CAP 2

EN LA OFICINA CIVIL.

- Por Dios Madre… -

Le digo en forma de súplica, pero ella solo entrecierra sus ojos y me mira.

- Será mejor que te calles y te cases con esa chica, está muy bella y me ha caído muy bien. –

Prosiguió ella sin dejarme un espacio para quejarme.

 - Alquile una casa pequeña donde viviremos cómodamente… -

Pauso un momento, pero antes que respondiera la miré y le dije.

- Madre, ninguna casa, de ninguna manera, esto ya es mucho…

¿Porque no podemos vivir en la mansión?, pensé que todo esto era una broma, pero es totalmente cierto, me estas castigando por algo insignificante, parece que la mujer con quien me caso ni siquiera sabe quién soy yo. –

No sabía si me enojaba más que esa pequeña mujer no supiera mi identidad o el cambio de vida que quería mi madre para mí.

Mi madre me mira enojada y me dice.

- No la conocemos nada hasta ahora, solo lo que pudimos investigar de ella, pero suficiente para aceptarla, la chica me cayó bien si, pero hasta no ver que te enamores de ella y ella de ti no estaré feliz, necesito conocer todo de ella, por ello viviremos como la gente común, una vez que miremos que la chica será digna de nuestra familia, le contaremos todo y la llevaremos a presentar a toda la familia.

Por ahora, déjamelo todo a mí –

Pensé haber escuchado mal.

- ¿Viviremos madre?, ¿tú también? –

 No podía creer lo que escuchaba, mi madre estaba cruzando los limites, pero no porque me case con una desconocida cambiare.

Aunque al escuchar que mi madre vivirá con nosotros no me molesta mucho, así puedo mantenerla alejada de mí, parece que está a punto de comerme con los ojos.

En estos momentos debería estar en la empresa con mi hermano, y muy pronto tendría una junta los coreanos que no podía aplazar, él no sabe la locura que hago en este momento, pero si no lo hago mi madre ordena enloquecerá, no entiendo el asunto de hacer todo esto, o bueno si, pero ella no entiende que no pasó nada con ese chico.

 – ¡JODER! –

Grite en casi voz alta.

Estaba realmente estresado, no podía creer esto, note que la chica me miraba y sus ojos brillaban, pero para mí no era nada.

De todas formas, ya que no puedo echarme para atrás.

Llegue al lado de ella como si fuera una marioneta, nada de esto era por mi voluntad, el juez que nos casaba en el momento me pregunto primero.

- Acepta a la señorita Sheila Brooklyn como su esposa... –

 " ¿Será señorita?... Me burle internamente"

- Para amarla y respetarla

en la salud y en la enfermedad

la tristeza y la pobreza

en las buenas y en las malas

todos los días de su vida. -

Por un momento me quede pensando…

Solo hubo silencio, sentía la presión de mi madre y el juez tuvo que volver hacerme la pregunta mientras yo solo pensaba.

“Así que la mujer con la que me voy a casar se llama Sheila…”

No sabía siquiera el nombre de la chica, pero al fin si tenía nombre y la verdad no era desagradable, por el contrario, me parecía un bonito nombre.

- ¿Señor Spencer...? –

Pregunto de nuevo el juez.

- ¿Acepta a la señorita Sheila Brooklyn como su esposa?

para amarla y respetarla

en la salud y en la enfermedad

la tristeza y la pobreza

en las buenas y en las malas

todos los días de su vida. –

Después de mi madre darme un pellizco en el brazo, volví mi mirada al juez y dije con el ánimo de un perro moribundo.

- Si, acepto –

Pude decir después de un largo rato.

Sé que me arrepentiría de esto, pero mi madre arreglaría todo, solo era un tiempo y obtendré nuevamente mis acciones y el total poder de la compañía.

Escuche como el juez le hizo la misma pregunta a la mujer a mi lado, Sheila.

- Acepta al señor Dante Spencer como su esposo,

para amarlo y respetarlo

en la salud y en la enfermedad

en la tristeza y la pobreza

en las buenas y en las malas

todos los días de su vida. –

Nunca había mirado a una mujer emocionada por casarse con un desconocido.

Ella emocionada, sin siquiera pensarlo dos veces dijo lo que a mí me costó tanto responder.

- ¡sí!, acepto. –

Eso me impresiono.

¡Carajo!

Claro que me impresiono.

Pensé que estaría nerviosa y se echaría a correr en cualquier momento, pero se la miraba muy decidida a casarse con un completo extraño.

“Que valiente o que mujer más tonta”

Pensé para mí.

SHEILA.

Pensé que cuando el juez dijo pueden besarse, sería como en las historias que leía en el castillo.

Pero para mi sorpresa fue muy diferente.

El hombre con el que me case simplemente giro en sus talones y salió de la oficina, quizás no era la boda que soñaba, pero el hecho de casarme con este guapo hombre, me tenía muy feliz.

Casi no conocía chicos en el castillo, todo en mi vida se basaba en clases rutinarias, profesores estrictos y no tenía muchos amigos, más bien no tenía, el único que siempre me acompañaba en todo como guardia personal, además de ser el abogado de la familia real; Era mi mejor amigo Noah.

A pesar de su corta edad, porque era muy joven y guapo, era mi único y mejor amigo.

Mi educación siempre fue dentro del castillo, sin posibilidad de salir al mundo.

El castillo era tan grande y cubre tantas hectáreas, que ni siquiera tenía que salir del castillo para nada.

Hoy era la primera vez que viajaba al mundo real por mi propia cuenta.

Cuando le dije a Noah, mi abogado y amigo, que me quería casar una vez saliera, él pensó que estaba loca y trato de hacerme entrar en razón, pero para mí era la única manera de empezar una vida, tenía un plan y debía seguirlo a toda costa para que mis padres dejaran la tonta idea de casarme por un pacto y que mis padres aceptaran la vida que yo eligiera para mí.

Después de tanto insistir, Noah se encargó de todo, yo solo tenía que llegar a conocer a mi futuro esposo, no me importaba como fuera y que recursos tuviera, mientras fuera trabajador y me amara nada más importaba.

Cuando llegamos en el Jet, Noah ya tenía varios modelos de vestidos para mí, todos blancos y de diseñadores Romanos, elegí un vestido sencillo pero muy bello, es largo con tela de seda y pliegues ondulados pequeños, en el centro tiene doble cerilla de diamantes incrustados que rodean mi delgada cintura, es de un solo hombro y en él tiene un evillo de diamantes cristalinos.

Cuando estuve vestida, entraron 3 chicas.

Una se encargó de mi peinado que fue un recogido alto con hilos de mi cabello que rodeaban mi rostro, otra se encargó de mi maquillaje que lo quise ligero, la verdad no soy chica de usar tanto maquillaje.

Y la otra chica se encargó de mis uñas con un color pastel suave en ellas, me puse unos pendientes de ángel pequeños, la cadena que mis padres me dieron desde que nací y mi propio anillo de bodas, ya que no nos conocemos y solo nos inscribimos en matrimonios al azar, cada quien debería llevar su propio anillo de matrimonio.

 Estaba muy emocionada.

Al llegar a la oficina de asuntos civiles, se llevaba una pequeña ceremonia de varias parejas que se casaban, Noah me guio hasta un pequeño cuarto donde un hombre joven y una señora que parecía ser su madre estaban esperando.

Después de estar oficialmente casados, la madre de Dante se presentó conmigo.

- Querida, soy Cloe de Spencer, la madre de Dante, seré como tu madre de ahora en adelante, vivirás con nosotros en nuestra casa y puedes decirme madre, disculpa a mi hijo solo está un poco atareado en este momento por eso se tuvo que irse enseguida -

- No se preocupe señora Cloe… Disculpe Madre -  Lo dije casi entrecortada y mirando en suelo, era la primera vez que alguien extraño me trataba con tanto cariño así que siento un poco de vergüenza, y más cuando no estoy acostumbrada a llamar de esa forma a otra persona que no sea mi propia madre.

- Pequeña… -

Me dice ella sobando una de mis manos entre las suyas.

- Ven, vayamos a casa todo esta listo y mi hijo llegara luego, su habitación de noche de bodas está preparada para ambos -

Cuando dijo esto, mis mejillas tomaron un color rojo vivo, desviando mi mirada le pregunte.

 - ¿Puedo despedirme de mi amigo? –

Ella me asintió con la cabeza.

Me aleje un poco y le dije a Noah que me mantuviera informada de todo y que nos siguiera, para que supiera donde viviría de ahora en adelante.

Mi mejor amigo asintió y me envió a mi correo el archivo con la información familiar y todos los gustos de Dante. 

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