La cara de Guido permaneció impasible mientras su nieto lo observaba tratando de descifrar su reacción.
—Necesito que te sientes hijo, con la muerte de tu padre, varios inversionistas se retiraron, la empresa tuvo pérdidas importantes, el padre de Ava acepto asociarse con nosotros inyectando a la empresa una cantidad importante, Teodoro era muy joven, pero al ser su primo, Franco le había dado la vicepresidencia de su empresa, todo iba muy bien, había altas ganancias, nuestra empresa se levantó de inmediato, pero al poco tiempo, empezó a haber faltantes de grandes cantidades en ambas empresas, Franco ordenó una investigación, poco después se presentó furioso en mi oficina, me acusaba de malversación de fondos y lavado de dinero, en el resultado de la investigación aparecía nuestra empresa como la responsable.
—Pero no entiendo, ¿Cómo pudo Teodoro manejar los desvíos desde nuestra empresa? —Mateo lo pensó muy bien, pero no tenía idea de cómo podría haberlo hecho.
—También ordené una investigación dentro del corporativo sin que nadie se diera cuenta, el resultado fue que nuestro director de finanzas era quién hacía los desvíos a otras cuentas, claramente asociado con alguien en la otra empresa, Franco no quiso creer en mi inocencia, las pruebas que tenía me señalaban como culpable, el director de finanzas fue a la cárcel, un par de días después apareció muerto dentro de su celda, aparentemente fue suicidó, eso yo no me lo creo, fue una muerte muy conveniente para Teodoro, unos días antes del accidente, Franco le quitó la presidencia a su primo y puso a su esposa a cargo, por supuesto a mi me retiraron su amistad, murieron creyendo que yo estaba implicado.
Guido suspiró profundamente después de decir aquello, Mateo lo escuchaba sin poder dar crédito, Teodoro Miller era un desgraciado.
—Abuelo, será difícil que Ava crea en tu inocencia, hablaré con ella, en algún documento debe haber pruebas de que no estuve implicado.
—No tengo idea de que pruebas aparezcan en esa memoria, tal vez sea que mi firma aparece en varios documentos, el director de finanzas era de toda la confianza de tu padre, por eso nunca sospeche de él, firmaba los documentos que me daba sin leerlos detenidamente, espero puedas creerme hijo, jamás participaría en negocios sucios.
Guido era ampliamente conocido en el mundo de los negocios, un hombre reacio y confiable, solo en esa ocasión se había visto envuelto en un escándalo.
Poco después, Mateo salió de la habitación de su abuelo, se dirigió hacia la habitación de Ava, la chica lo escuchó con atención mientras contaba lo que su abuelo le había explicado, se sentía confundida, no sabía qué pensar, era la palabra de su padre contra la de un hombre que apenas conocía.
—Se que es difícil confiar en la palabra de un hombre al cual apenas conoces, sin querer tus padres han puesto una enorme carga sobre tus hombros, es demasiada responsabilidad, quiero que me acompañes a un viaje, te llevare a un lugar especial, nana podrá quedarse cuidando la memoria, para que no tengas desconfianza, al regresar te acompañare a buscar al teniente y entregarla.
La chica guardó silencio por un buen rato, Mateo pensó que no aceptaría su invitación, si no lo hacía, eso indicaría que su relación terminaría antes de empezar, Ava después de pensarlo bien, se decidió a hablar.
—No tengo idea si hago bien en aceptar ir contigo, pero sé que todo lo que viene será difícil para los dos, deseo escapar por un momento, olvidarme de todo esto.
A él se le iluminó el rostro al escucharla, eso significaba que aún tenía esperanzas de iniciar una relación con ella, que por más que había intentado resistirse, era lo único que deseaba.
—Ahora debo irme, mañana antes de que salgan los primeros rayos del sol, vendré por ti, debes arreglar ropa para todo el fin de semana, vístete con ropa y zapatos cómodos, si son de cordones mucho mejor, iremos a un lugar al cual escapo cada vez que quiero olvidarme de la realidad, además de que quiero mostrarte mi mundo, no te preocupes por ni por Lola, ni por mi madre y mi abuelo, iré ahora mismo a hablar con ellos.
Se acercó para darle un tierno beso, se alejó rápidamente, no quería asustarla con su efusividad, quería que confiara en él plenamente, salió de ahí sintiendo que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento.
Ava por su parte tenía que programarse mentalmente, durante su viaje tenía que olvidar los problemas por un momento, necesitaba poner en orden sus ideas, pero eso lo haría cuando volvieran, no quería separarse de Mateo, esperaba que Guido no fuera culpable.
Por ahora su mayor problema era Lola, y el abuelo y la madre de Mateo, no quería que pensarán mal de ella por aceptar viajar sola con él cuando tenía poco que lo acababa de conocer.
Poco después, mientras estaba acostada sobre su cama, recorrió sus labios con sus dedos, Mateo era quién le había dado su primer beso, por ese simple hecho sería alguien especial en su vida para siempre, se dió cuenta que se estaba ilusionando demasiado, era la primera vez que sentía aquello, por un momento se sintió asustada.
Ava no pudo dormir bien esa noche,cuando creyó que por fin lo haría, escuchó que llamaban a la puerta suavemente, se levantó de inmediato, sabía que era Mateo, aún desde esa distancia podía percibir su fragancia.
—Siento mucho despertarte a esta hora, pero es necesario si es que queremos llegar a tiempo a dónde vamos, abrígate para salir, afuera está frío aunque a dónde vamos es cálido, estaré en la sala, bajaré tu equipaje de una vez.
—Gracias, enseguida bajaré. —Se sentía intrigada, ¿A dónde la llevaría que no daba más detalles?
Ava se apresuró a vestirse, se vistió con unos jeans cómodos en color claro, una playera ajustada color oscuro, y zapatos con cordones, tal como le sugirió Mateo, al final se colocó una chamarra también oscura, afortunadamente Loren le había organizado la ropa por colores, se recogió su cabello en una coleta alta y salió para bajar a la sala.
Mateo la observó por un momento, Ava era realmente hermosa, ella no necesitaba maquillaje para verse bien, su belleza natural resaltaba, enseguida la tomó por el brazo para guiarla hacia la salida.
Caminaron por el enorme jardín durante unos minutos, Ava no entendía hacia a donde iban, pronto pudo escuchar un extraño ruido, no sabía de dónde provenía, se dio cuenta que se trataba de un helicóptero, cuando estuvieron cerca, pudo sentir el viento que provocaban las hélices, Mateo la sujeto fuertemente para ayudarla a subir, sentía una gran curiosidad, pero no preguntó nada, él le colocó el cinturón para después sentarse a su lado.
Se quedó dormida enseguida, tenía demasiado sueño, casi dos horas después, sintió que el helicóptero bajaba.
—¿En dónde estamos? —Preguntó curiosa.
—Estamos en Lauterbrunnen en Suiza. —Ava soltó un pequeño gritó de sorpresa, desde que sus padres murieron no había salido de la mansión Miller.
Mateo sonrió al observar en su hermosa cara un gesto de sorpresa, no tenía idea de cómo reaccionaría cuando supiera lo que seguía, en el horizonte los primeros rayos del sol empezaban a iluminar el día.
—Ahora abordaremos una avioneta.
—¿Qué haremos?
—No seas curiosa, es una sorpresa.
En ese momento la chica recordó cuando con sus padres viajaban constantemente.
—¿Qué pasa? —Preguntó al ver que el rostro de la chica se tornaba triste.
—Nada, solo ha sido un recuerdo. —Mateo no insistió en saber, tenía que darle su espacio, pero no le gustaba verla triste.
Enseguida la tomó nuevamente de la mano para bajar del helicóptero, después de bajar caminaron unos cuantos metros, subieron a la avioneta, Mateo nuevamente le colocó el cinturón, Ava se sintió nerviosa al despegar, él apretó su mano para tranquilizarla, al pasar unos minutos, Mateo se levantó.
—¿Qué sucede? —Ava se preocupó.
—Por favor escúchame —al escuchar esas palabras el nerviosismo de la chica aumentó —necesito que estés tranquila —Mateo hablaba con ella mientras se ponía un extraño traje.
—No entiendo.
—Haremos Wingsuit, saltaremos en caída libre.
—¡Queeee! No inventes, eso yo no lo haré. —Ava se aterrorizo al pensarlo, Mateo se había enloquecido de repente.
—Ja, ja, ja, tranquila, lo haremos en tándem.
—No sé qué es eso, ni quiero saberlo —Ava agitaba una y otra vez sus manos al frente, quería que él entendiera que no haría aquello—ahora mismo estoy pensando las peores palabras para insultarte, que locura más grande, traer a una invidente a saltar por el aire, ¿Acaso piensas que disfrutaré del hermoso paisaje?
—Ava, necesito que confíes en mí, te aseguro que no te arrepentirás, sentirás sensaciones que no has sentido nunca en tu vida.
—Te has enloquecido.
—Yo te estaré cuidando todo el tiempo, te colocaré un arnés con el cual estaremos unidos, saltaremos de 4300 metros de altura, me he puesto un traje wingsuit, este traje me permitirá planear en el aire, por su diseño funciona como si fueran alas, yo llevaré gafas y casco, tu solo te pondrás las gafas, he traído unos auriculares especiales que usaremos, así podré describiré el paisaje que estaré viendo, hoy seremos los dueños del cielo.
Ava no pudo evitar sonreír al escuchar lo último, los dueños del cielo, esa frase le gustó por completo.
Mateo empezó a explicarle lo que harían a continuación, Ava lo escuchaba atenta, se encontraba hecha un mar de nervios. —Planearemos durante tres kilómetros a una velocidad de 250 metros por hora, yo extenderé mis brazos para lograrlo, tú no tendrás que hacerlo pues tus brazos estarán libres, el arnés sujetara tu pecho y piernas, después de unos minutos, abriré el pequeño paracaídas colocado en mi espalda, no debes de preocuparte, llevó muchos años haciéndolo.—Creo que mejor saltas solo tú, yo mejor te veo allá abajo, bueno digo te espero, porque eso de que te veo no creo ja, ja, ja.—Ava, vamos, demuéstrame que no eres cobarde, ¿Alguna vez has soñado con poder volar? —Se acercó para darle un tierno beso, con eso eliminó todas sus defensas.—Está bien, pero si algo me pasa me las pagas.—Está bien, ja, ja, ja, la adrenalina que sentirás te hará sentir más viva que nunca, sentirás una gran sensación de libertad y emoción, te aseguro que no necesitas ver para sentir la intensa mezcla
La expresión en la cara de Ava dejaba ver que se encontraba completamente aterrorizada.—Ah no señor, sobre eso si he escuchado en varios programas, de ninguna manera saltaré desde lo alto, aún conservo todos mis tornillos bien puestos en mi cerebro, eso aún me permite pensar cuerdamente.—Ja, ja, ja, ósea que todos nosotros no estamos cuerdos. —A Mateo le causo gracia su respuesta.—No lo sé, pero me parece. —No quería parecer grosera, simplemente estaba siendo sincera respecto a lo que pensaba sobre ellos.Minutos después, Ava se encontraba con el arnés puesto.—No se como es que han logrado convencerme. —Definitivamente Mateo y sus amigos tenían un gran poder de convencimiento.—Saltaremos también en tándem, así que sujétate de mí fuertemente.Le dijo Mateo justo antes de saltar, está vez el grito de Ava fue mucho más fuerte, instantes después su cuerpo subía y bajaba mientras colgaba en el aire.El miedo pronto se convirtió en adrenalina, cuánta razón tenía Mateo, al igual que
Muy pocas personas sabían que esa clase de club existía, quienes pagaban la membresía anual podían disfrutar del club completamente, siempre siguiendo las reglas especificadas previamente.Acudían tanto parejas como personas solas, lo que hay ocurría era consensuado plenamente, si alguien faltaba al reglamento, era expulsado para siempre, una gran ventaja que garantizaba que nadie divulgaría lo que sucedía, era que a nadie le convenía que su vida oculta se descubriera.Las personas comunes de saberlo los señalarían, un club donde se saciaban todos los instintos inimaginables, no sería bien visto.Ava y Mateo fueron hasta su mesa, la luz era muy poca y de un color inusual también, la música era lenta y sensual, la chica de pronto sintió curiosidad por saber el nombre.—¿Cuál es el nombre de este lugar? —Mateo hizo un sonido con su garganta antes de contestar, aquello lo tenía de los nervios.—The emotion of your sensations.—¿La emoción de tus sensaciones?—Sí.—Extraño nombre, sobre t
La pelirroja tomó lo que parecía un pequeño lápiz labial, y mientras se movía al ritmo de la música, comenzó a pasarlo lentamente por el cuerpo de Ava, la chica empezó a sentir un intenso cosquilleo que aquel aparato ocasionaba cada vez que vibraba, la mujer continuó provocando esas sensaciones en su cuerpo por un rato, después dejó el pequeño lápiz a un lado, para después tomar un pequeño fuete, con él, empezó a golpear suavemente partes muy precisas de su cuerpo, aquello hizo que las sensaciones en su cuerpo se intensificaran enormemente, eran como si fueran olas que envolvían su cuerpo lentamente. —Siente, déjate llevar por las sensaciones que recorren tu cuerpo, no trates de resistirte. —La mujer volvió a decirle al oído. Aunque Ava hubiera intentado resistirse, su cuerpo la había traicionado y abandonado a lo que sentía, no entendía qué le estaba pasando, tampoco su mente le respondía, no podía pensar, solo sentir ese inmenso placer que era totalmente desconocido para ella.
Ava empezó a abanicarse con las manos, Mateo vio que su rostro estaba enrojeciendo, en ese momento se preocupó mucho más, la tomó por la mano para ayudarla a levantar, después colocó su mano alrededor de su cintura para guiarla. —Debemos irnos, debes recostarte, quizá así logres sentirte un poco mejor. La chica se dejó llevar, el contacto con Mateo se sentía muy bien. Cuando salieron, Máx el chofer ya los estaba esperando, durante el trayecto al hotel, la cercanía del cuerpo de Mateo, encendió aún más el calor que la chica sentía, él notó que cada vez se acercaba más, al llegar, la ayudó a bajar, la guió hasta el elevador, ahí dentro la situación se puso por demás extraña, Ava se acercó a él hasta arrinconarlo contra la pared, mientras su respiración se volvía agitada. Mateo no dijo nada para no hacerla sentir mal, solo trató de esquivarla, en cuanto la puerta se abrió, la llevó hasta su habitación y la ayudó a recostarse, durante todo ese tiempo, Ava mordía su labio inferior cons
Ava tenía muchas dudas, y Mateo no contestaba, solo podía sentir su respiración agitada, por lo visto estaba nervioso, no quería presionarlo, pero tenía derecho a saber, después de todo él la había llevado. —Mateo, por favor di algo. —Ava, no me gustaría mentirte, pero es algo complicado. —No soy tonta, y aunque es la primera vez que salgo de noche a un club, sé que ahí sucede algo más que en otros lados. —Acaso me crees una tonta, que no tengo la suficiente inteligencia para entenderlo. —Mateo pudo notar en el tono de su voz que estaba molesta, y lo que menos quería es que lo estuviera. —No pienso eso Ava, solo que son cosas de las que tú aún no sabes, en eso eres inexperta. —Entonces si no las conozco, muestramelas. —Dijo de manera firme. Mateo se sentía incómodo, nervioso, no quería entrar en detalles, pero si no contestaba sus preguntas de manera creíble, seguiría insistiendo, la chica exigía respuestas. —Es un club bondage. —¿Bondage? ¿Qué es eso? —Jamás había escuchado
Mientras Ava se había quedado en silencio, Mateo se le quedó viendo atentamente, esperaba que hiciera alguna pregunta sobre todo aquello.—¿Aún tienes que ver con Morgana? —Preguntó la chica mientras su semblante lucía muy serio.Mateo estuvo a punto de reír al escuchar la pregunta que había hecho, pero se contuvo, le hizo gracia que después de todo lo que le había contado, lo que le preocupaba era si aun estaba con Morgana, al escucharla nació en él una nueva esperanza.—Es solo una amiga, hace años que terminó lo que sea que hubo entre nosotros, como te dije, en esto no mantenemos por mucho tiempo la misma pareja.—¿Y la chica de la bebida? Es obvio que te conoce.—Ella fue mi pareja bondage hasta hace unos meses, y aunque sabía las reglas y que no debíamos involucrar sentimientos, tuve que alejarme de ella porque me di cuenta de que empezaba a tenerlos, ya no la he buscado, pero ella parece no querer aceptarlo.Ava analizó las cosas por un momento, aunque no podía ver el rostro de
Poco después bajaron para desayunar, Mateo ordenó a Máx que subiera al auto sus maletas, el chofer no estaba de acuerdo de que su jefe y la chica viajarán solos tantas horas por carretera sin vigilancia.—No te preocupes, Máx. se cuidarme perfectamente, no pasara nada, regresa en el helicóptero a casa.—Su abuelo no estará de acuerdo, es seguro que hará que regrese de inmediato por usted y la señorita Ava. —Conocía a Guido a la perfección, sabía que se disgustaría con él por dejar a su nieto.—Tienes razón, mejor quedate en tu departamento, no te presentes en la mansión. —Mateo pensó que era lo mejor, así evitaría un gran disgusto a su abuelo.Máx se dio cuenta que era inútil insistir, conocía muy bien a su jefe y sabía que no podría hacerlo cambiar de opinión.Cuando terminaron el desayuno, subieron al auto, Ava se sentó en el asiento del copiloto, Mateo insistió en ser él quién ajustará su cinturón para cerciorarse de que estuviera segura.Ava se sentía nerviosa y a la vez confiada,