Durante toda la semana, Camilo estuvo visitando como de costumbre a Lucía. Llegaba siempre con algún manjar que su madre había preparado para dárselo. —Gracias, Camilo. Siempre tan gentil. Aún no entiendo porque mi nieta no se casa contigo. —Camila quien está sentada en el sofá escucha la conversación con tedio. Desde que su madre, le ordenó mantenerse alejada del apuesto chico, ella la ha obedecido. Pero no puede evitar las continuas sensaciones que le provoca el recuerdo de aquel beso. —No puedo hacer mucho, Lucía. Cometí un error y Alba no creo que me perdone por haberle mentido. —contesta Camilo, quien al igual que la chica, no para de pensar en aquel instante en que la conoció. Macarena, aún duerme a pesar de que ya es poco más de las nueve de la mañana. De pronto, como si el deseo de ambos jóvenes de estar a solas hubiese sido escuchado, Lucía le pide a su nieta ir al pequeño huerto y traerle unas hortalizas para preparar el almuerzo.—Cami, querida ¿puedes traerme algunos
Luego de aquella reunión en el casino, Marcos no deja de mirar con otros ojos, la belleza de Alba. No era sólo su rostro o su cuerpo lo que le atraían de ella, era también su inteligencia para resolver los asuntos de la empresa y su creatividad. —Alba, venga a mi oficina —dice presionando el botón del intercomunicador. —En seguida —contesta ella, se pone de pie y se dirige a la oficina. Toca la puerta antes de entrar, luego abre cautelosa.Marcos levanta el rostro y repasa la figura de pie a cabeza de Alba. Ella lleva una falda tipo lápiz negra que llega debajo de sus rodillas y una blusa blanca de seda que cae sobre sus pechos dejando ver su esbelta silueta. —Dígame, señor.—¿Puedes dejar de decirme señor? Me haces sentir como un anciano. —No me gusta tutear a mis jefes.—Vale, pero podrías decirme, jefe. Suena formal y hasta perverso si lo susurras. Alba lo mira con asombro. Ha intentando por todos los medios no dejarse seducir por el implacablemente seductor que le resulta Ma
Luego de la cena, Camila se despide para irse a la cama;—Buenas noche, abuela —Se levanta de la mesa y besa la cabeza de su abuela y luego se dirige hacia su madre—, buenas noches mamá.—¡Buenas noches, cariño! —dice Macarena con una sonrisa.—Que tengas lindos sueños —Lucía le guiña el ojo, pues lo dice en doble sentido.Camila sonríe y se va a la habitación de su abuela ansiosa por repetir una y otra vez los momentos que ha tenido con Camilo, mientras concilia el sueño. Entre tanto, Lucía esboza una sonrisa al ver que su nieta tiene interés en Camilo y bueno, el amor es lindo, ¿Cómo no alegrarse por ello? Sin embargo, ve Macarena un tanto malhumorada y Lucía reconoce que es porque no le gusta estar ahí, es triste que su hija no ve su hogar con otros ojos.—¿Todo bien, hija? —pregunta Lucía.—No madre, estoy preocupada por Alba.—¿Por qué? Ella es fuerte.—Y gracias por eso, tu hiciste que ella sea todo lo necesita hoy en día. —Agacha su mirada. Realmente Macarena está preocupada po
Camila se sorprende con la visita de Camilo, sin embargo, muestra un lado pícaro y malévolo. “Ves que si soy más campesino, mira como te tengo hechizado”, piensa con toda confianza.—En la habitación donde duerme tu madre debe haber hija —dice con dificultad y Camilo reacciona dándole toda la atención a Lucía.—Respira con calma —apoya Camilo y Camila nota a su abuela, se preocupa también.—Abuela, ¿Qué sucede? —trata de acercarse.—Estoy bien Cami, ve a ducharte.—Pero quiero ayudarte —insiste.—Camilo ya lo está haciendo, por favor, no puedes estar así en toalla, o te duchas o te pones algo para poder ayudarme —le dice Lucía.Camila bufa y se va sin opción. Mientras que Camilo ayuda a Lucía a calmarse.—¿Qué es lo que pasó? —pregunta Camilo cuando logra tranquilizar a Lucía.—Bueno hijo, es que sabes que este cuerpo no aguantará por tanto tiempo —responde.Camilo no es tonto y sabe que tuvo que haber pasado algo, pero también sabe que Lucía no le contará nada.—¿Hay algo en lo que p
Hay tensión en la habitación y Camilo solo logra taparse su miembro.—¡Camila! —grita Macarena con horror.—Madre, por favor —se cubre con las sábanas, avergonzada.—¡Listo, te enviaré a Londres ya mismo! —¡No, madre, por favor! —pide cruzándose las manos.—¡Te lo advertí, Camila!—Señora, no es lo que parece —se entromete Camilo.—¿Ah no? ¿Entonces no te acostaste con mi hija? —pregunta irónica—. ¡Por supuesto que no, esto debe ser una pesadilla! —sujeta su cabeza sin poder creerlo.—Si me acosté con ella, pero no es por algo pasajero, es real. —defiende Camilo.—¿Real? ¿De verdad creíste que estarías con alguien como Camila? ¡No te ilusiones! Aquí la única realidad es que son de clases diferentes y que nunca van a encajar, o dime… ¿Qué tan preparado estás para consentir a mi hija que está acostumbrada a recibir? ¿O es que crees que no lo merece? ¿Crees que merece estar aquí en el campo, contigo?Camilo ve a Camila esperando que ella dijese algo, pero solo agacha su rostro haciéndol
Macarena estaba dispuesta a todo para impedir que su hija llegara a cometer el error de enamorarse de Camilo. En tanto, Alba continúa trabajando con esmero al lado de Marcos, quien no pierde la menor oportunidad para elogiarla y hacerla sentir bien. Esa mañana mientras ella se ocupa de supervisar el departamento de finanzas tal cual se lo exigió, Marcos. Con mucha perspicacia, revisa cada documento y verifica que todo egreso que sale de las cuentas cumpla este avalado con facturas. Hasta ahora todo parece estar en perfecto orden. Alba guiada por la curiosidad, aprovecha un poco de su tiempo libre para revisar sus redes sociales. Encontrando el perfil de Leandro. Suspira al ver su foto, aunque lo intentará no lograba sacarlo de su mente, ni de su corazón mucho menos de su piel. Extrañaba sus besos, su aroma, sus caricias, su sexo. Deslizó con su dedo algunas imágenes y de pronto encontró una que la dejó petrificada. En la imagen, Ester etiquetaba a Leandro con la imagen de unos zap
Pero Alba no es la única en ver la noticia viralizada en las redes sociales sobre la futura paternidad de Leandro, Marcos al igual que ella queda paralizado y siente un vacío en su pecho. Saber que Ester estaba embarazada lo deja en shock. ¿Y si aquel hijo que ella esperaba era suyo? Se pregunta a sí mismo y de la misma manera se responde: —Llevamos meses juntos como amantes y muchas veces tuvimos sexo sin protección alguna. ¡Ese hijo puede ser mío! —exclamó.Ante aquella duda, Marcos tenía que saber la respuesta esa misma tarde. Por lo que tuvo que ofrecerle una disculpa a Alba con quien había quedado de almorzar en su intervalo. “Siento no poder cumplir con mi invitación a almorzar juntos, se me presentó un inconveniente que me urge resolver” envía el mensaje, Alba aplana los labios forzando una sonrisa y responde:“No te preocupes, entiendo” “De verás disculpa. Prometo compensarte por ello”Para Marcos, no había nada más importante en ese preciso instante que saber la verdad. T
Macarena no dejó pasar la desobediencia de Camila y la tiene castigada limpiando la casa, justo ahora limpia el baño.—¿Esto aún es necesario mamá? —pregunta asqueada tapándose la nariz mientras limpia el inodoro.—Si… —responde observándola en el marco de la entrada del baño—. ¿No estás enamorada de ese muchacho? Pues así va a hacer tu vida con él, así que o te acostumbras o decides bien.—No creo que mi vida vaya a ser así mamá.—¿Ah no? Porque debe ser que tendrá mucho dinero y pagarle a una criada para que tú no tengas que hacerlo —dice, enojada.Camila suspira y sigue limpiando.—Estas siendo algo dura Macarena —comenta Lucia.—¡No sé meta mamá, es mi hija y suficiente tuve contigo, sinvergüenza! —responde Macarena y se va.—Deja eso Camila —pide Lucía.—No abuela, está bien, me lo merezco —dijo, triste.Macarena ha hecho sentir muy mal a Camila por gustarle aquel joven. Luego de un rato, Camila termina de limpiar el baño y sale a buscar a su madre, pero encuentra a su abuela aco