Punto de Vista de Megan Wilson

Llegamos finalmente en el jet privado de la familia Wilde a nuestro destino.

Después de darme el alta del hospital, al día siguiente fue como una operación de emergencia y con todos los detalles fríamente calculados.

Me despedí de Steve con mucha vergüenza de dejarle todo el trabajo así, sin avisar con tiempo, pero resulta que ya Oliver había hablado por mí e incluso, me buscó un buen reemplazo para no dejar las cosas a medias, aunque el proyecto ya casi estaba terminado.

Steve se comportó como el caballero que siempre había sido, lo miré y le di las gracias con sinceridad y genuina gratitud; dentro de mi corazón le deseé que pudiese encontrar su felicidad con una buena mujer.

Siempre sospeché de su interés por mí, pero mi corazón sin dudas le pertenece a Oliver y contra eso, nadie puede luchar.

Con respecto a esa persona, de la cual no quiero ni decir el nombre, en un impulso le pregunté a Oliver, qué sería de ella, no porque me importara su suerte