Tenía que salir a trabajar temprano y sin poder dormir nada, sabía que le costaría mucho llevar el ritmo en la cafetería, suspiro profundo. De pronto alguien movió el pomo plateado de su puerta, la puso en alerta y de inmediato Eve se despertó.
—Tranquila con esa silla trabando la puerta no podrán abrir.
—Pero ¿Y si entran?
—Tendremos que saltar por la ventana.
Cada vez estremecían más la puerta, definitivamente querían entrar ¿Seria Daren? Escucho una voz gruesa y fuerte detrás de esta.
—Imbécil ¿Qué demonios haces aquí?
—Señor Daren estoy buscando el baño.
—Miserable borracho, el baño esta abajo. Si te veo de nuevo cerca de esta puerta te cortare las manos.
—Sí señor.
—Sé que estas despierta Shery, nadie entrara en esta habitación a menos que sea yo.
Le daba miedo ese hombre, estaba empeñado en tenerlas solo para él, pero estaba equivocado si creía que se saldría con la suya. Ella no respondió.
—Bueno me iré a divertir, si deseas bajar estaré esperándote, tu padre esta ahogado en alcohol así que ni se enterara.
Como siempre su papá de inútil, no se podía contar con él en esos momentos.
—Shery, ese hombre está loco.
—Al menos nadie entrara en la habitación.
—Pero si Daren quiere hacerlo, lo hará.
—Ya lo hubiera hecho, no sé porque, pero algo está tramando.
—Claro, que yo cumpla una edad prudente.
—Aún falta mucho para eso, Eve.
—Debe tener algún trato sucio con papá estoy segura.
—Creo que no podré dormir más.
—Inténtalo por favor, yo haré lo mismo. Dijo la menor.
Ahora que sabía que nadie entrara, excepto el bastardo de Daren podía intentar dormir un poco y falta que le hacía.
A la mañana siguiente la casa olía fatal y se veía peor que todas las veces anteriores. ¡Por el amor del cielo! Que habían hecho, tantas cosas rotas que no sabía si valía la pena limpiar o destruir la casa.
—Esta del asco esta casa, no creo que podamos limpiar todo en dos horas.
—Debemos hacerlo, necesito irme a trabajar.
Comenzaron a recoger con bolsas negras en las manos todo lo que requería que no servía para nada como los vasos, platos, botellas, colillas de cigarrillos y no podían faltar los preservativos. Asearon lo mejor que pudieron, se alistaron y salieron de la casa. Eve pasaría el día en una biblioteca mientras ella trabajaba.
Al llegar la noche, se sorprendieron porque los amigos de su padre habían llegado antes de tiempo, y tenían toda una fiesta armada. Tanto que les había costado limpiar esa casa, daba gracias ya que los domingos eran los únicos días que no hacían fiestas.
—Entraremos rápido, no pasa nada. Dijo Shery.
Y así fue, pero no fueron tan veloces como esperaban. Daren justamente estaba sentado al pie de las escaleras con una morena la cual estaba siendo manoseada. Ambas hermanas se quedaron de pie en el marco de la puerta sin saber qué hacer, las escaleras eran el único acceso para subir a su habitación.
—Que sorpresa tan agradable, mis mujeres han llegado a casa.
—Si nos disculpa queremos irnos a dormir.
—¿Tan pronto? Dijo despachando a la mujer que tenía al lado, sin antes que esta la mirara de pie a cabeza de forma despreciable.
—Estamos cansadas y ustedes ocupados.
—Porque no dejes que tu hermana suba y tú y yo conversamos un rato, tengo algunos asuntos que hablar contigo.
Eve la tomo del brazo, podía oír el latir de su corazón acelerado. Ni loca iría hablar con ese tipo a solas, estaba demente y su sonrisa le daba escalofríos.
—No tenemos nada de qué hablar, con quien debe conversar es con mi papá.
—Lo que te voy a decir te interesa mucho, creo que es mejor que lo oigas.
—No estoy…
—Hablaremos maldición, así que dile a tu preciosa hermana que suba.
Se levantó de las escaleras, esa noche llevaba puesto un saco y pantalones de vestir del mismo juego.
—Eve sube y cierra la puerta te prometo que subiré en unos minutos.
—No Shery no puedo dejarte sola, tú me dijiste que no debíamos separarnos.
—Te dije que no cuestiones mis decisiones, sube, ahora te alcanzo.
Subió molesta las escaleras con lágrimas en los ojos, luego miro a Daren que la miraba complacido por obedecerlo, presentía que nada bueno iba a salir de aquella charla. Estaba atemorizada, no sabía a qué atenerse, pero si no aceptaba, ese hombre podría ponerse furioso y abusar de las dos así sin más.
Y con ese tamaño que se gastaba no lo ponía en duda. La condujo hasta una habitación que anteriormente funcionaba como despacho, pero la verdad es que no había tantos muebles ya que su padre se encargó de venderlo todo. Lo único que había quedado era un pequeño sofá marrón muy manchado, que en ese momento estaba ocupado por una pareja de borrachos.
—Ustedes dos fuera de aquí.
—Si patrón.
—Muy bien, puedes sentarte lindura.
—Prefiero quedarme de pie. Miro el sofá con asco, siempre limpiaban todo antes de poder usarlo. Pero ese mueble jamás lo volvieron a usar.
—¿Te da asco? Ríe él.
—La verdad es que sí.
—Muy bien, entonces hablemos de pie. Hay algo que tu padre no te ha contado, nosotros teníamos un pequeño negocio juntos, algo tonto de hecho, pero que al final él lo hecho a perder.
Aquello no le estaba gustando, su papá le debía plata a ese hombre no se quería ni imaginar que era lo que quería a cambio.
—El hecho es que... él me quedo debiendo algo de dinero mi querida Shery y tenía que pagarme.
Ella dio dos pasos hacia atrás, lo sabía, el bastardo de su padre le había pagado la deuda con sus hijas, que miserable hombre.
—No huyas princesa. Ríe —El me pago con esta casa, así que como veras yo soy el nuevo dueño. Dijo dando dos pasos hacia ella.
—¿Qué hizo qué? Pregunto tapándose la boca con las manos.
—Descuida, no pienso echarte a la calle ni mucho menos a tu hermana. Como ya debes de imaginar ustedes serán mis mujeres.
—¡Nosotras no somos de tu propiedad!
—Claro que sí lo son, y más les vale que no intenten huir de mí, porque las encontrare.
No iban a poder alargar más su estadía en esa casa, debían irse pero ya. Y seguir viviendo en Seattle ya no era una opción. Tenían que abandonarlo todo, o sino, serían las esclavas de Daren por siempre.
Él se aproximó tanto a ella que la arrincono contra la pared, todo su cuerpo temblaba de miedo pero no podía demostrar que lo tenía. Él puso las manos alrededor de su cintura para luego meterse en el hueco de su cuello, aspirando su aroma.
—He esperado tanto por ti Shery, tu virginidad es un gran trofeo para mí, ¿Sabes que las vírgenes son mi debilidad? Susurro.—Por favor no hagas esto. Dijo casi en suplica.—Pero pasara, ya te lo dije tú y tu hermana serán mías.—Déjanos en paz, nosotras no tenemos nada que ver con nuestro padre.—Eso ya lo sé, y es por eso que me gustas tanto. Tu hermana solo será un pasatiempo.Seguía oliéndola como si fuera un perro, subía hasta su oreja mientras le hablaba en silencio. Sentía mucho asco y desprecio, ella apenas era una niña para él.—Ya tienes muchas mujeres, para que querer a un par de inexpertas.—Ustedes serán mis preferidas, nadie las tocara excepto yo.Las manos de él bajaron hasta sus
—De verdad era un chico demasiado guapo Sher…—Eve por favor, nosotras no estamos para chicos.—Claro que sí, ¿acaso no quieres casarte? ¿Tener hijos? ¿Formar familia con un buen hombre?—Por supuesto que sí, pero ahora no tenemos tiempo para eso, no con tantos problemas.—Lo que pasa es que no has conocido al chico correcto, pero cuando eso pase ya verás de lo que hablo.Era cómico, hablaba como si tuviera mucha experiencia en el amor. Ella podía decirle algunas cosas acerca del amor y la realidad es que era demasiado doloroso, lastimaba como nunca. Simplemente había conocido un chico en el parque que flirteaba con ella y ya por eso se creía que el amor era hermoso. Nunca había experimentado el amor de verdad, sus propios padres jamás se lo dieron cuando era
Al parecer habían sido atacados por sorpresa por una banda de lobos salvajes, asesinando a su alfa en el proceso, juntos con una gran cantidad de lobos mayores. Los invasores conocían muy bien donde se encontraba el viejo convaleciente por tal razón pudieron acabarlo en su forma humana. Para mala suerte de su manada no tuvo hijos varones, solo una hija y aun no se había transformado en loba, por tanto no podía tomar el puesto de su padre. Por tal motivo el concejo de ancianos decreto que lo mejor era que las dos manadas se unieran estando al mando de un solo alfa, ya que los territorios de ambos estaban muy cerca.Su padre el alfa Marcus Dallas no estaba muy convencido por tal fusión, los lobos blancos eran conocidos por ser nada respetuosos y racistas, se creían mucho por el simple hecho de que todos los integrantes de esa familia eran de un mismo color. Pero a pesar de sus protes
Quizás hubiera sido mejor llegar tarde, además estaba oscuro con algunos contenedores verdes desperdigando basura, había muchos charcos con agua sucia y esos agujeros tan molestos que le impedían caminar con rapidez. Pero fuera de eso, seguía escuchando los pasos muy cerca así que correr era su mejor opción.Pero lo había pensado muy tarde, ya que un fuerte brazo la tomo por la cintura mientras una mano grande cubría sus labios. Su agresor estaba de espalda por ende no podía identificarlo y eso la asustaba aún más, pataleo e intento arañarlo pero de nada le sirvió. El misterioso atacante la golpeo contra la pared un poco mohosa para poder tener mejor dominio de ella, y al fin, pudo ver su rostro. Estaba pálida y muerta del pánico al observar al sujeto que la estuvo siguiendo.¡Derek! Su mente respondió.
El hombre que había subido hacia unos minutos hablaba en secreto con su mano derecha, con cara muy seria. A los minutos este salió de la casa lo más rápido que sus piernas le daban.—Escúchame Ethan, esto no es buena idea, traerla a nuestro territorio es la peor de todas. Simplemente su olor llamara la atención, está sangrando a mares.—JB, por favor me estas poniendo nervioso, ya tengo bastante con lo que está pasando.—Debiste dejarla en el pueblo, en un hospital con los humanos para que la atendieran. Después podrías haber ido por ella.—¿Dejarías a tu pareja morir?—Es distinto, ella es una loba.Su amigo no respondió, había perdido la razón metiendo a esa humana a la montaña. Sus padres no estarían nada contentos. Llegaron a una pequ
Ella sonrió de medio lado. Le encantaba los mimos de su hermano a pesar de que a veces la molestaba un poco. Que le dijera pequeña lobita significaba que estaba de buen humor. Ella lo abrazo por la cintura fundiéndose ambos en un tierno abrazo de hermanos.—Debo irme ya, no es necesario que JB me acompañe es más seguro que se quede contigo.—Ni hablar, te llevara a casa. Ella suspiro por su demanda.—¿Dónde la encontraste? Dijo señalando la cabaña a su espalda.—En el pueblo, un imbécil la pretendía violar en un callejón solitario. Lo encontré golpeándola así que lo deje inconsciente y la traje aquí.—Pobre chica. Estas en problemas hermano, quebraste la orden de papá. Suspiro profundo. —Me marcho.JB apareció detrás d
La suplica y las lágrimas en los ojos de ella le partieron el corazón al lobo, el amor que sentía por su hermana era muy grande, como el de él por Megan. Tenía que hacer algo por la pequeña y lo único que se le ocurría era traerla a la manada.—Yo la traeré aquí Shery te lo prometo.Ella volvió a quedarse dormida después de haber oído las últimas palabras del chico que estaba parado frente de ella. No supo más de nada, todo se volvió oscuro a su alrededor. Ethan la vio quedar inconsciente, más no podía hacer más por ella estaba muy lastimada, quizás esa noche no iba a poder llevarla a casa después de todo. Chasqueo la lengua por aquel inconveniente, ahora se le sumaba otro problema y ese era encontrar a la hermana de Shery ¿Cómo rayos la iba a locali
Ella lo miraba con los ojos abiertos mientras asentía con la cabeza. Si le llevaba la contraria su agresividad saldría a la luz nuevamente y la verdad es que su mejilla no soportaría otro golpe. Con el que tenía ya era más que suficiente, porque le ardía como el fuego.—Y ya que estas encubriendo a tu perra hermana, limpiaras toda la casa tú sola.Vio cómo su papá se encamino hasta las escaleras para desaparecer de su vista. Ella se giró para observar de nuevo el cuarto, si su padre hablaba en serio sobre Daren entonces lo que estaba viendo era la prueba de ello. Había tantas manchas de sangre que asumió que alguien había muerto allí, o al menos lo habían lastimado mucho. Se puso las manos en la boca para aguantar los sollozos. Las cosas no estaban saliendo bien, entro en la habitación resignada para limpiar todo e