¡Que horror!
¿En serio tendré que recordar esto de nuevo?***Mi nombre es Tamara Yasmine Ford.Lo sé, es un nombre bastante ordinario para una "Heredera" pero en mi defensa puedo decir que desde niña he expresado mi naturalidad junto con mi rareza.Claro que no muchos sabían apreciarlo, yo no era para el gusto de todos.Crecí en el núcleo de una familia opulenta y poderosa, mi padre era el gran Domenico Ford, el hombre que siguiendo los lineamientos de sus antepasados había construido un imperio en la industria automotriz, posicionando el legado familiar de número uno, a nivel nacional e internacional.Todo comenzó cuándo a mí tatara-abuelo se le ocurrió diseñar el primer auto con adaptación de motores híbridos capaces de funcionar utilizando energías menos contaminantes y más renovables para el medio ambiente.Algo que ocasionó un éxito rotundo dentro de la industria durante más de setenta años continuos, luego pasó el mando de su imperio de generación en generación hasta llegar a mi padre como indicaba la tradición, pero cuando yo nací fue entonces que esa línea de sucesión se quebró.Realmente era una pena saber que todo ese poder y conocimiento nunca llegaria a mis manos por el simple hecho de haber nacido mujer.Sí.«Lo has leído bien».Resulta que en nuestra arcaica familia se tiene la absurda y misogína tradición de nombrar como heredero sucesor al primogénito «varón», ya que a las mujeres no se nos considera aptas para liderar un mercado de tal magnitud, la cuál ha sido dirigida solo por hombres.Las chicas de mi familia..., digamos que eran tratadas cómo suaves, pequeñas y delicadas flores que solo servían para acompañar y para reproducirse «Esto último es muy importante» Se puede decir que es nuestro único propósito en la vida...¡Patrañas!Desde que era niña me han obligado a vestir, actuar y hasta caminar de una manera con la que simplemente no conectaba, pero que según es la "correcta".Se me inculcó como norma principal que permanecer en silencio me haría ver ante la sociedad como una mujer educada y me ayudaría mucho para conseguir un buen marido en el futuro.Por mi parte, en cambio, no deseaba ser una buena esposa... De hecho la palabra matrimonio nunca estuvo en mis planes, yo veía el mundo distinto a los demás, odiaba seguir las reglas y tenía la esperanza de que algún día podría ser libre para crear mis propias normas.Pero no nos adelantemos tanto, por ahora sigamos recordando mi triste vida hasta llegar al origen del rechazo de mí padre hacía mí y el inicio de toda mi insumisión.Mi madre lo supo desde el principio, yo no estaba rebelándome contra ella, lo hacía contra el mundo que me juzgaba por actuar diferente y tal vez, solo tal vez, eso era lo que más le preocupaba.Pero..., ¡Al carajo! Estamos en pleno siglo XXI todos saben que las mujeres no somos el sexo debil.¿Qué demonios les pasa a estos hombres?[...]— ¡No puedo creer que te hayas metido de nuevo en una pelea¡ ¿Que clase de comportamiento es ese Tara? — Me reclamó mí madre.— Supongo que uno totalmente inapropiado mamá...— ¿En dónde quedaron tus modales de señorita?. — Tenía de nuevo esa expresión de enojo y desaprobación en su rostro.«si ella solo supiera»— ¡Lo único que hice fue defenderme mamá! Sasha y sus amigas tiraron basura sobre mi cabeza. Siempre se burlan de mi todo el tiempo y también de otras niñas. — Rápidamente cruce mis brazos frente a mi pecho. — Yo soy la única víctima aquí.— Seguramente no estás siendo buena niña y amistosa. — Dijo imitando el mismo gesto que yo.— Claro que lo fui, pero no se puede ser amistosa con chicas como ella. — Contesté viendo cómo ella negaba con su cabeza.— Es que..., simplemente ya no se que hacer contigo Tara. — Exclamó con una expresión de cansancio. — No se a quien saliste así.Debes aprender a seguir las reglas hija, así es como funcionan las cosas.— ¡Es ridículo mamá!. ¿Quien inventó esas reglas!— Le respondí sin poder creer lo que me estaba diciendo. — De ninguna manera lo haré.No voy a ceder.— Claro, lo harás.¡Y también estás castigada! — Exclamó.Mi madre no entendía lo que significaba ser la niña «nueva» y «rara» de la clase.Desde el primer momento en que pisé el colegio de chicas, Sasha se burló de mi ropa holgada, mi cabello rebelde y también rompio mis gafas de pasta negra... «Las que no podía dejar de usar.»Además, mi chiste sobre la incompetencia de su padre y de como la abandonó a ella y a su madre por una mujer más joven, a «varias» de sus amigas no les pareció gracioso y terminaron por golpearme sin ninguna razon..Ok, seré honesta.A «muchas» de sus amigas no les agradó mi broma. ¿No entiendo, por qué? Papá siempre cuenta esa historia sobre los señores Fisher y sus amigos se ríen...Bien, no voy a negarlo, quizas no era muy popular en ese tiempo pero estaba segura de que pronto lo sería.Con el pasar del tiempo hacer amigas se me complicó más de lo que esperaba, pero un día entre tantas personas encontré a un buen amigo.«El primer niño que había visto de cerca en toda mi vida, aparte de mis primos Midas y Dioniso»Nuestro encuentro ocurrió en un día tan simple cómo cualquiera, hacía mis pasteles de lodo en el jardín trasero de mi casa cuando de pronto ahí estaba él, husmeando por los alrededores.Era un niño de piel palida con rostro pecoso, su ojos y cabello tan negros como la noche, debo reconocer que algo en su rostro angelical llamó mi atención, luego me fijé en su aburrida vestimenta.Camisa blanca y pantalones grises perfectamente planchados, es un ñoño como yo.— ¿Y tú quién eres, niño? — Pregunté poniendo los brazos en forma de jarra. — ¿No te enseñaron educación, tus padres? ¿Por qué entras aquí sin permiso?— Soy el hijo del chófer y vivo en aquella casa.— Señala las pequeñas residencias más allá del jardín, dónde vivían los nuevos empleados de servicio.— ¿Y que haces aquí? ¿Viniste a jugar conmigo? — Pregunté emocionada, porque era el primer chico que veía y además no se asustó en cuanto me vió.— Eh.... — Balbuceó las palabras. — Claro que no señorita, solo vine buscando a mi papá.— Sus palabras me hicieron sentir triste, pero el rechazo era algo a lo que ya estaba acostumbrada.«Sabía como actuar en estos casos»— ¡Pues, tu papá no está aquí! y este es mi territorio, así que...¡Lárgate!. — Le grité aparentando estar enfadada, pero el niño desconocido no se fue, solo se quedó de pie en silencio.No me dejó opción más que tirar lodo sobre su camisa blanca para espantarlo.— ¡Oye, niña! ¿Estás loca? ¿Por qué has hecho eso? — Me reclamó confundido, mientras trataba de limpiar su ropa tras recibir mi ataque.— Porqué no me gustan los niños buenos como tú. — Le contesté desafiante pero en realidad dije eso porque fue lo primero que se me ocurrió.— ¡Yo no soy un niño bueno! — Declaró con enfado, pero en el fondo sabía que si lo era.Por alguna razón algo en sus ojos me lo decia y también llevaba puesta esa absurda pajarilla azul. Ya nadie usa esa ropa hoy en día.— ¿De verdad no eres un niño bueno? — Pregunté acercándome de manera insolente.— Claro... que no lo soy, niñita. — Entonces, demuestralo. — Le ordené y él frunció el entrecejo, hasta que por fin preguntó.— ¿Tu me dirás como lo demuestro? — Alcé una de mis cejas y sin saber lo que hacía me lance sobre él.— ¡Veamos si puedes con esto! — No le di tiempo a que reaccionara, ambos caímos rodando en una pila de hojas amontonadas, manchando nuestra ropa con lodo.— ¡Pelea de lodo!— Grité riendo, ignorando el papel de niña buena que siempre me habían adjudicado.Quería hacer todo lo que se me había prohibido como; ensuciarme, gritar, correr y olvidar los estupidos modales.El enorme chico comenzó a reír al igual que yo y terminamos jugando durante más de una hora correteando por el jardín y escalando los árboles para mirar la puesta de sol.— ¿Oye, y cuál es tu nombre? — Me aventuré a preguntar.Inmediatamente su rostro pecoso cambio de mil tonos rosas.— Mi nombres es Sebastian Hudson...Pero puedes llamarme Bastian. ¿Cuál es el tuyo?— Me dió su mano para formalizar su presentación y en cuanto la tomé sentí algo extraño, era una mano grande para un chico de su edad, también era suave y tibia.— Yo soy...— ¡Tara! ¿Florecita?¿Dónde te has metido? — Escuché mi nombre y supe que estaría en problemas.— ¡Tamara Ford! — Bramó mi padre con una estridente voz, poniéndole fin a toda la diversión.— ¿Te veré de nuevo? — Preguntó el niño ayudándome a bajar del árbol.— Por supuesto que si, te veo mañana en este mismo árbol a la misma hora. — Respondí dejándolo atrás sin decir nada más.Cuándo estuve a varios metros de distancia miré por encima de mi hombro, el niño aún estaba escondido detras del árbol con su ropa sucia y desalineada. Solo se dedicaba a verme, así que no pude ocultar más la risa.«Terminé guiñándole el ojo» Por fin tenía un amigo...— ¡Pero mira como te has puesto!Eso no es muy digno de una señorita, tengo que hablar seriamente con la inútil de tu madre. — Agarró uno de mis brazos haciendo presión.— ¡Ay papá! ¡Me lastimas! ¿Que piensas hacer? — Me quejé pero fue en vano, así que terminé por ceder y le permití guiarme hasta el interior de nuestra mansion.— Creo que es bastante claro lo que pienso hacer. ¡Ya no irás más a ese colegio de porquería!— Mi rostro cambió de la tristeza a la alegría, pero no fue por mucho.— ¿Vas a cambiarme de colegio? ¿Iré a un colegio mixto?— ¡No! Irás a un internado para señoritas rebeldes en el exterior. — Me interrumpió. — Allá aprenderás buenos modales.— ¿Que? No puedes hacerme esto, no es mi culpa que esas niñas carezcan del sentido de humor. — Me quejé, tratando de retener las lágrimas.— Por supuesto que puedo hacerlo...Soy tu padre y créeme que lo haré Tamara, no estoy dispuesto a tolerar tu mal comportamiento ni un minuto mas.Ahora ve a darte un baño y ya no me avergüences más... — Me dejó al pie de la escalera y se marchó.***Horas después ya estando en mi habitación me acerqué a la ventana para observar a través del cristal, el chico pecoso por supuesto que ya se había marchado.— Sebastián Hudson... — Susurré recordando su profunda mirada.— Ese nombre es... «Fantastico.»POV: TARA. [Parte I] El tiempo relativamente ha pasado volando y ahora ya no era más una niña de siete años, sino un adolescente soñadora en pleno auge, también podría decirse que durante ese tiempo me abrí paso a muchos castigos que me dejaron con una mala reputación entre el círculo de amigos de mi familia . Y, si.Papá cumplió su promesa de enviarme a un internado para chicas rebeldes, en dónde no me fue mucho mejor, pero igual que siempre pude superarlo. Bueno, casi pude...— ¡Hey! ¡Chica rara! Es tu turno... — Apenas giré la vista, lo primero que impacto mi rostro fue una pelota de fútbol. No pude esquivarla así que fue directo hacia mi nariz haciendo que cayera de espalda.— ¡Oh por Dios! Le dí, le dí.... ¡Miren como cayó!.— Se oyeron un montón de risas en la distancia. — ¿De dónde sacaste esos calzones de abuelita?, ¿te los tejió tu mamá? — Camila me rodeó junto con otras chicas. — Hola Camila, sigues tan graciosa como siempre. Debo informarte que prefiero llevar puesto
POV: TARA. [Parte II]* * * * * * * * — Por Dios, te ves... Tan... preciosa, hija. — Exclamó mi madre confundida, después de verme con aquel vestido horrendo que decidí ponerme. — Si tenemos suerte celebraremos tu compromiso esta noche y también el de tu primo Dioniso. — Rodé mis ojos hasta ponerlos en blanco. — No me veas así, sabes que tu padre quiere lo mejor para ti y se asegurará de conseguirte a un caballero.— Mamá.... si entiendes que no soy un objeto ¿Verdad? Hago esto porque no tengo otra elección, en realidad no hay nada que celebrar hoy.— Tamara hija. — ¡No digas nada mamá! ¡Estoy harta de todos ustedes! ¡No quiero ser una mujer con sueños frustrados igual que tú, mamá! — Me quejé y ella aparto la mirada del espejo. Se que he sido cruel y estoy actuando de manera egoísta pues, mi mamá no tenia la culpa.En nuestra familia se ha repetido el mismo patrón desde siempre y cómo diría mi padre: "El matrimonio es solo un intercambio donde ambas partes se benefician, aquí
POV : BASTIANAun soy capaz de recordar con absoluta precisión, esa claridad que eriza el vello de mis brazos por el comienzo de nuestra historia.O por lo menos, como empezó todo para mí y cómo fué que llegué a convertirme en el guardian pque mí reina necesitaba. Tamara Ford, era todo lo que una señorita nunca debía ser: Era enojona, hablaba a gritos, no tenía miedo de dar su opinión, nunca peinaba su cabello y usaba vestidos extremadamente holgados. Algo que era sumamente chistoso, porque a pesar de que su madre intentaba disimular su salvajismo con vestidos caros, siempre acababan terriblemente sucios, pues su entretenimiento consistía en la práctica de juegos violentos y poco adecuados para una niña.En cambio, yo por mí parte, siempre había sido un chico correcto, muy bien portado y uno que jamás dudaba en obedecerla. La razón fue porque quede hipnotizado por el bonito rostro y la sonrisa tierna de aquél bello ángel. Mientras que otros padres se alegrarían por la felicidad de
POV : ACE. Si tuviera una lista negra de las cosas que me desagradan en la vida, mí futuro matrimonio estaría de primero en esa lista, pero eso era algo que jamás iba a suceder. Me había fijado una meta, un reto en mí vida y era conseguir la unificación con el imperio Ford. Y no iba abandonarlo estando tan cerca de conseguirlo. El único inconveniente que tenía hasta ahora era mí futura esposa, por más que había intentado conocerla siempre encontraba la manera de escabullirse de mí. — ¡Damas y caballeros! — Dijo por el micrófono el decano de la facultad de ciencias políticas. — Recibamos al homenajeado de la noche: ¡Ace Beringhelis! Hubo un fuerte aplauso cuando salí al escenario y acepte el premio, que llevaba grabado una placa por delante. «Estudiante del Año» — ¿Te quedas para la cena de triunfo? — Preguntó el decano con voz entusiasta, simulé mirar mí reloj como si tuviera prisa. — Me temo que tengo un agenda difícil señor. — Bueno, ya quedará para después. Decidí marchar
ADVERTENCIA: +21El siguiente capítulo contiene lenguaje explícito, escenas de sexo y contenido que puede herir la sensibilidad de algunas personas, léelo bajo tu propia responsabilidad.***POV : TARA. [PARTE I]— Estás loca, lo sabes, ¿Verdad? — Mi compañera Aislyn, se atravesó en el marco de la puerta con preocupación, y yo me apresuraba a meter los pies en mis zapatillas. Resultó que después de leer Nietzsche toda la tarde y en vez de hacer los deberes de matemáticas del día siguiente me animé para salir a bailar. Había estado demasiado absorta en mi lectura hasta que mí madre habló para reclamar sobre la pequeña broma que le hice a mí futuro esposito. Así que para celebrar me había puesto un vestido corto de lentejuelas, sería una noche memorable y para la historia. — Seguramente lo estoy, Lyn. — Contesté con una sonrisa enorme en los labios. — Pero puedo asegurarte que jamás volveré a ver la cara de Ace Beringhelis en mí vida.Es que debiste ver su rostro y el de su familia
* * * * * * * * POV : TARA. [PARTE II]«¡Nunca debí entrar ahí!» Era la frase que se repetía en mí cabeza una y otra y otra vez. Cómo pude había llegado a la fraternidad DELTA, me interne en la oscuridad a través del entramado de sombras que proyectaba la luna sobre el césped húmedo, mis piernas débiles luchaban por mantenerse mientras cruzaba el pequeño támesis que atravesaba los terrenos del campus y dividía la zona residencial.Había estado pocas veces aquí para colarme en la habitación de Bastian, pero sabía exactamente dónde encontrarlo, pues el camino permanecía nítido en mí mente. Atravesé la puerta y subí por las escaleras de incendios, todo permanecía en silencio al llegar al pasillo. Tras una neblina de confusión di dos toques a la puerta, pero no obtuve respuesta, más que el eco de mí llanto.— ¡Bastian! — Dije con una voz que no fue más que un graznido. Mi ropa estaba sucia, apestaba y tenía la garganta seca, mí cuerpo ya no resistía un minuto más y estaba consideran
POV: BASTIAN. [Flashback]— Tenemos que hablar. — Midas entra sin permiso a mí habitación a las siete de la mañana. — Y no, no pienso darte un día más de tiempo.Ya te has tomado toda una semana para contarme que le sucedió a mi prima. — Tenía los ojos hinchados y enrojecidos. — Tiene que ser algo muy grave, porque Tara y tú se han olvidado de mí cumpleaños. — Cálmate.No nos hemos olvidado de tú cumpleaños, ya mandé a pedir un pastel para celebrar esta noche. — Si. Bueno, pues ahora puedes llamarlo el pastel de la traición. — Dice encogiéndose de hombros. — O puede que la llames: El pastel con sabor a mentiroso. Ese último le pega más. — Por enésima vez: Tara ha estado bajo mucha presión, esta estudiando para los parciales, solo necesita concentrarse. — Le asegure con sesguridad. No podía delatarla, aunque no estaba de acuerdo con su decisión. No hubo manera de hacerla cambiar. Ella necesitaba ayuda, incluso debimos montar una denuncia pero se negó rotundamente. — Ella nunca
POV : ACE.Solo había una cosa peor que levantarse los lunes a las cinco de la mañana: Y era levantarse sabiendo que el resto de la semana la ibas a pasar trabajando para tú futuro suegro. «Un cabrón misógino verdaderamente irritante, pero que desayunaba, almorzaba y cenaba acuerdos» Y, sí. Aún sigo con la idea de casarme con la fea, han pasado tres años desde que la conocí y aún sigo inmutable en mí decisión, especialmente por que los negocios de mí padre no han resultado bien, esta es mí única oportunidad para mantener la vida que me merezco y a la que estoy acostumbrado. Me había convertido en un ejecutivo de traje de diseño y reloj de cinco mil dólares. ¡Bip! ¡Bip! ¡Bip! El sonido de la alarma interrumpió mis pensamientos, lo primero que hice fue encontrar mí móvil y comenzar a revisar los correos electrónicos y mí agenda. Al abrir mi bandeja de entrada conseguí un correo de Mathias Parvatti. Para estar de orador en una convención este fin de semana.Lo último que quería hace