CAP 1

SHEILA.

- ¡Si! Acepto -

Conteste con toda la emoción mirando el rostro del hombre que sería mi esposo según yo para toda la vida.

Él no me miraba, pero no me importaba, era la primera vez que miraba a Dante, un chico de rasgos físicos inimaginables y un cuerpo musculoso que alcance apreciar mientras se forjaban sus músculos dentro de su camisa blanca, lo cuales tenia sueltos dos botones entre su cuello y pecho, vestía su traje formal, típico de una boda civil, zapatos negros brillantes de charol a medidas.

La verdad se miraba de cómoda familia, nunca pensé estar aquí, casándome con un desconocido, y más del cual me he ilusionado con solo llegar a la oficina de asuntos civiles solo para decir, el famoso...

“Sí acepto” a un hombre que acabo de conocer.

El abogado de la familia real es el único que sabe de mi paradero y de lo que hago, aunque no me apoya mucho en esta loca idea no me importa, mis padres me dieron la opción de vivir mi vida durante cinco años y si no consigo vivir una buena vida como ellos quieren tendré que regresar y hacerme a cargo del reino y no solo eso, tendré que casarme con otro desconocido del cual no se ni su nombre, al parecer en casarme con desconocidos, se basa mi vida. 

Toda mi vida desde que nací estuve en todo tipo de clases, piano, historia, finanzas, culinaria, repostería, natación, deporte, ajedrez, de verdad no se en que momento tenía tiempo para respirar, pero aún más estresante era que sus historias de niña y aun ya en adolescencia para ellos lo primordial era informarme que mi matrimonio se llevaría a acabo con el hombre que ya estaba predestinado para mi antes de nacer.

No lo podía creer, solo por ser su única hija y además la heredera al reino, tenía que cumplirse al cabo de la fecha, y que es un acuerdo de pacto de jamás se podrá romper.

Al cumplir mis 20 años miraba esa posibilidad más cerca, jamás había salido del castillo menos del reino nunca fui presentada a la sociedad por riesgos que según mis padres no podrían soportar en caso de que los enemigos del reino se enteraran de mi existencia, según ellos no querían ponerme el riesgo, pero en parte querían verme feliz de la forma que yo eligiera, eso lo tenía más que claro.

Por eso llegue a un acuerdo con mis padres, decidida a hacer de mi vida mi destino, mi futuro, yo elegiría que sería de mi vida y si no tenía éxito en los últimos cinco años hasta antes de llegar a mis veinticinco años, regresaría y haría la voluntad de mis padres sin oponerme a nada ya que ese mismo día sería presentada a la sociedad no solo como su hija sino también como su nueva reina, en el castillo se guardaban demasiados secretos, pero se manejaba todo dentro del mismo, tenían personal encargado de todo, incluso de las noticias que se divulgaban en el país siempre primero pasaban por el régimen del rey, la verdad nunca me importo vivir en la sombra ya que para mí ser reina jamás fue una meta, aunque a todo lo que podía acceder era una ventaja.

Pero el día de hoy nada más importaba que ser la esposa del hombre que tenía a mi lado.

A mí me acompañaba solo mi abogado, que era como mi mejor amigo que conocía todo sobre mi, el apellido real y todos mis documentos fueron cambiados para no llamar la atención, le di la bienvenida a mi nuevo nombre Sheila Brooklyn, quería que fuera común, nadie podría enterarse de mi verdadera identidad y menos cuando empezaba mi nueva vida.

DANTE.

Se mira una chica frágil y se miraba sencilla, pero muy bella, su piel es blanca, pero un toque de rojo en sus mejillas, nariz respingada, y unos labios que formaban una meda luna en una sola línea, nunca había mirado una chica así, tiene unas curvas provocativas, pero en realidad no es mi tipo de mujer, jamás podría estar con una mujer como ella, no sé en qué momento llegue a esto.

Hace unos meses atrás en una fiesta en la finca de mis padres con algunos amigos, para poner las emoción a la fiesta hicimos una apuesta, me pusieron un reto el cual perdí, uno de mis amigos había invitado a un homosexual amigo de su familia, yo nunca he tenido ningún problema con el prestigio sexual de las personas ya que yo tenía mi propia fama y no me importa un comino la vida de los demás, como perdí la apuesta, James un amigo de nuestra familia; a decir verdad uno de nuestros mejores amigos desde la infancia, me puso como reto que tenía que besar al chico homosexual, no le vi problema. Levante mi ceja y estaba dispuesto aceptar el reto, siempre me han gustado los retos y además probar nuevas cosas, sería algo más que agregar a mi lista, solo quería probar, la verdad no soy homosexual y no tengo nada contra eso.

- ¡Oye tú! - Le llame al muchacho.

Todos estaban a la expectativa de mi siguiente paso. El chico me guiño un ojo y en ese momento sentí arrepentimiento, pero todos me miraban y Dante nunca se acobardaba de un reto, así que cuando él se acercó a mí, acerqué mi rostro para besarlo y en ese momento llegan mis padres, mi hermano se acerca y me palmea el hombre con clara burla en su tono.

- Hermanito, hoy serás alimento para los goleros. –

Alzo la vista y me encuentro con el rostro de mi madre rojo, en milésimas de segundo, siento palpitar mi mejilla, mi madre me golpeo con tanta fuerza que sentí partirse en dos mi mejilla.

- Madre, déjame explicarte. –

Le dije antes de que me moliera a golpes, ella con su rostro aun rojo y sus ojos llenos de ira me dice…

- Recoge tus cosas, nos iremos ahora mismo. –

Sin pensar siquiera en contrarrestar las ordenes de mi madre, obedecí y seguí sus pasos entrando al carro sin decir una palabra.

¿Cómo podría mi madre pensar si quiera en que soy homosexual?

Tengo una fama de mujeriego y una vida tan activa que pensar en eso me ofende un poco.

 No sé porque acepte esta locura de la apuesta, en este momento mi madre está como loca por eso.

Cuando llegamos a la mansión Spencer, mi madre entro sin dirigirme una palabra, ni siquiera una mirada, no pude aguantar y me disculpé inmediatamente, mi madre era mi mayor apoyo en todo.

- Madre –

Suspire antes de explicarme.

- Sé que soy un casanova, pero no es lo que parece, todo fue una apuesta si piensas que soy... –

Fui interrumpido por mi madre antes de terminar.

- Ni pienses en deshonrar el nombre de esta familia, te hemos aguantado mucho. Hijo ya tienes edad suficiente, me estoy haciendo vieja y quiero ver nietos, más te vale que pienses bien tu futuro, hoy ya no quiero hablarte, mañana hablaremos. –

Y con esto mi madre me dejo y se fue.

A la siguiente mañana mi madre me despertó, me entrego un documento con la noticia que hoy mismo me casaría con quien sabe quién y que mis acciones fueron retenidas, me levanto como el viento en huracán.

- Madre, ni se te ocurra hacerme esto, mis acciones son muy importantes tenemos muchas decisiones que tomar a futuro, sin ellas solo mi hermano puede dar las firmas, no querrás que nuestras empresas se vayan al carajo por nada –

Nunca le hable así a mi madre, pero las empresas Spencer eran todo para mí, no podía permitir que mi madre me desplazara de esa forma.

- Elige, o formas una familia con la chica que ya está en camino a la oficina civil o simplemente te atienes a las consecuencias.

Hoy tendrán sus certificados de matrimonio o no volverás a mirar estas acciones y nada de parte de la familia en tu vida y ni se te ocurra hablar con tu padre cuento con todo su apoyo en esto.

Hijo entiende que esto lo hacemos por tu bien y el de la familia, estarás de acuerdo con esto, ya verás que te enamoraras de ella.

No la conozco muy bien, pero la investigue y es una muy buena muchacha. -  

Creo que mi madre estaba más loca que yo en este punto.

¿Cómo podía casarme con alguien a quien ni siquiera ella conoce?

Llegamos a las oficinas.

Mi madre me llevo un traje, que me puse sin ganas, ni siquiera detalle si me quedaba bien o no.

- Estas muy guapo hijo, ya verás que ella se enamorara de ti, ella no sabe de nuestra familia aun, pero cuando cumplas en tiempo con ella, hablaremos con ella, la traeremos y presentaremos a nuestra familia. –

Esto era una completa locura.

Todo lo que mi madre hacia y decia, para mi era una completa locura.

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