Hola mis niñas... Ahora sí llegamos al final de esta historia... A Faitth no le haré extra porque la más mimada y cuidada de los Archibald tendrá historia completa. Gracias por todo el apoyo que me han dado, realmente lo aprecio mucho. Espero verlas en: Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró. Besos.
La brisa fría de diciembre azotaba los rostros húmedos por las lágrimas y el cielo gris por la tormenta que amenaza por caer sobre las cabezas de quienes están presente en el funeral de Arthur Grant, no eran rivales para que el acto fúnebre llegara a su fin.Freya Grant, se vio de pie frente al agujero donde reposa el ataúd de su padre, mirándolo y deseando que se abriera y su padre saliera para abrazarla y consolarla como su novio lo estaba haciendo. El sentimiento de miseria domina cada fibra en ella, sus ojos rojos e hinchados no dejan de brotar lágrimas y su dolorido corazón no deja de sangrar con dolor por saber que el hombre que más la amó y cuidó no estará ya más.Las personas la miran con lástima, pues Arthur era el único que protegía a su hija y por su crianza mimada la ha hecho blanco de su madrastra y hermanastra, no es un secreto para nadie que la mujer, ahora viuda de Arthur Grant, no le tenía mucho aprecio a la niña que crio desde que tenía ocho años.―Deberíamos irnos a
―¡No me interesa! ―Gritó de malhumor, haciendo notar que no hará caso a lo que le dicen. ―Yo les pago a ustedes para que me sirvan, así que no lo repetiré. ―Los miró amenazante. ―¡Sáquenme de este maldit0 aeropuerto y llévenme a mi mansión ya mismo! ―Los hombres se miraron entre ellos, pero Archie, el asistente personal de Alastahir intervino.―Es mejor obedecer al señor Archibald. ―Los hombres asintieron. ―Este año no habrá viajes. ―Alastahir no paró de gruñir, sentirse una carga es lo más vergonzoso que puede experimentar.Es un hombre de metro noventa, corpulento, fuerte y aun así deben arrastrarlo en esa condenada silla de ruedas mientras las mujeres lo miran con atención, como si fuera un cachorrito que diera lástima. ¿Cómo sería él capaz de viajar al caribe para pasar navidad? No soportaría estar anclado en esa silla de ruedas mientras otros hombres se llevan la atención de las mujeres. Nadie le prestaría atención por su condición.―No quiero llamadas. ―Miró directamente a Archie
La frustración forma parte de Freya, se encuentra lejos de su hogar y no ha podido conseguir que le den dinero por la joya que se arriesgó a robar. Visita cada casa de empeño que se encuentra y las respuestas son las mismas: “La joya es muy costosa como para que usted sea la dueña” “¡Largo de mi establecimiento, ladrona!” “Llamaré a la policía si no sale de aquí y lleva sus problemas a otra parte.”―Por favor, puede darme lo que tenga. ―Rogó al hombre, su barriga ruge por el hambre, su cabeza duele por el sueño y su cuerpo está a punto de colapsar por el frío.―No puedo, señorita. ―El hombre la miró con pena, deduciendo lo que había hecho para conseguir una joya de ese carácter. ―No es muy común que las personas quieran deshacerse de una joya invaluable como esa por unas miseras libras. ―Freya frunció el ceño, la pieza en su mano en forma de corazón no se ve tan lujosa. Es hermosa, eso no lo puede negar, pero ¿Qué valga tanto? ―Dígame algo, señorita. ―Freya alzó la mirada de la joya pa
―El jefe se va a decepcionar mucho al verla. ―Donald ladeó la sonrisa. ―Lo respeto, pero cuando vea quién fue capaz de entrar a su casa y robarle lucirá como un tonto. ―Gordon evitó reír. ―Venga ya, sabes que es verdad. ―Carcajeó por la mirada de advertencia de su amigo. ―Mírala, se ve tan indefensa, dulce y miserable. ―Gordon miró por el retrovisor, no sabe lo que pasó con la chica, pero sea lo que fuera, ella realmente está sufriendo y mucho.―Señor. ―Archie se acercó a su jefe. ―Gordon ha llamado, vienen de vuelta con la chica. ―Alastahir sintió placer al escuchar esa noticia. ―¿Desea que prepare algo? ―Alastahir negó, lo único que quiere es tener a esa mujer que lo humilló robándole en sus narices aprovechándose que él era incapaz de detenerla.―Haz la llamada, quiero que Bernard esté al tanto, deseo que él personalmente haga pagar a esa mujer. ―Archie asintió y se retiró para llamar al jefe de la policía de la ciudad, sin duda su jefe está muy molesto y no tendrá piedad.Alastahir
―Recógela y cómetela. ―Freya miró al piso, la bandeja está, por un lado, y la comida por el otro. ¿Cuánto tiempo más soportaría la crueldad de esas mujeres? ―¡He dicho que lo levantes y te lo comas! ―La mujer obesa y de mal aliento la tomó por el pelo y la obligó a arrodillarse frente a la comida. ―Oh aún mejor, come directamente del piso como la basura que eres. ―Las lágrimas recorrieron las mejillas de Freya, desde que entró a ese lugar desde hace ya dos semanas, no ha hecho más que recibir maltratos, pasar hombre y ser golpeada al extremo por las demás reas.―No tengo hambre. ―Susurró asqueada, entes de tirarle la comida al piso, la mujer la escupió repetidas veces. ―Por favor, quiero volver a mi celda. ―Todas las reas carcajearon al verla tan inofensiva.―¿Qué sucede? ¿No eras tú la misma que se defendió el primer día? ―Otra de las mujeres se acercó. ―¿Qué pasa, princesa? ¿Te diste cuenta de que aquí no eres más que una empleada para el resto de nosotros? ―Freya miró a las de segur
El corazón de Freya no dejó de golpear su caja torácica, la tensión por ser observada con esa insistencia fue brutal. Cada músculo de su cuerpo parece dolerle, ¿Por qué no le responde? ¿Por qué solo la mira de esa manera que no puede comprender? El brillo en los ojos de Alastahir no le gustaba.―¿Qué te hace pensar que esa oferta todavía está vigente? ―Freya dejó de respirar al instante, ¿Acaso la enviará nuevamente a ese lugar donde la maltratan?―Míreme. ―Le pidió en voz baja. ―¿No cree que ya he pagado mi error? ―Alastahir alzó el mentón, saber que es su culpa que ella esté así no le gusta. ―Ya no puedo más. ―Se dio por vencida. ―Le doy mi pureza, pero por favor… no vuelva a enviarme ahí. ―Cayó de rodillas, llevándose las manos a la cara y soltando todo el llanto que ha estado conteniendo. ―Le suplico que tenga piedad conmigo… por favor. ―Alastahir pasó saliva, ¿Por qué tiene que rogarle tanto? Eso le fascina, pero la manera en la que ella lo hace no es tan divertida como con los de
Mes y medio pasó desde que Freya se le entregó a Alastahir, desde que vive bajo el mismo techo que ese hombre amargado. No la deja salir de casa, la mantiene encerrada y pasándole a cuantas mujeres puede por la cara para después meterse a su habitación y exigirle tener sexo.Si bien no pasa hambre ni frío, se siente atrapada y muy triste por la vida que está llevando. Su esposo la trata como si fuera un mueble más y está bien, después de todo ella está ahí para darle un hijo y para lograr eso debe acostarse con él siempre que así lo desea, pero es duro lo que está pasando.―No estoy de humor. ―Alastahir frunció el ceño, está deseoso de ella y obtendrá lo que quiere. ―Por favor. ―Susurró al escucharlo cerrar la puerta.Alastahir la miró detalladamente, ella está frente a la ventana y la luz la hace ver mucho más hermosa de lo que es. No entiende lo que le pasa, trae mujeres a su antojo, pero ninguna lo hace sentir tan pleno como la niña frente a él.―Quiero hacer el amor. ―Dejó en claro
El silencio es brutal e incómodo para Archie, ver a su jefe mirar fijamente por la ventanilla, ignorando todos los esfuerzos de Freya en iniciar una conversación, le da bastante pena. La chica es dulce, alegre y ocurrente, si no conociera a la perfección a su jefe diría que realmente no le interesa, pero esa manera de actuar no dice más que lo mucho que está sintiendo por ella. ―Cuando lleguemos no quiero que digas una sola palabra. ―Freya lo miró, ya se había dado por vencida. ―Deja que el doctor hable todo lo que quiera y después saldremos de ese lugar, ¿Lo entiendes? ―El ceño fruncido de Freya no le gustó. ―Si entablas conversación con el doctor, si le haces preguntas estúpid4s, si me desobedeces, juro por Dios que te vas a arrepentir. ―Freya miró a Archie, pero no recibió nada a cambio, así que decidió no llevarle la contraria al amargado a su lado. ―Caballeros, hora de ayudar al jefe. ―Gordon y Donald bajaron del auto para ayudar a su jefe a llegar a la silla de ruedas. Una vez