Tiara
Una semana ha pasado desde que lo vi en el parque y de pensar en mi vida. Hoy quiero empezar mi lucha. Quiero poder tomar el control de mi salud y de mis decisiones. Hasta puse el despertador a las 6:00 am. Para tomarme la pastilla de la tiroides, junto con la del hierro. Mi madre fielmente se levanta y me vigila hasta que las trago. No me creía cuando entró al cuarto, pero fui fuerte con ella y se marchó. Les cuento que tengo hipotiroidismo, sé que soy flaca y esa es la que engorda. Mi metabolismo está activo, me mantengo haciendo ejercicios y mi madre obsesiva detrás ayuda. Si me descuido llegará una edad que aumente de peso, lo fácil es subirlo y lo malo bajar de peso. Todo ser humano tiene la glándula tiroidea, regula todo el sistema del cuerpo y produce las hormonas. Sin embargo, la mía no produce, tiene una disminución de la producción de hormonas tiroideas. Me tienen que evaluar esporádicamente cada mes o tres meses si está controlado el TSH. El tratamiento es medicamento oral, una pastilla diaria (Syndroid) y depende de cómo sea el TSH es el número de la pastilla. Mi vida siempre será así, cuidando y evaluándose cada mes. Desde los trece años me descubrieron hipotiroidismo y mi madre se convirtió en mi ahogo. Todo es difícil para mí, la pastilla es chiquita, pero soy de las que odia tomar pastillas y para castigo divino tomar diario. Fue una lucha, me bebía tanta agua para una pequeña pastilla. Lo que hace la mente y pensaba que me atoraría. En cierto modo, tengo la culpa de que mi madre sea un ogro. Por llevarle la contraria no tomaba la pastilla y cuando me tocaba la cita con el médico todo estaba mal. Salía todo el sistema descontrolado, quería ser normal y que ella me dejara tranquila. No les he contado que las agujas las odio, cuando me tocaba el análisis cada mes era una pelea y mi madre aguantando mi brazo. He aprendido que solo es una aguja, que el dolor será leve y que duele más sentirse vacía. Aun teniendo cerca a la gente, te sientes sola y atrapada. Nunca he sido de las que escriben en un diario, pero desde que ocurrió el beso con Kendrick todo cambió. He plasmado desde que sentí sus labios en contacto con los míos y me hizo vibrar. Fue un despertar, sentí el pecado y ahora es difícil no sucumbir en el. Lo he seguido en las revistas por la obsesión de mi madre con su familia y siempre me atrajo. Lo vi tan inalcanzable, jamás, me hubiera imaginado ese beso. Siempre lo veía desde la ventana, pero nunca salía. Cuando mi primo venía con sus amigos y en especial con Ken los espiaba. Ese día en la piscina quería dejar de ser la chica tímida e invisible para todos y retar a mi madre fue lo que me impulsó. Nunca imaginé que me besara, tampoco que yo cediera a su encanto y no me arrepiento de ese día. Aún lo revivo, cuando apareció en el parque mis nervios me delataban y hablar con él fue especial. Quiere ser mi amigo y más. Me cuesta creer eso, me da miedo ser una chica más de sus fans. Mi corazón no siente miedo, al contrario, cada vez que lo ve confía en él. A su lado me siento segura y libre. Kendrick me hace sentir especial, normal. Somos dos jóvenes siendo naturales. Me levanto de la cama, guardo mi diario en mi cofre con seguro y la llave siempre está en mi pulsera. Tengo que esconder mis sentimientos bajo llave, mi madre no respeta mi privacidad y quiero tener algo mío. Ella, después del beso, no ha parado de tirar lodo sobre Kendrick. Ahora le ha dado con la edad, sus palabras son que es un niño para mí. Nunca la enfrento, solo escucho su m****a desde lejos y apago el interruptor. Sus palabras se van como el viento, las desecho y a veces me siento mal por ignorarlas. Aunque solo dura cinco minutos la culpa y lo apago de nuevo. Para qué mentir, nunca he tenido amigas y mucho menos el apoyo de una madre. La leona siempre le encontraba algo malo a cada una de las compañeras y me cansé de intentar. Busco en mi armario mi ropa del diario vivir, unos jeans azul, una camisa negra y me doy un baño. En el baño tengo un radio pequeño, lo enciendo y está sonando “Camila”. La canción es una de mis favoritas, “Todo Cambio” y empiezo a cantarla. El universo escribió que fueras para mí y fue tan fácil quererte tanto. Algo que no imaginaba fue perderme en tu amor simplemente paso y todo tuyo ya soy. Entro en la ducha cantando y recordando a Kendrick. De casualidad dan esa canción, es como una señal. Definitivamente, todo cambió desde que vi sus ojos. Mi mente vuela hacia ese beso, añoro verlo y recuerdo cuando toque su pecho. Llámalo destino o coincidencia, pero quiero creer que ese beso fue mucho más. Estoy lista para enfrentar el día de hoy, ese baño me despertó y voy decidida a tomar las riendas. Agarro la laptop, mi bolso que es gigante y pesado, sirve de defensa contra un asaltante. Voy decidida a hablar con mi madre, llego al comedor y la veo parada frente de la mesa. Está con su ropa habitual del trabajo completa de gris. Tiene una taza de café y está viendo unos papeles regados en la mesa. Ella es tan diferente a mí, que a veces me pregunto si soy su hija. Ella, con su corte de macho, la hace ver tan mayor, para colmo siempre está amargada y en realidad el apodo de Leona le cae como anillo. Debo agradecerle a Ken, por ayudarme a reír cada vez que recuerdo el apodo.
—¡Buenos días, madre! —Mis nervios van en aumento y ella alzó su vista.
Nunca sonríe, su rostro es tieso. Esa obsesión con la familia de Kendrick es sospechosa. Mi padre es a todo dar, tenemos buena relación y soy idéntica a él. Fui, un ¡ay se rompió el condón! Y bebé a bordo. Cada uno asumió su responsabilidad. Aunque debo admitir que hubiera preferido vivir con mi padre, es llevadero. Siempre he sospechado que mi madre, tuvo amor platónico con el padre de Kendrick y no lo supera. Me saca de mis pensamientos, está casi gritando.
—¡Hey! ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? —Se me acercó e iba a tocarme, pero di un paso atrás.
No esperaba esa reacción, se quedó con la mano en el aire y me quedo viendo fijo una mancha de humedad de la pared. Habla Tiara, ha pasado una semana pensando cómo zanjar el tema. Es viernes, el mejor día. Es hora de que dejes el miedo atrás.
—Estoy bien. Quiero hablar contigo…
Me interrumpe, de mala manera, su carácter presente.
—No puedo ahora —suelta la taza fuerte y recoge los papeles de cantazo.
Los mete a empujón en el maletín. Está evadiendo el tema y sabe que no le gustará la conversación. Se iba a marchar, pero la bloqueé, me miró mal y tomé valor.
—Desde hoy tomaré el control de mi vida, salud y todo lo referente —iba a interrumpir, pero la detengo con mi mano enfrente de su cara.
La vuelvo a dejar pasmada, nunca esperó que alzará mi voz y menos que la dejara con su palabra a mitad.
—Te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero ya tengo diecinueve años y no soy una niña. Quiero enfrentarme a la vida, necesito tomar mis decisiones aunque no sean las correctas. Quiero equivocarme. Sé que en el pasado te decepcioné, jugué con mi salud, pero no sucederá. Necesito mis pastillas —extiendo mi mano y espero los frascos.
Ella los esconde de mí, pero si no los suelta y se niega me tocará ir al médico. Buscar otra receta y seguir con mi plan.
—Estás mal y te atreves a pedir el control de tu salud. Nunca te ha importado, una vez confíe en ti y no te tomabas las pastillas. Iba al chequeo y estabas de mal a peor. Has visto las consecuencias… —la interrumpí.
—Sí, esta semana me informé y vi casos. Me equivoqué al no valorar mi vida, pero quería ser normal y tú me tratas como si fuera impedida. Déjame respirar, me siento inútil.
—Desde que ese muchacho riquitillo apareció en tu vida has cambiado. Todo lo cuestionas, serás una más en su vida.
—Él no tiene nada que ver con ser independiente, confía en mí. Deja que tome mis decisiones, déjame ser feliz —mi voz es nerviosa y aguanto las ganas de llorar.
Me duele ver su dolor, pero necesito que entienda que no soy feliz. A veces no puedes proteger a tus hijos porque necesitamos caernos. Ella busca en su maletín, saca los dos frascos y los pone de mala manera en la mesa.
—Toma se feliz, pero no pienso ceder en las citas. No me cuestiones en eso, te amo demasiado para dejar que te mates. En la próxima cita veré si valió la pena darte el control de tu salud.
Agarré los potes, sin mirar atrás me marché. En mi carro respiré profundo y se me escapa una lágrima, pero es de felicidad. Siento que la mano que me ahoga se va soltando poco a poco. Guardé las pastillas y me encaminé hacia la panadería de Manolo. Queda al lado de la lavandería de mi hermano, todos los días desayuno ahí. Espero que a mi madre se le pase este enojo, tampoco la odio. La quiero a pesar de todo. Voy en silencio por el camino, volviendo a repetir lo sucedido. Siempre enciendo la radio, pero no estoy de ánimo. Siento que fui dura con ella. Sé que me ama, siempre me ha cuidado y nunca valoré su ayuda. M*****a conciencia, siento que estoy bien y que fui cruel a la vez. Llegué a la panadería, al entrar me recibe el aroma de pan y bacon. Está llena, pero rápido Manolo al verme deja a un lado todo y se dirige a darme mi abrazo mañanero. Me cae de maravilla, es tan paternal mi viejo. Los años le han dejado una gran calva en el medio y a los lados pelo canoso. Me paso molestando sus tres pelos, decídete a rasurar para que seas mi calvo sexy.
—¡Hola, mi Tiara! ¿Lo mismo de siempre?
—Todo igual a excepción, quiero jugo de uva y una botella de agua.
—¿No deseas “Coca Cola” para enfrentar tu día de trabajo? —Su mirada de sorpresa vale oro.
—Hoy quiero empezar a comer más saludable.
—Nunca es tarde para cuidarse, enseguida traigo tu comida —me tira una guiñada y se marcha.
En lo que llega saco el celular, busco mi alerta de Kendrick y veo sus fotos. Salidas con sus amigos, mi primo sale en dos salidas y las chicas, pero ninguna está encima de él. Eso es extraño, ninguna foto agarrando traseros y metiendo mano en cueros. Una nota dice: El “Playboy” está empezando en el mundo de los videojuegos y viene fuerte para la competencia. El joven rebelde ha demostrado que es multifacético en fiestas, adrenalina y en el mundo del negocio. Me quedo pasmada al leer esto, nunca me imaginé que hiciera algo más que fiestas y ser holgazán. Aparece Manolo con mi plato favorito, huevos revueltos, papas hash brown, bacon y tostadas.
—¡Gracias, esto huele bien! —Guardo el celular en mi bolsillo.
—¡Que lo disfrutes! —se inclinó.
En eso veo que entra al local mi primo Fabian, se acerca con su caminar sexy y seguro. Saluda a Manolo con un abrazo, luego me besa en la cabeza como siempre y se sienta al frente. —Viejo, por favor, trae lo mismo, pero incluido panqueque —señala mi comida y al percatarse del jugo reclama —. Espera, jugo, no, “Coca Cola”.—¡Claro que sí, mi niño, enseguida! —Le da unas palmadas en la espalda y se marcha con su caminar lento.Mi primo es guapo, siempre en la escuela las compañeras me pedían su número e información. Su pelo es oscuro, no es largo ni corto y sus mechones caen en su frente. Sus ojos son marrones oscuros, al punto que se ven negros maníacos. Su nariz respingada y tiene muchos tatuajes en sus brazos, incluso en la cabeza. Me mira serio por un momento y me está leyendo. Siempre somos así. —Antes que preguntes, jugo de uva para empezar a cuidar mi salud un poco. Hoy me enfrenté con mi madre y le dije que tomaría el control de mi salud.—No puedo creerlo, ¿en serio? —Se impu
«¡Oh, Dios!», exclamé en mi mente. No permitas que sea grave. Las noticias exageran, Ken te dijo que inventan tantas cosas por vender. Tranquila Tiara, eso debe ser inventos y si fuera algo grave estuvieras al tanto. Las noticias malas son las primeras en volar, pero no tengo su número. Me arrepiento de no apuntarlo. ¿Qué hago? Llamaré a Fabi, él debe saber. Pero está trabajando, además, él no tiene una alerta de su amigo. No importa, lo llamaré, suena y suena, pero no contesta. Debe estar limpiando un carro, bueno, pues, a comer y luego ver que sucede. La comida huele bien, pero mi apetito está perdido. «Así quieres cuidar tu salud, vamos a comer», me sermoneé a mi misma. La comida no tiene culpa, al probar esta delicia fue fácil comer. En eso entra Raúl, el encargado de entregar la ropa y se sienta conmigo en la mesa. Terminé de comer, dejé bien poco y estoy tomando agua. Lo observo, esperando sus estúpidos comentarios. Siempre está tirando labia, invitándome a comer y salir.—¡Hola
Al terminar la película, me despido y veo la hora, son las 9:00 de la noche. Estoy en el carro, pongo seguro y verifico mi celular. No quise interrumpir mi momento en familia, tengo diez llamadas perdidas de mi madre. Dos de mi hermano, una de Fabi y un mensaje de voz. Le doy a escuchar el mensaje y dice:Así quieres que confié en ti, no contestas las llamadas y menos avisas. ¿Dónde estás?Mi madre histérica, no estoy para ti y peleas. Abrí los mensajes de texto, uno de mi hermano y otro de Fabi.Te llamé, comunícate con mamá. Me ha llamado tres veces. No me importa si estás de fiesta, pero llámala. ¡Besos, Rodri!Prima, le contesté a la loca de titi. Le dije que estás en casa y habló pestes. Pero nada raro en ella. ¡Tqm! Tu primo, salva tu culito.Me empiezo a reír, le envié un texto a Fabi.¿Dónde te encuentras? Salí ahora de tu casa.En vez de enviar texto, me llamó y rápido contesté.—Fabi, tan mal estás que no puedes escribir.—No soy Fabi, pero es mejor escuchar tu voz que escri
Kendrick Estoy acostado de lado debido a las heridas en el sofá cama del estudio. Viendo la foto de nuestro primer beso, en donde comenzó todo. Los chicos están dormidos entre el sofá cama y el futón. Obligué a Fabi que se fuera con Tiara. La idea era que todos dormiríamos en el estudio, disfrutando la noche. Sin embargo, no quería que Tiara enfrentará sola a la Leona. Al estar Fabi con ella, será mejor su tortura. Además, era tarde para irse sola. Aceptó sin pelear, ellos son muy unidos y eso me alegra. Estoy releyendo el mensaje de texto que envió Tiara. Llegamos ahora mismo. ¡Gracias por la bonita noche! Te dejo que vamos a enfrentar a la Leona y no será nada fácil. Le respondí enseguida: De nada. Descansa, te aconsejo que pongas de escudo a Fabi. Él puede manejar mejor a la Leona y sobrevivir al ataque. Esta noche fue especial para mí, nunca lo olvides. Esperé, pero no recibí mensaje de vuelta. Asumí que están bregando con la Leona y nada fácil es la felina. Suelto mi celular
Me marcho, iré a darme una ducha y llamaré a mi Sirena. Si les quedaba alguna duda sobre mis sentimientos a los chicos y en especial a Fabi, lo aclaré. Al llegar a mi cuarto voy hacia la mesita de noche y conecto mi celular. Lo enciendo, vuelve a la vida y entran las notificaciones. Me voy hacia el baño, necesito espabilarme por completo y tener cuidado con mis heridas. Mi sirena estuvo feliz, bloqueó toda la mierda y aun así pensó en mí. Me lavo la cabeza, el chorro me masajea y terminé de asearme. Me salí de la ducha y me seco con cuidado. Al salir con la toalla, busco en el armario mi traje de baño azul cielo, saqué calzoncillos y una camisa sin mangas. Dejé caer la toalla, me visto a las millas y rápido fui hacia el celular. Tengo un mensaje de Tiara, enseguida lo abro. ¡Buenos días! Es temprano, las 7:25 de la mañana, pero la Leona rugió y despertó a todos. Fabian pagó todos los platos rotos, pero nada quitó mi sonrisa. Mi sonrisa es enorme, mi Sirena me dio los buenos días y s
—Por último prima, el que está pegado al culo de Ken. Es Oscar, así todo intimidante, con piercing y tatuajes es muy llorón. Por otro lado, su carácter es cañón, así que huye de él. Es experto en videojuegos, el mejor después de Ken, por supuesto. Oscar serio como siempre, asesina con la mirada a Fabi y le saca el dedo malo. Se despega de mí, camina hacia Tiara y ella juega con su pelo. —¡Bienvenida a la pandilla! Si soportas a Fabi, créeme que me amarás a mí y mi jodido carácter. Porque tu primo es un asno, lo aguantamos, porque en la familia no hay excepción.Tiara lo mira con miedo, asiente y lo saluda con la mano. Oscar me sonríe con sarcasmo y se marcha al jeep. Me sorprende, se sienta atrás, siempre va de copiloto conmigo, no cede el asiento a nadie. Está dejando el asiento para mi chica, me acerco hacia ella y estamos frente a frente.—Ya conoce a todos. No hace falta presentarme Fabian, ya nos saltamos la presentación y el destino fue la ayuda.—No pensaba presentarte, si co
En eso sale Pito, va hacia el baúl y lo acompañé. Agarré dos tablas de surfear y él la otra junto con el bolso de Tiara. —Ella es perfecta para la pandilla y para ti. Se acoplará pronto. Los observé, el amor entre ustedes es real. No te preocupes por Fabi, los apoya. Solo tienes que recordar que de todos has sido el más que liga y continúas como si nada. ¿Quién asegura que no harás lo mismo a Tiara? Ellos son como hermanos y se preocupa por ella. Sé comprensible Ken, él sabe que hay historia de amor, pero la duda está sembrada —me palmeó el hombro.Se marcha dejándome sorprendido, el bebé de la pandilla, el callado vio más allá que yo. Nunca se negó a nada Fabi, siempre me ha ayudado de una forma u otra para acercarme a su prima. Cuando tenga oportunidad me disculparé con él. «Vamos a relajarme», me animé. Caminé con las tablas, cierro el baúl y entré al apartamento. Escucho música de Daddy Yankee puesta, “Shaky Shaky”. Se acerca Oscar y me quita las tablas. Huele demasiado de rico,
Nos acercamos a la terraza, los olores me reciben y estamos en el paraíso. Suelto mis cosas encima de la tabla junto a las demás. Tiara le da un plato con una hamburguesa gigante a Fabi. Me dirigí hacia la mesa dónde está toda la comida, agarré pan y empecé a poner la carne. Se acerca Tiara, me da en el hombro y me quitó la apenas hamburguesa. La miré sorprendido, tendrá mucha hambre.—Tranquila es toda tuya —alcé las manos en rendición—. Por poco me arrancas la mano, si estás hambrienta, adelante —la insté con la mano y señalé los ingredientes para que nos sirvamos a nuestro gusto—, por ti aguanto hambruna. —No seas baboso —me regañó tiernamente, esa cara no muestra enojo—. Ya comí dos hamburguesas en lo que estaban en el agua —acomodó la carne que había puesto yo—. Tenía la de Fabian porque conozco sus gustos —sus ojos curiosos ha puesto en mí—. Dime como te gusta y la sirvo. No deja de sorprenderme mi chica, pero iba a quitarle la hamburguesa y ella la aparta.—Puedo hacérmela so