_¿Por qué Max aun no regresa?, me lo prometió.¿Cómo está ella?

_No mejorará, me temo que no pasará de esta noche, índigo el médico que atendía a Rosi.

_¡Cómo puedes decirme ésto!, dijeron que si le suministraban sangre de un alfa ella sanaría, comentó el médico.

_Lo siento mucho Luna. Han dejado pasar muchos días, lo que le han suministrado no es suficiente, eso logro solo purificarla.

_Su majestad lo ha hecho para que tenga una muerte digna.

_Entonces... Ellos lo sabían... Max se había negado hablar del estado de Eliza, pero no podía tan solo dejar que muera cuando existía la posibilidad de salvarla.

Desde la llegada de Joel, no permitió que nadie más se acercara a la puerta, en excepción de los médicos. Hannah, intentó acercarse pero Rosi le advirtió de lo que sucedería. Eso la hizo sentir muy culpable.

Hablo con su maestro quién era uno de los hombres más sabio del castillo, por qué no quería entender que su amado fuera capaz de una decisión tan cruel.

_Quiero saber, por qué...