Macarena estaba dispuesta a todo para impedir que su hija llegara a cometer el error de enamorarse de Camilo. En tanto, Alba continúa trabajando con esmero al lado de Marcos, quien no pierde la menor oportunidad para elogiarla y hacerla sentir bien. Esa mañana mientras ella se ocupa de supervisar el departamento de finanzas tal cual se lo exigió, Marcos. Con mucha perspicacia, revisa cada documento y verifica que todo egreso que sale de las cuentas cumpla este avalado con facturas. Hasta ahora todo parece estar en perfecto orden. Alba guiada por la curiosidad, aprovecha un poco de su tiempo libre para revisar sus redes sociales. Encontrando el perfil de Leandro. Suspira al ver su foto, aunque lo intentará no lograba sacarlo de su mente, ni de su corazón mucho menos de su piel. Extrañaba sus besos, su aroma, sus caricias, su sexo. Deslizó con su dedo algunas imágenes y de pronto encontró una que la dejó petrificada. En la imagen, Ester etiquetaba a Leandro con la imagen de unos zap
Pero Alba no es la única en ver la noticia viralizada en las redes sociales sobre la futura paternidad de Leandro, Marcos al igual que ella queda paralizado y siente un vacío en su pecho. Saber que Ester estaba embarazada lo deja en shock. ¿Y si aquel hijo que ella esperaba era suyo? Se pregunta a sí mismo y de la misma manera se responde: —Llevamos meses juntos como amantes y muchas veces tuvimos sexo sin protección alguna. ¡Ese hijo puede ser mío! —exclamó.Ante aquella duda, Marcos tenía que saber la respuesta esa misma tarde. Por lo que tuvo que ofrecerle una disculpa a Alba con quien había quedado de almorzar en su intervalo. “Siento no poder cumplir con mi invitación a almorzar juntos, se me presentó un inconveniente que me urge resolver” envía el mensaje, Alba aplana los labios forzando una sonrisa y responde:“No te preocupes, entiendo” “De verás disculpa. Prometo compensarte por ello”Para Marcos, no había nada más importante en ese preciso instante que saber la verdad. T
Macarena no dejó pasar la desobediencia de Camila y la tiene castigada limpiando la casa, justo ahora limpia el baño.—¿Esto aún es necesario mamá? —pregunta asqueada tapándose la nariz mientras limpia el inodoro.—Si… —responde observándola en el marco de la entrada del baño—. ¿No estás enamorada de ese muchacho? Pues así va a hacer tu vida con él, así que o te acostumbras o decides bien.—No creo que mi vida vaya a ser así mamá.—¿Ah no? Porque debe ser que tendrá mucho dinero y pagarle a una criada para que tú no tengas que hacerlo —dice, enojada.Camila suspira y sigue limpiando.—Estas siendo algo dura Macarena —comenta Lucia.—¡No sé meta mamá, es mi hija y suficiente tuve contigo, sinvergüenza! —responde Macarena y se va.—Deja eso Camila —pide Lucía.—No abuela, está bien, me lo merezco —dijo, triste.Macarena ha hecho sentir muy mal a Camila por gustarle aquel joven. Luego de un rato, Camila termina de limpiar el baño y sale a buscar a su madre, pero encuentra a su abuela aco
Camilo camina de un lado ansioso por la escapada que haría junto con Camila. Él se haya en el porche de su casa y veía la casa de Lucía a lo lejos, la casa aún tiene las luces encendidas y no es que fuese algún espía, pero está acostumbrado a que las luces se apaguen temprano.Ve la hora en el reloj de su hogar y es más de la hora en la que Lucía acostumbra a dormir, y Camilo últimamente ha notado que minutos después de la hora de dormir de Lucía apagan las luces, y sabe que es por la visita que tiene.El joven se impacienta y se va con su mochila a la casa de Lucía. Al llegar a la entrada no ve señales de Camila y toma el abuso de entrar a la casa, camina con delicadeza pensando que podría despertar a alguien, pero se asusta cuando ve a Lucía en el suelo.—Lucía, Lucía —Se agacha y la mueve con delicadeza para despertarla, pero no reacciona, le toma el pulso y se alivia un poco—. Aguanta Lucía —pide Camilo.Él se levanta y busca el teléfono de la casa para llamar a Alba, espera unos
—¿Cómo te sientes? —Marcos se acerca a ella y le entrega un vaso con café. —Tengo miedo, Marcos. Tengo miedo que algo pueda pasarle a mi abuela. Ella es todo para mí —sujeta el vaso con ambas manos, mientras las lágrimas se deslizan por sus mejillas.Conmovido ante aquella imagen, Marcos rodea a Alba con sus brazos musculosos. Ella se refugia en su pecho. En Marcos ha encontrado a alguien diferente, le brinda paz y seguridad. En ese momento, el médico que estaba atendiendo a Lucía pide conversar con la chica. —¿Es usted familiar de la paciente Bermúdez? —¡Sí, doctor! Soy su hija —sale de su boca aquella palabra. Tantas veces la había oído de los labios de su abuela que instintivamente lo dice. —Sígame por favor, debo conversar con usted sobre la situación real de Lucía. Alba asiente, mira a Marcos y este también la insta a ir con el médico. Ver a Alba en aquella situación le genera un deseo de protección única. Ella provocaba en él sentimientos muy especiales. Se sienta y la ve
—Ayúdeme por favor. Se acaba de desmayar —le pide a una enfermera, quien le responde:—Tráigala por aquí — le señala la habitación mientras sujeta la puerta para que entre.— Póngala en la camilla, por favor.Justo cuando Camilo intenta acostarla, Alba despierta angustiada.—Camilo, mi abuela, Camilo ¿Dónde está? —Camilo trata de contenerla. —Cálmate Alba. Te desmayaste en el pasillo. No he visto a Lucía.Alba se quiebra y rompe en llanto. Es entonces cuando cae en cuenta que su abuela, su querida abuela ha muerto. —¿Qué tienes Alba? ¿Qué ocurre? —los gritos de dolor le impiden modular una sola palabra, Alba está devastada.La enfermera quien venía justo de la habitación de Lucía le confirma a ambos la noticia.—La paciente acaba de morir.Camilo queda paralizado, no logra entender aquellas palabras. ¿Lucía muerta? Eso debía ser un error. El mismo la vio cuando la subieron en la avioneta. No podía ser, ella había sido siempre como esa abuela que nunca tuvo. Alba llora, llora descons
Alba sigue sin entender las razones que provocaron aquel incidente con su abuela. Esa misma tarde mientras conversaba con Camilo, supo por medio de una nota que Lucía alcanzó a escribir, lo que había ocurrido horas antes. Por ello y luego que Alba se llevara a su abuela a Madrid, Camilo se regresó a su casa, pasó por la villa de Lucía para asegurarse de que todo estuviese bien cerrado.Mientras revisaba, vio el papel junto a la mesa, a pocos centímetros de donde halló a Lucía tendida. Lo tomó y al leerlo supo todo lo que había ocurrido esa noche. Alba queda en shock cuando este le comenta la verdadera razón del repentino declive en la salud de la abuela. ¿Acaso su madre era la culpable de lo que le ocurrió con Lucía? Se pregunta la pelicastaña aterrada ante esa idea. De haber sido como ella pensaba, jamás le perdonaría a Macarena lo que hizo.—¿Quieres decir que tú y mi hermanita, se estaban viendo a escondidas? —Camilo cabizbajo asiente. —Alba no quiero que pienses que solo me es
Marcos llega y al bajarse de su vehículo se encuentra con Leandro y Ester saliendo de la funeraria.—Hola —saluda Marcos—, supongo que ya te enteraste —lo lamenta.—Si, bueno, te iba a visitar a la empresa porque tenemos rato sin vernos, pero la recepcionista me dijo que estarías aquí… —responde Leandro un poco nervioso y eso extraña a Marcos, pues Leandro es de avisar antes de verse, es un hombre muy ocupado.—De acuerdo —Pasa una mirada por Ester, quién se ve un tanto enojada—, acabo de resolver el asunto del entierro, ¿no piensan quedarse? Creo que Alba necesita su apoyo, al fin y al cabo no solo fuiste un gran jefe, sino un gran amigo, ¿no?Para Marcos es un poco ventajoso tener a Leandro cerca de Alba, puesto que así lograría que Ester se enoje más, pero eso uniría más a la pareja y por mas que Marcos quiera hacer sufrir a Ester, con Alba tiene la oportunidad de comenzar de nuevo y ser feliz.—No lo sé Marc, estoy algo atareado —responde Leandro.—Comprendo —le da media sonrisa—,