Narra Alondra Ferreyra–Te amo mi amor, buenos días flojo – Me reí – Tienes que despertar y apurarte, ya están por venir los del laboratorio.–Sí mi princesa, me meteré a bañar de inmediato.–Sí mi príncipe.David se metió a bañar y yo, me puse a arreglar la cama en lo que salía. Ya que salió, se arregló y se puso guapísimo y bajamos a la sala a esperar junto con Carmen, quién ya estaba haciendo el desayuno, en lo que llegaban las personas del laboratorio. Según el reloj de David, si eran puntuales no iban a tardar nada, ni cinco minutos más en llegar y cuando nos íbamos a sentar en la sala, tocaron el timbre. Carmen, salió a abrirles la puerta, mientras que David, puso una mesa y varias cosas y una silla para que yo me sentara para lo que vendría enseguida.–Buenos días, venimos a tomar la muestra, para la señorita, Alondra Ferreyra – Dijo la química – Será muy rápido y veo que, ya tienen todo listo.Eran de las peores cosas, que me disgustaban y me horrorizaban, tener que dejar que
Narra David De MaríaSentí nervios, miedo, angustia y desesperación, de ver que Alondra se desmayó, cuando vio toda la sangre que le sacaron. La sostuve con cuidado que no se fuera a ir al piso y la química le oprimía en la yugular y le colocaba un parche, para que ya no le saliera más sangre. Mi madre miraba la escena muy asustada y yo, estaba aún peor, esto había sido traumante y espantoso para mi novia y por eso, se había desmayado, era como lo que había dicho que se iba a desangrar.–Madre, subiré a Alondra a mi recámara – Dije tomando a mi novia en brazos – La tenemos que reanimar.Siempre le pasaba lo mismo, cuando veía la sangre qué le sacaban para hacerle las pruebas y esta vez fue peor.–Si hijo, por favor – Respondió – Ahora subo con ustedes.No me despedí, ni de las personas del laboratorio y ya que todo esto pasara, me aseguraría, que se encargaran bien de ver a quienes contrataban como empleados, no era justo para nada, que hubieran hecho pasar, a mi hermosa Alondra por
Narra David De María–Me vale si despierta o no, me quiero dormir con ella ¿Qué no entiendes? No pienso hacerte caso, no esta vez. No iré al Tec, así te mueras de coraje, es algo que me tiene, totalmente sin cuidado, madre.–Que bueno que estés diciendo, así las cosas, David De María, no pienso aguantar más tus berrinches, tus insolencias y tus irresponsabilidades – Declaró muy fuera de ella misma – En este momento, te levantas de la cama, dejas acostadita a Alondra y bajas, tomas tus cosas y te vas al Tec o, no vas a querer saber del castigo ejemplar que te daré si no lo haces.Ahora sí que mi madre podía hacer lo que quisiera, pero yo no le iba a hacer caso yo, David De María Ramírez, no me iba a mover y esa era mi última palabra.–Nada me separará de mi novia, nada lo hará. Ella está mal y no hay materia ni nada de la maldita escuela, del maldito mundo o de la estúpida vida, que me importe más que estar con mi novia, cuidándola y consintiéndola, ahora que se siente tan mal – Rebatí
Narra Alondra FerreyraMe quedé dormida y cuando desperté, David todavía no llegaba del Tec, me froté mis ojos para despertar bien y vi a Carmen, ella estaba leyendo un libro en el sillón de la recámara de David, ella al ver que desperté, se levantó del sillón y se acercó a la cama, para sentarse ahí junto de mí. Carmen era la mejor madre del mundo, por eso no entendía a David, cuando se ponía a pelear con ella de esa manera, él no sabía la suerte que tenía por tenerla a ella como madre, nunca podría encontrar una mejor madre, que la que tenía.–Alondra, hija ¿Cómo estás? – Carmen me preguntó – David, ya no debe de tardar en llegar del Tec, dormiste un buen rato.A pesar de haber dormido todo ese tiempo, todavía me sentía muy cansada, era como si no hubiera dormido nada y eso también me preocupaba.–Hola, Carmen – Respondí adormilada aún – Qué bueno que, logramos que David se fuera al Tec, porqué de no haberlo hecho, tendría más problemas.–Es lo que más me preocupa de mi hijo – Dijo
Narra Alondra FerreyraYa no podría hacer nada, con esto quedaría demostrado, que yo no sería nadie en esta vida, porque ese profesor, no iba a aceptar ningún justificante, era inútil, que fuéramos a hablar con él.–No perderás nada, a mí me tiene que escuchar y no llores más hija – Carmen me mantuvo abrazada y acariciaba mi espalda – Tienes que calmarte, esto no es porque tú no quisieras ir al Tec, esto pasó, porque desgraciadamente, estás mal de salud y tienen que entender eso, no pueden ser negligentes y llevaremos todas las pruebas de que así ha sido, que te hicieron estudios y análisis.Lo que decía Carmen, era razonable, para nosotras, pero había profesores, que no se tocaban el corazón, pero lo podíamos intentar de todas formas y esperaba, que me diera la oportunidad de hacer el examen, de lo contrario este iba ser mi fin.–Espero que tengas razón Carmen, si no es así no sé cómo podré pagar por ir al Tec, yo no quiero ir a una escuela de gobierno, la calidad de la educación no
Narra David De MaríaEstando con mi hermosa Alondra en casa, me sentía ya, más tranquilo, demasiado tranquilo, necesitaba que ella se relajara un poco y lo logré consintiéndola mucho. La bajé en mis brazos al comedor, para que comiéramos los tres juntos, mi madre me puso la pomada, tal como lo había dicho y a mí de nada me iba a servir, estar enojado con ella y además a mi hermosa Alondra, no le hacía nada bien estar presenciando a cada rato, más y más altercados entre mi madre y yo.–Gracias por la comida Carmen, ha estado deliciosa, como siempre – Le dijo Alondra – Te ayudaré a lavar los trastes y a recoger la cocina.–No, hija – Respondió mi madre – David y tú deben ponerse a hacer los deberes y tú debes estar descansando. Suban a su recámara, se ponen cómodos y a lo suyo porque más tarde, vendrá Cesar a darnos tu diagnostico y a darte un tratamiento.–De ninguna manera tú vas a recoger la cocina, madre – Le dije de una vez – Te ayudo yo, luego subimos con Alondra a hacer lo del Te
Narra David De MaríaMi chica era brillante y la amaba por eso, aunque no me explicaba, ella cómo sabía las secciones del libro, que citó en las notas, si aún no cursaba esa materia.–David, veo que te sirvieron las notas, mi güero hermoso – Alondra me besó tiernamente y estaba más bella que nunca – Te amo, te dejo terminar tu práctica.Ella era increíble, cómo me había salvado en tan poco tiempo, porque ni siquiera había revisado a profundidad, de qué se trataba la práctica que yo estaba realizando.–Gracias, no sé de dónde se te ocurrió esto, pero gracias, mi muñequita – La besé tiernamente – Me has salvado la práctica y también la vida.Alondra, tenía una memoria de retención extraordinaria y también una conexión, que en cuanto miraba algún texto ya tenía la solución en su mente y te la hacía saber, sin tantos enredos porque era directa y va al punto de inmediato.–Me da mucho gusto, el haberte podido ayudar mi amor – Ella sonreía – No pierdas el enfoque, ahora que lo tienes, tiene
Narra Alondra FerreyraDavid y yo, nos dimos un beso rápido y bajamos con Carmen a la sala, para esperar al doctor César. Yo agradecía dentro de mí, que el accediera a venir a casa de Carmen a decirnos lo que yo tenía y que no nos hiciera de nuevo, ir al hospital pues yo odiaba esos lugares y si había esa opción, mejor que viniera él acá. Carmen estaba preparando un servicio de té y galletas en la cocina, solo para tenerlo listo para cuando llegara el doctor; David, se levantó a ayudarla y yo, estaba un poco nerviosa, pensaba dentro de mí, tener algo muy malo y quería olvidar ese pensamiento tan negativo y nocivo para mí, debía pensar que nada malo me estaba pasando.–Alondra hija, debes de calmarte – Me dijo Carmen – No tienes nada malo, te veo ya mucho mejor. Todo estará bien, te lo prometo.–Sí, mi princesa – David se sentó a mi lado y me abrazó – Estarás bien, no tienes nada malo. Eres joven y debe ser solo algo leve.–Gracias a ambos – Dije apenada – Sé que piensan que, soy una