La suplica y las lágrimas en los ojos de ella le partieron el corazón al lobo, el amor que sentía por su hermana era muy grande, como el de él por Megan. Tenía que hacer algo por la pequeña y lo único que se le ocurría era traerla a la manada.
—Yo la traeré aquí Shery te lo prometo.
Ella volvió a quedarse dormida después de haber oído las últimas palabras del chico que estaba parado frente de ella. No supo más de nada, todo se volvió oscuro a su alrededor.
Ethan la vio quedar inconsciente, más no podía hacer más por ella estaba muy lastimada, quizás esa noche no iba a poder llevarla a casa después de todo.
Chasqueo la lengua por aquel inconveniente, ahora se le sumaba otro problema y ese era encontrar a la hermana de Shery ¿Cómo rayos la iba a locali
Ella lo miraba con los ojos abiertos mientras asentía con la cabeza. Si le llevaba la contraria su agresividad saldría a la luz nuevamente y la verdad es que su mejilla no soportaría otro golpe. Con el que tenía ya era más que suficiente, porque le ardía como el fuego.—Y ya que estas encubriendo a tu perra hermana, limpiaras toda la casa tú sola.Vio cómo su papá se encamino hasta las escaleras para desaparecer de su vista. Ella se giró para observar de nuevo el cuarto, si su padre hablaba en serio sobre Daren entonces lo que estaba viendo era la prueba de ello. Había tantas manchas de sangre que asumió que alguien había muerto allí, o al menos lo habían lastimado mucho. Se puso las manos en la boca para aguantar los sollozos. Las cosas no estaban saliendo bien, entro en la habitación resignada para limpiar todo e
—Shery ¿dónde has estado metida?—Te explico luego, ahora ayúdame a subir.—Si claro vamos. ¡Mierda estas hecho un asco!La subida había sido tan difícil como hacer el recorrido del bosque hasta la casa y solo con unos calcetines rosa. Pero lo lograron a duras penas, Eve estaba muy preocupada su expresión era muy obvio. Pero permanecía en silencio mientras le quitaba las prendas de ropa mojadas y al cubría con una manta seca. Acumulo toda la ropa húmeda en el baño y le busco un camisón limpio.—Gracias me estaba congelando. Me llevo mucho tiempo llegar hasta aquí.—¿De dónde vienes? ¿Qué te ha pasado?—Muchas cosas Eve.&n
—Eve quiero que hagas esa maleta ahora mismo, nos vamos antes del alba.—¿Pero a dónde? Si no tenemos dinero.—A dónde iremos no necesitaremos dinero o eso espero.—¿Qué lugar es ese?—Donde me llevo aquel joven que me salvo.—¿Qué?—Shh… No grites Eve, lo mejor es que hablemos en voz muy baja.—Está bien, confiare en ti ¿tienes hambre?—¿Tienes comida?—Sí, esta mañana encontré una caja pizza nueva sin tocar y guarde algunas porciones aquí. Lo siento esta fría y dura.—No importa, es mejor que nada.Comió vorazmente los trozos de pizza, su hermana le dedico una sonrisa cálida que aunque ella no lo supiera la calmaba.
—Muy bien, está decidido mañana partimos antes del alba a mis dominios. La vos de Marcus Dallas era fuerte y ronca en la sala de reuniones del territorio de los Lobos Blancos.—Es un viaje un poco forzado teniendo en cuenta que la mayoría de los viajeros son cachorros y mujeres señor Dallas ¿ha pensado en eso? Porque yo sí, son mi gente y me preocupo por ellos. Le decía una pequeña chica de increíbles ojos azules y cabello plateado.—Claro que he pensado en ellos, es por eso que iremos en forma de humanos. Para no forzar a nadie, algunos irán transformados para nuestra protección.—Le advierto que nos costara mucho integrarnos a su manada señor Dallas. Decía con ímpetu.—Princesa Deysi, debe dirigirse como su alfa, ya ha firmado el acuerdo. Le dijo el Beta de Marcus.—
Ethan volvió a su estado de humano, el problema era que no tenía ropa encima. Se las tenía que apañar, y Shery también. La podía oír conversar con alguien más, quizás la hermana la que vio la noche anterior. Se armó de valor y abrió el paso hasta el otro lado, salió detrás de unos arbustos que ocultaban la entrada y salida a cualquier lobo perteneciente a la manada Luna Azul. Y al hacerlo se vio cara a cara con ella. Más Shery al verlo, más que asustada estaba era sorprendida. Se vieron a los ojos por unos segundos, para después el notar que ella lo estaba observando cuerpo entero. —¡Pero que rayos! Su hermana grito detrás de ella. Rompiendo con el hechizo de ella y el. —Shery aléjate de ese hombre. Eve había tomado una roca grande amenazando al extraño desnudo.—No es
—¡Al fin despiertas! Eres una dormilona. Escucho la voz de su hermana cerca de ella, giro un poco su cuerpo para poder verla.—Hola. ¿Cuánto dormí?—La verdad todo el día, ni te moviste para nada. Me preocupo la idea que no te despertaras para tomar agua.—Ahora si quiero un poco de agua. ¿Qué es ese olor? ¿Estás cocinando?—Sí, ya cayó la noche debemos cenar algo.—¿De dónde sacaste la comida? ¿Dónde está Ethan?—¡Tú chico apuesto! Se fue, dijo que regresaría más tarde. El trajo comida y otras cosas más, es buena gente.—¿Ya son los mejores amigos? Y no es mi chico.—Bueno parece que tú eres su chica, le gustas. Y sí, me cae muy bien. A
Ella lo miro con ese tipo de mirada de que no confiaba en él, y nunca lo haría. Pero no tenía más remedio. El camino era largo y aburrido, y sin hablar con nadie sería un infierno. Todo el mundo estaba ocupado vigilando o en sus asuntos, así que si el Alfa quería saber la historia podría contarle un poco de ella. Total, era una historia de hace muchos años nadie podría saber si era falsa o real. —Bueno le contare lo que se, a mi padre no le dio mucho tiempo contarme todas las historias de mis antepasados. Dijo con pesar.—Está bien, solo dime lo que sepas.—Hace muchísimos años atrás mucho antes de yo llegar a este mundo, en mi aldea vivía una loba solitaria, se decía que ella nunca había encontrado a su pareja por lo tanto no se había unido a nadie por el simple hecho de esperar a su mate
—Debemos parar.—Me parece una buena idea. Dijo la albina.—Dígale a su gente, yo hablare con los míos.—Creí que todos éramos su gente señor Dallas. Le menciono con desdén.—Y así es, pero por ahora no me hacen caso. Pero una vez que estén en mis dominios todos y cada uno de ustedes me obedecerán.Ella lo miro con la frente en alto, para luego girarse sobre sus talones y reunirse con las mujeres y los niños.—¿Qué crees de esa historia? Pregunto Seus.—Me parece muy creíble.—Sí, pensé lo mismo. ¿Con que estamos luchando?—No lo sé. Pero es peligroso, y estas mujeres albinas están en peligro.—¿Crees que esa matanza era para llevar