En eso veo que entra al local mi primo Fabian, se acerca con su caminar sexy y seguro. Saluda a Manolo con un abrazo, luego me besa en la cabeza como siempre y se sienta al frente.
—Viejo, por favor, trae lo mismo, pero incluido panqueque —señala mi comida y al percatarse del jugo reclama —. Espera, jugo, no, “Coca Cola”.
—¡Claro que sí, mi niño, enseguida! —Le da unas palmadas en la espalda y se marcha con su caminar lento.
Mi primo es guapo, siempre en la escuela las compañeras me pedían su número e información. Su pelo es oscuro, no es largo ni corto y sus mechones caen en su frente. Sus ojos son marrones oscuros, al punto que se ven negros maníacos. Su nariz respingada y tiene muchos tatuajes en sus brazos, incluso en la cabeza. Me mira serio por un momento y me está leyendo. Siempre somos así.
—Antes que preguntes, jugo de uva para empezar a cuidar mi salud un poco. Hoy me enfrenté con mi madre y le dije que tomaría el control de mi salud.
—No puedo creerlo, ¿en serio? —Se impulsa hacia adelante y sus ojos misteriosos puestos en mí.
Agarra una hash brown y se la come. Mientras abro el pan y lo relleno de huevo revuelto como me gusta.
—Pues ni yo misma lo creo aún. Estaba tan nerviosa, ella histérica y al final cedió a la mala.
—Es un gran paso Tati, pero odias cuidarte y cuando vas a las citas…
—Detente, sé mi error e inmadurez. Me puedes apoyar, te necesito y…
—Estoy contigo Tati, lo harás bien —coloca su mano encima de la mía y saber que cuento con él me quita un peso de encima.
En eso aparece una empleada de Manolo, le entrega el plato de comida a Fabi y coquetea con él. La ignora, lo cual es raro en mi primo y vibra su celular. Él lo empuja hacia un lado, empieza a comer y veo su tensión.
—¿Cómo está titi Betsy? —Sus ojos se humedecen y baja la mirada.
Es mi tía de parte de madre, es su hermana menor. Mi tía tiene cáncer en los huesos, se ha complicado y por eso mi primo se pierde. No soporta verla así, es doloroso. Mi madre ha dejado de visitarla porque siempre terminan peleando. Eso no le hace bien y se llaman todos los días. El padre de Fabian tiene un Car wash, trabajan juntos y pelean demasiado. Su padre le pelea porque no madura, pero Fabi es fuerte y sigue los consejos de titi. Siempre le aconseja: Vive la vida, después tarde será. A pesar del dolor, él la complace. Mi primo es mi orgullo, se levanta todos los días enterrando su dolor y decidiendo vivir por ella.
—La quimioterapia, la tiene mal —su voz se corta y carraspea.
Mi corazón se aplasta, tengo que visitarla y mostrarle mi amor.
—Está bien que llores Fabi, no puedes ser siempre el duro y loco —su celular vuelve y vibra, lo ignora.
—Me duele verla así, pero su sonrisa nunca se apaga. ¿Quién soy yo para apagar la mía? Cuando ella es fuerte por todos, se alegra cuando le cuento mis locuras y mi padre enojado. No entiende que por ella viviré, no importa que parezca un insensible. En las noches a solas me desahogo, duele tanto, pero la vida tiene sus acertijos. Al menos mamá siempre ha creído en ellos —veo lágrimas bajar por su mejilla y agarro su mano fuerte.
Se me escapan las mías, pero las limpio antes de que levante su mirada. El celular vibró de nuevo y suelta mi mano para contestar.
—¡Dímelo, Timoteo!
Me recupero, mi hambre se fue, pero hago un esfuerzo y doy bocados pequeños.
—Baja a la panadería de Manolo, bye —cuelga la llamada y comemos en silencio.
Me siento fatal, mi tía sufriendo y yo negándome a vivir. Cuánto ha sufrido Fabi aguantando mis berrinches y apoyándome aún en su tristeza.
—¡Lo siento tanto! —No logro aguantar y exploté en llanto.
Fabi rápido arrastró su silla al lado mío y me pegó a su pecho. Él me apoya y me siento mal que no sea al revés.
—Tati, esto no es tu culpa.
—No pensé en nadie con mis arrebatos, ni siquiera en la gente que desea ser saludable y, en cambio, jugué con mi salud. Nunca he sido consciente de lo bendecida que soy —mi voz sale fañosa y acaricia mi pelo.
—Tranquila, no te sientas mal, cero reproches. Cada persona tiene problemas, ya sean pequeños o grandes. Eso no quita que duela aun siendo pequeños. Cada persona lleva su carga y dolor. Entiendo, tus actos son producto de la obsesión de tu madre y nunca has hecho daño ni a una mosca. Mi madre te ama mucho y desea que vivas. ¿Para qué quieres una salud al cien por ciento si vives en una jaula y no sientes la libertad?
Me pasa una servilleta, me sacudí la nariz y Fabi me limpia las lágrimas. Es mi sostén, siempre me ha apoyado aun sabiendo que voy por el camino incorrecto.
—¡Gracias, hoy iré sin falta a ver a titi!
Terminó su panqueque y dio un largo trago de su soda.
—No puedo dejar pasar tu famoso beso, cuéntame, ¿qué significa para ti?
Remuevo el poco huevo revuelto del plato. Sabe cambiar de tema mi primo, sé que quiere distraerse y averiguar.
—Nada sucedió, nada de nada. —Siento sus ojos oscuros evaluando mi reacción y sonrojo.
Nunca puedo ocultarle nada, me conoce suficiente y sabe que algo escondo.
—Pequeña mentirosa, te conozco y sé que te gusta Kendrick.
—¡No! ¿Qué te hace pensar en esa locura? —Lo negué mientras agachaba la cabeza y me empujó con el hombro.
—Tu nerviosismo, el sonrojo y porque soy tu hermano. Sé cuando mientes. Además, ¿creíste que no vi todas las revistas debajo del colchón? Curiosamente, las noticias de Ken son las únicas dobladas. No has puesto fotos en la pared por tu loca madre, te rompería la cabeza.
Me descubrió, qué vergüenza, al menos es mi primo.
—Respeta mi privacidad, admito que me cae bien. Siento miedo a lo que pueda sentir por él —lo confesé a mi hermano y decirlo en voz alta me ayuda.
—Hablé con Kendrick, sabe que eres mi hermana y le advertí. Por ser mi amigo no quita que te ame más a ti. Solo vive, arriésgate y toca la libertad, Tati. —Me lanza una papa hash brown y la arrojé de vuelta.
En eso llega Timoteo, se sienta y agarra mi plato. Empieza a comer mis sobras, le regalo la botella de agua y da un sorbo.
—¡Wepa, Timoteo! Parece que ayer no comiste. —Se saludan chocando sus puños y lo saludé de lejos con la mano en el aire.
—Sus padres —nos apuntó—, al parecer, no mencionaron en su educación que con la comida no se juega. Existe mucha gente con hambre en el mundo y soy una de esas personas.
Nos empezamos a reír a carcajadas, olvidando la tristeza y el dolor.
—Era comida de mi hermana, idiota. No preguntaste si podías comer.
—No quería más Fabi, para que se pierda mejor en su estómago.
Es la segunda vez que tengo contacto con Timoteo, hace tiempo Fabi fue a visitarme y vimos una película juntos. Fue divertido, además, que es tipo emo, su pelo negro lacio y largo peinado de lado. Es muy delgado, es una pajita. Usa muchos piercings, en ambas orejas tiene los aros redondos, que son un poco repulsivos y puedes ver el roto en la piel. En su cara tiene piercing debajo de la nariz, el mentón, la lengua y su ropa toda negra. Tiene una belleza extraña, pero la tiene y siempre es bromista.
—Tati eres siempre un amor, alimentar a los niños desamparados es una bonita labor —dijo sarcástico Fabi.
—¡Tati, me gusta el apodo, es muy original! —comentó Timoteo.
Los miro a ambos, parecen niños y me sonrío.
—Deja el apodo de Tati en paz, mira este puño, es original y más en tu cara. —Le muestra el puño y en eso suena mi celular.
Lo saqué del bolsillo y al mirar la pantalla es mi hermano Rodrigo. Me olvidé de la hora. Debe estar esperando por mí, me pongo nerviosa y les hago señas con el dedo para que no hablen. No quiero que suponga otra cosa. Aunque mi hermano es un jefe comprensible.
—¡Hola, Rodri! —Fabi se pega para escuchar la conversación y Timoteo está callado.
—¡Hola, Tiara! ¿Estás bien?—suena preocupado y muy ajetreado.
—Estoy bien. Salgo para allá, estoy desayunando en la panadería de Manolo.
—No te preocupes, mamá me llamó y me comentó algo. Entiendo tu demora, solo que hoy es mucho trabajo.
—Voy ahora, Rodri —cuelgo la llamada y guardo el celular.
—Al menos no se enojó, sirvió de algo el show de la tía. Ve a trabajar, te entretuve, pago el desayuno.
—De ninguna manera. —Voy a sacar el dinero de mi bolsillo y Fabi me atrapa la mano con sus ojos maniáticos.
—Vete antes de que te patee el trasero y llegues rodando a la lavandería. —Me suelta la mano y beso su mejilla.
Me despido dándole la mano a Timoteo, no tengo la confianza para besos y me encamino a trabajar. El local de mi hermano está a dos negocios más abajo. Primero me detengo en el carro y saco mi bolso junto con mi laptop. En el negocio me recibe Olga, la encargada de atender a los clientes. La saludé de lejos y fui hacia mi lockers. Una vez guardé mis cosas voy directo hacia el área de trabajo y saludo a mi hermano con un beso en su mejilla.
—¡Llegaste qué bien! Allá está la ropa dividida y verificar las manchas. —Está todo sudado planchando y en su cara se nota la tensión.
Me encargo de la ropa, me hago una cola de caballo y comienzo.
—¿Cómo te sientes? —Me mira con sus ojos marrones preocupados.
—Me siento bien, tenía que despertar.
—Mamá es así de insoportable, pero te ama a su manera, Tiara. Me alegro de que despertaras, no es fácil vivir con ella.
Mi hermano es idéntico en físico a mi madre, piel trigueña, pelo militar y facciones toscas. Pero su carácter es fuerte, pero es comprensible y escucha. Se fue de la casa a los dieciocho años, al ser del mismo carácter, constantemente discutían y se fue con el abuelo a vivir. Los familiares de mi madre tenemos a titi Betsy y el abuelo Rodolfo. El padre de Rodri es un secreto de mamá. Cuando le preguntas se molesta, no habla y mi hermano no desea saber. Pienso que debió amar mucho al padre de Rodrigo, al punto que le duele recordar su nombre. A los veinte años mi hermano rentó su apartamento, le envidio su decisión de no dar el brazo a torcer. Tiene el valor que me falta y tan solo el día de hoy estaba asustada.
—¿Has visitado a titi Betsy?
—Hace un mes que no la veo, qué m****a es el cáncer.
—Iré hoy a verla, Fabi me dice que ha empeorado más. —Empiezo a separar las piezas por color.
—Mándale besos y dile que pronto iré.
Continuamos trabajando, escuchando música y sin darme cuenta es la hora de almorzar. Encargué la comida, hoy pedí mofongo, bistec encebollado y ensalada por el lado. Estoy en el cuarto de descanso, antes de comer saco mi celular y veo un alerta de Kendrick. Veo hacia los lados, no hay nadie y abro el enlace. Rápido me pongo nerviosa, la noticia dice:
¡Última Hora!
Kendrick el “Playboy” tuvo un accidente de moto. Por estar compitiendo con el amigo se ha caído. Al parecer está grave. No tenemos mucha información, solo sabemos que fue llevado a emergencias en estos momentos. Una vez más juega con fuego, esperemos que no sea grave.
«¡Oh, Dios!», exclamé en mi mente. No permitas que sea grave. Las noticias exageran, Ken te dijo que inventan tantas cosas por vender. Tranquila Tiara, eso debe ser inventos y si fuera algo grave estuvieras al tanto. Las noticias malas son las primeras en volar, pero no tengo su número. Me arrepiento de no apuntarlo. ¿Qué hago? Llamaré a Fabi, él debe saber. Pero está trabajando, además, él no tiene una alerta de su amigo. No importa, lo llamaré, suena y suena, pero no contesta. Debe estar limpiando un carro, bueno, pues, a comer y luego ver que sucede. La comida huele bien, pero mi apetito está perdido. «Así quieres cuidar tu salud, vamos a comer», me sermoneé a mi misma. La comida no tiene culpa, al probar esta delicia fue fácil comer. En eso entra Raúl, el encargado de entregar la ropa y se sienta conmigo en la mesa. Terminé de comer, dejé bien poco y estoy tomando agua. Lo observo, esperando sus estúpidos comentarios. Siempre está tirando labia, invitándome a comer y salir.—¡Hola
Al terminar la película, me despido y veo la hora, son las 9:00 de la noche. Estoy en el carro, pongo seguro y verifico mi celular. No quise interrumpir mi momento en familia, tengo diez llamadas perdidas de mi madre. Dos de mi hermano, una de Fabi y un mensaje de voz. Le doy a escuchar el mensaje y dice:Así quieres que confié en ti, no contestas las llamadas y menos avisas. ¿Dónde estás?Mi madre histérica, no estoy para ti y peleas. Abrí los mensajes de texto, uno de mi hermano y otro de Fabi.Te llamé, comunícate con mamá. Me ha llamado tres veces. No me importa si estás de fiesta, pero llámala. ¡Besos, Rodri!Prima, le contesté a la loca de titi. Le dije que estás en casa y habló pestes. Pero nada raro en ella. ¡Tqm! Tu primo, salva tu culito.Me empiezo a reír, le envié un texto a Fabi.¿Dónde te encuentras? Salí ahora de tu casa.En vez de enviar texto, me llamó y rápido contesté.—Fabi, tan mal estás que no puedes escribir.—No soy Fabi, pero es mejor escuchar tu voz que escri
Kendrick Estoy acostado de lado debido a las heridas en el sofá cama del estudio. Viendo la foto de nuestro primer beso, en donde comenzó todo. Los chicos están dormidos entre el sofá cama y el futón. Obligué a Fabi que se fuera con Tiara. La idea era que todos dormiríamos en el estudio, disfrutando la noche. Sin embargo, no quería que Tiara enfrentará sola a la Leona. Al estar Fabi con ella, será mejor su tortura. Además, era tarde para irse sola. Aceptó sin pelear, ellos son muy unidos y eso me alegra. Estoy releyendo el mensaje de texto que envió Tiara. Llegamos ahora mismo. ¡Gracias por la bonita noche! Te dejo que vamos a enfrentar a la Leona y no será nada fácil. Le respondí enseguida: De nada. Descansa, te aconsejo que pongas de escudo a Fabi. Él puede manejar mejor a la Leona y sobrevivir al ataque. Esta noche fue especial para mí, nunca lo olvides. Esperé, pero no recibí mensaje de vuelta. Asumí que están bregando con la Leona y nada fácil es la felina. Suelto mi celular
Me marcho, iré a darme una ducha y llamaré a mi Sirena. Si les quedaba alguna duda sobre mis sentimientos a los chicos y en especial a Fabi, lo aclaré. Al llegar a mi cuarto voy hacia la mesita de noche y conecto mi celular. Lo enciendo, vuelve a la vida y entran las notificaciones. Me voy hacia el baño, necesito espabilarme por completo y tener cuidado con mis heridas. Mi sirena estuvo feliz, bloqueó toda la mierda y aun así pensó en mí. Me lavo la cabeza, el chorro me masajea y terminé de asearme. Me salí de la ducha y me seco con cuidado. Al salir con la toalla, busco en el armario mi traje de baño azul cielo, saqué calzoncillos y una camisa sin mangas. Dejé caer la toalla, me visto a las millas y rápido fui hacia el celular. Tengo un mensaje de Tiara, enseguida lo abro. ¡Buenos días! Es temprano, las 7:25 de la mañana, pero la Leona rugió y despertó a todos. Fabian pagó todos los platos rotos, pero nada quitó mi sonrisa. Mi sonrisa es enorme, mi Sirena me dio los buenos días y s
—Por último prima, el que está pegado al culo de Ken. Es Oscar, así todo intimidante, con piercing y tatuajes es muy llorón. Por otro lado, su carácter es cañón, así que huye de él. Es experto en videojuegos, el mejor después de Ken, por supuesto. Oscar serio como siempre, asesina con la mirada a Fabi y le saca el dedo malo. Se despega de mí, camina hacia Tiara y ella juega con su pelo. —¡Bienvenida a la pandilla! Si soportas a Fabi, créeme que me amarás a mí y mi jodido carácter. Porque tu primo es un asno, lo aguantamos, porque en la familia no hay excepción.Tiara lo mira con miedo, asiente y lo saluda con la mano. Oscar me sonríe con sarcasmo y se marcha al jeep. Me sorprende, se sienta atrás, siempre va de copiloto conmigo, no cede el asiento a nadie. Está dejando el asiento para mi chica, me acerco hacia ella y estamos frente a frente.—Ya conoce a todos. No hace falta presentarme Fabian, ya nos saltamos la presentación y el destino fue la ayuda.—No pensaba presentarte, si co
En eso sale Pito, va hacia el baúl y lo acompañé. Agarré dos tablas de surfear y él la otra junto con el bolso de Tiara. —Ella es perfecta para la pandilla y para ti. Se acoplará pronto. Los observé, el amor entre ustedes es real. No te preocupes por Fabi, los apoya. Solo tienes que recordar que de todos has sido el más que liga y continúas como si nada. ¿Quién asegura que no harás lo mismo a Tiara? Ellos son como hermanos y se preocupa por ella. Sé comprensible Ken, él sabe que hay historia de amor, pero la duda está sembrada —me palmeó el hombro.Se marcha dejándome sorprendido, el bebé de la pandilla, el callado vio más allá que yo. Nunca se negó a nada Fabi, siempre me ha ayudado de una forma u otra para acercarme a su prima. Cuando tenga oportunidad me disculparé con él. «Vamos a relajarme», me animé. Caminé con las tablas, cierro el baúl y entré al apartamento. Escucho música de Daddy Yankee puesta, “Shaky Shaky”. Se acerca Oscar y me quita las tablas. Huele demasiado de rico,
Nos acercamos a la terraza, los olores me reciben y estamos en el paraíso. Suelto mis cosas encima de la tabla junto a las demás. Tiara le da un plato con una hamburguesa gigante a Fabi. Me dirigí hacia la mesa dónde está toda la comida, agarré pan y empecé a poner la carne. Se acerca Tiara, me da en el hombro y me quitó la apenas hamburguesa. La miré sorprendido, tendrá mucha hambre.—Tranquila es toda tuya —alcé las manos en rendición—. Por poco me arrancas la mano, si estás hambrienta, adelante —la insté con la mano y señalé los ingredientes para que nos sirvamos a nuestro gusto—, por ti aguanto hambruna. —No seas baboso —me regañó tiernamente, esa cara no muestra enojo—. Ya comí dos hamburguesas en lo que estaban en el agua —acomodó la carne que había puesto yo—. Tenía la de Fabian porque conozco sus gustos —sus ojos curiosos ha puesto en mí—. Dime como te gusta y la sirvo. No deja de sorprenderme mi chica, pero iba a quitarle la hamburguesa y ella la aparta.—Puedo hacérmela so
Tiara Nunca me imaginé escapando de mi casa y aprendiendo a surfear. Estoy en la arena con Ken, me está enseñando cómo remar hacia la ola. Me encuentro acostada en la tabla y simulando los movimientos. Estoy ansiosa, un poco nerviosa, pero no me quitaré. Mi primo está sentado en la arena con una cara de pocos amigos y piensa que perdí la cabeza. Tal vez la perdí, solo sé que Kendrick me reta a vivir y siempre amaré esta sensación. Me siento útil, respiro sola y me siento volar. —Recuerda, vas con la tabla caminando hasta que el agua te llegue a la cintura —Kendrick simula que está entrando en el agua con las manos y se ve chistoso—. Luego te acuestas en la tabla y remas. —Entiendo, Ken —sonreí.—Remamos —él todo serio—, cuando venga una ola haces el pato…—Sí, tengo que pegar la nariz a la tabla —terminé por él lo que ha repetido varias veces—, me impulso con el pecho y hago el pato —al darse cuenta de que ha sido intenso sonrió Ken—. Copiado, estoy recopilando todo.Él está tan em