Sintió los cálidos brazos de su hermanita alrededor de su cintura, ella era su único apoyo, la única a la que podría decirle familia. Pero su corazón pedía mucho más.
—Todo estará bien, recuerda que pronto nos iremos de aquí.
Ella lo creía así, pero a la vez sentía temor porque ¿y si su padre las buscaba? Las golpearía tanto que sería capaz de matarlas.
—Vamos a limpiar todo este desorden, la ducha tendrá que esperar. Le respondió al final Shery.
Las chicas se pusieron manos a la obra, aún mojadas, muertas del frío y del hambre. Pero si no lo hacían su padre se volvería un ogro y ya bastante que estaba furioso, cuando se encerraba en su habitación era para una sola cosa y no era nada saludable lo que allí hacía.
El único cuarto de la casa que estaba prohibido limpiar y entrar era el de él, debía de estar del asco pensó Shery. Al fin, después de unas dos horas de aseo, agotadas recogieron sus mochilas, cuando se disponían a subir las escaleras tocaron el timbre, ambas se miraron a la cara porque ya sabían quiénes eran.
Esperaron un momento para ver si su padre salía a recibir a sus invitados pero nada, las hermanas Loon odiaban cuando les tocaba alguna de ellas tener que abrir la puerta, ya que los tipos que solían llegar eran tremendamente asquerosos, pervertidos y muy mañosos queriéndolas tocar.
—Abran esa maldita puerta, están sordas.
—Voy yo. Descuida Eve tu sube al cuarto.
—No voy a dejarte sola.
Su hermana puso los ojos en blanco, Eve era muy testaruda. Bajo y abrió la puerta, una manada de hombres grandes, y algunos jóvenes y muy pocos mayores entraron en la casa con una sonrisa lasciva dirigidas a ellas dos.
—Mi papá bajara en un momento. Fue lo único que dijo alejándose de la multitud.
—Espera pequeña, porque no nos acompañas esta noche. Ya no eres una cría, estas muy buena.
—No gracias, tengo que dormir.
—¡Oh vamos! Mañana es sábado no hay clases. Además a tu padre no le importara que sus hijas se integren a la fiesta.
Vio como Eve abría los ojos muy asustada. Sujetaba el borde de las escaleras con mucha fuerza, jamás permitiría que la tocasen.
—Ya ustedes tienen mucha compañía femenina, si me disculpa. Pero este la tomo del brazo.
—Yo no he terminado de hablar. Te cuento que ellas no son valiosas para mí, pero una como tú o tu hermana sí que lo es.
—No tenemos nada de valioso que le pueda interesar.
—No intentes engañarme. Le susurro en el oído—Sé que las dos son vírgenes, y eso para mí es un gran premio.
¡Mierda! Este tipo era muy astuto y peligroso. Daren era el jefe de su padre, no sabía qué tipo de trabajos tenían en común pero sospechaba que se trataba de drogas, y no le gustaba la forma en las miraba.
Él era un tipo grande y musculoso, como si se la pasara las veinticuatro horas haciendo ejercicio, las facciones de su cara eran como las de un modelo pero muy marcadas, por la clase de vida que llevaba. A sus cuarenta y tantos años solamente aparentaba unos treinta y tantos, era un hombre bien conservado e impecable, sus ojos verdes brillantes eran amenazadores e intimidantes, causándole escalofríos cada vez que lo veía.
—No sé de qué hablar señor, creo que mi papá ha dejado en claro que eso no es así.
—Tu padre es un completo idiota, pero tranquila este secretico es solo para mí, ya que pretendo disfrutarlo solo yo.
Ella se soltó de su agarre y salió corriendo, tomando a su hermana de la mano arrastrándola hasta su habitación. Las cosas se estaban poniendo de mal en peor, Daren nunca se había mostrado así. Una vez encerradas con llave, se sienta en la cama para pensar.
—¿Qué rayos paso? ¿Qué te dijo ese tipo?
—Eve debemos irnos pronto de aquí, ya no estamos tan seguras.
—¿De qué hablas? Escucharon que prendían la música a todo volumen, al menos tenían más privacidad para hablar.
—Ese tipo nos tiene el ojo puesto, debemos cuidarnos y no separarnos por nada en el mundo.
—¿Qué te dijo Shery?
—Quiere hacernos cosas feas.
—¿Qué tipo de cosas? Le temblaba la voz a su pobre hermana.
—Tranquila, yo te sacare de aquí antes de que eso pase.
—Pero si no tenemos dinero, ¿A dónde iremos?
—Tendremos que irnos con lo que tememos.
Debajo de la cama había un pequeño escondite que Shery había fabricado, perfecto para guardar todo el dinero que había juntado de su trabajo. No podía llevarlo al colegio ya que era acosada casi siempre no se iba arriesgar a que se lo robaran, busco y saco un sobre blanco, su hermana la miraba curiosa.
—¿Cuándo has hecho eso? Si papá se entera que rompiste el piso se molestara.
—Me importa un bledo que lo sepa, tu y yo no estaremos aquí para ese entonces.
Conto el dinero despacio para no equivocarse, y supo que no era suficiente, quizás para rentar un cuarto por algunas semanas pero, ¿y los gastos de comida?, ¿del colegio? Tendría que dejar de estudiar y buscar un empleo de turno completo mientras Eve estudiaba. Tal vez su hermana no aceptara que dejara los estudios pero todo era para salvar sus vidas.
—Tenemos muy poco, la única forma es que yo deje de estudiar y trabaje turnos completos ganaría más y no tendríamos de que preocuparnos.
—¿Estás loca? No puedes dejar de estudiar no lo voy a consentir.
—Eve, esto es de vida o muerte, si seguimos aquí seremos violadas y nadie nos va ayudar.
—¿Violadas? Ella abrió mucho los ojos, las lágrimas eran aún más gruesas que hace un rato.
Odiaba tener que decirles aquellas palabras tan duras, apenas era una niña, pero era mejor prevenirla a que se opusiera a todas sus decisiones.
—Eso fue lo que me dijo Daren, así que no quiero que cuestiones todo lo que te diga que haremos ¿ok?
Ella asintió con la cabeza, se limpiaba las lágrimas ya estaba roja como un tomate. Necesitaba que se duchara para que descansara.
Esa noche Shery observaba a su hermana dormir, le pidió que lo hiciera en su propia cama. Al contrario que ella, no podía pegar ojo. La música en la parte de abajo cada vez era más molesta y algunos hombres subieron con mujeres a la recamara vacía de Eve haciendo ruidos grotescos. Su casa se había convertido prácticamente en un burdel ¿Qué le ocurría a su padre? ¿Por qué siempre permitía todo eso?
Tenía que salir a trabajar temprano y sin poder dormir nada, sabía que le costaría mucho llevar el ritmo en la cafetería, suspiro profundo. De pronto alguien movió el pomo plateado de su puerta, la puso en alerta y de inmediato Eve se despertó.—Tranquila con esa silla trabando la puerta no podrán abrir.—Pero ¿Y si entran?—Tendremos que saltar por la ventana.Cada vez estremecían más la puerta, definitivamente querían entrar ¿Seria Daren? Escucho una voz gruesa y fuerte detrás de esta.—Imbécil ¿Qué demonios haces aquí?—Señor Daren estoy buscando el baño.—Miserable borracho, el baño esta abajo. Si te veo de nuevo cerca de esta puerta te cortare las manos.—Sí se&n
—He esperado tanto por ti Shery, tu virginidad es un gran trofeo para mí, ¿Sabes que las vírgenes son mi debilidad? Susurro.—Por favor no hagas esto. Dijo casi en suplica.—Pero pasara, ya te lo dije tú y tu hermana serán mías.—Déjanos en paz, nosotras no tenemos nada que ver con nuestro padre.—Eso ya lo sé, y es por eso que me gustas tanto. Tu hermana solo será un pasatiempo.Seguía oliéndola como si fuera un perro, subía hasta su oreja mientras le hablaba en silencio. Sentía mucho asco y desprecio, ella apenas era una niña para él.—Ya tienes muchas mujeres, para que querer a un par de inexpertas.—Ustedes serán mis preferidas, nadie las tocara excepto yo.Las manos de él bajaron hasta sus
—De verdad era un chico demasiado guapo Sher…—Eve por favor, nosotras no estamos para chicos.—Claro que sí, ¿acaso no quieres casarte? ¿Tener hijos? ¿Formar familia con un buen hombre?—Por supuesto que sí, pero ahora no tenemos tiempo para eso, no con tantos problemas.—Lo que pasa es que no has conocido al chico correcto, pero cuando eso pase ya verás de lo que hablo.Era cómico, hablaba como si tuviera mucha experiencia en el amor. Ella podía decirle algunas cosas acerca del amor y la realidad es que era demasiado doloroso, lastimaba como nunca. Simplemente había conocido un chico en el parque que flirteaba con ella y ya por eso se creía que el amor era hermoso. Nunca había experimentado el amor de verdad, sus propios padres jamás se lo dieron cuando era
Al parecer habían sido atacados por sorpresa por una banda de lobos salvajes, asesinando a su alfa en el proceso, juntos con una gran cantidad de lobos mayores. Los invasores conocían muy bien donde se encontraba el viejo convaleciente por tal razón pudieron acabarlo en su forma humana. Para mala suerte de su manada no tuvo hijos varones, solo una hija y aun no se había transformado en loba, por tanto no podía tomar el puesto de su padre. Por tal motivo el concejo de ancianos decreto que lo mejor era que las dos manadas se unieran estando al mando de un solo alfa, ya que los territorios de ambos estaban muy cerca.Su padre el alfa Marcus Dallas no estaba muy convencido por tal fusión, los lobos blancos eran conocidos por ser nada respetuosos y racistas, se creían mucho por el simple hecho de que todos los integrantes de esa familia eran de un mismo color. Pero a pesar de sus protes
Quizás hubiera sido mejor llegar tarde, además estaba oscuro con algunos contenedores verdes desperdigando basura, había muchos charcos con agua sucia y esos agujeros tan molestos que le impedían caminar con rapidez. Pero fuera de eso, seguía escuchando los pasos muy cerca así que correr era su mejor opción.Pero lo había pensado muy tarde, ya que un fuerte brazo la tomo por la cintura mientras una mano grande cubría sus labios. Su agresor estaba de espalda por ende no podía identificarlo y eso la asustaba aún más, pataleo e intento arañarlo pero de nada le sirvió. El misterioso atacante la golpeo contra la pared un poco mohosa para poder tener mejor dominio de ella, y al fin, pudo ver su rostro. Estaba pálida y muerta del pánico al observar al sujeto que la estuvo siguiendo.¡Derek! Su mente respondió.
El hombre que había subido hacia unos minutos hablaba en secreto con su mano derecha, con cara muy seria. A los minutos este salió de la casa lo más rápido que sus piernas le daban.—Escúchame Ethan, esto no es buena idea, traerla a nuestro territorio es la peor de todas. Simplemente su olor llamara la atención, está sangrando a mares.—JB, por favor me estas poniendo nervioso, ya tengo bastante con lo que está pasando.—Debiste dejarla en el pueblo, en un hospital con los humanos para que la atendieran. Después podrías haber ido por ella.—¿Dejarías a tu pareja morir?—Es distinto, ella es una loba.Su amigo no respondió, había perdido la razón metiendo a esa humana a la montaña. Sus padres no estarían nada contentos. Llegaron a una pequ
Ella sonrió de medio lado. Le encantaba los mimos de su hermano a pesar de que a veces la molestaba un poco. Que le dijera pequeña lobita significaba que estaba de buen humor. Ella lo abrazo por la cintura fundiéndose ambos en un tierno abrazo de hermanos.—Debo irme ya, no es necesario que JB me acompañe es más seguro que se quede contigo.—Ni hablar, te llevara a casa. Ella suspiro por su demanda.—¿Dónde la encontraste? Dijo señalando la cabaña a su espalda.—En el pueblo, un imbécil la pretendía violar en un callejón solitario. Lo encontré golpeándola así que lo deje inconsciente y la traje aquí.—Pobre chica. Estas en problemas hermano, quebraste la orden de papá. Suspiro profundo. —Me marcho.JB apareció detrás d
La suplica y las lágrimas en los ojos de ella le partieron el corazón al lobo, el amor que sentía por su hermana era muy grande, como el de él por Megan. Tenía que hacer algo por la pequeña y lo único que se le ocurría era traerla a la manada.—Yo la traeré aquí Shery te lo prometo.Ella volvió a quedarse dormida después de haber oído las últimas palabras del chico que estaba parado frente de ella. No supo más de nada, todo se volvió oscuro a su alrededor. Ethan la vio quedar inconsciente, más no podía hacer más por ella estaba muy lastimada, quizás esa noche no iba a poder llevarla a casa después de todo. Chasqueo la lengua por aquel inconveniente, ahora se le sumaba otro problema y ese era encontrar a la hermana de Shery ¿Cómo rayos la iba a locali