V. Quiero ser libre

Finalmente, llegó el fin de semana tan esperado por todos, Elena salió con sus maletas de la villa muy animada y con una enorme sonrisa. Nos despedimos en la puerta y cada una se fue para su destino.

Prometí llamarla para felicitarla y enviarle un regalo inolvidable. Ella me agradecía continuamente por mi generosidad, acción que me dio mucha gracia dado que luego no me lo iba a agradecer tanto.

Sisi ya me estaba esperando en el auto para irnos al aeropuerto, incluso sacamos boletos de viaje para los dos con destino a la provincia M.

Llegados al sitio, hicimos el espectáculo de pasar a la sala de abordaje, pero finalmente y cambiados en el baño del aeropuerto por una ropa más discreta, nos escabullimos afuera, con precaución de no ser descubiertos por algún espía de Dylan.

Quizás en realidad no se tomaba tanta molestia con nosotros, pero mujer y gay precavidos valen por dos.

-Sisi de verdad siento que tengas que pasar tu cumpleaños de esta manera -le dije con vergüenza sentada en el copiloto de su auto con destino a una villa muy cerca de donde Elena y Dylan se hospedaban, el sitio de la playa que compré supuestamente para mi querido exnovio y le dejé pista abierta a mi prima, para celebrar su cumpleaños con sus amigos.

-¿Bromeas?- me respondió sonriendo pícaramente-este va a ser el mejor cumpleaños de la vida. Siento que voy a rejuvenecer en vez de hacerme más viejo. Todo el plan está preparado, hasta el último detalle, es que ser malo es lo mío, cuando hago cosas buenas no salen tan bien como quisiera- concluyó alegremente y encendió la emisora a todo volumen- así que cero preocupaciones monada, mañana a las 12 de la noche vas a tener tu tan esperada revancha y hundiremos en la vergüenza a esos hijos de puta mal nacidos, ¡canta conmigo!-exclamó mientras comenzaba la letra de “I want to break free” de Queen y nos encanta esa banda, así que cantamos como dos dementes desafinados, pero felices como hace mucho tiempo no me sentía.

*********

Por fin, después de tanto tiempo de aguantar, pretender y esperar, este era el día, la noche, la hora perfecta para que todos nos arrancáramos las máscaras de la hipocresía.

Invité a personas con el motivo de preparar una fiesta sorpresa de cumpleaños, entre los que se incluían principalmente amigos cercanos de Elena y Dylan y algunos fans entusiastas de mi prima que invité con motivo de la celebración de su cumpleaños a través de mi agencia de entretenimiento.

Las personas ya se estaban empezando a impacientar, debido a la tardanza de la festejada, pero eso estaba aún en el rango de nuestros planes, sabíamos por micrófonos implantados dentro de la villa, que hoy tendrían una cena romántica de celebración y luego regresarían para continuar el cumpleaños.

De repente la persona encargada de avisar, entró corriendo al salón para anunciar que un auto se acercaba, nos pusimos en nuestras posiciones escondidas y las luces se apagaron, antes de caer en la completa oscuridad, Carlos a mi lado, apretó mi mano y me guiñó un ojo con una sonrisa siniestra en su hermosa cara.

- ¡Sorpresa!- gritaron todos, prendiendo la luz repentinamente, arrojando confetis y soplando trompetillas.

Pero pronto toda la emoción se volvió estupefacción cuando solo se encontraron a una Elena con un flamante vestido rojo enrollado en su cintura, dejando al descubierto un sexy conjunto de lencería negra con ligas, para nada encubridor y subida con las piernas abiertas sobre un Dylan que la besaba apasionadamente y además de cargarla para que no se cayera al suelo, aprovechaba para meter la mano dentro de su tanga y acariciarla.

Los dos de repente se sorprendieron, mirando como todos los espectadores se quedaban con la boca abierta ante un giro de eventos tan inesperado. De repente el flash de una cámara rompió con el ambiente congelado

- Esto tiene que quedar para el recuerdo- dijo Carlos con malicia, tomándoles una foto

- Desgraciado, todo esto es tu plan- gritó Dylan enojado, mientras Elena se había recuperado del shock inicial y se acomodaba torpemente el arrugado vestido, ya parada en el medio de la sala y con la cabeza baja queriéndose enterrar en la primera grieta que viese para desaparecer. A su alrededor las personas no dejaban de mirarla y murmurar.

- Siento decepcionarte, pero no es su plan, sino el mío- salí de atrás de Carlos y los enfrenté a los dos. Elena levantó repentinamente su rostro lloroso y me miró con ojos llenos de pánico, por su parte Dylan me miraba ferozmente como si quisiera destrozarme al siguiente segundo, mostrando su verdadero ser repugnante- Te dije que te tenía una gran sorpresa para tu cumpleaños y aquí está, ¿te gustó? - le dije sarcásticamente a Elena

- Alex, nosotros no queríamos hacerte daño, solo que no pudimos…- se justifica llorando entrecortadamente y todo su cuerpo temblaba, se veía tan indefensa que cualquiera pensaría que ella era la cornuda y yo era la que estaba trepada como boa comiéndome al novio de otra persona hasta hace unos minutos.

- Que no pudiste resistir la tentación de meterte en los pantalones del amante de tu prima; prima que te trató sinceramente como una hermana, te acogió en su familia y ha impulsado con todo tu carrera artística para que fueras alguien en la vida- agregué con dureza, pero con dolor, mirando esos ojos azules muy parecidos a los de mi padre, muy similares a los míos propios.

Porque por mucho que quiera endurecer mi corazón, duele como la m****a que una persona a la que le has dado tanto, te use como un zapato viejo y trate de exprimir hasta la última ventaja de ti para luego apuñalarte y desecharte e irse con el mejor postor que le siga reportando más ganancias.

- No le hables así- salió Dylan a defenderla, abrazando por los hombros a una Elena ya llorando a moco tendido, si actuara tan bien en las películas como en la vida real, no hubiese tenido que invertir tanto en promocionarla.

- No le saques todo lo que has hecho por ella, se lo debes, porque Elena te ha acompañado y soportado tus excentricidades. En cuanto a mí, deberías saber como mujer cuando un hombre ya no te desea y dejar de ser tan pegajosa. Si he estado aguantando esta ridícula relación todos estos años, es por el bien de Elena, porque ella no quería lastimarte y nunca encontramos el momento para decírtelo, pero ya que lo sabes mejor para nosotros. Solo te advierto que esto que hiciste me las vas a pagar, soy heredero de los Wilde y tú solo eres la dueña de esa mediocre empresa de entretenimiento, así que si te atreviste a ser tan valiente, espero que estés dispuesta a asumir las consecuencias.

- ¿Me estás amenazando pedazo de basura?- le grité perdiendo los estribos y sentía como toda la sangre hervía en mi cuerpo, nunca pensé haberle entregado cinco años de mi vida a alguien tan cínico y desgraciado como este hombre que tenía delante y me moría de ganas de abofetearlo, de morderlo y comerme su sangre y su carne. Nunca he sido una persona violenta, pero ya había rebasado el límite que puede soportar un ser humano de humillación y desprecio.

Antes de poder abalanzarme sobre Dylan sentí una ráfaga de viento a mi lado, luego el sonido de una colisión de carne chocando contra carne, de huesos rompiéndose, maldiciones, gritos e improperios.

Entonces me di cuenta de que Carlos le había dado un puñetazo en la cara a Dylan, fracturándole casi cien porciento seguro, el hueso de la nariz a juzgar también por toda la sangre que estaba saliendo.

Elena gritaba a un lado acostada en el suelo, aparentemente se había caído cuando Dylan la empujó para defenderse del ataque de Carlos que no paraba de propinarle golpes.

Creo que Dylan nunca se hubiese imaginado que el hombre al que siempre llamaba despectivamente mariquita, un día le estuviese poniendo la cara como un cerdo hinchado.

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