CAP 3

Por información de Noah sabía que eran una familia muy influyente en Alemania, así que suponía que iríamos a su mansión la que poco antes había mirado en el archivo, estaba demasiado emocionada, por fin tendría mi nuevo hogar.

Para mi sorpresa cuando llegamos a la que sería mi nueva casa me impresione mucho pero no lo demostré.

Era una casita sencilla de un piso, tenía 3 alcobas sencillas, toda la casa estaba amoblada con aparatos y muebles comunes pero habitables, todo estaba muy limpio y para mí era suficiente, mientras viviera feliz, no importaba si tenía que llevar una vida de plebeya el resto de mi vida.

La madre de Dante; Cloe me siguió mostrando la casa, en si no había mucho que mostrar, pero aun así mostraba en el lugar que viviríamos, la alegría que sentía de ser una mujer casada, claro que, con una identidad falsa, pero aun así era yo.

Podría tener una vida placentera junto a un guapo hombre del que quizás pronto me enamoraría, la cocina tenía todo en orden y una mesa en el centro de esta, solo lo sufriente como para vivir 3 personas en ella, un patio con una lavadora, cada habitación tenía su baño privado lo cual me agrado mucho, pensé que eran una familia rica y que tenían muchas propiedades lujosas pero esta no tenía nada de lujo, conocía todo este tipo de vida, ya que me enseñaron muchas cosas en el castillo, así que una vida sencilla para mí era magnifica, poder hacer mis propias cosas a gusto para mí era la mejor vida que podía tener, estaba cansada de ser atendida por tantos sirvientes todo el tiempo y vivir oculta como presa en ese castillo ya me tenía sofocada, era una tortura no poder siquiera vestirme sola.

Cloe me saca de mis pensamientos, y me dirige hacia la que sería nuestra habitación o más bien la mía y la de mi esposo.

 ¡MI ESPOSO!...

Esa palabra me hacía muy feliz, tenía un gran significado para mí, seria nuestra primera noche y no tenía ni idea de cómo resultaría esto, pero solo quería iniciar una vida, quizás, sí muy pronto tendría un hijo, mis padres simplemente dejarían la idea de casarme por una promesa y me apoyarían.

“Seguí soñando…”

Me dice mi subconsciente.

En ese momento Cloe me habla.

– Hija esta será su habitación, espero muchos nietos en el futuro. –

Mi cara se podría deshacer de lo roja que estaba y el calor que sentía en ese momento, debía de parecer todo un poema mi rostro.

Cloe me calma diciendo con una risita.

- No te preocupes hija, estoy segura de que mi hijo será muy respetuoso, solo conózcanse y vivan felices, los nietos pueden venir después, pero no tengo mucho tiempo así que apúrate. – 

Creo que esa era una nueva forma de presionar a alguien amablemente, era una buena táctica, pero a decir verdad eso me ayudo muy poco, mi vergüenza era aun mayor después de escuchar sus palabras.

- Entra tus cosas y dúchate, prepare una comida muy rica para darte la bienvenida, mi hijo estará en casa muy pronto para su noche de boda con su esposa –

Termino de decir al ver que no respondía nada, me encontraba muy tímida para siquiera pensar en algún apalabra coherente como respuesta a todo lo que me había dicho.

Si su plan era tranquilizarme, no lo logro…

Ahora me encontraba mucho más nerviosa y ansiosa ante la espera de mi esposo.

No sé si Cloe lo hacía a propósito o simplemente le hacía gracia verme tan roja pero cada frase que me decía me avergonzaba aún más.

Ella aun con su sonrisa me dice.

– Vamos hija apúrate, no tenemos todo el día, ve –

Habla mientras me empuja suavemente hacia la habitación.

Lleve mis cosas y todo lo que mire era hermoso.

Pétalos de rosas por todas partes muy bien decorado, velas puestas aun sin prender y un letrero que decía "RECIEN CASADOS"

Mis ojos enrojecieron con la espera de prontas lagrimas a salir, todo de verdad era muy bello, mi suegra fue muy linda por hacer todo esto para nosotros, entro al baño que solo es de regadera, gracias a Dios tenia ducha caliente si no moriría por tener que bañarme.

Me refresqué y salí.

Me puse un vestido rojo con flores amarillas muy lindo con una cinta en la cintura y unas valetas a juego.

Salí de la habitación sin maquillaje y con un moño alto, mi argolla de matrimonio y el collar que mis padres me dieron cuando nací, siempre lo llevo conmigo, mi suegra me observo y sonrió dulcemente diciéndome.

- Eres una muchacha muy bonita, estoy feliz de que seas ahora mi hija -

- Yo también estoy muy feliz –

Le dije con toda la sinceridad.

- Ven ayúdame, ¿sabes cocinar Rouladen? –

Me pregunta observándome detenidamente

Gracias a Dios en el castillo fui criada para aprender de todo.

- Claro que sí, le contesté sonriendo –

Ella me respondió con una sonrisa.

- Muy bien hija ven ayúdame, son los preferidos de Dante -

- En ese caso –

Le dije midiendo mis palabras.

 - ¿Por qué no deja que yo lo haga madre? usted debe estar muy cansada, no me tomara mucho tiempo y una vez listo le llamo a probar, ¿qué le parece? –

Ella dudo un momento…

Pero termine convenciéndola

Me puse un delantal de cocina y empecé a preparar todo.

El rouladen es una comida típica alemana, que consiste en envolver finas lonchas de carne, alrededor de un relleno de panceta con cebolla picada, pepino y mostaza luego se doran y cuecen a fuego lento en un delicioso estofado, no es mi favorito, pero si a mi esposo le gusta, haré todo lo posible por complacerlo, de ahora en adelante solo seré la esposa de Dante Spencer.

Cuando todo estuvo listo, decore la mesa y llame a madre Cloe para que probara, pero antes de yo pronunciar una palabra, ella estaba allí en la mesa con una sonría gigante, todo el tiempo había estado observándome desde su ventana que se podía divisar hacia la cocina desde su habitación.

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