica podría molestarle.
— Gracias. —Ava agradeció mientras en su cara se dibujaba una hermosa sonrisa, Mateo suspiró al observarla.
— La cena será a las nueve, Loren subirá para ayudarte en lo que necesites.
Mateo se despidió, retirándose de inmediato, la compañía de esa chica le gustaba demasiado.
La madre y el abuelo de Mateo llegaron más tarde, Aurora quería subir enseguida para conocer a Ava, Mateo la detuvo antes de que lo hiciera, no quería que la chica se sintiera incómoda, su madre solía ser excesivamente cariñosa.
Guido era más desconfiado, pidió a Mateo explicar minuciosamente lo que había pasado, se encargaría de asegurarse de que la chica no estuviera mintiendo, si es que en realidad era invidente.
Y si lo era, eso no aseguraba que fuera buena persona, pensaba que quizás podría ser una cazafortunas que deseaba atrapar a su nieto, en cambio si la historia que contaba fuera real, ayudaría a su nieto a protegerla en contra de lo que sea, si mentía se encargaría de destruirla.
La asistente Loren, acomodó en la habitación todo lo que Mateo había comprado para la chica, pensaba que de cierta manera era triste que la chica no pudiera ver toda esa hermosa ropa.—Señorita, el señor Licciardi me ha pedido que esté a su disposición, en el buró encontrará todos los libros que el señor trajo, frente a su cama se encuentra el televisor, se ha instalado un sistema para encenderlo por voz, así podrá poner sus programas o videos favoritos, el señor grabó su número celular en el celular que le ha traído, así podrá llamarlo cuando necesite algo.— Gracias, podrías ayudarme a elegir un vestido para la cena de favor.—Con gusto, hay un vestido rojo, es hermoso, me parece ideal para esta noche, no se si es demasiado atrevimiento de mi parte, pero si gusta puedo ayudarla a maquillarse y peinarse para la ocasión.—Estaría muy bien, mi nana es quien me ayuda a arreglarme para ocasiones especiales, para mi arreglo diario solo necesito me muestre donde está colocada la ropa inf
Mateo salió de la mansión para después subir a su auto, desde la ventana de su habitación, Guido observó a su nieto marcharse mientras maldecía, minutos después se encontraba en la fiesta, al entrar de inmediato observó a Teodoro Miller.El despreciable hombre se encontraba rodeado de un grupo de amigos que reían de sus chistes, cuando vio entrar a Mateo, enseguida se acercó a él, era el pez más gordo de todos, así que trató de llamar su atención enseguida.Lo saludó con un fuerte apretón de manos, antes de que Teodoro lo invitará a su mesa, se acercó a ellos una pareja.—Que bien que te veo aquí amigo. —Fingió no saber que ahí estaría.—Akiro, amigo, que gusto encontrarme con ustedes, señor Miller, él es mi amigo Akiro Tadoshi y su esposa Ima.—Un gusto conocerlos, he escuchado mucho sobre usted señor Tadoshi —dijo el despreciable hombre mientras con la mirada desvestía a la chica —me gustarían me acompañarán a mi mesa, ahí se encuentran varios inversionistas.—Será un gusto. —Contes
Ava pudo sentir que algo no iba bien, el olor a medicamentos y el sonido de las máquinas se lo indicaba, sintió mucho miedo de perder a su nana.—Tu nana se está recuperando, la encontramos en muy mal estado, el médico ha dicho que necesitará de algunos días para recuperarse por completo, por ahora duerme.Ava estiró sus brazos intentando llegar hasta ella, Mateo la guió, enseguida buscó su cara, le empezó a hablar mientras la acariciaba, algo en su interior le indicaba que las cosas estaban peor de lo que Mateo decía.Abrazó a su nana y empezó a llorar, Aurora entraba en la habitación en ese momento, no podía entender cómo alguien era capaz de hacerle daño a ese ángel, tenía que ser de corazón negro para ocasionar todo ese daño.Afortunadamente era domingo, Mateo no se separó en todo el día chica, le insistió en que tenía que comer, Ava solo lloraba.Se imaginó la impotencia que debería de sentir la pobre chica al no poder ver cómo estaba realmente su nana, sintió un gran impulso po
Teodoro salió apresuradamente Mateo pensó que debería de estar muy apurado por encontrar a Lola, la nana representaba un grave peligro para él, pues era una testigo importante y podía meterlos en problemas si declaraba todo lo sucedido con Ava, sobre todo con el tema de la herencia. Imaginó que iría a España para intentar encontrarla, por lógica pensó que seguramente huyó hacia allá, ya que por su acento se podía adivinar que era originaria de ese país.Subió a buscar a Ava y a Lola para tranquilizarlas, debían estar muy nerviosas por la visita de Teodoro, las pobres temblaban ante la sola mención del nombre del desgraciado. —Buen día Ava, tu tío acaba de marcharse, al parecer no sospecha nada, está hablando con los invitados a la fiesta para ver si alguno puede aportar algo que les sirva en la búsqueda de Lola, imagina que quizás alguien vio algo sobre el camino. —No puedo creer el cinismo de ese hombre, imagino que mintió en cuanto al motivo por el que buscan a mi nana. —A Mateo
La cara de Guido permaneció impasible mientras su nieto lo observaba tratando de descifrar su reacción.—Necesito que te sientes hijo, con la muerte de tu padre, varios inversionistas se retiraron, la empresa tuvo pérdidas importantes, el padre de Ava acepto asociarse con nosotros inyectando a la empresa una cantidad importante, Teodoro era muy joven, pero al ser su primo, Franco le había dado la vicepresidencia de su empresa, todo iba muy bien, había altas ganancias, nuestra empresa se levantó de inmediato, pero al poco tiempo, empezó a haber faltantes de grandes cantidades en ambas empresas, Franco ordenó una investigación, poco después se presentó furioso en mi oficina, me acusaba de malversación de fondos y lavado de dinero, en el resultado de la investigación aparecía nuestra empresa como la responsable.—Pero no entiendo, ¿Cómo pudo Teodoro manejar los desvíos desde nuestra empresa? —Mateo lo pensó muy bien, pero no tenía idea de cómo podría haberlo hecho. —También ordené una
Mateo empezó a explicarle lo que harían a continuación, Ava lo escuchaba atenta, se encontraba hecha un mar de nervios. —Planearemos durante tres kilómetros a una velocidad de 250 metros por hora, yo extenderé mis brazos para lograrlo, tú no tendrás que hacerlo pues tus brazos estarán libres, el arnés sujetara tu pecho y piernas, después de unos minutos, abriré el pequeño paracaídas colocado en mi espalda, no debes de preocuparte, llevó muchos años haciéndolo.—Creo que mejor saltas solo tú, yo mejor te veo allá abajo, bueno digo te espero, porque eso de que te veo no creo ja, ja, ja.—Ava, vamos, demuéstrame que no eres cobarde, ¿Alguna vez has soñado con poder volar? —Se acercó para darle un tierno beso, con eso eliminó todas sus defensas.—Está bien, pero si algo me pasa me las pagas.—Está bien, ja, ja, ja, la adrenalina que sentirás te hará sentir más viva que nunca, sentirás una gran sensación de libertad y emoción, te aseguro que no necesitas ver para sentir la intensa mezcla
La expresión en la cara de Ava dejaba ver que se encontraba completamente aterrorizada.—Ah no señor, sobre eso si he escuchado en varios programas, de ninguna manera saltaré desde lo alto, aún conservo todos mis tornillos bien puestos en mi cerebro, eso aún me permite pensar cuerdamente.—Ja, ja, ja, ósea que todos nosotros no estamos cuerdos. —A Mateo le causo gracia su respuesta.—No lo sé, pero me parece. —No quería parecer grosera, simplemente estaba siendo sincera respecto a lo que pensaba sobre ellos.Minutos después, Ava se encontraba con el arnés puesto.—No se como es que han logrado convencerme. —Definitivamente Mateo y sus amigos tenían un gran poder de convencimiento.—Saltaremos también en tándem, así que sujétate de mí fuertemente.Le dijo Mateo justo antes de saltar, está vez el grito de Ava fue mucho más fuerte, instantes después su cuerpo subía y bajaba mientras colgaba en el aire.El miedo pronto se convirtió en adrenalina, cuánta razón tenía Mateo, al igual que
Muy pocas personas sabían que esa clase de club existía, quienes pagaban la membresía anual podían disfrutar del club completamente, siempre siguiendo las reglas especificadas previamente.Acudían tanto parejas como personas solas, lo que hay ocurría era consensuado plenamente, si alguien faltaba al reglamento, era expulsado para siempre, una gran ventaja que garantizaba que nadie divulgaría lo que sucedía, era que a nadie le convenía que su vida oculta se descubriera.Las personas comunes de saberlo los señalarían, un club donde se saciaban todos los instintos inimaginables, no sería bien visto.Ava y Mateo fueron hasta su mesa, la luz era muy poca y de un color inusual también, la música era lenta y sensual, la chica de pronto sintió curiosidad por saber el nombre.—¿Cuál es el nombre de este lugar? —Mateo hizo un sonido con su garganta antes de contestar, aquello lo tenía de los nervios.—The emotion of your sensations.—¿La emoción de tus sensaciones?—Sí.—Extraño nombre, sobre t