—De verdad era un chico demasiado guapo Sher…
—Eve por favor, nosotras no estamos para chicos.
—Claro que sí, ¿acaso no quieres casarte? ¿Tener hijos? ¿Formar familia con un buen hombre?
—Por supuesto que sí, pero ahora no tenemos tiempo para eso, no con tantos problemas.
—Lo que pasa es que no has conocido al chico correcto, pero cuando eso pase ya verás de lo que hablo.
Era cómico, hablaba como si tuviera mucha experiencia en el amor. Ella podía decirle algunas cosas acerca del amor y la realidad es que era demasiado doloroso, lastimaba como nunca. Simplemente había conocido un chico en el parque que flirteaba con ella y ya por eso se creía que el amor era hermoso.
Nunca había experimentado el amor de verdad, sus propios padres jamás se lo dieron cuando era una pequeña, solo sufrimiento ¿Qué podía esperar de un extraño?
—Debes relajarte Eve, solo era un chico no te vas a casar con él.
—El parecía muy interesado en mí. Le dijo alzando la ceja.
Casi llegaban a la casa, como todas las noches cruzaban los dedos para que no hubiera nadie, ni siquiera su padre. Al siguiente día tenían colegio pero ella ya no asistiría más. Aun no se lo había mencionado a su hermana pero dejaría la escuela, ya en dos días cuando mucho tenían que salir de allí.
—Ya deja de hablar babosadas, casi llegamos a casa.
—Esa ya no es nuestra casa.
—Bueno, sea lo que sea.
Entraron y estaba en completo silencio, al parecer su padre no estaba. Era un alivio, subieron directo hasta la habitación encerrándose en ella. No tenía caso revisar la cocina porque no hallarían nada.
—Tengo hambre Sher.
—Demos gracias a Lancer que hoy también me regalo comida. Le dijo sonriendo mostrándole las bandejas.
—Ese viejo es un amor. Recuérdame decirle que lo amo.
—Seguro. Le responde la chica metiéndose un trozo de pizza en la boca.
Las chicas comieron tranquilamente mientras conversaban alegremente, muy pocas veces podían hacerlo. Cuando la casa estaba vacía se sentían un poco segura. Su hermana seguía platicando del chico que había conocido, y la verdad no tenía interés en saber nada, pero así era ella...
Mientras tanto en las montañas, a varios kilómetros de Seattle.
—Vamos hombre, la fiesta seguro que estará buenísima.
—JB te he dicho que no me interesa, tengo mejores cosas que hacer.
—¿Cómo qué?
—Soy el hijo del alfa ¿recuerdas? Mi padre estará fuera por algunos días, tengo que hacerme cargo de algunas cosas.
—De acuerdo, no digo más. Es increíble que me dejes ir solo hermano. Dijo decepcionado mientras caminaban de regreso a casa.
—¿A dónde piensan ir ustedes dos?
Los jóvenes voltearon para ver a una chica muy menuda, de estatura promedio, cabello negro, sus ojos eran como los de un gato, su cuerpo estaba bien formado para tener apenas cien años. Iba vestida con el uniforme del colegio, una falda marrón de pliegues gruesos dejando al descubierto gran parte de sus piernas, en conjunto con una camisa blanca tres cuartos. La falda tenía unos tirantes de cruzaban por su camisa, mientras que usaba zapatos negros con tacón bajo, medias blancas altas.
—Hola hermanita. Dijo Ethan iluminándose el rostro, su hermana era muy parecida a él, por lo que era muy celoso.
Ella se acercó a él corriendo, para abrazarlo como si nunca se hubieran visto.
—Hola tonto.
—¿Qué haces aquí pequeña?
—Sé que esta es la ruta que siempre tomas así que decidí encontrarte para regresar juntos a casa, ¡ah, hola JB!
Le dijo al joven sin muchos ánimos, con tanta indiferencia que Ethan se sorprendió.
—Que tal Megan. Ella ni lo miro, solo tenía ojos para su hermano.
—Bueno ya que estas aquí vamos a casa.
—¿Piensas salir esta noche? Papá no está en casa
—A ningún lado, me quedare contigo.
Los hermanos vivían con su padre el alfa, su madre había sido brutalmente asesinada por los lobos salvajes cuando tomo un atajo al regresar a casa, estaba sola, era una loba fuerte pero habían sido muchos lobos la que la atacaron.
Para cuando la encontraron aún seguía con vida, la matriarca hizo todo lo posible por salvarla pero no paso la noche. Desde entonces nunca dejaba a Megan andar sola por el bosque, sabía que apenas llevaba un año de que se había transformado. Le había dicho que su loba se llamaba Clara y que era muy fuerte y valiente. Pero no se confiaba, apenas era una cachorra, una presa fácil.
—Me alegra oír eso, tienes responsabilidades, no es para que estés saliendo de fiestas. Dijo mirando de reojo a JB.
—Tranquila. Le dijo su hermano abrazándola por los hombros mientras reía.
—Creo que me iré a casa Ethan.
—¿Por qué? Dijiste que estarías en casa un rato.
—Hmm… Miro un momento a Megan que lo miraba con odio—Mejor nos vemos mañana.
—Si Ethan, no ves que tiene prisas por salir corriendo a su fiesta. Exclamo Megan con sarcasmo.
—¡Como quieras! Ambos se dieron la mano, Ethan observo como se marchaba JB convirtiéndose en lobo y desapareciendo por un camino que lo conducía a su casa.
Ellos vivían un poco lejos, pero a la vez no tanto como para que se transformara. Cualquier lobo lo hacía cuando estaba en peligro, cuando necesitaban llegar rápido algún lugar, cuando el estrés es muy grande y necesitan botar toda esa energía, o, era graciosa esta parte pero, muchas veces lo hacían para lucirse delante de una chica, demostrar su poder como un macho. Miro a su hermana que también estaba viendo en la misma dirección.
—Debes dejar de molestar a JB.
—Lo siento sí, pero me parece una persona muy irresponsable.
—Es joven aún.
—Ustedes dos tienen la misma edad, y tú ya eres mucho más maduro. Además es el hijo del Beta ¿porque no se comporta como tal? Dijo haciendo un puchero.
—Es su forma de ser, en algún momento tomara las riendas.
Él no podía decir mucho, ya que también hacia cosas muy imprudentes que no eran dignas de un futuro alfa. Como bajar sin permiso al pueblo, e interactuar con los humanos ordinarios.
—Pues ya debería ir pensando hacerlo, en un par de años ambos tomaran los trabajos de los líderes. No podemos depender de un Beta fiestero.
—Si,, tienes razón, descuida, él ya sabe cuál es su deber. Por eso disfruta ahora que puede.
—¿Por qué lo defiendes tanto?
—¿Por qué lo odias tanto? Sabes que es mi mejor amigo.
—Eso no tiene nada que ver.
Su hermana podía llegar a ser muy malcriada cuando se lo proponía, siempre estaba metiéndose con JB, bueno de hecho desde que se transformó lo molestaba aún mas ¿acaso a ella gustaba de él?
Era muy normal que pasara además, él era el hijo de un Beta era más que posible. Pero si fuera el caso ya se lo hubiera dicho ya que ella le contaba todo lo referente a su vida. Lo único que no le había dicho era si había encontrado a su mate, ya tenía mucho tiempo quizás era JB y no ha querido decirle porque eran amigos.
—Oye, ¿aún no has encontrado a tu mate?
—¿Qué pregunta es esa?
—No me respondas con otra pregunta.
—Eso no es tu problema.
—Pensé que me decías todo de tu vida.
—Ya vez que no todo.
Subió corriendo al piso superior con pasos fuertes, era muy obstinada, se parecía a su madre.
—“Déjala en paz”. Le dijo su lobo.
—“Es mi hermana me preocupo”.
—“Te recuerdo que también es la mía, pero no por ello hay que abrumarla”.
—“¿No te parece raro que odie a JB?”.
—“Si pero recuerda que él es un tanto irresponsable, Megan solo quiere que seas un buen líder para la manada”.
—“Lo sé, yo también quiero serlo”.
Dom era el nombre de su lobo uno muy sabio, y todo aquello se debía a que este le había confesado que él era el lobo de uno de sus ancestros. Un gran guerrero y buen alfa, lo había elegido a él porque vio un gran valor en su corazón no le temía a nada y que estaría dispuesto a dar la vida por su manada.
—“Y lo serás Ethan, solo debes seguir tus instintos”.
—“Eso intento pero, para lo que deseo no ha funcionado”.
—“Pero dará buenos resultados”.
Su lobo era totalmente color negro azabache, era fuerte, astuto y siempre lo guiaba por el camino correcto. Ambos conectaron al momento de su transformación, para cuando este le confeso la verdad le hizo prometer que no se lo contaría a nadie, incluyendo su nombre. Y así lo había hecho por todos esos años.
Una vez en casa, detrás del sofá de su padre dentro del despacho el que pronto seria suyo. Hojeaba unos documentos que trataban de la unión de la manada Luna Azul y la manada Lobos Blancos.
Al parecer habían sido atacados por sorpresa por una banda de lobos salvajes, asesinando a su alfa en el proceso, juntos con una gran cantidad de lobos mayores. Los invasores conocían muy bien donde se encontraba el viejo convaleciente por tal razón pudieron acabarlo en su forma humana. Para mala suerte de su manada no tuvo hijos varones, solo una hija y aun no se había transformado en loba, por tanto no podía tomar el puesto de su padre. Por tal motivo el concejo de ancianos decreto que lo mejor era que las dos manadas se unieran estando al mando de un solo alfa, ya que los territorios de ambos estaban muy cerca.Su padre el alfa Marcus Dallas no estaba muy convencido por tal fusión, los lobos blancos eran conocidos por ser nada respetuosos y racistas, se creían mucho por el simple hecho de que todos los integrantes de esa familia eran de un mismo color. Pero a pesar de sus protes
Quizás hubiera sido mejor llegar tarde, además estaba oscuro con algunos contenedores verdes desperdigando basura, había muchos charcos con agua sucia y esos agujeros tan molestos que le impedían caminar con rapidez. Pero fuera de eso, seguía escuchando los pasos muy cerca así que correr era su mejor opción.Pero lo había pensado muy tarde, ya que un fuerte brazo la tomo por la cintura mientras una mano grande cubría sus labios. Su agresor estaba de espalda por ende no podía identificarlo y eso la asustaba aún más, pataleo e intento arañarlo pero de nada le sirvió. El misterioso atacante la golpeo contra la pared un poco mohosa para poder tener mejor dominio de ella, y al fin, pudo ver su rostro. Estaba pálida y muerta del pánico al observar al sujeto que la estuvo siguiendo.¡Derek! Su mente respondió.
El hombre que había subido hacia unos minutos hablaba en secreto con su mano derecha, con cara muy seria. A los minutos este salió de la casa lo más rápido que sus piernas le daban.—Escúchame Ethan, esto no es buena idea, traerla a nuestro territorio es la peor de todas. Simplemente su olor llamara la atención, está sangrando a mares.—JB, por favor me estas poniendo nervioso, ya tengo bastante con lo que está pasando.—Debiste dejarla en el pueblo, en un hospital con los humanos para que la atendieran. Después podrías haber ido por ella.—¿Dejarías a tu pareja morir?—Es distinto, ella es una loba.Su amigo no respondió, había perdido la razón metiendo a esa humana a la montaña. Sus padres no estarían nada contentos. Llegaron a una pequ
Ella sonrió de medio lado. Le encantaba los mimos de su hermano a pesar de que a veces la molestaba un poco. Que le dijera pequeña lobita significaba que estaba de buen humor. Ella lo abrazo por la cintura fundiéndose ambos en un tierno abrazo de hermanos.—Debo irme ya, no es necesario que JB me acompañe es más seguro que se quede contigo.—Ni hablar, te llevara a casa. Ella suspiro por su demanda.—¿Dónde la encontraste? Dijo señalando la cabaña a su espalda.—En el pueblo, un imbécil la pretendía violar en un callejón solitario. Lo encontré golpeándola así que lo deje inconsciente y la traje aquí.—Pobre chica. Estas en problemas hermano, quebraste la orden de papá. Suspiro profundo. —Me marcho.JB apareció detrás d
La suplica y las lágrimas en los ojos de ella le partieron el corazón al lobo, el amor que sentía por su hermana era muy grande, como el de él por Megan. Tenía que hacer algo por la pequeña y lo único que se le ocurría era traerla a la manada.—Yo la traeré aquí Shery te lo prometo.Ella volvió a quedarse dormida después de haber oído las últimas palabras del chico que estaba parado frente de ella. No supo más de nada, todo se volvió oscuro a su alrededor. Ethan la vio quedar inconsciente, más no podía hacer más por ella estaba muy lastimada, quizás esa noche no iba a poder llevarla a casa después de todo. Chasqueo la lengua por aquel inconveniente, ahora se le sumaba otro problema y ese era encontrar a la hermana de Shery ¿Cómo rayos la iba a locali
Ella lo miraba con los ojos abiertos mientras asentía con la cabeza. Si le llevaba la contraria su agresividad saldría a la luz nuevamente y la verdad es que su mejilla no soportaría otro golpe. Con el que tenía ya era más que suficiente, porque le ardía como el fuego.—Y ya que estas encubriendo a tu perra hermana, limpiaras toda la casa tú sola.Vio cómo su papá se encamino hasta las escaleras para desaparecer de su vista. Ella se giró para observar de nuevo el cuarto, si su padre hablaba en serio sobre Daren entonces lo que estaba viendo era la prueba de ello. Había tantas manchas de sangre que asumió que alguien había muerto allí, o al menos lo habían lastimado mucho. Se puso las manos en la boca para aguantar los sollozos. Las cosas no estaban saliendo bien, entro en la habitación resignada para limpiar todo e
—Shery ¿dónde has estado metida?—Te explico luego, ahora ayúdame a subir.—Si claro vamos. ¡Mierda estas hecho un asco!La subida había sido tan difícil como hacer el recorrido del bosque hasta la casa y solo con unos calcetines rosa. Pero lo lograron a duras penas, Eve estaba muy preocupada su expresión era muy obvio. Pero permanecía en silencio mientras le quitaba las prendas de ropa mojadas y al cubría con una manta seca. Acumulo toda la ropa húmeda en el baño y le busco un camisón limpio.—Gracias me estaba congelando. Me llevo mucho tiempo llegar hasta aquí.—¿De dónde vienes? ¿Qué te ha pasado?—Muchas cosas Eve.&n
—Eve quiero que hagas esa maleta ahora mismo, nos vamos antes del alba.—¿Pero a dónde? Si no tenemos dinero.—A dónde iremos no necesitaremos dinero o eso espero.—¿Qué lugar es ese?—Donde me llevo aquel joven que me salvo.—¿Qué?—Shh… No grites Eve, lo mejor es que hablemos en voz muy baja.—Está bien, confiare en ti ¿tienes hambre?—¿Tienes comida?—Sí, esta mañana encontré una caja pizza nueva sin tocar y guarde algunas porciones aquí. Lo siento esta fría y dura.—No importa, es mejor que nada.Comió vorazmente los trozos de pizza, su hermana le dedico una sonrisa cálida que aunque ella no lo supiera la calmaba.