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Capítulo 2: Lo Descubriremos Juntos (Parte 2)

En eso veo que entra al local mi primo Fabian, se acerca con su caminar sexy y seguro. Saluda a Manolo con un abrazo, luego me besa en la cabeza como siempre y se sienta al frente. 

—Viejo, por favor, trae lo mismo, pero incluido panqueque —señala mi comida y al percatarse del jugo reclama —. Espera, jugo, no, “Coca Cola”.

—¡Claro que sí, mi niño, enseguida! —Le da unas palmadas en la espalda y se marcha con su caminar lento.

Mi primo es guapo, siempre en la escuela las compañeras me pedían su número e información. Su pelo es oscuro, no es largo ni corto y sus mechones caen en su frente. Sus ojos son marrones oscuros, al punto que se ven negros maníacos. Su nariz respingada y tiene muchos tatuajes en sus brazos, incluso en la cabeza. Me mira serio por un momento y me está leyendo. Siempre somos así. 

—Antes que preguntes, jugo de uva para empezar a cuidar mi salud un poco. Hoy me enfrenté con mi madre y le dije que tomaría el control de mi salud.

—No puedo creerlo, ¿en serio? —Se impulsa hacia adelante y sus ojos misteriosos puestos en mí.

Agarra una hash brown y se la come. Mientras abro el pan y lo relleno de huevo revuelto como me gusta.  

—Pues ni yo misma lo creo aún. Estaba tan nerviosa, ella histérica y al final cedió a la mala.

—Es un gran paso Tati, pero odias cuidarte y cuando vas a las citas…

—Detente, sé mi error e inmadurez. Me puedes apoyar, te necesito y…

—Estoy contigo Tati, lo harás bien —coloca su mano encima de la mía y saber que cuento con él me quita un peso de encima.

En eso aparece una empleada de Manolo, le entrega el plato de comida a Fabi y coquetea con él. La ignora, lo cual es raro en mi primo y vibra su celular. Él lo empuja hacia un lado, empieza a comer y veo su tensión.

—¿Cómo está titi Betsy? —Sus ojos se humedecen y baja la mirada.

Es mi tía de parte de madre, es su hermana menor. Mi tía tiene cáncer en los huesos, se ha complicado y por eso mi primo se pierde. No soporta verla así, es doloroso. Mi madre ha dejado de visitarla porque siempre terminan peleando. Eso no le hace bien y se llaman todos los días. El padre de Fabian tiene un Car wash, trabajan juntos y pelean demasiado. Su padre le pelea porque no madura, pero Fabi es fuerte y sigue los consejos de titi. Siempre le aconseja: Vive la vida, después tarde será. A pesar del dolor, él la complace. Mi primo es mi orgullo, se levanta todos los días enterrando su dolor y decidiendo vivir por ella.

—La quimioterapia, la tiene mal —su voz se corta y carraspea. 

Mi corazón se aplasta, tengo que visitarla y mostrarle mi amor.

—Está bien que llores Fabi, no puedes ser siempre el duro y loco —su celular vuelve y vibra, lo ignora.

—Me duele verla así, pero su sonrisa nunca se apaga. ¿Quién soy yo para apagar la mía? Cuando ella es fuerte por todos, se alegra cuando le cuento mis locuras y mi padre enojado. No entiende que por ella viviré, no importa que parezca un insensible. En las noches a solas me desahogo, duele tanto, pero la vida tiene sus acertijos. Al menos mamá siempre ha creído en ellos —veo lágrimas bajar por su mejilla y agarro su mano fuerte. 

Se me escapan las mías, pero las limpio antes de que levante su mirada. El celular vibró de nuevo y suelta mi mano para contestar.

—¡Dímelo, Timoteo!

Me recupero, mi hambre se fue, pero hago un esfuerzo y doy bocados pequeños. 

—Baja a la panadería de Manolo, bye —cuelga la llamada y comemos en silencio. 

Me siento fatal, mi tía sufriendo y yo negándome a vivir. Cuánto ha sufrido Fabi aguantando mis berrinches y apoyándome aún en su tristeza. 

—¡Lo siento tanto! —No logro aguantar y exploté en llanto.

Fabi rápido arrastró su silla al lado mío y me pegó a su pecho. Él me apoya y me siento mal que no sea al revés. 

—Tati, esto no es tu culpa.

—No pensé en nadie con mis arrebatos, ni siquiera en la gente que desea ser saludable y, en cambio, jugué con mi salud. Nunca he sido consciente de lo bendecida que soy —mi voz sale fañosa y acaricia mi pelo.

—Tranquila, no te sientas mal, cero reproches. Cada persona tiene problemas, ya sean pequeños o grandes. Eso no quita que duela aun siendo pequeños. Cada persona lleva su carga y dolor. Entiendo, tus actos son producto de la obsesión de tu madre y nunca has hecho daño ni a una mosca. Mi madre te ama mucho y desea que vivas. ¿Para qué quieres una salud al cien por ciento si vives en una jaula y no sientes la libertad?

Me pasa una servilleta, me sacudí la nariz y Fabi me limpia las lágrimas. Es mi sostén, siempre me ha apoyado aun sabiendo que voy por el camino incorrecto.

—¡Gracias, hoy iré sin falta a ver a titi! 

Terminó su panqueque y dio un largo trago de su soda.

—No puedo dejar pasar tu famoso beso, cuéntame, ¿qué significa para ti?

Remuevo el poco huevo revuelto del plato. Sabe cambiar de tema mi primo, sé que quiere distraerse y averiguar.

—Nada sucedió, nada de nada. —Siento sus ojos oscuros evaluando mi reacción y sonrojo.

Nunca puedo ocultarle nada, me conoce suficiente y sabe que algo escondo.

—Pequeña mentirosa, te conozco y sé que te gusta Kendrick.

—¡No! ¿Qué te hace pensar en esa locura? —Lo negué mientras agachaba la cabeza y me empujó con el hombro.

—Tu nerviosismo, el sonrojo y porque soy tu hermano. Sé cuando mientes. Además, ¿creíste que no vi todas las revistas debajo del colchón? Curiosamente, las noticias de Ken son las únicas dobladas. No has puesto fotos en la pared por tu loca madre, te rompería la cabeza.

Me descubrió, qué vergüenza, al menos es mi primo. 

—Respeta mi privacidad, admito que me cae bien. Siento miedo a lo que pueda sentir por él —lo confesé a mi hermano y decirlo en voz alta me ayuda.

—Hablé con Kendrick, sabe que eres mi hermana y le advertí. Por ser mi amigo no quita que te ame más a ti. Solo vive, arriésgate y toca la libertad, Tati. —Me lanza una papa hash brown y la arrojé de vuelta.

En eso llega Timoteo, se sienta y agarra mi plato. Empieza a comer mis sobras, le regalo la botella de agua y da un sorbo.

—¡Wepa, Timoteo! Parece que ayer no comiste. —Se saludan chocando sus puños y lo saludé de lejos con la mano en el aire.

—Sus padres —nos apuntó—, al parecer, no mencionaron en su educación que con la comida no se juega. Existe mucha gente con hambre en el mundo y soy una de esas personas.

Nos empezamos a reír a carcajadas, olvidando la tristeza y el dolor. 

—Era comida de mi hermana, idiota. No preguntaste si podías comer. 

—No quería más Fabi, para que se pierda mejor en su estómago. 

Es la segunda vez que tengo contacto con Timoteo, hace tiempo Fabi fue a visitarme y vimos una película juntos. Fue divertido, además, que es tipo emo, su pelo negro lacio y largo peinado de lado. Es muy delgado, es una pajita. Usa muchos piercings, en ambas orejas tiene los aros redondos, que son un poco repulsivos y puedes ver el roto en la piel. En su cara tiene piercing debajo de la nariz, el mentón, la lengua y su ropa toda negra. Tiene una belleza extraña, pero la tiene y siempre es bromista.

—Tati eres siempre un amor, alimentar a los niños desamparados es una bonita labor —dijo sarcástico Fabi.

—¡Tati, me gusta el apodo, es muy original! —comentó Timoteo.

Los miro a ambos, parecen niños y me sonrío. 

—Deja el apodo de Tati en paz, mira este puño, es original y más en tu cara. —Le muestra el puño y en eso suena mi celular. 

Lo saqué del bolsillo y al mirar la pantalla es mi hermano Rodrigo. Me olvidé de la hora. Debe estar esperando por mí, me pongo nerviosa y les hago señas con el dedo para que no hablen. No quiero que suponga otra cosa. Aunque mi hermano es un jefe comprensible. 

—¡Hola, Rodri! —Fabi se pega para escuchar la conversación y Timoteo está callado.

¡Hola, Tiara! ¿Estás bien?—suena preocupado y muy ajetreado. 

—Estoy bien. Salgo para allá, estoy desayunando en la panadería de Manolo.

No te preocupes, mamá me llamó y me comentó algo. Entiendo tu demora, solo que hoy es mucho trabajo.

—Voy ahora, Rodri —cuelgo la llamada y guardo el celular. 

—Al menos no se enojó, sirvió de algo el show de la tía. Ve a trabajar, te entretuve, pago el desayuno. 

—De ninguna manera. —Voy a sacar el dinero de mi bolsillo y Fabi me atrapa la mano con sus ojos maniáticos.

—Vete antes de que te patee el trasero y llegues rodando a la lavandería. —Me suelta la mano y beso su mejilla.

Me despido dándole la mano a Timoteo, no tengo la confianza para besos y me encamino a trabajar. El local de mi hermano está a dos negocios más abajo. Primero me detengo en el carro y saco mi bolso junto con mi laptop. En el negocio me recibe Olga, la encargada de atender a los clientes. La saludé de lejos y fui hacia mi lockers. Una vez guardé mis cosas voy directo hacia el área de trabajo y saludo a mi hermano con un beso en su mejilla. 

—¡Llegaste qué bien! Allá está la ropa dividida y verificar las manchas. —Está todo sudado planchando y en su cara se nota la tensión. 

Me encargo de la ropa, me hago una cola de caballo y comienzo. 

—¿Cómo te sientes? —Me mira con sus ojos marrones preocupados. 

—Me siento bien, tenía que despertar.

—Mamá es así de insoportable, pero te ama a su manera, Tiara. Me alegro de que despertaras, no es fácil vivir con ella.

Mi hermano es idéntico en físico a mi madre, piel trigueña, pelo militar y facciones toscas. Pero su carácter es fuerte, pero es comprensible y escucha. Se fue de la casa a los dieciocho años, al ser del mismo carácter, constantemente discutían y se fue con el abuelo a vivir. Los familiares de mi madre tenemos a titi Betsy y el abuelo Rodolfo. El padre de Rodri es un secreto de mamá. Cuando le preguntas se molesta, no habla y mi hermano no desea saber. Pienso que debió amar mucho al padre de Rodrigo, al punto que le duele recordar su nombre. A los veinte años mi hermano rentó su apartamento, le envidio su decisión de no dar el brazo a torcer. Tiene el valor que me falta y tan solo el día de hoy estaba asustada.

—¿Has visitado a titi Betsy?

—Hace un mes que no la veo, qué m****a es el cáncer.

—Iré hoy a verla, Fabi me dice que ha empeorado más. —Empiezo a separar las piezas por color.

—Mándale besos y dile que pronto iré. 

Continuamos trabajando, escuchando música y sin darme cuenta es la hora de almorzar. Encargué la comida, hoy pedí mofongo, bistec encebollado y ensalada por el lado. Estoy en el cuarto de descanso, antes de comer saco mi celular y veo un alerta de Kendrick. Veo hacia los lados, no hay nadie y abro el enlace. Rápido me pongo nerviosa, la noticia dice:

¡Última Hora!

Kendrick el “Playboy” tuvo un accidente de moto. Por estar compitiendo con el amigo se ha caído. Al parecer está grave. No tenemos mucha información, solo sabemos que fue llevado a emergencias en estos momentos. Una vez más juega con fuego, esperemos que no sea grave. 

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