Connor estiró su cuerpo con pereza, se siente entumecido y no lo comprende, es como si un oso hubiera dormido abrazándolo con tanta fuerza que lo inmovilizó toda la noche. Al sentir el pequeño movimiento contra su cuerpo, abrió los ojos de golpe, él jamás amanece con una mujer en su cama.―Caraj0s. ―Susurró al ver el pelo rubio enmarañado y metiéndosele hasta en la boca, una vez logró quitarse el pelo de la cara, intentó levantarse, pero el quejido de Vicky lo hizo detenerse.―Has tirado de mi cabello. ― Trató de quitarle el brazo. ―Álzalo. ―Connor, realmente confundido y sin saber qué hacer, obedeció su petición. ―Por el amor de Dios, casi me dejas calva. ―Acarició su cuero cabelludo, le ha tirado con fuerza.―Lo siento, no sabía que el pelo de una mujer podría ser tan problemático al dormir. ―Vicky lo miró mal.―¿Duermes con tantas mujeres y no sabes como evitar tirarle del pelo a una? ―Bufó. ―Eres realmente extraño. ―Se bajó de la cama. ―Gracias por ofrecerte a que durmiera contigo
La fiesta fue toda una locura, por primera vez la realeza tembló en una fiesta realmente divertida y animada. Connor y Vicky lo hicieron nuevamente, unieron sus dones y lo que pasó fue algo fuera de lo común. Victoria se sentía feliz al finalmente pertenecer a una familia que la trataba bien sin importar sus orígenes, se sintió amada, protegida y mimada, pero el hecho de que todo era una simple mentira, realmente le dolía porque sabía que eso no lo volvería a vivir más. Los hermanos todos decidieron hacer algo juntos, Khalil junto a Rowena, Ivor con su mejor amiga Kim, Connor con Victoria, Faitth con su mejor amiga Elene y Arthur solo como siempre. ―¿Sabes que si sigues así de solo terminarás virgen a los veintiséis como Khalil? ―Todos miraron a Ivor con ojos grandes por su imprudencia. ―¿Y? ―Khalil miró a su hermano con gesto duro. ―Ahora tengo una novia que vale por un millón, ¿Qué de malo hubo en esperar a la indicada? ―Ivor agrandó la sonrisa. ―No todos tienen tu suerte, chuli
El tercero de cinco hermanos y el primero de trillizos, con dieciocho años se dedica únicamente a estudiar en la mejor universidad de Londres.Es considerado el hermano más amargado, simplón, serio y solitario, para él ser hijo de la heredera Grant y de un miembro de la realeza no significa nada, es algo sin importancia. Puede disfrutar de la fortuna de sus padres sin problemas, pero poco le gusta alardear de su posición social. Nadie comprende su comportamiento, su hermano mayor, aunque bastante serio, es exitoso y llamativo, el gemelo es lo máximo, relajado e inquieto, sus dos trillizos son lo opuesto a él, pero no le molesta ser como es. Hoy la universidad está más aburrida que de costumbre, es sobresaliente en sus notas y el mejor de la clase, al parecer sus padres solo trajeron niños prodigios al mundo.Mirar a su alrededor es como ver a inútiles por todas partes, los chicos de su edad apestan con todos sus problemas de adolescentes y sus infernales ganas de llamar la atención
Un acosador, así se siente desde que conoció a esa chica que sin esfuerzo se volvió su nuevo interés. Ella no es como las demás mujeres, simplemente lo ignora y no quiere ni un tipo de trato con él, ¿Acaso le cae mal? Esa pregunta le causó gracia, primero ofendió el restaurante donde trabaja, después casi la mata y por último criticó la demora del delivery, por supuesto no le agrada ni un poco.―Hola. ―Arthur le sonrió. ―¿Puedes atenderme, por favor? ―Pidió sin quitarle la mirada de encima.―¿Tengo opción? ―Gruñó Ivette, no entiende por qué tiene que verlo todos los días. ―Para ser un restaurante con su cocina asquerosa, te gusta mucho venir aquí. ―Dijo con sarcasmo. ―Te has vuelto cliente frecuente en este último mes, ¡Felicidades! ¡Si no es por tu dinero, nos hubiéramos ido a la quiebra!―¿Por qué eres tan cruel conmigo? ―Quiso saber Arthur bastante confundido. ―¿Es por todo lo que pasó el día que nos conocimos? Porque si es así, he intentado infinidades de veces tratar de remediarl
Cinco meses habían pasado desde que Ivette entró a la vida de los Archibald, cinco meces que habían sido los más felices para su hermana y ella, simplemente era excitante lo bueno que podía ser la vida. Jamás se imaginó salir de aquella tristeza tan pronto, todo el tiempo pensó en que debía sufrir muchísimo antes de ser alguien en la vida y regalarle una verdadera alegría a su hermana, pero aquel chico raro de ojos azules oscuros resultó ser ese ángel por el que le imploraba a Dios todos los días. Freya la ayudó al meterla en una de sus fundaciones, si bien debe seguir trabajando, ahora lo hace solo para ayudar a jóvenes iguales a ella. Los Archibald más que una ayuda fueron una bendición, su hermana está en buenas manos mientras ella va al colegio y se supera.―¿Qué tal el colegio? ―Arthur la miró divertido. ―Es una pesadilla, tal cual lo recordaba. ―Se echó al sofá. ―¿Qué harás cuando entres a la universidad? ―Quiso saber. ―Lo mismo, quejarme de la pesadilla que es. ―Bromeó. ―¿
Un joven de dieciocho años, toca pelotas, fastidioso, divertido, pero sobre todo un galán y un atractivo para las mujeres que tienen buen gusto. Para él no hay problema en cuanto a conquistar mujeres, ser hijo de personas importantes le ayuda mucho y al contrario de sus hermanos, él sí deja en claro cuál es su lugar y posición. Su vida es todo lo que cualquier humano en la tierra desearía, dinero, belleza, buen gusto, una familia amorosa, lujos y demás, pero hay algo que desea más que nada y por alguna razón no lo puede tener. Kimberly, una jovencita inteligente de piel oscura, cabellos rizados y ojos chocolates claros, se acercó a él por lo que es y no por lo que tiene. Al inicio no tuvo problemas, se llevaron bien a pesar de que ambos pertenecen a mundos diferentes, pero sin ni siquiera darse cuenta, se enamoró perdidamente de su mejor amiga, ¿Había lago más tonto que eso? Sí, que no había tenido el valor de confesarse por miedo de dañar la bonita amistad que ambos tienen. Ella e
El día de viajar a los Ángeles había llegado, tanto Ivor como Kim estaban emocionados, además de los otros tres hermanos Archibald. Kim estaba que no cabía de la emoción, todo indicaba que la iba a pasar de principio a fin con Ivor, pero lo que estaba escuchando no le agradaba para nada. —Como se los dije. —Khalil los miró a ambos. —Vicky tiene una estupenda compañía para Kim, Ivor. —Miró a su hermano. —Tú no tienes problemas para encontrar compañía, así que no nos preocupamos por usted, mi Lord, pero sí lo desea, puedo cancelar la compañía de Kim. —Rowena miró a su prima, sabía que no le gustaría, pero ver el gesto de Ivor la asombró demasiado. —Algo me dice que no les ha gustado la idea. —Susurró Rowena, Ivor disimulando como siempre, se puso en pie. —¿De qué hablas? —Los miró con una enorme sonrisa en los labios. —Ahora sé que puedo disfrutar de mujeres sin preocuparme de que Kimberly esté por ahí sola y pérdida...—¡¿Es en serio?! —Se puso en pie y lo miró con disgusto. —¿Acas
El último día del festival había llegado, dos fines de semana largos de pura diversión. Las cosas entre Ivor y Kim no habían sido tan incómodas como lo pensaron, después de todo nada había cambiado en ellos, la relación era la misma, únicamente que ahora sabían que morían uno por el otro.No habían hablado más al respecto, ambos temían a lo que podría pasar, para los demás fue algo estresante verlos actuar como si nada hubiera pasando. Los celos eran evidentes, la posesividad de ambos llegaban a niveles preocupantes y el cómo se miraban lo dejaba todo claro, pero aun así no habían tenido un acercamiento significativo. —¿En serio seguirás con esa cobardía? —Connor se llevó la cerveza a los labios. —Creí que eras un poco más valiente, Ivor... resultante ser un pobre pajarito asustadizo que se dejó ganar por el raro de Arthur. —Se burló en una carcajada. —¡Hey! —Arthur lo miró mal.—¿Enamorado de tu mejor amiga desde siempre y ahora que sabes muere por ti no haces más que evitar lo in