Su belleza le causaba muchos problemas, cabello color miel, rizado, le llegaba hasta la cintura, ella amaba el largo de su cabello era muy sensual o al menos eso era lo que le decía Eve que lo llevaba distinto a ella, por los hombros del mismo color. Lo único que habían heredado de su madre. Pero ambas se diferenciaban por el color de sus ojos Eve los llevaba verdes oliva y los de Shery eran marrones. Eran guapas, ¡claro que sí! Pero por ser sencillas y de belleza natural llamaban mucho la atención.
—¿Qué te pasa? Cada vez que llegamos al colegio te pones así.
—Odio esta institución.
—Es el único al que podemos asistir, papá jamás nos pagaría uno privado.
—Ya lo sé, pero quisiera que estudiaras en uno mucho mejor.
—Estoy bien, no te preocupes por mí. No quiero que cargues con todo el peso tu sola como si fueras mi madre. Eres joven debes vivir la vida, y yo siento que te he quitado parte de eso hermana.
—Eres mi hermana pequeña, tú jamás serias un estorbo para mi ¿Ok? Yo hago esto por las dos. Te protegeré pase lo que pase.
A las chicas se les aguaron los ojos, estaban solas contra el mundo, no podían contar con su padre que gastaba a diario todo el dinero que conseguía, hacía muchos años que no llevaba comida a su casa.
—Tengo mucha hambre Sher…
—Toma esto… Saco unos billetes del bolsillo—Te alcanzara para que comas algo.
—Espera… ¿y tú?
—No te angusties estaré bien, ve a clases, si pasa algo no dudes en buscarme.
—No pasara nada, cuídate te quiero.
Se abrazaron como si no existiera un mañana, cada una tomo un pasillo distinto que las conducía a sus aulas de clases, eran muy cercanas y se amaban muchísimo, un amor de hermanas irrompible.
El día fue tan aburrido como todos los demás, sobre todo por tener que ver al profesor de matemáticas que era un anciano tan pasivo que no se daba cuenta de lo que ocurría en el aula. Unos idiotas llevaban un buen rato lanzándole bolas de papel lleno de saliva con un pitillo, la mayoría estaban dirigidos hacia ella, seguramente su cabello tendría muchos adornos ensalivados ¡qué asco! Pensó.
Miraba por la ventana mientras el lento de su profesor daba clases, la verdad no tenía interés en aprender nada. Estaba preocupada, era viernes y los fines de semana es que su padre organizaba las fiestas más alborotadas en la casa.
Y por otro lado ella trabajaba sábado y domingo, su hermana tenía que pasar el día en el parque o haciendo cualquier otra actividad mientras ella terminaba su jornada, era eso o quedarse en casa sola. Era frustrante tener que vivir así.
—Señorita Loon si va estar viendo por la ventana en toda la clase en vez de prestar atención a la actividad, entonces quizás deba salir afuera.
Genial, ninguno de los presentes prestaba atención y ese viejo solo se había fijado en ella.
—Lo siento, profesor.
Detrás de ella escucho algunas risas burlonas, a ella le daba igual solo le molestaba el hecho que el imbécil del profesor le llamara la atención solamente a ella.
Por fin había terminado la clase, el timbre sonó indicándole que la tortura había terminado en parte. Solo le faltaba encontrarse con Eve y rogaba por no toparse con ningún patán por el camino. Por los pasillos caminaba de prisa hasta el cafetín donde siempre se reunía con su hermana, pero estos estaban atestados de estudiantes. De pronto sintió un jalón por el brazo, introduciéndola en un pequeño cuarto donde guardaban las cosas del aseo del colegio, era un poco oscuro y olía a polvo.
—¡¿Qué m****a haces?!
—La otra vez lograste escabullirte pero no lo harás de nuevo perra.
—Derek, te he dicho que me dejes en paz, eres un imbécil. Como sigas molestándome te juro que te voy a denunciar.
—Ya sabes lo que le pasara a tu adorada hermana si lo haces, ¿porque te quejas tanto? igual eres una perra como tu madre.
—¡Yo no soy como ella!
El, la tenía sujeta muy fuerte de los brazos y ya comenzaba a lastimarla, Derek le ganaba en tamaño y era una persona muy agresiva no sabía cómo estudiaba en ese colegio aún. Menos mal que no estaba en el mismo curso.
—Claro que eres igual que ella, una sexy prostituta. Dijo con una mirada que le dio asco.
—Suéltame o voy a gritar y estarás en serios problemas.
—Podrás escaparte hoy, pero tarde o temprano voy a follar ese cuerpecito, que estoy muy seguro que muchos lo han probado ya.
Ella lo empujo con fuerza, comenzaba asustarse de las amenazas de Derek, el espacio que hubo entre ellos le dio la oportunidad de salir corriendo del pequeño cuarto metiéndose entre la multitud de jóvenes estudiantes. Al fin dio con la cafetería, se aclaró un poco el rostro, no quería preocupar a su hermana. La encontró sentada leyendo un libro esa era su pasión.
—Hola ¿estás lista para irnos?
—Has tardado un buen rato ¿Qué hacías? Dijo recogiendo sus cosas de la mesa para meterlas en su mochila.
—Estaba en el baño, había muchas chicas ya sabes, pintándose y todas esas babosadas.
—Si ya lo sé, odio entrar en estos baños son una pesadilla.
—¿Qué tal te fue hoy? Pregunto la mayor para cambiar de tema.
—¡Muy bien! ¿Y a ti?
—Bien, como siempre. Mintió.
—Siempre dices lo mismo, creo que no te gusta estudiar.
—Lo que no me gusta es este colegio ¿nunca te molestan?
—La verdad es que no, ¿Por qué? ¿A ti si?
Eve no quería decirle a su hermana que si la molestaban, pero eso solo aumentaría sus preocupaciones y no era justo para ella se sacrificaba tanto por las dos. Además ignoraba a todos esos idiotas, aunque prácticamente eran mujeres las que le hacían la vida imposible, diciéndoles cosas sobre Shery y sus padres. No le molestaba que hablaran mal de sus progenitores pero no de su hermana ella era una increíble chica.
—¡No, claro que no! Y me alegra saber que no te molestan.
—Caminemos más rápido, parece que lloverá. No será nada bueno que llegue tarde al trabajo y de paso mojada.
Del otro lado del pueblo…
—En serio amigo que afición tienes de venir siempre a este pueblo, si mi padre se llega a enterar me matara te lo juro.
—Puedes calmarte JB, nadie tiene porque enterarse, además tu padre esta con el mío de viaje…
—Ethan, eres demasiado raro sino fuera porque eres mi mejor amigo no accedería a tus locuras.
Los chicos caminaban por las calles relajadamente sin temor a nada, por allí no se encontrarían a nadie que los pudiera reconocer o con los que tuvieran algún problema y se vieran obligados a mostrar su naturaleza.
De hecho Ethan y JB eran unos jóvenes importantes, ya que eran hijos de líderes uno era el hijo del Alfa y el otro era hijo del Beta, y por si no fuera poco eran los más populares del instituto donde estudiaban.
—Detén tus quejas quieres, estoy aburrido del colegio, porque faltemos un día no pasara nada.—A mí me vale eso, aunque no bueno... si prefiero ir, ya que estar rodeado de todas esas hermosas lobas que nos persiguen es fantástico. Ethan suspiro.—Eres una pesadilla, cuando vas a madurar y decidir hablar con tu mate. Dejar de flirtear con todas esas chicas.—Eso no pasara…—Pero si ya sabes quién es, ¿Cómo puedes aguantar tanto tiempo sin querer estar con ella?—No lo sé Ethan, creo que no estoy listo para ella. Además no soy nada delante de ella. Y sabes muy bien cómo se ponen las lobas, se vuelven un poco locas con eso de tener mates. Muy posesivas. Negó con la cabeza.—¡Eres un cobarde! Si tu padre se entera que ya la encontraste y no la has aceptado te
Sintió los cálidos brazos de su hermanita alrededor de su cintura, ella era su único apoyo, la única a la que podría decirle familia. Pero su corazón pedía mucho más.—Todo estará bien, recuerda que pronto nos iremos de aquí. Ella lo creía así, pero a la vez sentía temor porque ¿y si su padre las buscaba? Las golpearía tanto que sería capaz de matarlas.—Vamos a limpiar todo este desorden, la ducha tendrá que esperar. Le respondió al final Shery.Las chicas se pusieron manos a la obra, aún mojadas, muertas del frío y del hambre. Pero si no lo hacían su padre se volvería un ogro y ya bastante que estaba furioso, cuando se encerraba en su habitación era para una sola cosa y no era nada saludable lo que allí hacía. El
Tenía que salir a trabajar temprano y sin poder dormir nada, sabía que le costaría mucho llevar el ritmo en la cafetería, suspiro profundo. De pronto alguien movió el pomo plateado de su puerta, la puso en alerta y de inmediato Eve se despertó.—Tranquila con esa silla trabando la puerta no podrán abrir.—Pero ¿Y si entran?—Tendremos que saltar por la ventana.Cada vez estremecían más la puerta, definitivamente querían entrar ¿Seria Daren? Escucho una voz gruesa y fuerte detrás de esta.—Imbécil ¿Qué demonios haces aquí?—Señor Daren estoy buscando el baño.—Miserable borracho, el baño esta abajo. Si te veo de nuevo cerca de esta puerta te cortare las manos.—Sí se&n
—He esperado tanto por ti Shery, tu virginidad es un gran trofeo para mí, ¿Sabes que las vírgenes son mi debilidad? Susurro.—Por favor no hagas esto. Dijo casi en suplica.—Pero pasara, ya te lo dije tú y tu hermana serán mías.—Déjanos en paz, nosotras no tenemos nada que ver con nuestro padre.—Eso ya lo sé, y es por eso que me gustas tanto. Tu hermana solo será un pasatiempo.Seguía oliéndola como si fuera un perro, subía hasta su oreja mientras le hablaba en silencio. Sentía mucho asco y desprecio, ella apenas era una niña para él.—Ya tienes muchas mujeres, para que querer a un par de inexpertas.—Ustedes serán mis preferidas, nadie las tocara excepto yo.Las manos de él bajaron hasta sus
—De verdad era un chico demasiado guapo Sher…—Eve por favor, nosotras no estamos para chicos.—Claro que sí, ¿acaso no quieres casarte? ¿Tener hijos? ¿Formar familia con un buen hombre?—Por supuesto que sí, pero ahora no tenemos tiempo para eso, no con tantos problemas.—Lo que pasa es que no has conocido al chico correcto, pero cuando eso pase ya verás de lo que hablo.Era cómico, hablaba como si tuviera mucha experiencia en el amor. Ella podía decirle algunas cosas acerca del amor y la realidad es que era demasiado doloroso, lastimaba como nunca. Simplemente había conocido un chico en el parque que flirteaba con ella y ya por eso se creía que el amor era hermoso. Nunca había experimentado el amor de verdad, sus propios padres jamás se lo dieron cuando era
Al parecer habían sido atacados por sorpresa por una banda de lobos salvajes, asesinando a su alfa en el proceso, juntos con una gran cantidad de lobos mayores. Los invasores conocían muy bien donde se encontraba el viejo convaleciente por tal razón pudieron acabarlo en su forma humana. Para mala suerte de su manada no tuvo hijos varones, solo una hija y aun no se había transformado en loba, por tanto no podía tomar el puesto de su padre. Por tal motivo el concejo de ancianos decreto que lo mejor era que las dos manadas se unieran estando al mando de un solo alfa, ya que los territorios de ambos estaban muy cerca.Su padre el alfa Marcus Dallas no estaba muy convencido por tal fusión, los lobos blancos eran conocidos por ser nada respetuosos y racistas, se creían mucho por el simple hecho de que todos los integrantes de esa familia eran de un mismo color. Pero a pesar de sus protes
Quizás hubiera sido mejor llegar tarde, además estaba oscuro con algunos contenedores verdes desperdigando basura, había muchos charcos con agua sucia y esos agujeros tan molestos que le impedían caminar con rapidez. Pero fuera de eso, seguía escuchando los pasos muy cerca así que correr era su mejor opción.Pero lo había pensado muy tarde, ya que un fuerte brazo la tomo por la cintura mientras una mano grande cubría sus labios. Su agresor estaba de espalda por ende no podía identificarlo y eso la asustaba aún más, pataleo e intento arañarlo pero de nada le sirvió. El misterioso atacante la golpeo contra la pared un poco mohosa para poder tener mejor dominio de ella, y al fin, pudo ver su rostro. Estaba pálida y muerta del pánico al observar al sujeto que la estuvo siguiendo.¡Derek! Su mente respondió.
El hombre que había subido hacia unos minutos hablaba en secreto con su mano derecha, con cara muy seria. A los minutos este salió de la casa lo más rápido que sus piernas le daban.—Escúchame Ethan, esto no es buena idea, traerla a nuestro territorio es la peor de todas. Simplemente su olor llamara la atención, está sangrando a mares.—JB, por favor me estas poniendo nervioso, ya tengo bastante con lo que está pasando.—Debiste dejarla en el pueblo, en un hospital con los humanos para que la atendieran. Después podrías haber ido por ella.—¿Dejarías a tu pareja morir?—Es distinto, ella es una loba.Su amigo no respondió, había perdido la razón metiendo a esa humana a la montaña. Sus padres no estarían nada contentos. Llegaron a una pequ