«¡Oh, Dios!», exclamé en mi mente. No permitas que sea grave. Las noticias exageran, Ken te dijo que inventan tantas cosas por vender. Tranquila Tiara, eso debe ser inventos y si fuera algo grave estuvieras al tanto. Las noticias malas son las primeras en volar, pero no tengo su número. Me arrepiento de no apuntarlo. ¿Qué hago? Llamaré a Fabi, él debe saber. Pero está trabajando, además, él no tiene una alerta de su amigo. No importa, lo llamaré, suena y suena, pero no contesta. Debe estar limpiando un carro, bueno, pues, a comer y luego ver que sucede. La comida huele bien, pero mi apetito está perdido. «Así quieres cuidar tu salud, vamos a comer», me sermoneé a mi misma. La comida no tiene culpa, al probar esta delicia fue fácil comer. En eso entra Raúl, el encargado de entregar la ropa y se sienta conmigo en la mesa. Terminé de comer, dejé bien poco y estoy tomando agua. Lo observo, esperando sus estúpidos comentarios. Siempre está tirando labia, invitándome a comer y salir.
—¡Hola, bella! ¡Buen provecho! Aunque ya comiste.
Sonrío a medias, estoy preocupada para estar con este mujeriego. Es alto, moreno, calvo y tiene sus labios bien gruesos.
—Gracias, iré a trabajar. —Me levanto y agarro el plato para botarlo.
—Espera amorcito, ¿cuándo irás a comer o bailar conmigo?
Luego de echar todo al zafacón, agarré mi celular y lo guardé en el bolso. Para no verlo cada cinco minutos pendiente de Kendrick. Guardo todo en el locker sin mirarlo, bloqueé la puerta y contesté.
—No tengo tiempo, estoy muy ocupada con el estudio y el trabajo. —En eso entra mi hermano y sonríe.
—Nunca te cansas Raúl, déjala en paz.
Camino hacia la puerta, sin mirar su cara de baboso.
—Algún día te arrepentirás, nena.
Continúo mi camino, espero que ese día nunca llegue. Al pasar las horas fue una tortura, pasaron tan lentas y ganas, no faltaron de buscar mi celular. Lo logré, aguanté. Bajamos la ropa y entró mi hermano.
—¡Buen trabajo! Vete ya, es todo por hoy. Te veo el lunes, que tengas buen fin de semana —dijo mi hermano alegre y mis ojos se van al reloj, son las 5:00 de la tarde.
Él siempre cierra a las 6:00 de la tarde, si nos queda algo para adelantar nos quedamos y a veces salimos a las 7:00 pm. En cambio, agradezco salir ahora, no puedo con estos nervios y además, tengo que ir a ver a titi.
—¡Gracias, hermano, no te canses mucho! —Me acerco y beso su mejilla.
Camino hacia el locker, me suelto el moño y me lo pongo de pulsera. Saco mis cosas, camino hacia mi carro y casi voy corriendo. Estoy loca por ver mi celular, pero lo haré en el carro y al llegar respiro profundo. Coloqué el seguro del carro, busqué en mi bolso y saco el celular. Veo la pantalla, tres llamadas perdidas de Fabian y un mensaje. Le doy para ver el mensaje:
Estaba lavando un auto. ¿Qué sucede Tati?
Rápido llamo a mi primo, al contestar se escucha música y me pidió que esperara. Se escucha menos ruido y la música a distancia.
—¡Hola, prima! ¿Ocurre algo?
Escucho que hablan con él, le dicen: Toma está fría, te espero en el estudio.
Mi primo contesta: Voy ahora Kendrick, no se escucha bien allá.
Me molesto, mientras estaba preocupada todo el santo día y ellos dándose unas frías.
—Estás ocupado, hablamos después.
—¿Para qué llamaste? Estoy con la pandilla escuchando música y pasándola bien.
—Estaba en mi break, quería ver como le había ido a Timoteo.
—Está bien, prima, no fue nada grave. Únicamente rasguños, las noticias exageran.
—No sé, ¿qué hablas? Estaba trabajando.
—Sabes bien prima, primita de mi alma. Estaban probando la motora, perdió el control y por eso estamos en su casa. Para estar con él, pero está más que estupendo.
Me deja ahí con la palabra y cuelga. Me recuesto en el volante, nunca puedo engañar a Fabi. Me arreglo el cabello con la mano, me veo en el espejo y enciendo el carro. Voy de camino para casa de mi tía, tanta preocupación para que ellos estén de fiesta. «¿Para qué Tiara?», peleé conmigo. Él como si nada, pasándola bomba. Llegué en quince minutos a casa de titi, me estacioné y en ese justo instante se bajó del carro Facundo, mi tío. Se ve cansado, lleva el dolor grabado en su semblante y no es para menos. Es el amor de su vida, debe ser tan desesperante. Ver como se va tu alma, sin poder detener su sufrimiento y aun así apoyarla. Respiro y exhalo. Respiro, vamos, sé fuerte. Al bajarme, mi tío se percata y abre sus brazos. Me lancé a sus cálidos brazos, me rodeó y besó mi cabeza. Siempre los he amado como padres, son tan unidos y me he sentido amada.
—¿Estás preparada Tati?
—Eso creo, aunque nunca se está preparada.
Entramos a la casa y quedé en shock al verla desorganizada. Mi tía es maniática con la limpieza, ver esto es la prueba de cuán mal es su estado. Mi tío me acompaña hacia el cuarto, me quedo helada en la puerta y mis lágrimas se me escapan. Alargó su mano esperando por mí, caminé lentamente y trato de esconder mi rostro. Verla tan demacrada es doloroso, su cabello no existe. Tiene un pañuelo rojo en su cabeza, sus ojos con sombras negras, se ve tan delgada y seca.
—No escondas tu cara, Tati —su voz es débil y tose.
—Perdón, por mis lágrimas. —No aguanto más y me lanzo a sus brazos.
Ella gime, se me olvido y debí lastimarla. Mis sollozos son desde lo más profundo, ella acaricia mi espalda y me despego. Veo por el rabillo del ojo que mi tío se marcha, no estaba preparada para verla así.
—Suéltalo todo cariño, me alegro de verte.
—No puedes estar sola tanto tiempo.
En eso escucho que alguien carraspeó detrás, me volteo y veo a una señora mayor con uniforme de enfermera, se ve humilde y me mira con amor.
—Te presento a Juanita, mi enfermera. Estaba en el baño cuando llegaste. —Mi tía empieza a reír con dificultad.
—¡Mucho gusto, jovencita! —La señora me ofrece la mano y antes de saludarla me limpio las lágrimas.
—Es mi sobrina Tati, la que tantas veces te he hablado.
—¡Es hermosa, no se equivocó en describirla!
—¡Gracias, el placer es mío, Juanita!
—Te puedes ir Juanita, llegó mi esposo. Si Dios quiere, nos vemos mañana.
La señora se acerca, le acomoda la almohada y le da un beso a mi tía. Se despide, luego nos deja sola y me siento en la cama.
—Te prometo que vendré a verte más seguido. No dejaré que pase tanto tiempo.
—No te preocupes, estoy feliz de verte. Sé que hoy diste un gran paso y estoy muy orgullosa de ti.
—Fabian te contó todo.
—Estuvo aquí antes de irse a casa de su amigo. Por cierto, también vi la foto del beso y eso fue tan hermoso. —Empezó a toser y agarró un vaso con agua de la mesita.
Ella da un sorbo grande, me da el vaso y lo coloqué en la mesita.
—No te mentiré, ese beso fue magnífico. Sentí mariposas, peces y hasta petardos dentro.
Nos sonreímos ambas y agarra mi mano.
—Me alegro, ese chico se ve bueno, arriésgate a vivir. Me recuerdas tanto a mí, cuando luché por ser independiente y vivir. No me arrepiento de nada y eso quiero para ti.
—Me da tanto miedo, me siento tan sola en casa y si me equivoco. Si abro mi corazón demasiado rápido y me pierdo en el camino.
—La vida es sin manual, te sentirás así y perdida muchas veces. Pero no dejes de luchar, vive a pesar de todos.
—La vida es injusta, a la gente buena le sucede esto.
—No podemos entender las cosas, pero todo tiene su propósito. Necesito que cuando no esté, cuides a Fabi, aunque no lo creas eres su sostén y por un tiempo estará perdido. Sin embargo, con tu apoyo volverá, me iré tranquila sabiendo que el uno al otro se cuidará.
—Soy débil, mi sostén es él. Nunca he sido de su ayuda, siempre con mis problemas y él escuchando. —Lágrimas ruedan por mis mejillas y mi tía llora conmigo.
—Sin darte cuenta siempre has sido su fuerza, créeme. Recuérdale que viva sin miedo. —Se limpia las lágrimas y sonríe.
—Lo cuidaré siempre, somos hermanos y seré su apoyo.
—Estoy muy orgullosa de ustedes. Ve, busca a Facundo y no más llanto por hoy. —Me da unas palmadas en la mano.
Me levanto, voy hacia la cocina y veo a tío sirviendo una ensalada.
—No te sentí llegar Tati —dice cuando se voltea y me encuentra en la cocina.
—Se ve bien la ensalada, titi te espera.
—Es nuestra cena, quédate veremos película y no acepto un no.
—No diría que no por nada. ¿Qué película veremos?
—La preferida de Betsy, “Más barato por docena”, necesita reír. Está en la mesa, ve, ponla e iré ahora con los platos.
—¡Me encanta esa película! —Sostengo la película y me voy hacia el cuarto.
Al entrar sostengo en alto la película, mi tía sonríe y grabaré por siempre esa sonrisa. Llega mi tío con la bandeja, puse la TV con la película. Me siento en la butaca, mi tío al lado de mi tía y empezamos a verla. Ver su amor incondicional vale oro. Aún veo esa chispa en ambos. Son los tesoros que guardaré por siempre. Mi tía se reía débil, pero estaba feliz y mi tío al pendiente de ella.
—Saben nunca quise más hijos. Decía: Fabian da por veinte. Pero ahora me lamento, no haber dejado más compañía para mi hijo.
—Mi corazón, no te equivocas, Fabian da por veinte. Así estamos bien y más. —Mi tío la besa y ella lo corresponde.
Al terminar la película, me despido y veo la hora, son las 9:00 de la noche. Estoy en el carro, pongo seguro y verifico mi celular. No quise interrumpir mi momento en familia, tengo diez llamadas perdidas de mi madre. Dos de mi hermano, una de Fabi y un mensaje de voz. Le doy a escuchar el mensaje y dice:Así quieres que confié en ti, no contestas las llamadas y menos avisas. ¿Dónde estás?Mi madre histérica, no estoy para ti y peleas. Abrí los mensajes de texto, uno de mi hermano y otro de Fabi.Te llamé, comunícate con mamá. Me ha llamado tres veces. No me importa si estás de fiesta, pero llámala. ¡Besos, Rodri!Prima, le contesté a la loca de titi. Le dije que estás en casa y habló pestes. Pero nada raro en ella. ¡Tqm! Tu primo, salva tu culito.Me empiezo a reír, le envié un texto a Fabi.¿Dónde te encuentras? Salí ahora de tu casa.En vez de enviar texto, me llamó y rápido contesté.—Fabi, tan mal estás que no puedes escribir.—No soy Fabi, pero es mejor escuchar tu voz que escri
Kendrick Estoy acostado de lado debido a las heridas en el sofá cama del estudio. Viendo la foto de nuestro primer beso, en donde comenzó todo. Los chicos están dormidos entre el sofá cama y el futón. Obligué a Fabi que se fuera con Tiara. La idea era que todos dormiríamos en el estudio, disfrutando la noche. Sin embargo, no quería que Tiara enfrentará sola a la Leona. Al estar Fabi con ella, será mejor su tortura. Además, era tarde para irse sola. Aceptó sin pelear, ellos son muy unidos y eso me alegra. Estoy releyendo el mensaje de texto que envió Tiara. Llegamos ahora mismo. ¡Gracias por la bonita noche! Te dejo que vamos a enfrentar a la Leona y no será nada fácil. Le respondí enseguida: De nada. Descansa, te aconsejo que pongas de escudo a Fabi. Él puede manejar mejor a la Leona y sobrevivir al ataque. Esta noche fue especial para mí, nunca lo olvides. Esperé, pero no recibí mensaje de vuelta. Asumí que están bregando con la Leona y nada fácil es la felina. Suelto mi celular
Me marcho, iré a darme una ducha y llamaré a mi Sirena. Si les quedaba alguna duda sobre mis sentimientos a los chicos y en especial a Fabi, lo aclaré. Al llegar a mi cuarto voy hacia la mesita de noche y conecto mi celular. Lo enciendo, vuelve a la vida y entran las notificaciones. Me voy hacia el baño, necesito espabilarme por completo y tener cuidado con mis heridas. Mi sirena estuvo feliz, bloqueó toda la mierda y aun así pensó en mí. Me lavo la cabeza, el chorro me masajea y terminé de asearme. Me salí de la ducha y me seco con cuidado. Al salir con la toalla, busco en el armario mi traje de baño azul cielo, saqué calzoncillos y una camisa sin mangas. Dejé caer la toalla, me visto a las millas y rápido fui hacia el celular. Tengo un mensaje de Tiara, enseguida lo abro. ¡Buenos días! Es temprano, las 7:25 de la mañana, pero la Leona rugió y despertó a todos. Fabian pagó todos los platos rotos, pero nada quitó mi sonrisa. Mi sonrisa es enorme, mi Sirena me dio los buenos días y s
—Por último prima, el que está pegado al culo de Ken. Es Oscar, así todo intimidante, con piercing y tatuajes es muy llorón. Por otro lado, su carácter es cañón, así que huye de él. Es experto en videojuegos, el mejor después de Ken, por supuesto. Oscar serio como siempre, asesina con la mirada a Fabi y le saca el dedo malo. Se despega de mí, camina hacia Tiara y ella juega con su pelo. —¡Bienvenida a la pandilla! Si soportas a Fabi, créeme que me amarás a mí y mi jodido carácter. Porque tu primo es un asno, lo aguantamos, porque en la familia no hay excepción.Tiara lo mira con miedo, asiente y lo saluda con la mano. Oscar me sonríe con sarcasmo y se marcha al jeep. Me sorprende, se sienta atrás, siempre va de copiloto conmigo, no cede el asiento a nadie. Está dejando el asiento para mi chica, me acerco hacia ella y estamos frente a frente.—Ya conoce a todos. No hace falta presentarme Fabian, ya nos saltamos la presentación y el destino fue la ayuda.—No pensaba presentarte, si co
En eso sale Pito, va hacia el baúl y lo acompañé. Agarré dos tablas de surfear y él la otra junto con el bolso de Tiara. —Ella es perfecta para la pandilla y para ti. Se acoplará pronto. Los observé, el amor entre ustedes es real. No te preocupes por Fabi, los apoya. Solo tienes que recordar que de todos has sido el más que liga y continúas como si nada. ¿Quién asegura que no harás lo mismo a Tiara? Ellos son como hermanos y se preocupa por ella. Sé comprensible Ken, él sabe que hay historia de amor, pero la duda está sembrada —me palmeó el hombro.Se marcha dejándome sorprendido, el bebé de la pandilla, el callado vio más allá que yo. Nunca se negó a nada Fabi, siempre me ha ayudado de una forma u otra para acercarme a su prima. Cuando tenga oportunidad me disculparé con él. «Vamos a relajarme», me animé. Caminé con las tablas, cierro el baúl y entré al apartamento. Escucho música de Daddy Yankee puesta, “Shaky Shaky”. Se acerca Oscar y me quita las tablas. Huele demasiado de rico,
Nos acercamos a la terraza, los olores me reciben y estamos en el paraíso. Suelto mis cosas encima de la tabla junto a las demás. Tiara le da un plato con una hamburguesa gigante a Fabi. Me dirigí hacia la mesa dónde está toda la comida, agarré pan y empecé a poner la carne. Se acerca Tiara, me da en el hombro y me quitó la apenas hamburguesa. La miré sorprendido, tendrá mucha hambre.—Tranquila es toda tuya —alcé las manos en rendición—. Por poco me arrancas la mano, si estás hambrienta, adelante —la insté con la mano y señalé los ingredientes para que nos sirvamos a nuestro gusto—, por ti aguanto hambruna. —No seas baboso —me regañó tiernamente, esa cara no muestra enojo—. Ya comí dos hamburguesas en lo que estaban en el agua —acomodó la carne que había puesto yo—. Tenía la de Fabian porque conozco sus gustos —sus ojos curiosos ha puesto en mí—. Dime como te gusta y la sirvo. No deja de sorprenderme mi chica, pero iba a quitarle la hamburguesa y ella la aparta.—Puedo hacérmela so
Tiara Nunca me imaginé escapando de mi casa y aprendiendo a surfear. Estoy en la arena con Ken, me está enseñando cómo remar hacia la ola. Me encuentro acostada en la tabla y simulando los movimientos. Estoy ansiosa, un poco nerviosa, pero no me quitaré. Mi primo está sentado en la arena con una cara de pocos amigos y piensa que perdí la cabeza. Tal vez la perdí, solo sé que Kendrick me reta a vivir y siempre amaré esta sensación. Me siento útil, respiro sola y me siento volar. —Recuerda, vas con la tabla caminando hasta que el agua te llegue a la cintura —Kendrick simula que está entrando en el agua con las manos y se ve chistoso—. Luego te acuestas en la tabla y remas. —Entiendo, Ken —sonreí.—Remamos —él todo serio—, cuando venga una ola haces el pato…—Sí, tengo que pegar la nariz a la tabla —terminé por él lo que ha repetido varias veces—, me impulso con el pecho y hago el pato —al darse cuenta de que ha sido intenso sonrió Ken—. Copiado, estoy recopilando todo.Él está tan em
Al abrirlo, empiezo a leer:Una vez más, mientes. Esto se hará de costumbre. No me tienes contenta. Fui a casa de Betsy, no estabas y nunca le avisaste que mentirías. Me quedé mirando el mensaje y surgió una interrogante. ¿Soy terrible por querer experimentar y conocer el mundo? Le contesté: Estoy bien. Cuando llegue me reclamas y me das tus insultos. Tu hija mentirosa.Apago el celular, lo guardo en el bolso y me siento con menos carga. No tengo miedo a sus gritos y salgo del baño. Es hermoso este apartamento y empiezo a mirar alrededor. En la coqueta hay una foto y me acerco. Es Kendrick con sus padres, su parecido con su madre es inmenso y puedo percibir el amor en la foto. Hay un balcón, suelto mi bolso en la coqueta y voy hacia la puerta. La curiosidad pudo más, quité el seguro de la puerta escurridiza y salgo. La brisa me acaricia el cuerpo, me abrazo a mi misma y admiro la vista. El mar de testigo, mi pelo ondeando con el viento y cierro mis ojos por el momento perfecto que